Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2: Funeralópolis.


https://youtu.be/Ipzg6G6IBYQ

---------------------

Lars acariciaba los pequeños rizos del moreno, frotaba la yema de sus dedos contra el cuero cabelludo. Podía sentir la tensión subir por toda la mano. Al menos ya no habían luces coloridas cegándolos. El ambiente continuaba grisáceo, a excepción de una luna exorbitantemente gigantesca, azulada, como si se congelara en medio de esta fría ventisca, tal fuente de luz brillaba de una manera preciosa. El de ojos de esmeralda la admiraba contento, el galope lento de los caballos relajaba su mente...

— ¿Todavía te arrepientes de cortarte el cabello, eh?

No hubo respuesta.

Kirk se regocijó de dolor, en posición fetal todavía, su pierna derecha tiritaba en un tic nervioso y con las manos cubría su entrepierna, como si le acabaran de patear ahí. Entonces, antes de que pudieran reaccionar siquiera, del cielo, ahora de un naranjo pastel, comenzaron a brotar miles y miles de piedras de considerable tamaño: ¿Meteoritos, lo que sea? El castaño apretó su mano como una manera de demostrarle que lo protegería. Lo envolvió, sin tocarlo demasiado, con su cuerpo, poniendo su espalda como escudo. Nuestro protagonista continuaba en su tormento, sollozando en silencio.

La "tempestad" incrementó su vigor con fuerza, entonces, el ser imaginario dejó escapar un largo suspiro. Plantó un beso en la mejilla del otro y optó por tomar el control de la situación, de un puñetazo botó al suelo al humanoide que manejaba la carroza y tomó asiento en dicho cargo, azotando con fuerza a los caballos con tal de que incrementaran la velocidad. Aquello empeoró el clima, la velocidad de impacto aumentó de un modo que casi les aplastan las piedras, cambió de dirección hacia la derecha. El camino se pavimentaba solo.

— Joder, hombre, por mi cuenta no puedo multiplicarme por dos e ir a consolarte —Rezongó en voz alta. No hubo respuesta.

Era obvio que esos cachos espaciales no caían porque sí y las palabras dulces no funcionaban, menos el sarcasmo. Dejó tirados a los equinos para que galoparan por donde les diera la gana mientras él se dirigió a la carroza dando saltitos. Agarró con violencia el rostro de Hammett, lo levantó para que quedaran a una altura similar y le gritó, salpicándole saliva de lo agresivo que era:

— ¡Fuera de aquí estás convulsionando y vomitando tus jodidos intestinos! —Lo sacudió varias veces— Acá estarás a salvo, si logras tranquilizarte, ¡nada de esta mierda te tocará si sólo respiras!

Unas lágrimas hicieron presencia.

— Si despiertas antes de que tu cuerpo sane —Suspiró—... créeme, dolerá mucho más.

Le tomó la mano e intentó llevárselo a que juntos domaran los corceles, nada. Pesaba como una tonelada y eso que Lars fue imaginado como un sujeto fornido de brazos, quizá la "mente maestra" se hacía de rogar —la verdad, es que sí, pero hagamos como que no sabemos—. Kirk parpadeó, atónito, ahora con su mirada posada en el cielo. El satélite natural desapareció, como si se hubiera reventado para arrojar esas piedras desde el cielo. Aquel anaranjado paisaje, aunque en la psicología indicara que debería traerle calma y confianza, le atraía todo lo contrario.

"Seguro amaneceré en la camilla de un hospital, conectado a varias máquinas, sin embargo..." Apretó los labios entre sí, en impotencia. "Si muero. ¡No! No puedo..."  Llevó ambas manos hacia su cabeza, rasguñando el casco. "Este dolor, mierda, este jodido dolor... Es como si me quebraran todos los jodidos huesos, no, y que quemaran con ácido mis órganos, no los vitales, cada uno de ellos. ¿Qué tan cagado estoy en realidad? Es insuperable."

Sorbió su mucosidad nasal, gruñó, vaya mierda de enredo pasaba su fragmentada mente. Tomó asiento a la orilla de la carretilla.

"¿Y qué si me cae un pedazo de piedra estelar? ¡¿A quién mierda le importa?!" Dio un salto debido a que las ruedas pasaron por encima de un terreno irregular. "Puaj, no debe ser ni la mitad de lo que debe doler la realidad."

El carruaje pobre frenó del golpe cuando un asteroide del tamaño de una silla aplastó a uno de los caballos, el que sobrevivió relinchó en desesperación. El muchacho de ojos claros tiritaba del susto que le llevó el casi ser aplastado, con las dos manos en el pecho, como si se agarrara el violento corazón que se le saldría por el veloz palpitar.

— ¿Q-qué mierda? —musitó horrorizado.

Lentamente, los restos del animal se desplazaban por el piso hasta zafarse de la masa espacial, levitaron y el vehículo prosiguió su camino como si nada hubiera pasado. Literal, un cadáver aplastado arrastraba junto al salvaje sobreviviente a su lado.

El moreno no dijo ni "mú" por lo que acababa de hacer con sus poderes mentales.

No existió tiempo de llorar, un mal mayor se aproximaba con rapidez desde una larga distancia. Aparentaban ser zombies; humanos de carne putrefacta, rostros desfigurados por las heridas, actitud amenazante, quejidos similares a los de un depredador... ¿Qué más pedir?

— Lo que nos faltaba... —Cubrió su rostro de la decepción.

—Lars —llamó en voz baja, mirando fijo a quienes les perseguían—, ¿a dónde me llevas?

— ¡No le busques sentido a esta mierda si acabas de matar a un caballo e hiciste que galopara como si nada!

Ante esa declaración, abrió los ojos como platos y los dejó así por un largo rato. Contempló los monstruos acechadores, daba la impresión de que les hayan echado ácido encima: la piel derretida, maloliente que con toda esa distancia, se percibía. Se desplazaban arrastrando las extremidades superiores por el piso, rasguñando con unas garras gruesas, brincando distancias longevas, soltaban baba —mejor pensar en eso que otra cosa— a litros por sus fauces. Los globos oculares del herido empezaban a enrojecerse, ya no por el pasado llanto, más bien, por la falta de humedad en el área. El polvo entraba, dañando sus retinas, destruía todo a su paso en su interior y prosiguió sin pestañear, tantas heridas que una nueva no le cosquilleaba.

— ¿Cuál es tu puta percepción de un zombie, eh? —Cuestionó entretanto golpeaba a los caballos porque iban a ser alcanzados pronto— Ellos ni siquiera podrían moverse si regresaran a la vid...

— La peor posible —Interceptó con la respuesta a la pregunta inicial. Fue firme y directo.

Tras pronunciarse aquello, un pequeño grupo alcanzó el vehículo y clavaron sus garras en la añeja madera, quejidos hambrientos de sangre inundaron sus canales auditivos. Finalmente, decidió pestañear con lentitud y unió miradas con quienes tenía enfrente. Esos ojos reventados, facciones casi irreconocibles... Él los creó y sabía a la perfección que destilaban odio, por su parte, nada podría contra su neutralidad. Oh, Hammett parecía más cadáver que los mismos cadáveres.

Un individuo cogió su brazo izquierdo, rompiendo parte de su chaqueta de mezclilla.

Podía no pasar nada y de todas formas, el moreno fue bañado en sangre de la cabeza de este tipo que reventó gracias a un balazo que dio el castaño para protegerlo, con una escopeta que sacó de quién sabe dónde. Titiló sus párpados para producir humedad y drenar el carmesí líquido que entró por error.

— Eres peor que una princesita en apuros. Me tienes como tu esclavo, parece.

— Y eso te gusta, Lars Ulrich —Desafió y procedió a empujar el cuerpo rígido fuera de la carroza con un sólo dedo.

El mundo frenó apenas terminó de pronunciar esa oración, como si le dieran pausa a una película, lo único que logró tener el poder de realizar una acción fue el cuerpo del chico pálido, cuyo calor subió drástico hacia sus mejillas. Parecía un tomate.

— V-vete a la mierda —Y tomó el control, retornando la cita a su curso original.

El otro planeaba proseguir la conversación, pero un lapsus mental prefirió cortar la mierda con un accidente de tránsito contra lo que aparentaba ser otra horda de zombies no tan listos. El vehículo se dio vuelta, el enfermo protagonista acabó de cabeza, colgando. Sangre brotando a litros de su nariz, si no estuviera volteado, se ahogaría. Por medio segundo entró en pánico y entró en razón.

"¡Ésto es pura mierda estética! ¡Si de verdad sufriríamos este accidente, ya me habría decapitado!" Exclamó sin evitar una risa sarcástica, de esas que haces por no querer llorar.

Se relajó por fin. Quienes trataron de atacarle se redujeron a cenizas.

— Necesitas dormir o moriremos.

— Como digas —Se rió, aún patas arriba.

— Hay una cueva cerca, ¿no? —ofreció su brazo para sacarlo.

— Allá —La hizo aparecer y tomó la ofrenda, pero sin hacer esfuerzo.

Lars rodó los ojos y lo arrastró como un saco de papas lejos de allí.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro