Nota final: Gracias por seguir hasta aquí la historia, aquí el final UwU Se les quiere mucho, ¡nos vemos en un siguiente proyecto!

https://youtu.be/2DNGow-qZsM

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Las personas en la sala de urgencias del hospital Zuckeberg Saint Francis, por más enfermas/heridas se hallaran, se apartaron, casi escondiéndose, una vez que varios policías entraran violentamente al área y pasaran como si nada hacia pabellón. Hace unos quince minutos atrás, contemplaron a un hombre robusto de la tercera edad, en muy buena forma, quizás por haber sido antes un marino, pasar con violencia a pesar de que se le negara debido a que faltaba para el horario de visitas.

Las señoras cuchicheaban la situación, al parecer, se llevaron al anciano luego de que arribara a una camilla en específico, donde golpeó y proporcionó insultos homofóbicos al muchacho que estaba conectado a un ventilador artificial.

Hasta donde se sabe, la víctima habría llegado horas antes por una sobredosis de estimulantes y con golpes distribuidos por toda su anatomía, se planeaba iniciar al día siguiente una investigación ya que se creía que las contusiones aparecieron tiempo después del daño cerebral.

Los paramédicos trabajaban sin parar en curar sus heridas entretanto lo conectaban a la máquina. Tenía posibilidades de sobrevivir con dificultades neurológicas como secuela, pero el descuido de dejarlo con una sola enfermera al ya terminar la labor urgente y no detener al demente que irrumpió en el lugar, dio como consecuencia de que, lamentablemente, no lograra continuar existiendo en este mundo. 

— Que lástima, no sabemos aún si el paciente conocía al atacante, sin embargo, haremos lo posible por entregarles más información del caso de vuelta de comerciales —Dijo la panelista del noticiero desde el estudio mientras los camarógrafos luchaban por obtener permiso de acercarse a grabar el área.

La trasmisión se cortó y la mujer se dirigió al colega desde el otro lado.

— Hombre, tampoco tienes que grabar al cadáver, sólo tienes que acercarte a los doctores que lo atendieron.

— Lo siento —Murmuró el chaval, un novato cubriendo su primera nota en televisión, el resto de tipos estaban igual de perdidos, en su caso, tenía la labor extra de entrevistar sin mostrar su rostro en público. Todavía rendía la práctica universitaria a pesar de tener casi treinta años—... Mandé a James para pedir permiso de entrar, ya debe venir en camino, y ahí entramos.

— Ahh, que bien.

— ... —Asintió— Las señoras acá dicen que la víctima estaba en coma por sobredosis.

— Entonces no iba a vivir de todas formas.

— Bueno, ya sabes cómo es el reinado de la droga, puedes palmarla ahora como puedes palmarla mañana —Bromeó.

— ... —Ella rió y rodó los ojos, le hicieron señas— Oye, ya, anda a tu posición, Ulvich, salimos en poco.

— Es Ulrich, aunque, si quieres, me dices Lars —guiñó antes de sobresaltarse con la señal de que iniciaba la trasmisión—. Desde el Hospital Zuckeberg Saint Francis, al norte de California, estamos en vivo, ingresando a pabellón para así enterarnos del último incidente que ha ocurrido hace menos de una hora. Un hombre de la tercera edad ha ingresado ilegalmente al lugar para agredir a un paciente que se encontraba con ventilación mecánica.

Los medios de comunicación con sus noticias serán siempre efímeros, sin embargo, el despertar de la consciencia parece ser eterno hasta alcanzar la muerte.