¿Estás cansado?

¿Estás harto?

El mundo es difícil, ¿Cierto?

Mátate. Mátate.

¿Por qué te sigues esforzando?

Nunca vas a salir de este infierno.

Siempre hiciste lo mejor.

Aún así terminaste aquí.

Mátate. Mata a todos.

¡Minho!

El castaño abrió sus ojos de golpe antes de cerrarlos con fuerza ante la sensación de ardor que llegó a ellos, por inercia se levantó hasta acabar sentado mientras llevaba sus manos hasta sus ojos, sobando sobre los párpados en un intento de calmar la sensación hasta que poco a poco consiguió que disminuyera. Aunque no pasó del todo, fue lo suficiente para que intentara abrirlos de nuevo con cuidado, siendo capaz de verse en una habitación grisácea, descansaba sobre una cama vieja, sus piernas cubiertas por una sucia manta blanca que ya era más oscura que clara. Pudo ver algo en su brazo, tenía conectado algo que reconoció como uno de los sueros que Felix conectaba a la gente más débil. Entonces se relajó. Giró un poco su rostro intentando encontrar algo más y pronto pudo ver a Chris descansando en un sofá a un lado suyo, dormía tan tranquilo pese a la incómoda posición pero bastó para que se sintiera más calmado.

Llevó su diestra hacia su frente, ¿Qué había pasado? Lo último que recordaba era una explosión, oh no, una explosión. La angustia empezó a escalar por todo su cuerpo y quiso despertar al pelirrojo, sin embargo, la voz grave del médico se hizo presencia en la habitación al tiempo que ingresaba con una sonrisa en cuanto lo vió.

— Veo que despertaste, nos tenías preocupados.

— ¿Qué ocurrió?

— Con calma, Minho, tuviste un colapso, no vuelvas a estresar a tu cerebro tan pronto. Todo está bien, así que voy a revisarte y luego podemos hablar, ¿Entendido?

Minho asintió, mirando de reojo a Chris aún dormir, cosa que lo hizo sonreír mientras Felix se acercaba con un estetoscopio, el cual empezó a pasar por su espalda mientras le pedía que respire profundo antes de soltar aire con suavidad.

— Me alegra que pueda dormir —habló de pronto Minho.

— ¿Hablas de Chris? Bueno, la gente suele dormir bien cuando está sedada.

Minho volteó horrorizado en dirección al chico de cabello plateado, quien lo miró por unos segundos antes de sonreír con culpabilidad.

— ¡Felix!

— No me mires así, tú no tuviste que verlo angustiado caminando por la habitación, casi le hace un hueco al suelo. Además, no ha descansado nada desde que caíste inconsciente, míralo como un acto de bondad.

— Aún así, es extremo sedarlo por unas horas de angustia.

— Ese es el problema, Minho, no llevas horas inconsciente, llevas tres días —habló, haciendo que la expresión del castaño se relajara—. Nos diste un susto de muerte. Esta mañana empezamos a temer que no volvieras a despertar. Le dará mucho gusto a los demás saber que estás bien.

— ¿Tres días? ¿Qué pasó?

— Te dije que no te angusties por eso ahora. Te traeré algo de comer, descansa un poco, ¿Si?

Sin decir más, Felix salió de la pequeña habitación. Minho se dejó caer en la cama hasta que su espalda tocó el duro colchón, podía sentir los resortes en su cuerpo, pero estaba tan sorprendido que ni siquiera era molesto. Estuvo tres días inconsciente. Pero por alguna razón, solo podía pensar en las palabras que escuchó poco antes de despertar, era una voz irreconocible, tan distorsionada, "mátate", un escalofrío recorrió su espalda tan solo con recordar esa palabra.

— ¿Minho?

El mencionado giró su cabeza un poco, lo suficiente para poder ver en la puerta a un animado Jisung, contagiado por su alegría sonrió de igual forma mientras hacía un ademán con su mano para que entre. El chico se acercó hasta poder tomar asiento en un pequeño espacio del colchón individual.

— Vi a Felix salir más relajado, supuse que eran buenas noticias.

— ¿Sabes cuándo son buenas noticias con solo verlo? —preguntó Minho, manteniendo su sonrisa mientras Han asentía aún feliz.

— Porque mientras estuviste dormido estaba muy tenso, es la primera vez en estos días que lo veo bajar los hombros.

— Siento haberlos preocupado.

— Está bien. Al que casi temíamos perder también era a Chris. No se despegó ni un minuto —dijo, con una expresión de sorpresa mientras suspiraba—. Incluso tuvimos que obligarlo a comer, no quería separarse de la cama. Felix le tuvo que inyectar un sedante.

Minho notó las ojeras marcadas en el rostro contrario, no le fue difícil deducir que también había estado angustiado así que terminó por acomodarse lo más posible a la orilla mientras palmeaba un pequeño espacio libre en el que Jisung terminó por acostarse, soltando un bostezo.

— Pensé que me quedaría sin compañero de vídeos.

Habló Jisung con una adormilada sonrisa, ahora solo su ojo izquierdo estaba entre abierto pero pronto acabó cerrando ambos para ceder al sueño. Minho se levantó, cubrió al chico con una de las mantas y tomó otra para abrigar a Chris. Se puso en cuclillas junto a éste y tomó su mano con una sonrisa.

— Gracias por no dejarme sólo, Chris.

Posteriormente, se incorporó para dejar un beso en la frente del chico antes de tomar asiento en un banquito a un lado. Ahora era su turno de esperar a que el mayor abriera los ojos y mientras lo hacía, no podía evitar mirar con atención el rostro del chico al mismo tiempo que los recuerdos de la situación previa a la explosión hacían de sus pensamientos un caos. No podía evitar preguntarse, ¿Qué hubiera ocurrido de no ser interrumpidos? La sola idea de pensar en algo más le era incluso imposible. Una cosa era la confianza que tenía con Hyunjin para ello, ¿Pero Chris? ¿El chico sentía algo por él? ¿O era un mero desahogo cómo sucedía en Nótt?

Resopló con frustración, por suerte, no tuvo que quedarse mucho tiempo solo con sus pensamientos pues de pronto pudo escuchar la voz de Changbin y Seungmin acercarse con entusiasmo, les sonrió, pero luego se sintió angustiado cuando vio a Hyunjin entrar cargando a Felix en su espalda, quien permanencia dormido apoyando su mentón en el hombro del más alto.

— Él también debía dormir un poco —habló rápido Changbin.

— Pero es tan terco —secundó Seungmin poniendo sus ojos en blanco mientras veía a Hyunjin acostar a Felix en un catre.

— ¿Por qué cada qué me descuido acaban inyectando a alguien para dormirlo?

— ¿Bromeas? Nosotros no sabemos inyectar —respondió Hyunjin, estirándose tras dejar al chico.

Minho hizo una mueca de preocupación—. Me da miedo preguntar.

— Felix siempre lleva su taser —habló Seungmin con una sonrisa mientras dejaba el pequeño aparato negro sobre la mesa—. Se lo dejo aquí.

— ¡Seungmin!

— Aunque es cierto que nos preocupaste a todos —dijo Hyunjin, apoyando su cadera contra la delgada mesa de la habitación, cruzó sus brazos y sopló para quitar el mechón de su cabello de su frente—. ¿Qué ocurrió?

— Es lo que yo quiero preguntar, no entiendo nada. Pero... Durante mi colapso pude ver a Lee Know.

Los tres chicos mostraron sorpresa, pero ninguno dijo algo por unos segundos antes de que Changbin aclarara su garganta para poder hablar.

— ¿Estás seguro que era él?

— Bueno, espero que él sea la única persona idéntica a mí, honestamente.

— ¿Pudo verte?

— Fue poco tiempo pero sí, parecía que también estaba agonizando... Quiero entender pero todo es tan confuso, no puedo afirmarlo porque, ¿Qué sentido tiene? Pero esto... Que yo esté aquí tampoco tiene sentido, no puedo dejarme llevar por lo que creo o no posible.

— Tal vez... Tal vez tu línea de tiempo se está acomodando —dijo Changbin, sintiéndose incómodo cuando los tres pares de ojos voltearon a su dirección sin alguna expresión, pero se dispuso a continuar—. La vez que cambiaste con Lee Know se vieron perfectamente, ¿No? Incluso pudieron tocarse. Tal vez si ambos se concentran mucho pueda volver a materializarse todo y el portal les permita cambiar...

— ¿Hablas de qué Minho se vaya? —preguntó Seungmin, ofendido.

— Él no pertenece aquí.

— Eso es muy grosero —habló nuevamente el pelirrojo, esta vez más molesto—. Él es uno de nosotros.

— Para con la mierda emocional, Seungmin —esta vez el mayor se mostró más firme—. No me refiero a "él ya es familia", hablo de algo más serio como su vida real. Minho no pertenece a esta mierda, él viene de ese lugar precioso y pulcro donde puede dormir y comer, ¡Donde no atacan su casa de pronto con una maldita bomba! ¿¡Tú querías esta vida!? —le preguntó, Seungmin solo pudo hacerse más pequeño en su lugar—, no, ¿Verdad? Entonces no seas egoísta y elijas esto para él. Minho merece vivir feliz.

Los tres chicos pudieron escuchar el tono de Changbin quebrarse en esa última frase y antes de que alguno dijera algo, el chico se levantó para salir de la habitación diciendo que debía hacer unas cosas. Hyunjin resopló, el labio inferior de Seungmin temblaba con impotencia y Minho solo podía mirar sus manos. Era cierto, por un instante olvidó que debía volver en cualquier momento, ¿Por qué se preocupaba con pensamientos banales sobre sus emociones? De igual forma, en cualquier momento ya no estaría en esa situación.

Y esa situación al mismo tiempo lo aterró.

¿Ya nunca volvería a verlos? ¿Entonces quién le enseñaría vídeos a Jisung? ¿Quién cargaría las cajas de la colecta junto a Hyunjin y Seungmin? Pasó saliva con dificultad mientras sentía todo el peso de su cuerpo dirigirse hacia su su pecho, ¿Y Chris? ¿Tampoco volvería a verlo? Debía emocionarle la idea de ver otra vez a Chan, después de todo, era la persona que le gustaba. Oh, no, ¿Por qué pensó eso en pasado? Chan le gusta, no, ¿O gustaba?

El primero en decir algo fue Han, quien despertó ante los gritos de Changbin y Seungmin. La frase "es cierto" captó la atención de los tres chicos de pie, quienes giraron a ver a un notablemente herido Jisung sentado en la cama, podía ver su mentón tenso y sus ojos cristalinos.

— Minho se irá —dijo con la voz quebrada—, ¿Por qué todos lo olvidamos?

— Porque no es relevante —dijo Seungmin.

— Claro que lo es —habló Hyunjin, manteniendo su mirada en el suelo—. Todos lo olvidamos porque somos estúpidos.

— ¡Basta! —Minho se mostró cansado de la situación—. Pase lo que pase, no sucede hoy y tal vez no mañana, así que dejemos de pensar en eso...

— ¿Cómo vives sabiendo que en cualquier momento perderás un gran amigo? —habló Seungmin—. Ya perdimos uno alguna vez, no se puede.

Terminó por salir también de la habitación, dejando a Hyunjin con frustración mientras despeinaba un poco su propio cabello, pero al final terminó por sonreírle a Minho, quien ya se encontraba un tanto ansioso por la situación y al notar eso, el rubio se acercó para tomar su rostro entre sus manos.

— Tranquilo, el problema de la mudanza los afectó. No pienses en eso, mejor toma —sacó del bolsillo de su pantalón el celular de Minho, quien se mostró más calmado en cuanto lo tuvo en sus manos—. Lo mantuve cargando para cuando despertaras, ¿Por qué no ves esos vídeos divertidos con Jisung? Nosotros necesitamos organizar unas cosas.

Minho asintió esta vez con una pequeña sonrisa en su rostro, de pronto el miedo del cambio se sentía más lejano pues siempre se divertía mucho con Jisung, así que en cuanto Hyunjin salió, se acercó nuevamente a la cama para sentarse junto a Han, quien de igual forma ya se mostraba expectante pues aunque ya había visto todos los vídeos de la galería de Minho, le seguía emocionando.

— Muéstrame el de tu cumpleaños —murmuró Jisung, apoyando su cabeza en el hombro del mayor.

— ¿Seguro? Lo has visto como cinco veces.

— Me gusta mucho ese.

— ¿Por qué?

— Considero hermosa la idea de que una vez al año un día sea tuyo —murmuró—. Te celebran que naciste, como un acontecimiento maravilloso, te dan regalos y te cantan, ¿Cómo no emocionarse con ese vídeo? ¡Sobre todo la parte donde parten el pastel! Luce tan delicioso. Si yo tuviera uno, definitivamente pediría una parte con una fresa grande.

Minho escuchó con atención a Jisung, dejándolo desahogar esos pensamientos, sabía que en Nótt no había cumpleaños, el tiempo simplemente pasaba y sentía pena de saber cómo aquello que en algún momento le pareció irrelevante podía ser tan asombroso para otras personas, en definitiva no volvería a quejarse.

— Elige un día, el más bonito, cuando tengas uno que puedas decir "deseo recordar este momento por siempre", me dices, lo volveremos tu cumpleaños —habló Minho, dedicándole una sonrisa al chico que asintió con emoción.

( 🌇 )

Delling

Lee Know terminó su estiramiento a buena hora, el sol apenas empezaba a iluminar la ciudad cuando él ya se encontraba corriendo las blancas calles con un par de audífonos puestos pero sin llegar a escuchar música, solo aparentando que no estaba atento a su alrededor. Debía admitir que extrañaba el repertorio musical de discos que albergaba Nótt, con la que había en ese sitio todo parecía que se realizaba con música de espera.

Tendría que ir a las pruebas del consejo en dos días y llevaba ya un par ejercitándose, aunque su condición no había decaído, no quería que la gente sospechara cómo un chico sin memoria que no solía ni correr era de pronto bueno en los ejercicios. Tenía la idea de decir que desde que salió del hospital estaba entrenando en su habitación, pero quería que hubiera pruebas, quería que otros lo vieran y sobre todo, las cámaras que ya había notado en algunas esquinas bajo los semáforos. Mientras finge cansancio se toma el tiempo de estirarse y mirar hacia ellas, aún no encuentra un patrón, no están ubicadas cada cierto número de calles, tampoco en las más o menos concurridas, pareciera que están puestas solo al azar pero sabe que en un sitio como ese no puede ser de esa forma, no tan fácil.

Se puso en cuclillas y llevó sus manos hacia su rostro, empezaba a sentirse frustrado, ¿Por qué en ningún sitio tenía paz? Tenía una sensación tan familiar de Nótt, tener que estar atento a tu entorno, analizar las cosas para no dar un paso en falso. Solo quería vivir feliz.

— ¿Minho?

El mencionado retiró poco a poco sus manos mientras levantaba la mirada solo para darse cuenta que Chan estaba frente a él, con una sonrisa mientras llevaba un par de bolsas en una mano. Entonces sintió como si toda esa nube de emociones negativas se estuviera disipando, y también sonrió.

— Hola, Chan.

— ¿Esperas a qué la florería abra? —preguntó el castaño, elevando su ceja izquierda.

El más joven se volteó y pudo notar que estaba apoyado contra el local de flores. Se sintió un poco avergonzado, sobre todo cuando una mujer mayor dió vuelta al letrero de "cerrado", antes de sorprenderse por ver a dos jóvenes cerca de la puerta.

— ¿Tienen un encargo? —preguntó la mujer.

El chico en cuclillas seguía tan confundido que no pudo responder, al notar que algo sucedía, Chan dirigió su mirada hacia la mujer con una sonrisa.

— No, pero veníamos de hacer las compras y pensamos que sería bonito llevar un ramo.

— Normalmente no tenemos clientes tan temprano a menos que sea un encargo, pueden pasar, pero siento si hay un poco de desorden todavía —la mujer abrió la puerta para dejarlos pasar.

Chan se acercó hasta tocar suave con la punta de su tenis la rodilla del chico, que ya más convencido terminó por levantarse mientras asentía ingresando al lugar. Ambos empezaron a mirar los ramos y arreglos más elaborados mientras la mujer les decía que iría a dejar los pequeños pétalos secos que dejó sobre una mesa la noche anterior para tirarlos en la mañana.

— ¿Haces tus compras tan temprano? —preguntó Lee Know en cuanto se quedaron solos.

— Claro, es la hora cuando puedes elegir con calma la fruta sin que quieran meterte una manzana podrida en la bolsa —respondió guiñando un ojo y el castaño encontró adorable eso.

— Que peculiar eres... —el chico titubeó un poco mientras se acercaba a un ramo de flores rosas, no sabía nada de flores, en Nótt apenas había árboles.

— ¿Te gustan? Son tulipanes. Antes, tu flor favorita era el narciso.

— ¿Cuál es tu flor favorita?

— Yo me inclino hacia los jacintos.

El chico hizo una mueca de confusión al momento, Chan pareció entender, era normal que no recordara las flores solo por nombres después de todo, así que buscó entre las flores moradas hasta dar con el ramo, el cual señaló.

— Esos. Son lindos, ¿No? Solos ya son bellos, pero en grupo su belleza da otra perspectiva.

— Chan, ¿Por qué quieres entrar al núcleo?

Su repentina pregunta sorprendió al mayor, que se quedó en silencio unos segundos antes de sonreír apenas elevando la comisura derecha de sus labios.

— Quiero ayudar a otros, devolver un poco de lo mucho que nos han dado.

— ¿No puedes hacerlo fuera del mismo? —preguntó, acariciando la hoja de un tulipán—. Podríamos ayudar aquí, sabes, hacerlo más directo, no desde un sitio cerrado.

— Hay mejor control dentro del núcleo para saber quiénes necesitan ayuda y como apoyar.

— Necesito ayuda. No recuerdo nada, no sé cómo avanzar, estoy perdido. ¿Te quedarías conmigo el resto de la vida para socorrerme?

Esta vez, Lee Know miró directamente al mayor que se mantenía en silencio con una expresión de sorpresa aún. Sentía impotencia, tras descubrir lo que era realmente ahí temía dejar que Bang fuera a ese sitio donde su vida peligra, en realidad la de todos incluso desde donde estaban. Pero antes de responder, la mujer regresó preguntando si habían encontrado lo que necesitaban. El menor sonrió de lado dejando salir aire por la nariz antes de asentir.

— Nos llevamos un ramo de jacintos.

La mujer se acercó hasta las flores, las envolvió en un trozo de papel kraft y finalmente se las entregó a Lee Know, que pagó con lo poco que llevaba para comprarse algo de comer y después de agradecer, tomó la mano libre de Chan para dejarle el ramo.

— Este lugar será mejor.

Dijo. El mayor no entendió, pero él terminó sonriendo mientras se acercaba a dejar un beso en su mejilla antes de salir de la tienda, riendo al escuchar tras él un "¡Lee Minho, vuelve acá!" Al cual, claramente no hizo caso. No iba a dejar que ese sitio terminara como Nótt, ya no quería vivir con la paranoia.