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26. Viaje

Mina no había logrado cerrar los ojos en toda la noche y no sabía con exactitud si se debía a las gotas de lluvia chocando con sus ventanas o la futura imagen tortuosa de ella junto a su hermano y NaYeon pasando toda una semana juntos de vacaciones en Jeju. La preocupación y culpa se mezclaban formando un torbellino que arrasaba con su salud mental. Ella lo sabía, claro que sí, lo que hacía a espaldas de JinYoung era una completa traición, pero a ese punto ya no tenía el control de sus propios sentimientos o acciones.

La convivencia con NaYeon -en general- solía ser amena y feliz, sin embargo, cada vez que se despedían y Mina volvía a la soledad de su habitación era imposible no correr hacia el baño para vomitar lo poco que en el día comía. ¿Podía soportar con la presión? Era una pregunta muy común los últimos días que tanto ella como ChaeYoung se hacían, y al final siempre respondía lo mismo: Lo vale. Por supuesto, valía si lograba ver al final del camino esa sonrisa, sonrisa que aceleraba su corazón y la hacía tragar saliva ante el nerviosismo.

Hasta el momento no había logrado tener una conversación seria con la coreana simplemente porque le daba miedo la respuesta que NaYeon podría darle. El "tenemos que hablar" quedó en nada gracias a su cobardía y egoísmo.

"JinYoung va por ti. ChaeYoung y yo los veremos en el aeropuerto."

Escribió el mensaje ignorando por completo el cariñoso texto que unos minutos atrás NaYeon le había enviado. La japonesa se encontraba parada frente a su ventana, observando las calles mojadas. Esa mañana tenía un aspecto melancólico. Le dio una larga calada al porro que sostenía entre su índice y dedo del medio y tras unos segundos volvió a encender la pantalla de su móvil.

"Yo también te quiero. Ya ansío verte. Besos."

No soportaba tratarla mal, sabía que NaYeon no tenía la culpa... bueno, no tanto como ella.
Esperó por unos segundos antes de que apareciera el "en línea" de la coreana; rápidamente salió de la aplicación y lanzó su móvil hacia su cama donde las maletas preparadas la noche anterior por Tiffany aguardaban para ser llevadas al punto de encuentro.

Para ese punto Mina no tenía idea de dónde salía su energía y fuerza; el chiste de desayunar un café y fumar un cigarrillo como acompañamiento empezaba a ser su realidad a pesar de que en su casa las repisas y refrigerador estuvieran llenos todo el tiempo. Sostuvo el porro casi agotado entre sus labios y se dedicó a llevar su equipaje a la sala, el servicio de taxi estaba en camino y esperaba que su mejor amiga llegar a la hora pactada.

- Me voy... - Dijo a un ambiente solitario, sus padres habían partido hacía más de dos horas a sus respectivos trabajos, por lo que sólo era ella por el momento.

Al salir de su casa junto con sus maletas y girarse recibió el abrazo de una ChaeYoung emocionada.

- ¿Qué te dije, Park? ¿Qué te dije? Quiero escuchar.

- ¿Buenos días? - La más bajita bufó ante la respuesta desinteresada de Mina.

- Dije que llegaría a tiempo, ¿no es así? ¿dónde está mi premio? - Estiró su brazo esperando recibir recompensa y fue entonces cuando miró a Mina esbozar una pequeña sonrisa, quitándose el cigarrillo de los labios y ofreciéndoselo. - ¿No es muy temprano?

- Tómalo o déjalo.

- Qué tontería. - ChaeYoung se lo arrebató y para sorpresa de la japonesa, lo arrojó al suelo para luego pisarlo. - Intento cambiar. - Comentó rápidamente al notar la ceja alzada de Mina.

- ¿No dijiste eso hace una semana? - Preguntó poco convencida.

- No dije que lo dejaría, solo me puse un horario. - Esta vez ambas rieron.

- Da igual. - Dijo apuntando con su mentón hacia la calle, el taxi que había pedido se acercaba. - Será mejor que nos vayamos ahora sino queremos perder el vuelo... y Jin es un tanto exagerado con el tema de la puntualidad.

- ¿No es algo que tú deberías de aprender de tu hermano mayor?

Mina giró los ojos ante el comentario de su mejor amiga y se agachó para tomar las maletas.

El silencio reinó desde que las dos chicas abordaron el taxi, ChaeYoung parecía tener sus propios asuntos personales que todavía no se había atrevido a comentarle a Mina y esta, por su parte, se limitó a observar el exterior del taxi en movimiento. Se sentía como una colegiala que estaba a punto de ver a su amor platónico en clases. Ese nerviosismo empezaba a ser parte de ella cada vez que tenía que ver a NaYeon.

- ¿Qué tal el viaje? - JinYoung las recibió con una enorme sonrisa y a su lado se encontraba NaYeon que disimulaba muy bien su felicidad por ver de nuevo a la japonesa.

- Un tanto acalorado. - Respondió ChaeYoung. - ¿Verdad Mina?

- Claro.

- Vamos, hermana. - El muchacho se le acercó y la rodeó con su brazo. - Estamos por irnos de vacaciones todos juntos. ¿No crees que es genial? De nuevo tú y yo nadando, jugando, tomando un par de copas.

Mina se obligó a sonreír. - No recuerdo haberme tomado una copa contigo.

- Detalles. - Respondió JinYoung entrecerrando los ojos. - ¿Entonces serán sólo ustedes? Creí que traerías a todos tus amigos.

- Mientras menos gente, mejor. - Mina se encogió de hombros y volvió a colgar su mochila sobre su hombro izquierdo. - ¿Abordamos ya?

- Oh, todavía no, pero podemos pasar las maletas desde ahora. Ven cariño, déjame ayudarte.

Antes de ver la pasarela de caballerosidad de su hermano para con NaYeon, Mina decidió adelantarse junto a ChaeYoung.

- Hey, hey, hey, ¿no piensas cargar mis maletas? Digo, yo en este viaje soy tu princesa, ¿no?

- No. Pero te dejaré pararte a mi lado, solo báñate.

La más bajita no se tardó en golpear con su mano la cabeza de la su amiga y salir corriendo, para luego tropezarse con sus propias maletas y caer. NaYeon podía jurar que no había escuchado reír a Mina así desde hacía mucho, por lo que una sonrisa se escapó de sus labios.

Tras la aparatosa caída de ChaeYoung no hubo más conversaciones entre los cuatro. Tanto JinYoung como NaYeon se mantuvieron tras las dos chicas, conversando sobre el trabajo y cualquier detalle de la boda. Este último tema de conversación la coreana hubiese deseado evitarlo, pero tras la insistencia de su prometido tuvo que aparentar una emoción falsa.

De Seúl a Jeju no era mucho tiempo, Mina pensó que se demoraron más esperando a abordar que llegar a la isla, sin embargo, agradeció estar de nuevo en tierra para así poder encerrarse en su habitación de hotel. Por su puesto, su hermano perfecto no había dejado pasar la oportunidad de demostrar su estatus económico y logró conseguir tres habitaciones en el mejor hotel que Google pudo ofrecerle unas semanas atrás.
Cinco estrellas, vista al mar, piscina privada y bañeras de hidromasaje. A Mina parecía una pre-luna de miel para su hermano y NaYeon. ¿Qué estaba haciendo ella ahí? Recién se daba cuenta que había sido una locura acompañarlos.

- ¿Qué es lo que haces? Además de evitarme todo el tiempo, claro. - NaYeon se le acercó mientras JinYoung llenaba el papeleo necesario para hacer su estadía en el hotel una realidad.

ChaeYoung por su parte decidió colocarse los audífonos, con la música apagada claro, porque no dejaría pasar la oportunidad de saber qué es lo que esas dos hablarían.

Mina le enseñó la pantalla de su móvil a la coreana.

- ¿Por qué buscas un vuelo a Seúl? - Bajó la voz al hacer la pregunta.

- Ni siquiera sé qué hago aquí, NaYeon. Por un momento pensé que podría ser nuestra oportunidad para pasar tiempo juntas...

- ¿Y no es esa oportunidad que ambas estábamos buscando?

- Claro que no lo es. ¿Qué pensaría tu prometido, mi hermano, de vernos besarnos por cada pasillo o tomarnos de las manos mientras caminamos por la playa? - La expresión desconcertada de NaYeon hizo sonreír a la japonesa. - Lo suponía.

- Él está emocionado por pasar este tiempo contigo también, Mina, si ibas a hacer esto desde un comienzo debiste negarte y...

- ¿Y qué? ¿Para que tú y Jin vengan solos y evitarnos esto? - Mina cerró con fuerza sus ojos y su mano frotó con fuerza su entrecejo. - Lo siento... tienes razón. Fue una tontería por parte mía.

Un feliz JinYoung regresó con tres tarjetas en mano. - Todo está listo. Chicas. Tomen.

- Ulala. - Silbó ChaeYoung sintiéndose aliviada, por primera vez, de la presencia del muchacho. - Buena elección joven Park.

- Sobre esto...

- Nada. Nos iremos a nuestras habitaciones y los dejaremos solos. - ChaeYoung interrumpió a Mina y la jaló consigo alejándose por completo del par.

- ¿Qué haces?

- No seas una completa idiota y acompáñame a ver nuestras fabulosas habitaciones.

- Es mejor que nos vayamos Cha-

- Mira, entiendo tu frustración, pero hay que darle algo de razón a NaYeon. Si pensabas irte apenas llegar a Jeju, te hubieras negado.

La japonesa frunció el entrecejo y se soltó del fuerte agarre de la menor. Ambas se quedaron en silencio por un par de segundos. - ¿Tú no escuchabas música?

- Shhh. - ChaeYoung siseó mientras colocaba su índice sobre los labios de su mejor amiga. - Si te molesta tanto la presencia de esos dos entonces los evitamos. Tú y yo podemos divertirnos como lo hacíamos antes de entrar a toda esta mierda.

- Sí, pero ya no hay profesores a los que puedas molestar.

- Nos la arreglaremos... todo este viaje corre a cuenta de tu hermano, ¿verdad?

- Eso creo...

- Bien, entonces tengo un par de cosas que pedir a mi habitación. - La expresión molesta de Mina la hizo bufar. - Escucha, si mi forma de diversión no es suficiente para quitarte tu cara de pocos amigos, mañana a primera hora nos iremos de aquí.

- Supongo que... yo... - La mayor tomó un gran respiro. - Un día tal vez no nos haga mal.

- Perfecto. - La coreana juntó sus manos agradeciendo el poco buen criterio que todavía conservaba Mina.

- Pero ahora no. - Sentenció la mayor. - Necesito descansar, planea todo para cuando llegue la noche.

ChaeYoung alzó ambas manos en inocencia. - Como ordene su majestad. Te enviaré un mensaje para que me alcances entonces. - Mina se limitó a asentir mientras miraba con desinterés la tarjeta que le daría acceso a su habitación. - ¿Al menos me escuchas?

- Sí, sí. ¿Crees que las papas fritas aquí sean ricas? - Cuestionó tratando de aligerar el ambiente, su amiga se encogió de hombros y Mina decidió irse a habitación. - Como sea, nos vemos más tarde. Procura encontrar un buen lugar para que la pasemos bien.

Ambas se despidieron, Mina iría en busca de su habitación y ChaeYoung, por su parte, se dispuso a ir al bar del hotel. A la japonesa le hizo gracia saber que su amiga prefería ir por una piña colada antes que dejar sus maletas en la habitación.

- Lujoso. - Fue lo primero que la japonesa dijo al ingresar a su cuarto, había más cosas de las que podría necesitar en su estadía en Jeju y lo único que realmente llamaba su atención era la enorme cama.

A veces solía acostarse todo el día mientras fumaba o aspiraba sustancias no tan cristianas. No era una rutina diaria, pero empezaba a ser una buena forma de huir de sus pensamientos, sin embargo, su condición física empezaba a verse afectada, había perdido unos cuantos kilos y el único color en su rostro eran las ojeras bajo sus ojos. Innumerables veces se había perdido horas en Google tratando de hallar el tiempo de vida promedio para gente como ella... Drogadictos. Era una palabra que sonaba un tanto fuerte pero que solía escuchar de su madre cada vez que compartía con su familia sobre los casos que llegaba a su despacho. Solía preguntarse por qué nadie se había dado cuenta todavía de su condición.

Daba igual.

¿Qué padre cuidaba de una niña recogida de un orfanato?

Mina se dejó caer sobre la enorme cama y colocó ambas manos tras su cabeza mientras observaba el techo de la habitación. Era de las pocas veces en las que no pensaba ni en NaYeon ni en su hermano. A decir verdad, empezaba a sentirse un tanto ansiosa, no se había atrevido a esconder en su maleta lo poco que le quedaba del LSD que amablemente Jackson le había regalado.

El sudor en sus manos, las nauseas y fiebre no dejaron que Mina se fijara en la hora.

- ¿Sí? - Contestó apenas audible cuando ChaeYoung la llamó.

- Te envío mi ubicación, ven dispuesta a divertirte, no tienes idea de lo que tengo preparado.

La japonesa guardó silencio, ni siquiera sabía por qué se sentía tan enojada con su amiga. - No creo que ahora...

- Ni lo pienses, no vas a cancelarme. Vienes o te saco a patadas de tu habitación. - Y sin más colgó.

Mina bufó molesta. No estaba dispuesta a salir de su habitación, no se sentía bien y estaba segura de que en unas horas ChaeYoung se embriagaría lo suficiente como para olvidarse de su existencia.
Miró el inodoro, era la tercera vez que vomitaba una sustancia blanquecina que se mezclaba con su saliva. Estaba asqueada.

- Será para la próxima Chae. - Dijo apagando su teléfono y jaló de la cadena.

En la parte trasera del hotel, en el bar al aire libre esperaba ChaeYoung y NaYeon a la llegada de la japonesa.

- ¿Qué le dijiste a JinYoung? - Preguntó la menor.

- Que habías planeado una salida solo para chicas.

- ¿Y te lo creyó?

- Pues supongo que sí, es decir, me dijo que cualquier cosa lo llamemos, estará al pendiente.

- Dudo que haya riesgos en un hotel como este.

- Como sea... ¿crees que Mina venga?

- Por supuesto, y sino yo misma iré por ella, pero les daré la noche que ustedes se merecen.

NaYeon sonrió enternecida. - Gracias Chae, no sabría como agradecerte.

- ¿Me presentas a tus amigas? - La mayor entrecerró los ojos.

- No te daré sus números.

- Vamos, puede que hoy tú y Mina... ya sabes. - La menor hizo una señal un tanto obscena con sus manos que logró ruborizar a NaYeon. - Agradece de alguna forma

- ¡ChaeYoung! Por favor. - Y haciéndose un poco de aire con sus manos dejó escapar una pequeña risa.

- Ahora eres tímida.

- ¡Oye!

- Ya va, tú tranquila. - ChaeYoung sonrió ampliamente mientras buscaba a Mina entre la poca gente que había esa noche. - Creo que iré por ella.

- No te molestes. - Comentó la coreana. - ¿Y si voy yo? ¿Crees que se enoje?

- Adelante. Solo no terminen peleando nuevamente por favor.

- Eso no te lo aseguro. - NaYeon se levantó y guiñó su ojo hacia la menor. - Gracias por todo Chae. Te enviaré un mensaje cuando esté con ella.


°°°

Ewe qué tal jajaja. Me siento como el padre que abandona y regresa como si nada.
Feliz año nuevo. Si tienen suerte, esta semana hay más capítulos. Los quiero. Tengan una linda noche.

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