XXIV. The dark inside de light
Canción sugerida: Love Me Wrong by Troye Sivan
Existe cierta belleza en el caos, como un dogma implícito que nos protege antes de que se consuma lo que solemos llamar desastre. Las leyes de la atracción o los esquematismos más burdos pudieran acercarse a un intento para explicar lo que lleva al ser humano a ser trascendente.
Muchos de esos demonios dormidos suelen afiebrarse cuando el exceso de futuro hace su aparición como un monstruo cínico que afila sus dientes antes de dar el zarpazo. Quizás la persona que terminara con la vida de Melanie Johnson sufriera un ataque similar mientras el equipo de Kim Seok Jin y Jung Hoseok hacían el levantamiento del cadáver.
—Qué genial bienvenida después de un mes fuera de Nueva York.
Expresó el recientemente promovido Jefe de la Dirección de Patología del distrito de Oklahoma, Jung Hoseok. El pelinegro construía otra bocanada de humo en una mañana pesada para la ciudad que nunca duerme.
Los reporteros parecían acampar como buitres fuera del apartamento que la víctima compartía con otra estudiante. Pero por suerte o por desgracia la chica que se identificó como la mejor amiga de Melanie estaba visitando a sus padres y no había tenido el mal trago de encontrar a su compañera de piso desangrada sobre el colchón de su habitación mirando a la nada o quizás al dibujo de una conocida mariposa escarlata.
—Creo que a Jimin le encantaría saber que no es el único que comienza a ver fantasmas donde no hay. Ahora qué van a decir ustedes ¿Logró matar a distancia? Le pusieron una puñetera tobillera electrónica, deben haber notado que mi compañero es inocente.
Hoseok escupió lo último al tiempo que arrojaba los restos del cigarrillo de la marca H. Upmann. Jin se sobó ambas sienes describiendo un movimiento circular.
Le repugnaba el olor de la sangre en el pequeño dormitorio. Estaba al tanto del genial plan de Namjoon de reunir pruebas para arrestar a Jimin así como compartía el criterio de que estaban perdiendo el tiempo mientras el verdadero culpable deambulaba como una ponzoñosa serpiente entre los callejones de Nueva York.
—Va a ser peor que encontrar una aguja en un pajar con Jungkook suspendido. Los cadetes por muy talentosos que sean no cuentan con la experiencia que amerita este caso. Puede que también me esté volviendo loco pero tenemos que cortar ese halo de muertes cuanto antes.
—Ya te diste cuenta que esperaron a que Jimin regresara a la ciudad para volver a matar. Sea quien sea, insiste en inculpar a nuestro hombre. Algo me dice que el Dr. Min también puede aportar algo en este caso.
Concluyó Jin apuntando aquel hecho en la agenda que solía llevar a todas partes. Hoseok asintió con la cabeza antes de marcarle a Jungkook, aun suspendido, el oficial era uno de los que podía hacerse cargo de una investigación paralela con tal de detener al asesino escarlata.
Del otro lado de la ciudad y en los dormitorios de Cuántico, el cadete Choi Soobin esperaba infructuosamente por Kang Taehyun. Habían quedado en acercar al chico a su casa como parte de las vacaciones de final de semestre y la previa para aplicar a la División Superior de Ciencias del Comportamiento.
En los últimos tiempos el castaño les preocupaba. Tanto él como su primo habían percibido los cambios que se gestaban gradualmente en un chico que solía animar todas sus salidas de fin de semana por una personalidad en extremo fría y esquiva.
—Finalmente apareces, creí que envejecería aquí. No dejé que Kai nos llevara porque sé que tienes tus propios problemas en casa, así que…
—No iré esta vez. Disculpa que te hiciera perder el tiempo Soobinnie hyung pero tengo otros planes. La Bienal de Literatura Gótica se celebrará dentro de cuatro días y no puedo perder la oportunidad de conocer a la persona que hasta cierto punto me ha salvado.
Un libro de tapas gruesas y fondo escarlata quedó en el campo visual del mayor de los Choi.
La resurrección del subconsciente.
Se leía en letras metálicas y una sonrisa torcida asomó al rostro de Soobin. A pesar del reciente alejamiento en la personalidad de Taehyun, seguía siendo ese chico amante de los libros por encima de todo.
—Supongo que será tu oportunidad dorada. Entonces te dejaré las llaves del departamento que comparto con Yeonjunnie. Nosotros sí aprovecharemos para desconectar de la facultad estas semanas.
Con un preciso movimiento, el llavero plateado con el motivo de un oso emergiendo de un tarro de miel fue arrojado al aire para que las manos llenas de rasguños de Kang Taehyun lo recibieran.
—Gracias hyung. No olvidaré este favor.
La sonrisa en el rostro del más joven sirvió de despedida, una en la que la inexperiencia y quizás la confianza que puede sembrar la amistad despreció el hecho de que Taehyun cojeara de la pierna izquierda y escondiera bajo su espeso flequillo el trazo del acero en su aguileño rostro.
—Finalmente encontré a quien parece entenderme de veras. No como tú, inútil muñeca, que a la primera de cambio no dudó en llamarme monstruo. Cómo si todos estuviéremos completamente exentos de pecado. Tonta, tonta, Mel…
Le habló a la sombra que solo él podía ver en la soledad del pasillo donde minutos atrás su amigo había estado. En su palma derecha aún quedaban frescas las huellas del escalpelo para recrear la misma mariposa palpitante que enmarcaba la portada del libro que le había iluminado en los últimos meses.
Agradecería siempre a Haruna por mostrarle a aquella autora alemana que ostentaba de una licenciatura en Psicología y una imaginación fecunda donde los peores monstruos parecían ángeles vengadores.
Ellen Erza
No podía esperar para ver el rostro de quien consideraba su guía en medio de la completa oscuridad.
La vorágine que llenaba los titulares en Nueva York parecía quedar excluida de la burbuja donde habitaba Park Jimin, extremadamente ocupado por ganar la guerra de celos sin sentido que en esos momentos lideraba un enfurruñado Min Yoongi.
—Esto es ridículo. Jungkook podría haber llamado por algo referente al caso, pero no dudaste en arrebatarme el teléfono de las manos como si fuera una declaración de guerra.
El doctor resopló antes de intensificar el agarre en la fina cintura de su amante.
—Por la misma razón por la que tú bloqueaste mi teléfono cuando llamó Ji-Hoon hace media hora. Llamada que sí pudiera ser importante, no como el mozalbete ese que bebe lo vientos por ti.
Jimin se mordió el labio inferior. Tenía tantas ganas de echarse a reír pero bajo ningún concepto le daría el gusto de ganar con tanta facilidad. No podía dejarse vencer.
Aun cuando las últimas horas después del amanecer las hubiera empleado a entregarse en cuerpo y alma al placer, seguía teniendo algo de dignidad, o de eso se quería convencer mientras Yoongi pasaba de su cuello a probar uno de los maltratados pezones del rubio.
—Por qué justo ahora tienes que hacer eso… Es tan difícil tratar contigo cuando te empeñas en convencerme con sexo. Eres un abusivo.
—Mira quién habla, el que sugirió que nos turnáramos. Me duele el trasero a horrores, te comportaste como un…
Jimin no pudo evitarlo y estalló en sonoras carcajadas, unas que poco a poco fueron diluyendo el ceño fruncido en el rostro del médico por una sonrisa que dejaba ver sus rosáceas encías.
—Ay Dios… esto es mejor que irnos a los insultos punzantes, no tienes remedio. Ven aquí…
Pidió el detective abriendo los brazos solo para descubrir que el más pálido no lo pensaba dos veces para acurrucarse contra su esbelta anatomía.
No estaban en la cama. Esa había quedado en segundo plano después de la primera pelea, para que un reguero de sábanas dibujara el camino en dirección a la encimera de la cocina que tenía incorporada la suite y de ahí al sofá de la sala de estar.
Una sonrisa pícara seguía tirando de los labios del médico cuando encontró la brillante mirada azul de Jimin.
—En serio me tienes enfermo, ya debería estar cansado o como mínimo esperando a que mi cuerpo reaccione pero es todo lo contrario. No encuentro cuál es el punto de lo suficiente cuando se trata de ti, bebé.
Formuló Yoongi antes de atreverse a tomar aquellos labios maduros que Jimin no paraba de humedecer con su pecaminosa lengua. Un sonido obscuro llenó la estancia mientras la delicadeza sustituía al hambre voraz del deseo.
—Quiero estar debajo ahora. Haz los honores, nene…
Decidió el rubio hasta soltarse del perverso agarre en su cintura para quedar a gatas sobre el cuero negro del sofá. Yoongi respiró profundo mientras invocaba una paciencia que ya hacía tiempo se había consumido en las llamas de la pasión.
El espectáculo exquisito de Jimin ofreciéndose sin pudor alguno mientras le retaba con esa mirada nublada por el deseo y otros sentimientos aún más complejos que a pesar de no formular en palabras ambos conocían muy bien le desconcertaba por completo.
—¿Qué estás esperando?… Ya sabes cómo te deseo.
—No es eso... Antes de hacer el amor quiero decirte algo.
—Ummh…
Jimin ladeó la cabeza pero Min fue más rápido y logró atrapar nuevamente al detective sobre su regazo antes de besarle la frente.
—Sé que recordaste algo de nuestro pasado, específicamente la vez que fui al hospital.
—Yoon…
—No me interrumpas. En el fondo sé que quieres que te lo diga mientras estamos así de unidos. Mientras hacemos el amor agónicamente. Jim… yo he sentido eso desde el primer segundo que te vi, aun cuando fuera morboso que un niño pequeño pudiera sentirse tan atraído por otro. Tú siempre has sido la luz y yo la codiciosa polilla. No he dejado de sentir esas malditas palabras que tanto quieres oír, pero tengo algo de lo que debería arrepentirme y no lo hago. Por esa única razón, el día que te dedique esas palabras que tanto deseas, aunque para mí solo signifiquen soledad, será el momento de despedirnos indefinidamente. Quizás por eso prefiera abstenerme ahora. Porque aunque te parezca difícil creerlo, de los dos yo sería el que no podría recuperarse si te vuelvo a perder…
Lo último parecía una atropellada carrera pero Jimin había escuchado lo suficiente para alarmarse y regocijarse a la vez. Viajando hacia atrás en el camino de sus recuerdos, solo recordaba a las personas hasta cierto punto más importantes de su vida abandonándole después de un te amo. Sus padres le profesaron esas palabras antes de desaparecer.
La propia Sally le mencionó eso mismo antes de enlistarse para convertirse en una especie de autómata que lograba sobrevivir a cuenta de pastillas para controlar los ataques de ansiedad y la ira que como veneno corría por sus venas. Yoongi le susurró una vez lo que ahora anhelaba escuchar con desespero o quizás…
—No tienes que ponerte triste Jim. Estoy agradecido por haberte recuperado. Incluso con lo que está sucediendo. Aun cuando debería de avergonzarme solo me enorgullece. Te tengo solo para mí. Eres completamente mío y eso…
—No sigas por favor… eres… Dios...Es increíble que te perdone a pesar de todo ¿Qué demonios me hiciste? ¿Por qué te llevaste mi corazón hace tanto tiempo? Ni siquiera me importa. Si te vas a despedir pues nunca me lo digas… Déjame en la oscuridad de la ignorancia mientras me encargo de amarte con todo lo que tengo.
—No hagas una promesa que no podrás cumplir. El día que sepas…
—El día que sepa qué… Que cometiste un crimen, que robaste, que mataste a sangre fría, que manipulaste, que mentiste o que ya no me quieres. Incluso así te perseguiría hasta el final. No puede ser de otra manera, desde que tengo memoria has estado ahí. Si amar es destruir, déjame derrumbar todos esos muros que aun te contienen. No me digas otra vez que soy el inocente, nunca me ha gustado interpretar esa parte de la historia.
El detective aprovechó el intento del médico de escapar de su intensa mirada para sellar con un beso salobre todo lo que no podía expresar aun. Dos cuerpos que se convertían en uno, dos almas demasiado acostumbradas a la soledad.
Ni en mil años podrían superarse mutuamente y corriendo un riesgo de magnitudes inconmensurables, Jimin comenzó a trazar un plan aún más difuso que la delgada línea de luz que puede existir en un área de penumbra.
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DOPPELGÄNGER
“¿Has visto a las polillas competir por la energía incandescente de una bombilla?
Ahora entiendes porque soy así… un extraño espécimen con las alas marcadas por el pasado que jamás encontrará su lugar en el complejo puzle de una sociedad que se ha acostumbrado a mentir.
Así que corre con todos tus miedos, tráelos a la luz de los inocentes, libera esa fuerza que aun desconoces, yo te seguiré esperando. A pesar de todo… sigo siendo la más rara de todas las mariposas.”
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DOPPELGÄNGER
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