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36

Cuando el ascensor se abrió, el chico salió danzando al ritmo de la música que escuchaba a través de sus audífonos, era el tercer piso en el que bajaban y él debía asegurar las bombas en las paredes de los pisos más altos. Mientras mueve sus brazos y cadera al avanzar por el pasillo, las personas que trabajan en ese lugar ahora corren. Los que visten batas intentan evitar al chico y huir por las escaleras de emergencia, mientras qué aquellos uniformados se alistaban para disparar.

Los hombres estaban tan atentos al chico que danza como si no estuviera siendo apuntado qué no se percatan del par de personas que salen del ascensor a disparar hasta que los tres uniformados caen muertos.

— ¿Vamos a tener que cubrirle el trasero siempre? —pregunta Elly.

Seungmin suspira mientras ve a Hyunjin colocar la bomba en una pared. El chico sigue demasiado atento a su trabajo mientras canta y baila, no puede quejarse, sabe que Hyunjin ama todo lo que conlleva el baile y que hasta cierto punto lo ayuda a concentrarse. Y que por alguna razón, desde que sale con Minho y no está cerca suyo tiende a recurrir más a la música que antes. Seungmin no dirá nada en voz alta porque sabe que todo será negado, pero es como si Hyunjin tuviera miedo de que algo le pase a Minho y recurre a distraerse, lo cual sí es una sorpresa ya que todos crecen con la idea de que nunca sabes si ese es el día en que morirás y por ende, van perdiendo poco a poco ese miedo a separarse y se adaptan un poco más al proceso de muerte.

Si debe ser honesto, él también se siente un poco nervioso. Tal vez es la gravedad del asunto o haber pasado también tanto tiempo con Minho, pero sentirse asustado es incluso agradable. Seungmin, quien creció en una guardería donde la muerte fue el pan de cada día hasta volverse normal a su corta edad, ahora temía morir y ver a aquellos que ama hacerlo. Como si la llegada de Minho los hubiese vuelto más conscientes de ello.

Well, I looked all over the world and there's every type of girl, but your empty eyes seem to pass me by leave me dancing with myself.

Hyunjin termina de fijar la bomba antes de retirarse sus audífonos para poder hablar con sus compañeros.

— Bien, solo nos falta una más.

— ¿Al siguiente piso podrías al menos fijarte qué un guardia no esté esperándote para disparar?

— ¿Dónde queda la diversión en eso?

Elly resopla mientras se cruza de brazos, entonces, presta atención al lugar mientras Hyunjin prepara la siguiente bomba.

— Me pone de nervios qué manipules eso con tanta confianza.

— Claro que lo hago, son las bombas de Jisung.

— Por eso lo digo, ¿No es Jisung el qué dice que ni él mismo sabe si explotará en su mano o si acaso lo hará?

Ambos chicos sonríen, Hyunjin recordó la vez que lanzó una bomba y que nunca explotó, sin embargo, a los tres días pudieron escuchar un estallido, un efecto demasiado tardío. Seungmin recordó cuando Jisung dejó su mochila fuera de la tienda que estaban saqueando y cómo mientras estaban adentro, se escuchó la explosión del auto donde estaban sus cosas. Primero se asustaron porque Changbin estaba haciendo guardia, pero resultó qué justo en ese momento el chico había ido a otro lado para orinar.

Aunque bromeaban con eso diciendo que una meada salvó la vida del mecánico, Jisung se mostró muy angustiado y desde ese momento pone mayor atención a sus creaciones.

— Solo sé que sí Jisung nos dió esta bomba, es seguro —agrega Hyunjin.

Elly resopla mientras observa con mayor atención el lugar, sintiendo de pronto una sensación extraña a la que no sabía darle nombre.

— ¿Saben? —dijo la chica— Sabía que el consejo vive cómodamente pero esto es muy moderno incluso para ellos.

Los chicos miran el amplio pasillo blanco, está demasiado limpio, hay pequeñas mesas ordenadas de forma estratégica para poder dejar cosas sin qué sea molesto o estorboso al caminar, hay una pantalla qué solo transmite un logo grande de una D entre edificios. Elly tiene razón, es demasiado extraño, casi moderno para una sociedad qué se quedó estancada en el tiempo.

Aún así, no le toman importancia y deciden continuar al piso siguiente, pero cuando caminan hacia el ascensor, la televisión cambia a una pantalla azul mientras se escucha un sonido agudo qué atrapa la atención de los tres. Dura así escasos segundos hasta que obtiene una imagen que los deja atónitos, era Jisung, pero se veía tan distinto, tan elegante y serio.

— Ciudadanos de Delling, esto es un aviso urgente que me veo obligado a compartir por el bienestar de mi gente. Hemos estado viviendo una mentira.

— ¿Qué hace Jisung ahí y qué mierda es Delling? —pregunta Elly.

— ¿"Mi gente"?

Seungmin y Hyunjin se observan sin entender nada.

— El día de hoy investigué en los archivos a los que pocos tienen acceso solo para descubrir la amarga verdad de nuestra ciudad. Delling es un domo donde nos tienen controlados. El gobierno causó el fin de la sociedad como se conocía, nunca fue cierto qué formaron alianzas entre países, crearon un virus qué terminó con la mayoría de la población y que causó estragos en los mismos, gente a la que marginaron y condenaron a vivir en situaciones deplorables tras estas paredes, un lugar llamado Nótt.

Jisung enseña a la cámara unas fotografías sobre el lugar que, para los televidentes es extraño, pero para los chicos en el edificio es su hogar. La gente mira la transmisión desde todos lados, pantallas en sus hogares, en el gran televisor de noticias cerca del centro, en sus celulares.
Los tres chicos se quedan enmudecidos, los pies de Seungmin flaquean y cae al suelo, aturdido.

— ¿De qué mierda está hablando?

— El gobierno nunca quiso nuestro bienestar, querían personas a las cuales controlar y por ello... Crearon gente. Sé que es difícil de creer y procesar, créanme por favor. El gobierno extrae ADN de la gente de afuera y hace clones para vivir en esta sociedad utópica, nosotros. Nos crean a nosotros, somos clones. Todos aquí en Delling, somos el reflejo de los que crecen en Nótt. Nos han implantado un chip para evitar que descubramos la verdad y alteran nuestra realidad con eso.

El sonido de unos golpes suena en la transmisión, Jisung se queda callado por unos segundos. Se escucha otra voz diciendo que los guardias ya están afuera.

— No tengo mucho tiempo, por favor, piensen en aquellos que ya no están con nosotros, los qué han perdido familia en el núcleo, los qué no regresan, los rebeldes. Es hora de empezar a vivir por nuestra cuenta, sin miedo. Y por eso es que ya he desactivado los chips que aquellos que decían cuidarnos implantaron en nosotros para acabar con nuestras vidas cuando seamos una amenaza para ellos.

Jisung sonríe, mostrando tras él una pantalla qué indicaba los chips se habían desactivado con éxito luego de introducir un código qué estaba anotado en los expedientes.

— Sigan vivos, por favor.

Entonces la transmisión se corta.
Los chicos se quedan en silencio unos segundos antes de escuchar ruido proveniente de fuera, distinguen el sonido de cosas rompiéndose y gritos. Seungmin cubre sus oídos, se acuerda de las veces que los hombres en las guarderías los culpaban de todas las desgracias mientras arrojaban sus platos de comida al suelo haciendo que se rompan. Recuerda el dolor de sus dedos cuando quitaba cristal roto de la comida para poder comer un poco y darle algo a los más pequeños.

Elly se agacha hasta su altura para poder acariciar su espalda diciéndole qué estarían bien. Hyunjin se coloca de nuevo sus audífonos diciendo que deben buscar al resto.

— Debemos ir hasta abajo y encontrarnos con los demás.

— ¡Ahí están!

Escuchan gritos, personas en batas de doctores y guardias aparecen, se ven realmente molestos.

— ¡Todo es culpa de esos intrusos!

— Genial, compañía —Hyunjin se queja mientras saca sus navajas—. Respeto la expresión emocional pero ¿Puedes calmar a Seungmin? Nos vendría bien una mano.

Hyunjin lanza una navaja qué impacta contra el pecho de un doctor, quien cae al suelo. Elly intenta hacer entrar en razón a Seungmin pidiéndole qué respire como les han enseñado, inhala por la nariz y exhala por la boca procurando qué se mueva el vientre y no el pecho. Seungmin asiente mientras sigue con las indicaciones, Elly no puede mantenerse más tiempo ahí cuando ve a Hyunjin correr hacia las personas.

— ¡Mierda, no eres inmortal!

Hyunjin apuñala el abdomen de un hombre y rápido saca la navaja para poder clavarla en el cuello de un guardia. Elly dispara hacia la cabeza de un hombre que corría intentando atrapar a Hyunjin.

— Seungmin, cariño, respira profundo.

Dice Elly mientras dispara intentando darle a un guardia qué ahora estaba escondido dentro de una habitación, solo asomándose para intentar dispararles de regreso. Seungmin se intenta calmar, no es la primera vez que está en medio del caos pero todo era tan extraño ahí, había disparado recuerdos qué no sabía que tenía y lo peor es saber que fue así porque el gobierno decidió qué él tenía que padecer por eso, mientras hacían otra versión idéntica a él para vivir bien.

¿Por qué no él? ¿Por qué debía sufrir? ¿Por qué tuvo que ver a sus amigos crecer para el consumo y diversión de otros? Seungmin golpea un par de veces su cabeza con sus manos, tiene que calmarse, tiene que estar bien.

Hyunjin se agacha para atrapar los cabellos de un hombre herido en el suelo y así poder obligarlo a levantar su cabeza.

— Antes de cortarte el cuello, ¿Qué mierda sucede aquí?

— No te diré nada... Sucio intruso.

El hombre escupe un poco de sangre, Hyunjin pone sus ojos en blanco antes de pasar su navaja por el cuello de éste para después soltar su cabeza. Se acerca a otro cuerpo en el suelo para poder quitarle la navaja del pecho y recuperarla mientras escucha de fondo un par de disparos.

— ¿Puedes darte prisa? Odio el ruido de los disparos.

— Que amargado.

Elly se queja mientras espera quieta frente la puerta donde el hombre se había escondido, estaba tan expuesta pero bastó qué el hombre se pusiera de pie para dispararle, para ella poder atacar. Da un tiro en su pecho y finalmente, cae. La chica suspira mientras le pide a Seungmin, que ya está más tranquilo, llamar el ascensor.

— ¿Qué crees que sea todo esto?

— Ni idea, pero tenemos que irnos.

En cuanto llega el ascensor, los tres chicos ingresan para poder dirigirse hasta abajo. Hyunjin menciona qué no van a detenerse en el otro piso como esperaban, no podían arriesgarse con Seungmin al borde de un segundo colapso, Elly está de acuerdo.

— Si esa persona decía la verdad... ¿Te das cuenta qué todo este tiempo hemos vivido cerca de la amada utopía? —pregunta Hyunjin—. Es difícil imaginar que hemos estado tan cerca y tan lejos de algo así.

— Creo que será más complicado de lo que pensábamos. Lo único bueno de esto es que el discurso se le vino abajo a Yuta.

Hyunjin sonríe ante lo dicho aunque aún está angustiado al respecto. Cuando llegan hasta el último piso, esperaba que al abrirse las puertas hubiera un lugar pulcro y amplio como los que habían estado viendo, pero en vez de eso apenas empezaron a abrirse pudo percibir un aroma nauseabundo qué les hizo cubrirse la nariz.

Los tres se miraron confundidos, ese aroma era tan amargo y familiar, el aroma a muerte.

— Deberíamos regresar.

— ¿Y si los chicos están aquí y necesitan ayuda? —pregunta Seungmin—. Deberíamos revisar.

Elly se muestra no muy convencida pero al final asiente mientras los tres salen, cuando las puertas se cierran tras ellos traga saliva con pesadez, ahora solo quedaba avanzar. El lugar parecía una bodega, estaba helado ahí, podía ver el vaho saliendo de sus bocas. Estaba completamente tranquilo, pero su cuerpo se estremeció cuando a medida que avanzaban podía ver extremidades colgando de ganchos sujetos al techo. Elly llevó su diestra hacia su boca, intentando contener el asco mientras los chicos, sorprendidos, se quedaron inmóviles. Había cubetas con sangre en el suelo, cortinas de plástico manchadas de sangre qué cubren una mesa de metal donde supusieron, cortaban los cuerpos.

— Debe ser donde faenan a las personas... —dice Hyunjin en voz baja.

— Tienes razón, chico —escuchan la voz de un hombre—. Ahora, bajen sus armas.

Seungmin y Elly dejan sus pistolas en el suelo mientras observan a un hombre apuntarlos, se ve grande y viejo, no representará un problema para ellos así que deciden mostrarse aparentemente cooperativos. El hombre eleva su ceja izquierda con incredulidad mientras mira a Hyunjin.

— ¿Tú no tienes una?

— ¿Qué puedo decir? Soy así de genial —responde con desinterés fingido mientras piensa en el momento ideal para lanzarle una navaja.

— Nadie aquí está exento de la muerte, chico, te recomiendo que no juegues conmigo.

Hyunjin sonríe de lado mientras dirige con lentitud su mano hacia su bolsillo, pero el grito de Elly lo hace girar rápido solo para ver a la chica forcejear con alguien en el suelo, Seungmin intenta tomar su arma pero el chico con el que forcejear Elly alcanza a patearla lejos. Hyunjin lanza su navaja pero no consigue lanzarla por el miedo de darle a la chica en medio del forcejeo.

— ¡Calmados todos!

Grita el hombre. El chico se calma pero apunta a Elly con un arma mientras gira hacia ellos.

— ¡Él iba a atacarte!

Se queja señalando a Hyunjin y cuando lo hace, los tres chicos se quedan atónitos. Seungmin suspira con sorpresa e ingenuidad, Hyunjin abre otro poco sus ojos sintiendo qué todo le daba vueltas y aunque Jeongin también se sorprende, vuelve a hacer un gesto de molestia mientras se levanta para caminar hacia el hombre.

— Te dije qué debíamos bloquear el ascensor.

— ¿Y encerrarnos cómo ratones para morir?

— ¿Cómo es que tú..? —hyunjin no puede terminar la pregunta debido a la mirada cargada de odio del más joven.

El hombre eleva una ceja antes de hacer una expresión de comprender la situación y posteriormente, deja el arma sobre la pequeña mesa junto a él. Entiende que nadie matará a nadie.

— Son tus amigos, eh.

— Deben irse.

— ¿Irnos? Jeongin, mierda, estás vivo.

— No gracias a ustedes.

— ¿Cómo es qué sobreviviste? —pregunta Seungmin.

— No es de su incumbencia.

— ¿Hola? Casi me mata —dice Elly, sorprendida del cambio de ambiente qué ha tomado la situación.

— Mira, la situación está jodida —menciona Hwang—, pero incluso si no es con nosotros, deben salir de aquí.

— ¿A su estúpida guerra? Paso.

— El lugar va a explotar.

— Genial. No solo me arruinan un hogar, sino dos.

— Tal vez es hora de movernos, niño.

Jeongin suspira, agachandose hasta la altura del hombre sentado, su expresión pasa de enfado a un gesto más suave. Hyunjin siente su estómago retorcerse ante esa muestra de compasión hacia alguien del consejo pero pronto recuerda, que Jeongin ya es uno de ellos.

— ¿Puedes avanzar? —le pregunta al hombre.

— Soy de acero, niño. Solo trae a Bob —responde señalando la radio—. Es la única que tiene a mi amada Vera.

— Podemos llevarlos hacia una de las camionetas —dice Seungmin.

— No necesitamos su caridad —gruñe Jeongin.

— Bueno. Si quieres ser aplastado por un pedazo de edificio, bien por nosotros.

Jeongin pone sus ojos en blanco antes de extender su mano hacia el hombre para ayudarlo a levantarse. El hombre sonríe, entretenido con la situación, los tres chicos se dirigen al ascensor mientras Elly les sigue reclamando por ayudar a quien casi la mata, Jeongin toma la radio mientras el hombre posa su mano sobre su hombro.

— Finalmente vamos a respirar aire fresco, niño. No más olor a muerte.

Y Jeongin sonríe, no le gusta la idea de estar cerca de wolfgang, menos de Hyunjin, pero está satisfecho con poder salir de ese lugar, sobre todo porque no podía irse sin el hombre y le daba miedo que de seguir ahí, ambos murieran. No podría alejarse de aquel que salvó su vida y la idea de empezar de cero, ahora era una esperanza. Aunque no sabe si lo merece, después de todo, desde que está en ese lugar ha hecho cosas muy cuestionables aunque sean para sobrevivir.

Ahora estaba sucio.

Siempre escuchó de wolfgang qué la gente del consejo no merece ser feliz, ¿Dirían lo mismo de él?

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