2
Minho nunca se había preocupado por la vida, tenía comida, un techo donde vivir y más lujos de los que podría pedir. En su mundo todo eso era posible, la comodidad en la que estuvo desde la cuna y su entorno nunca lo llevaron a cuestionarse qué pasaría si no tuviera nada de eso, la sola idea no había pasado por su mente. Creció como un niño rico hijo de un padre arquitecto y una madre doctora. Desde pequeño tenía lo que quería y también su futuro escrito, crecería para tomar el camino de la medicina y seguiría viviendo bien pues era una carrera muy bien pagada en Delling, aunque los accidentes eran pocos, las enfermedades seguían y toda la gente tenía dinero para ir a consultas, incluso era casi una regla no escrita hacerse un chequeo rutinario una vez cada cuatro meses. Pero de pronto todo ese futuro cercano empezaba a desbordarse por sus manos.
"Está despertando."
Minho llevó sus manos hacia sus ojos para frotarse, la luz le estaba lastimando un poco pero apenas iba a quejarse, disminuyó haciéndose más tolerable. Su cabeza dolía un poco como la mayor resaca de su vida, aunque para ello no había que escarbar mucho. Tenía poca tolerancia al alcohol y su resaca usualmente era por tres botellas cuando decidía ponerse "un poco rebelde" hasta que Chan le pedía parar. Abrió sus ojos y una sonrisa se instaló en su rostro.
— Felix, hola.
Murmuró estirándose un poco hasta que despertó por completo mientras se sentaba de golpe. El chico pecoso usualmente tenía su cabello naranja dándole un aura demasiado adorable, o al menos así lo veía él, pero ahora su cabello plateado y ese extraño maquillaje bajo sus ojos de ojeras rojas lo hacían ver intimidante.
— Bueno, me conoce —mencionó el chico con una sonrisa, mirando tras Minho antes de llevar su mano hacia su frente—. No hay fiebre, debió ser el shock. Estuvo muy cerca de esos imbéciles, cualquiera se habría asustado.
— No es Minho —mencionó repentinamente Chan, apareciendo tras Minho para posicionarse junto a Felix—. Míralo bien. No tiene su tatuaje, además... El brillo en sus ojos no es igual...
— "¿El brillo en sus ojos no es igual?" —preguntó Felix con burla antes de soltar una carcajada acallada por un golpe en su cabeza cuando la palma de Chan impactó—. ¡Hey! No es mi culpa que digas cosas tan cursis.
— ¡Sabes a lo que me refiero!
— Bien, no es Minho... —murmuró cambiando rápidamente el tema antes de acabar riendo otra vez. Miró al castaño frente a él y con total paciencia tomó sus manos para atraer su atención—. Ahora dinos, ¿Quién eres?
— Te enviaron del consejo a espiar, ¿Cierto? —interrumpió el mayor—. ¿¡Qué le hicieron a Minho!?
— ¡Chan, mierda, cálmate! —habló Felix esta vez con molestia en su voz, mirando al chico retando a que se atreviera a hablar otra vez—. Es mi paciente, cállate.
El mayor retrocedió un paso, frustrado con ello pero haciendo caso a su compañero antes de que el chico terminara por retomar lo que hacía. Centrándose solo en Felix, el castaño habló.
— Me llamo Minho... No sé qué está pasando... Yo solo esperaba el tren de regreso a casa...
— ¿El tren? Minho, ¿Eres consciente de que el tren ya no existe desde hace años?
— Yo no... No es cierto, estaba esperándolo, apenas lo tomé ayer.
— ¿Qué más recuerdas?
— Terminé las compras de navidad, era casi la hora del cierre cuando estaba de regreso a casa, de pronto alguien pidió ayuda dentro del túnel y... ¡Ah! Había alguien idéntico a mí, pero con una línea roja sobre su párpado.
— ¡Ese es Minho! —habló Chan con una amplia sonrisa que acabó en una mueca de preocupación—. Dijiste que pedía ayuda, ¿Qué pasó?
— Estaba herido... No sé con exactitud la razón pero uno de esos hombres raros maquillados de payasos dijo que alguien había disparado. Tal vez se quedó escondido ahí...
— Imposible —habló Felix esta vez con un tono de voz más tranquilo e incluso se atrevería a decir que percibía angustia—. Minho es terco y grosero, pero no un cobarde. Incluso herido se habría arrastrado para encarar a aquellos hombres una vez se viera acorralado.
— Esos imbéciles lo lastimaron —habló Chan, podía verse el odio en su mirada, la tensión en sus puños apretados con fuerza pero al final, con un suspiro acabó relajándose antes de esconder sus manos en su rostro.
Felix se acercó a palmear su espalda, repentinamente podía sentir la tristeza en ambos aunque no entendía bien la razón, desearía poder hacer o decir algo más para ayudarlos—. Tranquilo, Chan, está bien, es Minho. Lo preocupante aquí es este nuevo Minho.
— ¿Disculpa?
— Lo que nos estás diciendo no tiene lógica —respondió rápidamente Felix—. Compras navideñas, esperar el tren, vienes demasiado limpio y aunque la curiosidad nos come vivos no hemos revisado entre sus cosas por respeto a tu persona. Pero vimos una cartera, cosas que hace años no se usan. ¿Puedes explicarnos de donde vienes?
— Soy de Delling, del distrito tres. Yo solo estaba siguiendo mi vida normal cuando ocurrió todo esto... En realidad no estoy entendiendo nada.
— Delling no existe aquí, debes decirnos exactamente de donde eres.
— Es de ese sitio donde provengo... Delling, donde me encontraron. Estaba para tomar la estación que me llevaría a casa. El toque de queda empezaría pronto.
— ¿Qué día era, Minho?
— Veinte de diciembre del 2050.
Ambos chicos se sobresaltaron al escucharle, compartieron una mirada mutua de asombro y duda antes de que Chan se acercara a tomar asiento junto a Felix, esta vez más interesado se dispuso a preguntar.
— ¿2050? Minho... Estamos en el 2080.
— Eso no es... Es imposible...
El ruido de la puerta abrirse llamó la atención de todos, frente a ellos un chico rubio de cabello un poco largo se abrió paso a dejar una caja que a simple vista lucía pesada. Era de cartón, ni siquiera estaba sellada con algo extra, solo cerrada con la misma tapa de la caja. El pelirrojo miró con una expresión de enfado hacia el chico, quien suspiró antes de estirarse.
— ¿Por qué tengo que traer este tipo de cosas yo y no Changbin?
— Está reforzando el último vehículo que echaste a perder —respondió Chan—. Que traigas una pieza debería ser lo de menos.
— No la eché a perder por gusto, además, no solo es cargar la pieza, ¿Sabes lo que tuve que dar a cambio?
— No me interesa, ve a contarle tus dramas a otro, Hyunjin.
El mencionado hizo un ademán con su mano derecha antes de mirar hacia Minho, quien se mantenía en silencio e incómodo por la situación, causando que el chico alto elevara una ceja con aparente sorpresa mientras estaba frente a él, tenía el cabello rubio que llegaba hasta sus hombros, también tenía un poco de sombra roja en las ojeras, vestía una especie de uniforme completamente negro y sin mangas.
— Vaya, no te burlaste al respecto, eso es nuevo para variar en este lugar.
— ¿Ah? —minho se sintió un poco intimidado cuando Hyunjin cruzó sus brazos mirándolo con atención, como si estuviese juzgándolo.
— Tú luces raro hoy.
Habló Hwang y antes de que pudiera decir algo, Felix se adelantó.
— Debemos hablar con todo el equipo, diles que hay junta.
Y con ello, Hyunjin asintió dando media vuelta hacia otro lado. El chico respetaba mucho a Felix, mucho más que Chan pese a ser el líder. Ambos chicos levantaron lo que tenían, el pelirrojo mencionó iría al "aula" antes de salir de la habitación. Minho suspiró, se sentía tan confundido, Felix le estiró un vaso con agua que no dudó en tomar y beber, estaba tan sediento y hambriento, el chico de cabello plateado sonrió dándole una palmada en su espalda.
— ¿Has escuchado de los viajes en el tiempo, Minho? ¿O de los cambios de realidad?
— Me parece haber leído algo al respecto en internet pero... Nunca busqué al respecto, honestamente.
— ¿Crees en un Dios?
Preguntó de pronto, el castaño se sorprendió mientras, guiado por Felix, se levantaba de la cama donde yacía sentado y jugando un poco con el vaso entre sus dedos, negó mordiendo con suavidad su labio inferior.
— De donde vengo no hay religión... Hace años se dijo que las creencias dividen a la gente y se estableció que las nuevas generaciones no creerían en una entidad divina.
— Se ve que de donde vienes es un lugar limpio y tranquilo, así que te daré un consejo —el chico se detuvo frente a una sábana que cubría muy apenas una ventana que, siendo de día podía notarse a través de la delgada tela—, será mejor que empieces a creer en algo.
Cuando Felix retiró la cortina, Minho sintió que iba a morir ahí mismo. Estaban en un piso alto entre varios edificios, todos con la mayoría de sus vidrios rotos, se veían viejos, habían muchos árboles que cubrían casi por completo las calles y que empezaban a trepar por los edificios pero a lo lejos el panorama grisáceo de las calles casi desiertas chocaba, como dos diferentes tipos de apocalipsis en un mismo lugar. Dio un pequeño salto cuando escuchó una explosión a lo lejos.
— ¿Dónde estoy? —susurró. Felix volvió a cubrir la ventana antes de guiarlo nuevamente esta vez hacia el lugar donde llevarían acabo la junta.
— Bienvenido a Nótt, Minho.
❀・°・❀
Me tomó tanto retomar y me siento apenada por ello pero espero ya no tardar tanto, han sido días muy locos. ¡Gracias por su paciencia! Seguro haré fichitas con las imágenes de los chicos para ayudar a las diferencias entre sus físicos, aunque por ahora sabrán que los que menos diferencias tienen son los Minhos(?) Donde el primero está inspirado en la imagen de On track y el segundo en la de In Life.
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