XLVI. Choosing you pt.1
Importante escuchar:
🦋Empire State of Mind by Jay-Z feat. Alicia Keys
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DOPPELGÄNGER
La entrada de la discoteca de la Dieciséis del Empire State volvía a presentarse como una especie de serpiente que en cualquier momento abriría las fauces para atacar a un nervioso Park Jimin decidido a vencer su miedo a encontrar el rostro de todos los fantasmas que le podían ajusticiar.
—Sigo pensando que este es el peor error que podemos cometer. Según mis cálculos, el payaso ese que desfalca como Houdini debería estar cerca…
El ahora rubio platino chasqueó la lengua para encontrar con la mirada al hombre que también había decidido hacer un drástico cambio de estilo e ingresar de la mano de su pareja en un antro que en los últimos años se había decantado por permitir los shows animados por transformistas.
El cabello rubio rojizo de Yoongi solo lo hacía lucir como una tentación ambulante que todos debían mirar, y ese hecho, aunque le fascinaba e incendiaba la piel a cierto rubio de ojos azules, también le incomodaba por la ilógica idea de tener que compartir con el público el espectáculo de hombre que era el doctor Min con esa imagen de rebelde sin causa en pantalones de cuero y chaqueta de motero.
—Por eso mismo estamos aquí. Que nos vea juntos, que enseñe sus colmillos de una vez. Si todos los que convocamos ya están dentro. Te apuesto mis vacaciones cuando regresemos a Hannover, que moverá sus piezas.
Vacaciones. Era increíble cómo Yoongi pensaba en un después cuando Jimin no había podido conciliar el sueño en las últimas tres noches. La vuelta improvisada a Nueva York traía de los nervios al antiguo detective y por si fuera poco encontrarse con media Oficina detrás del umbral custodiado por guardias de seguridad no le inspiraba más que escalofríos. Una mano hasta cierto punto pesada le acarició la espalda baja. Jimin suspiró.
—Si ganas esta vez… vete preparando para ser mi juguete cuando regresemos a Alemania.
Intentó bromear mientras pasaban por el control que se les hacía a los asistentes al local y recibían una manilla lumínica destinada a la zona de primera categoría donde Jungkook, Taehyung, Hoseok, los primos Choi, el senador Kim y Namjoon debían esperarles.
Yoongi aprovechó para utilizar su cuerpo de barrera a fin de que nadie tocara a Jimin al traspasar el concurrido umbral y descubrir la marea de gente que se balanceaba al compás de la música electrónica.
—¿Cuándo no he sido tu juguete, bebé?
Le susurró al oído y Jimin solo percibió el aliento procedente de esa boca como una leve caricia sobre el cuello. No perdió tiempo para anclarse a la cintura del más pálido y colocar una mano dentro del bolsillo trasero del ceñido pantalón que realzaba los atributos de su pareja a sobre manera.
—Es cierto, pero esta vez no tendré cuidado ni contemplación. Te amarraré literalmente a todo lo que me lo permita en nuestra casa mientras te hago el amor, eso después que visitemos la clínica y escojamos quién llevará a nuestro hijo. Tengo muchos jodidos planes contigo, cariño, así que por tu bien… que esta payasada resulte a favor de nosotros.
La amenaza terminó con un juguetón beso en la nariz de Jimin, justo cuando los brazos en alto de Kim Taehyung parecían hacer señales de humo en medio de la multitud para atraerlos.
—Dios mío, Tae no cambia…
Declaró Jimin antes de comenzar a sortear gente y dejarse conducir todavía anclado del abrazo en la cintura de Yoongi al reservado donde muchos ojos les miraban con expresiones encontradas.
Indignación, sobresalto, incluso miedo y perplejidad. Para personas como Choi Yeonjun y su primo Soobin, ver “apariciones del otro lado” estaba descartado, y ni hablar de Seok Jin y Namjoon. Este último parpadeó de más antes de acercarse atropelladamente a Jimin y ofrecerle la mano.
—No sé si te lo habrán dicho ya, pero a pesar de todo, me alegro de que no murieras en ese derrumbe. Aun cuando esta reunión esté éticamente torcida, no tengo moral para juzgar a nadie y…
—Nam, todos entendemos perfectamente. Deja que se nos pase el susto de ver a los difuntos cara a cara. En serio, tengo la impresión de que mañana cuando despierte será como un mal sueño…
—Ustedes sí que están mal. Hola Jiminnie y Yoongi hyung… ha pasado tiempo desde ese día en Hannover ¿Cómo te fue con la recuperación de la apendicitis Jiminah?
Hoseok como siempre, tratando de imponer una especie de balance en medio del caos que evidentemente seguía rondando a la pareja.
—¿Apendicitis? ¿Estuviste enfermo hyung?
Jungkook casi derrama su trago sobre Taehyung al enterarse de aquello. Negando mientras le susurraba a Yoongi que fuera a la barra por un Cosmo y un Double Black, el trago preferido del médico, Jimin finalmente tomó asiento.
—Estoy bien, y si por mí fuera, me retiraría de esta caza de brujas, pero Yoon insistió y tiene ciertas formas de convencerme a las que no me puedo negar.
Lo último lo dijo repasando la trabajada espalda de su esposo desde el ángulo que le ofrecía el reservado. Jungkook chasqueó la lengua.
—Ahórrate los detalles sórdidos sobre sus métodos. En fin, ahora que estamos casi todos, cuando Min regrese podremos hablar.
Jimin asintió contemplando la multitud en el piso de la discoteca. La planta superior en forma de palco concedía una vista panorámica de todo el local. Sin dudas, si el invitado sorpresa se había enterado de la reciente llegada de la pareja a la ciudad que nunca duerme, esa sería su ubicación para espiar la burda representación del plan que desde Francia ya se había trazado.
—Hyungning…—Yeonjun llamó la atención del ahora platinado Jimin—No sé ni cómo decirlo porque aún sigo en shock, pero cuenta conmigo para atrapar a ese nuevo criminal. Este lugar, por muchas razones, me pone los pelos de punta.
No era para menos. Cualquiera en su sano juicio no regresaría al sitio donde Eddie McMillan protagonizó un desastroso suicidio escarlata a causa de la investigación que ahora estaban seguros alguien estaba utilizando para atacar al antiguo departamento de Homicidios de Cuántico.
La conclusión del propio Yoongi y el instinto de Jimin iban en la misma sincronía. Solo faltaba saber qué piezas estaban obviando y la última pesadilla de Jimin, por mucho que el doctor se esforzara en minimizarla, parecía un reclamo desde su subconsciente para que abriera los ojos a la verdad.
“Llámame loco Yoon, pero Haruna no sale de mi cabeza en los últimos días ¿Estás seguro que estaba sola en el mundo? ¿Qué no mantenía relaciones con tu amigo Woosung como parte del acuerdo que ustedes tenían por información?”
Aquella duda los había llevado a enterarse de algo que el propio Yoongi se maldecía por no ver antes. Woosung había fallecido de la misma causa que Seo Jun en fechas posteriores al regreso de ellos desde Manchester Lake.
El doctor Min no necesitaba sumar dos y dos para reconocer las artes de su difunta ex esposa en todo aquello. Por eso la necesidad de volver a examinar el caso actual los llevaba al punto de conectar el deceso de Emerson Herz, presidente del Banco Federal de Nueva York meses atrás, con la ola de escándalos financieros en los que Seok Jin y medio distrito habían sido afectados.
—Hace un mes que no sabemos nada del susodicho estafador. Excepto que intentó hackear la cuenta de esa escritora alemana a la que Taehyun admiraba…
La voz de Soobin fue remitiendo mientras prefería ocultar aquel dolor detrás de otro sorbo a la cerveza que había ordenado. Para ese entonces, Yoongi estaba de vuelta y no dudó en ocupar el brazo del mueble con forma de caja donde Jimin le esperaba antes de entregarle su trago y degustar el suyo.
El balance del alcohol sobre su garganta pareció calmarlo mientras percibía la mano de su chico acariciando las desnudas rodillas cortesía del pantalón. Jungkook intentó no prestar atención aquel intercambio que siempre lograba desconcertarlo aun cuando su propio esposo estuviera sobre su regazo en esos momentos.
Jimin también bebió antes de humedecerse los labios con la lengua y seguir la conversación con Soobin.
—Alie Ezra, la prima de Yoon. Nos mantenemos en contacto hace tiempo y era de esperarse que la persona detrás de esta especie de mascarada se apaciguara para no llamar la atención en un momento que debe considerar crítico. De hecho, según el resumen pericial que nos ha facilitado Jungkook y el informe que había empezado a archivar Namjoon, la personalidad del responsable de este nuevo pandemonio se ajusta más a la de un adolescente o a la de un individuo con muy poca paciencia. Aun cuando pueda sonar calculador, se nota que avanza sobre el plan de otro, lo que nos lleva a relacionarlo con la investigación que dirigía Haruna Min años atrás. Nuestro culpable es impulsivo y está a punto de explotar, siendo el momento propicio para dejarse camuflajear por el velo de la multitud el próximo fin de semana.
—¿El festival de Música Clásica en Central Park?
Seok Jin arqueó una ceja a lo que Jimin asintió. Curiosamente su querido estafador evanescente, que firmaba las notas punzantes bajo el seudónimo de Magnus Gloss podía aparecer en un evento de ese calibre, la pregunta era… ¿Exactamente cómo?
—Park, deja ya eso de la pintura y regresa con nosotros. En cinco minutos haz visto lo que media estación no ha podido hilvanar en seis meses…
Jimin tuvo que respirar para no atragantarse con su bebida. Yoongi estaba allí para darle palmaditas en la espalda e instarle a que inhalara correctamente. Una mirada asesina fue dirigida por parte de aquellos gatunos ojos en verde con el fin de que Seok Jin cerrara la boca.
—Gracias… Yoon…—Consiguió articular una vez que el aire circuló de vuelta a sus pulmones—No estoy interesado en esa vida. Quiero empezar de cero y esa persona se está esforzando por arrastrarme hasta aquí. Solo espero que esté consciente de que no tendremos piedad. De hecho ese es el trato, ustedes tendrán a su criminal, y nosotros seguiremos adelante. Park Jimin y Min Yoon Gi dejaron este mundo años atrás y esa es la historia que seguiremos contando a quién se atreva a preguntar.
Resolvió casi pidiendo que Yoongi intercambiara posiciones con él para incorporarse cómodamente sobre el regazo del más pálido. El abrazo en su cintura y la respiración del médico en su nuca consiguió que una suave calma envolviera el agitado corazón del de ojos azules. Seok Jin asintió con una expresión casi melancólica.
—Solo te elogiaba Minnie. Creo que no tienes idea de cuánto te queremos por aquí…
El silencio se hizo presente a pesar de estar rodeados de una multitud que no escatimaba en demostrarse afecto y otras expresiones un poco pasadas de tono. Al menos durante esa fracción de minutos todo estuvo bajo el peso de las miradas vidriosas de un pasado en común hasta que Hoseok proclamó que después de todo estaban en una discoteca, aun cuando la razón fuera jugar al arte de la guerra modificado.
Pronto cada quien estuvo inmerso en una nueva conversación o en la invitación de ir la pista a bailar, mientras el alcohol se mezclaba con el humo de los cigarrillos en una velada que sería registrada por el sistema de seguridad de la Dieciséis del Empire State.
Ese mismo que desde uno de los servidores de Cuántico, Asahi Miyazano descargaba antes de hacerse con más imágenes que pronto tendrían un lugar en el metraje de su vida.
Quizás estaba soñando con algo irreal, quizás estaba a punto de fallar, pero cuando se despidió del control de la primera entrada que solía custodiar Beomgyu, la idea de visitar a Elle e intentar hilvanar una despedida le tomó por sorpresa, cuando en su corazón el odio peleaba contra la óptica de los que tienen una personalidad al límite de la cordura.
Clasificado como un adolescente problemático con Trastorno de Hiperactividad y Déficit de Atención en Japón. Como un individuo con personalidad Borderline en potencia con tendencias a la disociación, así rezaba el reporte emitido por su última terapeuta al iniciar la facultad en Oxford.
Ser brillante tiene un precio, pero la oscuridad detrás de los ojos morenos de Asahi parecía solo hipnotizar a una encantada Elle Martin que sin importarle que pasaran las tres de la madrugada de un jueves, habría la ventana trasera del dormitorio que poseía en la residencia estudiantil de la Academia para permitir la entrada al chico de la melena pelirroja a quien ya amaba desde mucho tiempo atrás.
—Pensé que nunca llegarías… ¿Qué tal el trabajo?
Le cuestionó cuando él logró atravesar el marco de la ventana con un ágil salto. No hubo un beso pero sí un abrazo apretado que la hizo temblar.
—Tengo que decirte algo, pequeña Elle, es… es de suma importancia que me escuches…
Los agrietados labios, producto a la mala costumbre de morderlos le sonaron irresistibles a la castaña.
—Yo también tengo algo que decirte, Ryu-shi…
Esa respuesta no la esperaba y por unos instantes Asahi se vio tentando a cometer un crimen que no figuraba en ninguna planificación. Sería demasiado sospechoso que encontraran a Elle asfixiada en su dormitorio por negligencia cuando media ciudad se cuestionaba a dónde había ido a parar el estafador evanescente.
Una sonrisa forzada se formó en su atractivo rostro mientras le guiaba para que tomara asiento en el diván que la chica usaba para estudiar regularmente.
—Entonces habla tú primero, pequeña…
Resolvió acariciándole las manos y ella tomó valor para confesarle lo que para muchos sería una calamidad.
—Estoy embarazada… y… y lo quiero tener…
Por unos instantes Asahi deseó que todo fuera una broma de mal gusto. Por unos instantes la máscara cetrina que solía separarlo de la humanidad y que únicamente adelgazaba en presencia de Elle se cayó a pedazos dejando lugar al dolor de recordar que él también había sido considerado un error.
No podía hacer promesas. No cuando estaba punto de firmar el último contrato de sangre por la venganza de su hermana, pero demonios, tampoco era capaz de permitirse decir que no.
—¿Ryu-shi?¿Qué significan estas lágrimas?
Las manos menudas y frías le rozaron las mejillas y Asahi comprendió con lentitud que ya era muy tarde. Aun cuando se había repetido una y mil veces que no dejaría esa huella en un mundo que no creía en la piedad de comprender la diferencia, el amor de Elle estaba allí, expandiéndose como una semilla luminosa para aplacar la masiva soledad.
Una sonrisa más parecida a una mueca terminó enmarcándole el rostro mientras pasaba de mirarla a los ojos para refugiarse en la calidez de su cuello.
—Te elijo a ti… te elijo a ti…
Repitió unas cuantas veces más y entonces fue el turno de Elle para derramar lágrimas que no comprendía del todo.
¿Sería posible que se tratara solo de ese silencioso trato cuando estaba involucrado el amor? ¿En serio somos tan efímeros como esta chica que vive feliz entre cuentos de ignorancia en un mundo consumido por una furia que no le pertenece?
La respuesta que buscamos no siempre es la correcta. En el ajedrez, después de pautada una jugada tampoco hay vuelta atrás. Solo resta encerrar al Rey hasta que se pronuncie jaque mate.
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DOPPELGÄNGER
“Compararse es el pecado de la humanidad. En lugar de explotar el regalo que le han concedido en una existencia insignificante con respecto a la magnitud del universo, solo se devanan los sesos analizando apreciaciones que pueden ser cuestionadas.
No somos los mismos que llegaron a la jungla de concreto de la civilización antes de ver la isla del conocimiento. El diámetro de tu alma deberá ser suficiente para soportar la carga de tu conciencia.”
La oscuridad también puede ser una decisión…
BORDERLINE x DOPPELGAÄNGER
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