28
Delling
Cuando llegaron al sitio donde la gente de Jeongin solía reunirse, ya estaban los padres de Minho, claro, sin entender nada y con temor de resultar heridos. Al ver a su hijo se sintieron aliviados, antes de disponerse a pedir que lo dejen libre a él y que ellos les darían lo que quisieran. Era una amplia bodega, Lee Know no podía ver el final aunque quisiera, Jeongin dijo que antes era una fábrica que no fue restaurada tras el fracaso del producto en venta que alguna vez se vendió en masa, debido a eso el enorme tamaño.
— Debo admitir, Minho, pensé que tú eras testarudo hasta que los conocí a ellos —habló Jeongin, descendiendo del auto—, no nos creen que estás de nuestro lado.
— Hablaré con ellos...
— Creo que contar bien la historia en general y no por cada persona facilitará este proceso, ¿No crees? —preguntó el chico
Lee Know torció sus labios, asintiendo no muy convencido. Les había hablado muy poco sobre el cambio de realidad con Minho, asegurando que pronto les explicaría mejor, cuando estuvieran en otra situación que no sea huyendo en un vehículo, pero sabía que tenía que explicarlo todo mejor lo antes posible y no solo a ellos, a sus padres también... O los señores Lee, no sabía qué reacción esperar, tal vez luego de decir la verdad se quedaría sin padres otra vez.
— Minho, nos alegra tanto verte a salvo... —dijo la mujer, abrazando a su hijo— esta gente dice muchas cosas...
— Te sacaremos de aquí pronto —habla su padre—, solo déjanos ver qué quieren.
— Solo quieren mantenerlos a salvo —responde Lee—, ellos son buenas personas.
— Son rebeldes —dice la mujer.
— No tenemos rabia si es lo que desea insinuar, señora —interrumpe Jeongin, ofendido por el tono despectivo—. Salva a las personas de que les laven el cerebro y eres lo peor.
Lee Know pone sus ojos en blanco, antes de tomar asiento en una de las sillas junto a dónde estaban sentados antes sus padres. Chan hace lo mismo, aún se encuentra un poco aturdido por todo lo ocurrido pero quiere escuchar la versión completa, quería sacarse finalmente todo el mar de dudas que era su mente en ese momento y dejar de lado la extraña humillación que sentía ahora luego de entregarse de forma tan íntima a una persona que no era quien él creía.
— En realidad, Jeongin tiene razón. Estoy con ellos, mamá, papá.
— Pero... ¿Minho? ¿No te hemos dado todo? ¿Por qué ser un rebelde?
— Delling no es lo que parece, es un sitio muy turbio que debe quedar al descubierto. No es por ustedes, han hecho lo mejor que pueden, no solo conmigo... Con Minho también —dice avergonzado.
— ¿A qué te..?
— Yo no soy Minho, es decir... Sí, me llamo así, pero soy mejor conocido como Lee Know. Vengo de Nótt, un lugar con estragos de una guerra que no se pudo evitar entre todos los países, residía en el año 2080 cuando un accidente hizo que cambie de lugares con Minho. Esa noche, él intentó salvarme en el túnel del tren, pero algo pasó y yo acabé aquí, mientras Minho terminó en Nótt.
— No entiendo... ¿Minho?
— Lee Know —corrigió el chico, mirando al suelo—, soy Lee Know. Sé que es difícil de creer y no espero que lo hagan ahora. Lo único que sé es que he tenido los mejores días de mi vida en parte gracias a ustedes, antes del cambio no habría pensado si quiera en tener unos padres, mucho menos que me quisieran. Yo entiendo si una vez procesado no me quieren ver otra vez, pero en este momento lo que importa es que el consejo ha emitido una alerta buscando mi cabeza, no están a salvo fuera y definitivamente, empezará una rebelión.
Los adultos no dijeron nada por unos segundos, se quedaron en silencio asimilando las cosas hasta que el hombre tragó con dificultad.
— ¿Y... Minho?
Lee Know sintió una punzada en su pecho, pero trató de mostrarse tranquilo, no quería verse demasiado sentimental en ese momento porque sabía que era natural que para los adultos, una prioridad sea saber el paradero de su verdadero hijo, no, de su único hijo.
— Intentaré regresarlo una vez terminado este caos, señor Lee. Por ahora, permanezcan aquí, por favor. Necesitamos arreglar unas cosas para conseguir la amada libertad.
— Hablas mucho de libertad, pero no nos dices porqué ahora no somos libres —dice Chan.
— ¡Yo me encargo! —habla Jeongin, abriendo una paleta con la que señaló después hacia la derecha antes de introducirla a su boca—. Por favor, caminen hacia la siguiente habitación, les presentarán un bonito vídeo en un seguro formato de vídeo que hice personalmente para evidenciar las cosas horribles que hace el núcleo.
Un hombre se acercó a los tres para guiarlos como dijo el chico, no muy convencidos aceptaron porque era más su curiosidad por saber de qué se estaba hablando y en qué estaban metidos. Jeongin caminó en sentido contrario haciendo una seña a Lee para que lo siga, algo que el chico acató.
— No sé si sea buena idea, Jeongin.
— Descuida, Lee Know —respondió haciendo énfasis en su nombre—, los cadáveres están censurados. Ahora, hablemos de algo importante. Ya no tenemos tiempo, debemos que atacar.
— ¿Y qué piensas hacer?
— Pienso que debemos actuar primero dónde más les duele.
— ¿Y eso sería..?
— El control de las masas, claro.
Jeongin se acercó hasta un chico que tecleaba un par de cosas en su laptop, diciendo que estaba haciendo los últimos ajustes para la cámara. Lee Know se acercó, curioso mientras veía capturas del noticiero de Delling, las cuáles el chico estaba editando.
— ¿Y eso es para..?
— Vamos a interrumpir la transmisión de las seis.
— ¿Vas a proyectar un vídeo?
— No solo eso, un mensaje invitando a la gente a unirse. Estoy seguro que muchos no aprueban todo sin titubear y que más de uno se cuestiona el modo de vida actual, las estúpidas reglas estrictas y la falta de libertad de expresión, pero necesitan motivación.
— ¿Ahora eres predicador? —preguntó Lee Know, cruzándose de brazos con una sonrisa burlona.
— Yo no, mi querido gemelo malvado, tú lo harás.
— Vete a la mierda, ¿No se supone que eres tú el líder?
— Sí, pero tras la alerta de hoy eres el rostro del movimiento.
— ¿Por qué?
— Un pobre chico accidentado que era un ciudadano ejemplar, ahora siendo buscado injustamente, ¿Por qué? ¿Por qué el consejo es tan cruel? —el chico llevó su brazo hacia su frente para darle dramatismo antes de soltar una carcajada—. Ahora entiendo porqué te sabes todos los insultos posibles pero no las leyes, no tienes memoria selectiva, solo eres un desgraciado.
Lee Know gruñó un poco al respecto y finalmente, suspiró. No podía negar eso, Minho y él eran tan diferentes que solo la pérdida de memoria podría despistar, eso o unos padres muy permisivos que no dudarían jamás de algo así.
— ¿Y qué diré?
— Te daremos un mensaje que debes memorizar. Tenemos poco tiempo, debemos terminar antes de darles oportunidad de rastrear la señal —respondió, revisando su celular antes de sonreír—. Te alegrará saber que los padres de Chan ya están aquí. Y al parecer llegamos a tiempo, ya había gente del consejo merodeando en el trabajo del señor Bang.
— Son una mierda, de no haber llegado a tiempo...
— No pensemos en eso, debemos concentrarnos en lo que tenemos ahora. Esos imbéciles nos han dado la oportunidad de empezar el ataque porque ya no tenemos que ocultarnos, hay que aprovecharlo —entonces arqueó una ceja—. ¿Siempre dices mierda?
— Me contuve mucho tiempo —respondió elevando sus hombros—. Ésta mierda está muy mierda, he visto mierda pero nunca tan mierda como la mierda de hoy.
— Entendí, entendí. Memoriza esto —respondió, entregándole una hoja.
Mientras tanto, los señores Bang permanecían en shock ante la evidencia que les mostraban, gente desaparecida, rebeldes luchando por la libertad de expresión, no solo porque algo malo ocurría con ellos como lo hacía ver el consejo. Se sentían abrumados, ¿La amada ciudad en la que habían crecido siempre fue así?
Chan dejó de mirar hacia la pantalla cuando salió el caso de Kang Daniel. No había interactuado mucho con él, recuerda que sus padres le pidieron ser niñero de Bang un par de veces ya que el chico trabajaba de niñero en ocasiones para adquirir experiencia con el trato hacia otros más que por lo económico.
— Bang Chan, se me informa que tus padres ya están en otra habitación siendo informados de la situación —dijo un chico—. En un momento podrás pasar a verlos.
— Muchas gracias.
Respondió el chico, más aliviado de saber que sus padres estaban a salvo luego de toda la información que había recibido sobre el lugar, muertes elaboradas, secretos, lavado de mente, ¿Ese fue el mundo al que anheló pertenecer? Ahora le daba escalofríos pensar el no descubrirlo antes.
— Chan, pasas tiempo con ese chico... —habló el señor Lee— dime, ¿Es muy diferente a nuestro Minho?
El chico se quedó en silencio unos segundos, pensando, se sentía en parte traicionado, herido de saber todo eso después de que tantas cosas ocurrieron. Él siempre tuvo en mente la idea de que estaba con Lee Minho, pero ahora... Era como saber que estuvo con un extraño, y al mismo tiempo, con alguien cercano.
— Lo es, mucho... Pero no es malo. Sé que sus intenciones siempre fueron buenas.
— ¿Cómo estás seguro? Se infiltró entre nosotros, actuó como si fuera Minho, ¡Nos metió a una rebelión!
— Sé que Minh... Lee Know, no habría hecho algo así de no ser necesario. Si algo tengo claro de él es que ama mucho esta vida... Los ama mucho a ustedes, siempre me habla de lo que hacen y cuando salimos procura llevarles algo de comer porque sabe que amarán tal postre.
Los adultos se limitaron a guardar silencio mientras la mujer apoya su cabeza sobre el hombro de su marido. Un chico entró al lugar, llegó directo hacia la pantalla donde la presentación había terminado y tras sacar el dvd, se dispuso a colocar el canal de noticias en espera de la transmisión. Aunque mientras eso ocurría, se giró en dirección a las tres personas.
— Dejen me presento, son Wonho, encantado. En un momento los voy a dirigir hacia unas habitaciones improvisadas para que puedan descansar, encontrarán ropa cómoda sobre los catres y un pequeño folleto con las claves más importantes.
— ¿Claves?
— Claro, recogerlos a ustedes fue el plan canario. Pero tenemos el plan hormiga, alerta rosa, maniobra delta. De las maniobras no tendrán que memorizar nada, son para gente que sale a campo, pero las claves son importantes ya que en caso de movilizarnos rápido, deben saber porqué y cómo actuar —posterior a eso, tomó asiento junto a ellos, mirando con atención y orgullo la pantalla—. Por ahora, querrán ver esto.
Las tres personas guardaron silencio, aún confundidos mientras observan las noticias, no había un conductor, solo la presencia de imágenes y la voz de alguien explicando brevemente todo. El noticiero se impartía cada ciertas horas, no había mucho por compartir en un lugar donde evitaban los accidentes, así que eran breves y más un correo formativo que un noticiero formal. Pero en medio de la nota, la señal empezó a distorsionarse, el hombre que narraba dijo que presentaban fallos técnicos que se arreglarían pronto, en vez de eso, la imagen fue reemplazada por Lee Know, en una habitación, vistiendo un traje formal. Los señores Lee se mostraron alarmados, ¿Qué más ocurriría? Por su parte, Bang mostró curiosidad al respecto.
Una vez la señal se estabilizó, Lee Know empezó a hablar.
— Ciudadanos de Delling, deben haber escuchado mucho sobre mí en estas horas. El núcleo de pronto le ha puesto precio a mi cabeza, lo que deben saber es que sí, soy un rebelde, si querer ser libre me hace serlo entonces lo seré siempre. El alto mando nos ha estado mintiendo para seguir una vida sin cuestionarnos nada, ¡Basta de eso! ¡Basta de vivir siguiendo las estrictas reglas que si cuestionamos nos volvemos lo peor! —tomó unas hojas con diferentes caras que fue pasando rápidamente sin dejar de mirar hacia la cámara—. Basta de ver a nuestros seres amados morir por decir la verdad. Es momento de levantarnos y luchar por lo que merecemos. ¡Es momento de pelear por nuestros ideales! El núcleo nos miente y hay bastantes pruebas al respecto. ¡Únanse! ¡Luchen! ¡Empecemos a vivir! Quienes deseen hacerlo, sabrán dónde encontrarnos. Basta de una vida agachando la cabeza, el cielo es hermoso para no verlo.
— Debemos cortar —se escuchó una voz de fondo.
— Ah, por cierto, señor Han —habló Lee Know, mostrando posteriormente su dedo medio a la cámara con una sonrisa ladina—, que lugar de mierda es ese, cancele mi solicitud.
Y finalmente, la transmisión se cortó, dejando una señal azul en su lugar.
No había duda ahora, el momento de rebelarse había iniciado.
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