24. Provocación pt2.
[×]
Una sola mordida a la fruta prohibida fue suficiente para que el paraíso llegara a su fin; sin embargo, para Mina, cruzar la línea de lo prohibido le permitió abrir las grandes puertas del cielo... y es que, besar a Nayeon, era eso justamente, un cielo disfrazado de pecado.
Ambas convirtieron un simple partido de baloncesto en sutiles miradas, sonrisas y caricias. Nadie podía intuir que Nayeon y Mina guardaban un secreto capaz de destruir sus propias vidas, y solo bastaba ser observador para notar el cariño que se expresaban sin hablar.
— Revancha. — Pidió Minho, el mejor amigo de Jinyoung, cuando el balón ingresó al aro dándole la victoria al equipo de Mina.
La japonesa celebró el excelente lanzamiento de Chaeyoung antes de voltearse con el entrecejo fruncido hacia el grupo de su hermano. — ¿Eh? — Su condición física ya no era la misma, y podía intuir la razón de su falta de aliento. — ¿Ahora? —Dijo apenas reponiéndose.
— ¿Sería posible? — Preguntó Jinyoung.
— Yo quiero ir a la piscina. — Dijo Chaeyoung. —Sin embargo, si ellos aceptan jugaré una vez más. Eso sí, esta vez apostaremos algo de dinero. ¿Qué les parece?
— ¿Estás bromeando? — La sola mención de una gran cantidad de dinero hizo que los ojos de la mayoría brillaran. Mina, por el contrario, sólo quería tomar una larga ducha y dormir hasta volver a sentir sus piernas. — Lo siento. Yo estoy fuera.
Esa era una gran oportunidad que Nayeon no dejó pasar, rápidamente se colocó a un lado de Mina y se cruzó de brazos. — Te apoyo. Estoy exhausta.
— Quedaría un cuatro contra cuatro.
— Somi y yo podemos jugar reemplazándolas. — Esta vez fue Yeri quien intervino.
Jinyoung se acercó a su prometida y colocó ambas manos en los codos de ella. — ¿Segura que no quieres jugar? — Preguntó haciendo algo parecido a un mohín que hizo a Mina girar los ojos irritada. — Esta vez ganaremos.
— Quisiera descansar un poco, ayer me quedé en la oficina horas extra. — Sin querer verse muy cariñosa con él, dio un paso hacia atrás alejándose del contacto con Jinyoung. — ¿Crees que pueda dormir en tu habitación? Bajaré para el almuerzo con todos.
El muchacho asintió con media sonrisa antes de inclinarse a besarla. — Lo que tú quieras mi amor. Esto no nos tomará ni una hora.
— Bien, iré a bañarme. — Mina se dio media vuelta, sin embargo, una mano tomando su brazo la detuvo.
— Voy contigo. — Dijo Nayeon. —... cuñada.— Esto último fue como un reflejo para calmar las miradas curiosas de algunos ante su inesperada cercanía.
— Como sea. — Mina se encogió de hombros y tuvo que ocultar una sonrisa.
Ambas avanzaron hacia el interior de la casa mientras escuchaban al resto organizarse y así jugar un partido extra de baloncesto. Ninguna habló hasta que, al estar adentro, Nayeon vio a Mina dirigirse a su habitación.
— ¿Qué haces? — Preguntó mientras le seguía el paso a través de las escaleras.
— Debo bañarme... — Mina se detuvo en el último escalón y giró su cuerpo para ver a la mayor que iba tras ella— ¿Me acompañas? — Cuestionó mientras se cruzaba de brazos.
— ¿Bañarme contigo? ¿A eso te refieres? N-No es una buena idea, Jinyoung está abajo y yo me demoro mucho...
La risa de Mina hizo que detuviera su rápido discurso. — Relájate, sólo bromeo. — Inclinándose alcanzó los labios de Nayeon y, tras un corto beso, se dio media vuelta para ir hasta su habitación. — No demoraré, puedes esperarme en la sala o donde estés más cómoda.
Todo el camino mantuvo una sonrisa difícil de ocultar, la expresión sorprendida de Nayeon era digna de recordar y adorar.— Muy linda. — Dijo al aire antes de ingresar a su habitación donde tomó su toalla y la lanzó sobre el hombro. Extrañamente e ignorando la cercana presencia de su hermano, se sentía feliz de tener a Nayeon en casa.
Podía verla todo el tiempo y no cansarse de admirarla.
Estando tan inmersa en sus pensamientos caminó hasta el baño, cerró la puerta y se deshizo de su ropa. Esperaba no tardar mucho, después de todo, deseaba aprovechar todo tiempo a solas que tuviese con Nayeon.
Inconscientemente empezó a tarear una canción cuando abrió la llave del agua, las gotas calientes cayeron sobre su cabeza y el vapor poco a poco iba adueñándose del cuarto.
— Debí traer mi teléfono. — se dijo a sí misma luego de unos minutos, lamentándose de no haberlo pensado mejor, y es que ella muchas veces gustaba de escuchar música mientras se bañaba.
Resignada, extendió su brazo para poder coger la botella de shampoo, sin embargo, se quedó quieta cuando, al girar su rostro, miró a Nayeon ingresar por la puerta. Mina abrió su boca pero nada salía de esta.
Hicieron contacto visual a través de la puerta corrediza de vidrio ligeramente empañada.
Nayeon no miraba el cuerpo desnudo de Mina, estaba concentrada en no cortar la conexión de ambas.
La coreana, lentamente, fue retirándose sus prendas, su corazón estaba agitado y se sentía nerviosa por la reacción que podría tener Mina, creyó que la menor rechazaría su idea, pero cuando esta curvó una media sonrisa supo que era completamente bienvenida.
Desfiló a través del baño hasta ingresar a la ducha, y sin dudarlo se abrazó al cuerpo húmedo de Mina.
— ¿No crees que esto es riesgoso? — Mina preguntó mientras sus manos acariciaban la perfecta y pequeña cintura que Nayeon poseía. — Tú lo dijiste, Jinyoung está afuera...
— ¿No estamos tomando riesgos desde la primera vez que te besé?
Era cierto, ambas estaban apostando a lo grande al continuar con ese amorio cuyo futuro era incierto. Mina se quedó en silencio mientras Nayeon apoyaba la cabeza sobre su pecho; nunca pensó que llegarían a ese punto, a decir verdad, jamás se le ocurrió que Nayeon tomaría la iniciativa. ¿Bañarse juntas? Ni en sus mejores sueños pudo imaginarlo.
— ¿Y... no te da vergüenza que yo te vea desnuda? — Volvió a preguntar con cierta timidez.
— ¿Debería tenerla? ¿No te gusto?
Mina alejó un poco su rostro, ambas se miraron por breves segundos. — Me gustas. — Afirmó frunciendo ligeramente el entrecejo. — Incluso creo... creo que va más allá de eso.
— ¿Amor, quizá? — Nayeon preguntó con una sonrisa.
La menor tragó saliva, tenía miedo a admitir lo que sentía, sin embargo, estaban solas, abrazadas... desnudas, ya no había nada qué temer si daba un paso más y confesaba el floreciente amor hacia Nayeon. Lentamente, asintió. — ¿Estaría mal?
— No lo estaría, no para mí. — Los dedos de Nayeon se enredaron en la cabellera de Mina y atrajo su rostro para besarla.
El roce era agitado, sus lenguas se encontraron y compartieron el dominio del beso. Las mejillas de ambas se colorearon de carmesí y era muy difícil decidir si se trataba del vapor y el agua caliente, o la excitación que aumentaba cada segundo.
La ducha apaciguaba el sonido de ambas bocas encontrándose y los pequeños jadeos que Nayeon soltaba al sentir las manos de Mina deslizándose por su espalda hasta llegar a su trasero.
Lograron escuchar algunos gritos provenientes del partido que se llevaba a cabo en el patio trasero de la casa, pero no fue motivo para que se separaran, por el contrario, Mina estiró su brazo para cerrar la llave del agua y besar el cuello de Nayeon, intentando darle besos suaves que no dejaran marcas en su pálida piel.
— Nunca entendí las fantasías de las personas en la ducha. — Mina dijo con una sonrisa. — Hasta ahora. — Completó cuando sintió a Nayeon apegarse a ella en un vago intento por rozarse entre sí.
Nayeon cerró sus ojos por unos segundos cuando la mano de Mina acarició su cuello, pasó entre sus pechos, descendió por su abdomen y se detuvo de pronto. — Puedes seguir. — Dijo con la respiración agitada al percibir a Mina un tanto dubitativa. Besó rápidamente los labios ajenos y, mirándola fijamente, le sonrío. — Déjame ayudarte. — Alzó su pierna, enredándola en el cuerpo de la menor para así brindarle más espacio.
La japonesa no deseaba verse nerviosa, que lo estaba, sí, pero logró controlar su mano temblorosa cuando su índice y dedo medio separaron los labios de Nayeon sólo para alcanzar su clitoris. La escuchó jadear mientras se sujetaba fuertemente de su cuello.
Sus dedos iniciaron la estimulación muy lentamente, haciendo movimientos circulares.
Lo que iniciaron como suspiros robados se convirtieron en gemidos que se apoderaron de todo el cuarto de baño. Muy en el fondo Mina sabía que nadie podría oírlas a menos que ingresaran hasta su habitación, por lo que no se preocupó en lo absoluto.
Nayeon le ayudó, iniciando un hermoso y erótico movimiento con sus caderas de arriba hacia abajo. — Más rápido... — Pidió.
Ambas se miraban fijamente, podían ver sus expresiones, sentir sus respiraciones, besarse cada vez que Nayeon no podía reprimir sus fuertes gemidos.
La mayor sabía que Mina sólo estaba estimulándola, pero podía jurar por su vida que eso bastaba para hacerla llegar al climax por primera vez esa mañana. Se llenaba de ternura y excitación la preocupación que la japonesa mostraba al querer hacerla sentir cómoda y brindarle la mejor de las atenciones.
Tras unos largos minutos, las piernas de Nayeon temblaron, su abdomen se contrajo y, sujetándose fuertemente de Mina, finalmente llegó al orgasmo.
Los dedos de Mina se vieron bañados en el líquido espeso y por un segundo dudó en sus próximas acciones, deseaba deslizarse en el interior de Nayeon y, al parecer, ella también lo estaba esperando con ansias.
Golpes a la puerta de la habitación de Mina las hizo verse con complicidad.
— ¿Sí? — Mina gritó alzando la voz para que llegara hasta el exterior.
— Pronto acabará el juego. Pensé que querrían saberlo. — Chaeyoung respondió con el mismo tono.
Ambas chicas rieron al verse atrapadas y Mina no pudo querer más a Chaeyoung por su acertada suposición.
— Gracias Chae. — Volvió a decir.
Esperaron unos segundos, debían apresurarse pero no querían separarse.
— ¿Habrá escuchado? — Nayeon preguntó.
— Lo dudo. — Abrazó la cintura ajena y se inclinó para besarla. — Ahm... ¿Estuvo bien?
El corazón de la mayor se conmovió y su mano acarició la mejilla de Mina. — Estuvo perfecto, pero... no hemos terminado. — Dijo antes de guiñar su ojo derecho y desfilar lejos de la japonesa, tomando la que suponía era la toalla de Mina y también su ropa en el suelo. — Me cambiaré primero, si no te importa, claro.
📌
But no matter how many fish in the sea. It'll be so empty, without me. 😎🎶
Hola. Ya regresé de mis vacaciones. Retomamos la transmisión habitual. Decidí ponerles algo suave para empezar, espero les haya gustado.
Hasta el próximo capítulo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro