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XXVII. The Unforgiven pt.1

🦋 Importante escuchar: The Rizzness by Lee Taemin

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DOPPELGAÄNGER


El olvido suele ser un don la mayoría de las veces. Alie Ezra era de las que apostaba a ese recurso con mucha asiduidad. Por más vueltas que le diera, el rostro impasible de Haruna Min no le convencía.

—Entonces debo creer que esta persona es uno de mis familiares solo por medio de fotos. Disculpe señora Min pero una prueba tan plana no será suficiente para mí. Debe comprender que existe una herencia en juego en este asunto, si el señor Min llegara a ser el hijo de mi tía...

El silencio en el reservado era asfixiante. Parecía la escena de algún cuadro renacentista donde las adustas madonas contemplaban a sus acompañantes sentadas en los extremos del rico sofá forrado en damasco color ocre.

Key había analizado a la pareja desde que pusieran un pie dentro de la estancia. Él moreno, alto y de semblante inteligente. Ella menuda, e imperturbable hasta la médula.

La expresión desconfiada del hombre y las miradas entornadas que compartía con aquella mujer solo le llevaban a la conclusión de que él no era su esposo. En todo caso algún amante complaciente que ostentaba un alto cargo por la forma de cuadrar los hombros y mantener aquella postura hasta cierto punto petulante, que solo podría tener alguna especie de líder.

Sí, los años al lado de Alie y la familia Ezra le habían servido para aprender a leer bien a las personas y de las palabras endulzadas de Haruna Min no creer ni la mitad, por no decir que nada.

—Entiendo su preocupación, señorita Ezra. Es hasta cierto punto inverosímil creer en algo que aún no comprueba con sus propios ojos. Sin embargo, le aseguro que mi esposo no tardará en contactarnos. De hecho, solo mire en dirección al lobi debajo de nosotros. Sin dudas a su nuevo acompañante le gusta llamar la atención.

Las palabras de Haruna se quedaron suspendidas en el aire. Con todo el veneno que deseaban transmitir. Key se había encargado de notificar a Alie de la situación que atravesaba el matrimonio Min.

De ello también se hacían responsables las portadas de revistas amarillistas y diarios locales que aún seguían masificando el escándalo que protagonizaba una de las figuras más polémicas de la aristocracia neoyorquina.

El hombre que sería considerado un objetivo acababa de hacer acto de presencia en el piso inferior.

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DOPPELGAÄNGER


Solo unas horas antes el propio Min Yoon Gi se había reído al escuchar de boca de Jimin la razón principal por la cual era casi obligado a asistir a aquel evento donde las letras se vanagloriaban.

La Bienal de Literatura Gótica y Arte Germano llegaba a Nueva York y coincidentemente era el hotel donde se hospedaba el encargado de hacer las delicias del after party. Ciertamente sería un poco pretencioso al encontrar el nombre de su esposa como uno de los patrocinadores del evento.

—Debí haberlo tomado en cuenta la primera vez. Haruna adora ese tipo de literatura.

—Yo también disfruto del romance gótico y no tengo una mente tan retorcida como esa bruja. Mírame, nene.

Jimin fingió un disgusto que en realidad no tenía. No cuando se encontraba en brazos de Yoongi después de haber seleccionado los conjuntos que llevarían esa noche.

Rehusarse no había sido una opción y el detective había insistido en que el médico marchara de rojo borgoña, un color que acentuaba a la perfección la palidez de su piel y el tono verde oscuro de sus ojos. Por su parte Yoongi se había decantado por sugerir un traje de gala en gris metálico que se entallaba perfectamente al cuerpo torneado y elegante de su chico. Solo faltaba compartir un regalo que hasta cierto punto temía develar.

—Tienes toda mi atención, siempre la has tenido Jim...

El aludido solo sonrió antes de acariciar las mejillas de su amante con parsimonia.

—Espero que hayas entendido todo el plan para esta noche, no solo celebraremos mi cumpleaños mientras disfrutamos del buen arte de las letras. Estoy seguro que el asesino de Sung Woon se está preparando para dar un espectáculo y Nam Joon tiene una idea de quién es, si no es así... ¿Por qué insistió en que media oficina asistiera? ¿Por qué se está arriesgando a salir con Haruna cuando ella sigue atada a ti legalmente?

Yoongi asintió antes de terminar de sentar al detective sobre su regazo. Con parsimonia se dedicó a aspirar el aroma cítrico que solía identificar a su Jim.

—Todavía lo preguntas, bebé ¿No es obvio? Haru aprendió a jugar al ajedrez y está preparando un jaque mate. Lo único que no sabe es que el aprendiz raras veces supera al maestro. Estoy seguro que hay algo más. Lo siento en la piel hace días y por eso le pedí a Ji-Hoon investigar. Tengo suficiente material para sacar a tu jefe de circulación si fuera necesario.

—Yoon, es importante que estemos juntos ahora. Más que nunca tienes que confiar en mí. Debes dejar de ocultarme esas partes que pueden definir el resultado final. Si conseguimos atrapar al asesino de Sung Woon, eso significaría que...

—Que serías declarado inocente, aunque tengo una idea de quién puede ser. Desgraciadamente esa noche tuve el impulso de visitar a Sally y dejar la fotografía que nos sacaran en Long Island como una pista porque sabía que tú irías detrás. De hecho en el nicho de Sara, antes de regresar al que fuera nuestro calvario común, por poco flaqueo. Te deseaba tanto, pero sabía que aún no podía hacerte entender mis razones sin al menos ser un recuerdo para ti. Pedir perdón por algo que me traería a este momento sonaría demasiado hipócrita, pero quiero que entiendas que nunca planeé cruzarme en el mismo camino de Ha Sung Woon. Si las coincidencias existen, entonces fue una de las peores.

Meses atrás Jimin le hubiera gritado que se tragara aquella especie de confesión absurda. Meses atrás no hubiera podido medir con exactitud el sentimiento repulsivo hacia el doctor.

Sin embargo, el Jimin de esos momentos, aun mirando a través del lente del amor y pudiendo ser brutalmente cuestionado por querer a alguien demasiado complicado, reconocía parte de la necesidad en un hombre que seguía estando dispuesto a quemar el mundo entero para tenerlo a su lado.

—Sé que no fuiste tú, pero también estoy seguro que sabes cómo funciona... ¿Cuál es la otra parte abominable de esa investigación?

Preguntó masajeando con sus pulgares la base de la nuca de Yoongi. El médico emitió un sonido muy similar a un ronroneo. Jimin completó su propósito con un pequeño beso en la mejilla.

—Kang Taehyun... Creo que pronto entrará en la lista de mis pecados imperdonables.

Jimin tragó duro antes de abandonar el regazo de Yoongi y atrapar sus frías manos entre las suyas.

—Te escucho entonces.

La complejidad de un plan trazado con tanta anticipación los sumergiría en los minutos que les devolvieron al momento que había escogido Haruna con tal de ser convincente. La audiencia del fastuoso salón del lobi del Rockefeller Center Imperial reconocía a la pareja con un ligero murmullo.

Las conversaciones cambiaron de destinario cuando un brillante Jimin abría la marcha seguido de un divertido doctor que no perdía tiempo para dejarse arrastrar.

El curioso agarre de manos, compartiendo los meñiques al igual que las expresiones cargadas, parecía protegerlos, cuando evidentemente atraían todas las miradas en el lugar. Jeon Jungkook disfrazó otra mueca al reconocer la señal que su propio hyung le había explicado días atrás.

—Buenas noches Jimin hyung, ya te dejé una nota pero no es lo mismo decirlo de frente. Feliz cumpleaños.

Un abrazo respetuoso que el más bajo correspondió con otra sonrisa. Yoongi fingió interés en los ejemplares del libro que se ensalzaba esa noche.

La Resurrección del Subconsciente, de Ellen Erza.

Las tapas aterciopeladas forradas en rojo borgoña para sellar una mariposa muy similar a la que solía identificar a la familia Park le hicieron reparar en la disposición del salón.

Como si sus pupilas pudieran contener y analizar a todos los presentes, en un proceso de descarte y selección, por alguna fuerza mayor Min Yoon Gi se vio obligado a mirar en dirección a aquel punto por encima de la multitud. Creyó estar contemplando un espectro recortado a contraluz.

Una figura aterradoramente familiar que abandonaba la seguridad del cristal para refugiarse detrás de las sombras de quienes no deseaba encontrar.

—Jim, buscaré algunas bebidas para nosotros. Disfruta la compañía de tu amigo.

Murmuró antes de dejar un beso en la mejilla de su chico.

"Ya te diste cuenta que todo está demasiado tranquilo... ¿verdad, Yoon?"

Le hizo notar Jimin en el mismo tono velado antes de corresponder al gesto y dejar otro cariñoso beso en el terso rostro del doctor. Yoongi solo asintió imperceptiblemente antes de acariciarle el flequillo como cuando eran adolescentes.

Para Jungkook aquel intercambio era solo una muestra excesiva de cariño que medio salón se encargaba de diseccionar. Para el detective y el médico, el inicio de la partida de ajedrez.

—Por lo visto están muy cómodos otra vez. Noté cierta tristeza en tu voz cuando estuvimos al teléfono. Hyung, sé que me dejaste muy en claro que no tendría una oportunidad y estoy tratando de aceptarlo, pero me enferma ver cómo te conviertes en la marioneta de ese hombre. Eso es...

—¿Y si te dijera que no me importa? No pongas esa cara. Para ustedes yo estoy ciego y no puedo ver más allá del amor que le tengo a Yoon, pero también se equivocan en esa parte. Soy totalmente consciente del hombre que comparte mi vida. Incluso me atrevería a decir que en algún momento podría jugar el papel de titiritero. Las apariencias no siempre son la superficie de la verdad. Concentrémonos en lo que realmente importa, qué has sabido de las pruebas que tiene Namjoon en mi contra... ¿Por qué estás tan seguro que el asesino se puede mostrar hoy?

Jungkook esbozó una mueca antes de escanear la estancia con la mirada. Su instinto no se equivocaba. Por ilógico que pudiera sonar, en los últimos días habían conseguido filtrar parte del material con el que Namjoon había presentado la demanda. No se necesitaba ser muy listo para saber quién estaba en el fondo del distorsionado telón.

Haruna Min había hechizado a aquel hombre al punto de convertirlo en una especie de Frankenstein a sus servicios. Un pequeño descuido y una noche en compañía de los Choi bastaron para encontrar el expediente que primero había estado en el departamento de Patología, uno que reunía el historial médico de Jimin en el ejército.

No podía faltar el incidente que creía archivado, las muestras de ADN encontradas en las víctimas del descarrilamiento y el As bajo la manga de la defensa: el testimonio de Ha Sung Woon antes de morir. Una cinta de audio donde culpaba a Jimin por los últimos segundos de su vida.

Una cinta de audio que Jungkook había logrado copiar y ahora le hacía pensar en la posibilidad de que Haruna debía tener a alguien más bajo sus garras. Alguien más dado a explotar a la primera señal de fractura.

—Créeme, tengo suficientes indicios como para suponer que hoy será una noche importante. Solo fíjate en el hecho que Namjoon personalmente nos hizo llegar las entradas para este evento. Ese libro... quizás sea la respuesta a mucho de lo que buscamos.

Señaló el volumen escarlata que reposaba en los agraciados dedos de Jimin. Mientras aquella conversación se llevaba a cabo, Kim Taehyung intentaba inútilmente contener el sentimiento amargo que lo había suspendido toda la noche. Como si el alcohol no lograra calmarlo, sino envenenar más su razón.

—Tae, ya es suficiente. Sé más discreto. No están haciendo nada fuera de la común. Recuerda que estamos aquí para apoyar a Jimin.

Hoseok le hizo notar antes de arrebatarle la copa de champán a medio vaciar y dejarla en una de las bandejas que el servicio dedicaba a los invitados. El castaño arrugó la nariz.

—Para ti es fácil. No estás en medio del desastre, mirando cómo lastiman a la persona que amas. De hecho, has tenido una suerte envidiable. Es obvio que te estás tirando a la ex amiga con derechos de Jimin, hyung.

Hoseok ya no tenía dudas. Sería casi imposible razonar con aquella versión celosa y alterada de Kim Taehyung.

—Solo te aconsejo que andes con cuidado. Presionar a Kook tampoco será algo de lo que puedas arrepentirte después. Pero por lo visto tampoco me vas a escuchar esta vez.

El segundo al mando del departamento de Patología chasqueó la lengua antes de hacerse con otra copa de champán. Ni siquiera le importaba el desenlace, esa noche no tenía el coraje suficiente para actuar con madurez.

De camino a la planta alta, donde sesionaba la zona de reservados, Min Yoon Gi percibió cómo un molesto escalofrío se extendía desde la base de su cuello hasta el final de la espalda. Intentó distraerse con el colgante que acababa de recibir.

Otra promesa imposible que había aceptado porque de lo contrario estaba seguro que desencadenaría una pelea con Jimin. El reflejo del médico en el espejo ricamente adornado que enmarcaba las puertas dobles no dejaba mucho que prever.

Nadie imaginaría que debajo de aquellos rasgos elegantes enfundados en un suéter cuello de tortuga negro y un traje de gala en rojo borgoña se podía esconder un alma tan contradictoria.

El interludio musical que suele acompañar las cabinas de cualquier ascensor de hotel terminó cuando Min pulsó el botón hacia el sitio que no había tardado en localizar. Su memoria raras veces olvidaba y eso, contando su profesión, podría ser más tomado como una maldición que como un arma. Mascullando palabras que solo tendrían sentido para él llamó a la puerta marcada con un número 313.

Qué irónico, el número favorito de Jimin y el suyo estaban contenidos en la misma denominación y eso por increíble que le pudiera sonar colocó una tímida sonrisa en su rostro. Del otro lado le recibió un fantasma.

Tez increíblemente pálida, ojos de un profundo verde que ahora parecían iluminarse con una extraña emoción mientras reparaba en la delicada forma que era abrazada por un vestido en tonos púrpuras. En un acto reflejo la mujer que estaba en su campo visual se llevó la delicada mano al pecho y Yoongi maldijo ahora en voz alta.

No había consumido ni una sola gota de alcohol en aquella fiesta pero estaba viendo el cadáver animado de su madre a una edad más tierna sonreírle con una molesta expresión de satisfacción.

Detrás de aquella macabra pesadilla pudo encontrar a quién esperaba. Haruna se unió a la escena en el umbral donde Alie Ezra intentaba recuperar el aliento y el doctor Min solo examinaba la situación de la mejor manera que su turbación le podía permitir.

—¿Qué jodida payasada es esta Haruna? No puedo creer que te tomaras el trabajo de contratar a una farsante para interpretar el papel de una mujer que ya desterré de mis recuerdos hace mucho tiempo. Si vas a jugar así de bajo recuerda que yo puedo ser peor en el ajedrez.

El tono grave en la voz del médico acabó de confirmar algo más para una aturdida Alie, que solo atinaba a reconocer las facciones de su tía en Yoongi. Haruna estaba a punto de expulsar más veneno cuando fue interrumpida por otra voz.

—Mi señorita no es ninguna farsante. Usted en todo caso sería un impostor al aceptar la herencia de la familia Ezra estando tantos años fuera de su círculo. Le exijo que se disculpe ahora mismo.

—¿Ezra?

—¡Key!

Tanto el médico como la escritora eligieron el mismo instante para quejarse. Un molesto dolor de cabeza comenzaba a punzar en las sienes del más pálido al reconocer el apellido de su familia materna.

Helena Kim, Helena Aleana Ezra, podían ser las denominaciones para la mujer que le dio la vida y que le inculcara desde la edad más dulce que amar es destruir.

Su dicha y su condena. Su primer amor reencarnado en las facciones de la joven que ahora le observaba casi al filo de las lágrimas. No comprendía la emoción que se agitaba en su pecho. Como si fuera cierto que la sangre podía unir más que la razón.

—Permítame presentarme, señor Min. Soy Ellen Erza esta noche, la autora del La Resurrección del Subconsciente pero quizás también pueda llamarme Alie Ezra, la chica que ahora está más segura en cuanto a que usted puede ser el hijo adorado de mi difunta tía, el señor August Ezra, así como le nombró mi abuela antes de morir.

Las palabras a veces pueden tener un golpe demoledor. Haruna lo sabía a conciencia y ver las grietas en la máscara que normalmente envolvía a Min le estaba siendo demasiado placentero.

La desconfianza y las dudas vagaban por la estancia, tal como demonios silenciosos esperando para hincar sus dientes en el cuello de las víctimas. Yoongi tragó duro antes de pasar de la que seguiría considerando una desconocida hacia quien fuera su compañera en los últimos años.

Unwissemheit ist manchmal das beste Beispiel für Barmherzigkeit*

*La ignorancia es a veces la mejor muestra de piedad

(Traducción del idioma alemán)

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