Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

02. Primeras impresiones.

» pequeña aclaración: me equivoqué al poner a Jinyoung como amigo de la infancia de Nayeon, finjan que no hice tal tontería. Ambos se conocieron en la universidad.

•••

Un año atrás.

Temprano por la mañana Jinyoung había recogido a Nayeon, y al ingresar a la camioneta se encontró con los padres de su novio, abuela y tío, todos muy bien acomodados en el espacio que el auto les brindaba.

— ¿Celebramos algo? — Preguntó la coreana con una sonrisa luego de dar un saludo general a la parte trasera y besar al muchacho. Ella, como la princesa de Jinyoung que era, tenía su asiento reservado justo a lado del conductor.

— Algo así. — Respondió el chico señalando el cinturón de seguridad para que su novia no se olvidara de ponérselo, nuevamente. — Todavía nos falta alguien más para que la celebración empiece.

Nayeon decidió no preguntar y someterse al factor sorpresa, una vez el auto dio marcha se acomodó sobre su asiento mirando hacia la ventana mientras escuchaba el parloteo en la parte trasera, a veces reía por las historias que la abuela de Jinyoung contaba y otras por la vergüenza del muchacho cada vez que le recordaban las travesuras que solía hacer.

— ¡Nana! — El chico detuvo el auto cuando el semáforo cambió a rojo y se cubrió el rostro completamente apenado. — Nayeon no necesita saber eso...

— Claro que lo necesita. — Reprendió la mujer. — Cariño, deberías haberlo visto de niño, siempre se le escapaba a su padre y corría por la casa con el pañal en la cabeza.

La castaña sonrió automáticamente ante la imagen de un joven Jinyoung. Lo miró fijamente y besó la mejilla del chico antes de que este volviera a acelerar. — ¿Entonces él solía ser el rebelde de la familia? — Preguntó, todos rieron dándole la razón. — Y recién me vengo enterando... ¿seguro que no eres un pandillero?

— Todos creímos que lo sería. — Molestó su padre.

— ¿Tú también papá? — Miró por el retrovisor a su madre en busca de ayuda pero esta se encogió de hombros con una sonrisa.

Todos parecían estar de buen humor y Nayeon no lo pasó por desapercibido, aprovecharía esa oportunidad para convertirse en una reportera y preguntar por todas las locuras que su novio pudo haber hecho en su adolescencia.

Historia tras historia se enteró de que el correcto muchacho que tenía a su lado no siempre había actuado con gran ética, pero a diferencia de otros adolescentes no estaba mal. Un par de escapes para ir a alguna fiesta de secundaria, dos o tres borracheras, un choque de auto del que se hizo cargo y la lista terminaba. Fingió sorpresa solo para molestarlo y unirse a los Park.

Cuando el auto se detuvo y miró el lugar en el que estaban frunció el entrecejo.

— ¿Qué hacemos aquí? — Cuestionó escuchando las puertas traseras abrirse mientras Jinyoung tomaba su mano para besar el dorso de esta.

— Conocerás a la verdadera oveja negra de la familia. — Bromeó el chico.

Nayeon cayó en cuenta cuando recordó una tarde en la casa de su novio mirando las fotografías de este en un álbum familiar.

"— Esa chica con cara de pocos amigos es Mina, mi hermana, la despertamos a mitad de su siesta."

Señaló a la menor: Estatura media, cabello castaño hasta los hombros y pequeñas ondas en las puntas, ropa casual -muy diferente a la formal que sus familiares llevaban- y una expresión que más que molesta parecía adormilada. Pero a pesar de no combinar con todo el cuadro de una familia adinerada y elegante, no perdía su belleza.

En algún momento de la semana escuchó a Jinyoung recibir la feliz noticia de que Mina regresaba de Japón. ¿Cómo pudo olvidarlo? Si el muchacho prácticamente corrió hasta la habitación de sus padres para anunciarles la llegada de la menor de los Park.

Por supuesto, al momento de bajar del auto y avanzar hacia las puertas del aeropuerto también recordó las normas que Jinyoung alguna vez le explicó para poder tratar a Mina. Normas inventadas por Tiffany, la madre de ambos, ya que no existía mejor persona en el mundo capaz de comprender a su hija

La primera era simple y muy obvia. Hablar sobre la adopción de Mina estaba prohibido en esa familia. Nadie necesitaba recordar que la menor había sido acogida a sus cuatro años de edad y había sido Jinyoung quien, a sus cortos seis, tuvo una conexión especial con ella. La querían lo suficiente como para olvidar que no compartían sangre.

La segunda norma era ser paciente. Si bien Mina amaba a su familia le era difícil expresar ese sentimiento con ellos. Por lo tanto, un extraño para ella era una persona que se llevaría su completa indiferencia.

La tercera era sencilla, casi: no preguntas. Jinyoung le había dejado en claro que su pequeña hermana odiaba dar explicaciones.

Y listo, podía empezar con su labor de llevarse bien con su futura cuñada.

Mientras tomaba la mano de su novio y ambos caminaban tras sus ansiosos familiares Jinyoung se encargaba de repetirle una y otra vez lo nervioso que se encontraba, siendo el deber de Nayeon calmarlo con pequeños besitos en la mejilla y cuello.

Park Siwon abrazaba a su esposa y con su mano desocupada sostenía un letrero de "Bienvenida a casa." Habían sido cinco largos años sin verla y era hora de tener a su princesa con él.

La abuela Park se abrazaba a su otro hijo, la mujer era -quizá- la más emocionada de volver a tener a la única nieta que entendía su tan retorcido humor y la única que utilizaba sus "propinas" para comprar de verdad muchos dulces. Le podían decir una y mil veces que Mina era seriedad en persona, pero para la anciana era un algodón de azúcar andante... solo que nadie se daba cuenta.

Nayeon se paró al lado del chico y mientras acariciaba su rostro repitiéndole una y otra vez que todo saldría bien lo sintió tensarse.

— Ahí llega. — Habló un sonriente Jinyoung.

La coreana se giró para conocer a su tan aclamada cuñada en persona.

Entre toda la gente habían dos muchachas que sobresalían. La primera indiscutiblemente era Mina, con el cabello más largo atado a una baja coleta y ropa cómoda pero costosa a la vista, no tenía ninguna similitud con el que era su novio pero Nayeon se quedó impresionada por lo bonita que era. Mina iba riendo por lo que su acompañante hacía.

Al lado de la ya mencionada había una bajita rubia que caminaba de espaldas mientras gritaba a sabrá Dios quién mientras estiraba su brazo y mostraba "educadamente" su dedo medio.

— ¡Arruinaron mis putas galletas! — Se escuchó hasta el lugar donde la familia esperaba. — ¡Estarán contentos! ¡Yo misma escribí la palabra "delicado"!

Nayeon se preguntó cómo alguien relacionado a la familia Park podía tener amistades como esa escandalosa rubia. Al menos Mina se mantenía al margen...

— ¡Y yo se las regalé! — Nayeon se tragó sus palabras al ver a la castaña imitar a la que era su amiga. — ¡Son ciegos o qué!

Cuando Mina se volvió a girar sus risas pararon al descubrir a todos con las bocas abiertas mirándola sorprendidos. Todos menos su adorada abuela que aplaudía y reía. Rápidamente codeó a Chaeyoung e hizo que se callara.

— Y ella es la princesa de papá. — Comentó Jinyoung con una pequeña sonrisa, apenado por la primera impresión que su hermana le daba a su novia.

Nayeon se enderezó cuando las dos -ahora silenciosas- chicas iban acercándose. El cambio en Mina era abismal, la seria expresión en la joven no se comparaba con las risas de unos segundos atrás. La inspeccionó de pies a cabeza, no había nada raro en ella más que una intimidante presencia.

— Mi bebé. — Tiffany fue la primera en acercarse a las recién llegadas, ignorando el desorden que habían causado. Se lanzó a los brazos de su hija y esta intentó corresponder dejando de lado su equipaje.— Pero mira cuánto has crecido, estás preciosa... no sabes cuánto te he extrañado.

— Ma... — Saludó a su forma. Mirando de reojo a quienes se hallaban tras su madre, deteniéndose en la chica que abrazaba a su hermano. Fue imposible no preguntarse quién carajos era esa desconocida.

Nayeon se intimidó cuando Mina no tuvo reparo alguno en verla directamente sin importarle ponerla incómoda. Guardó silencio y miró cómo lentamente todos saludaban a la menor de los Park con una sonrisa, sobretodo la abuela que le daba golpecitos a la espalda de su nieta y le agradecía por sacarle varias risas apenas llegaba. El encuentro no pudo ser emotivo como se lo imaginó, a pesar de que todos le demostraban felicidad a Mina por volver a verla, esta lucía como si cinco años lejos de casa era poco tiempo.

— Ahm... ella es Son Chaeyoung. — Presentó a su acompañante. — Intercambio de Corea en el instituto. Mi mejor amiga. — Enfatizó lo último mirando a todos los presentes como si amenazara con incendiar todo si la rubia recibía comentarios negativos.

Tiffany mostró una vez más esa bella sonrisa que la caracterizaba y recibió a la amiga de su hija con el mismo cariño.

Nayeon sintió un pequeño apretón en su mano y vio a su novio nervioso, listo para presentarla. Pero, una vez más, Mina los sorprendió caminando frente a la pareja.

— Te conozco. — Dijo tranquila al hacer memoria y recordar que su hermano había llenado parte de su memoria en el teléfono con fotos de su "perfecta" novia.

La coreana tragó saliva y cuando intentó hacer una reverencia la menor se lo impidió, las manos de Mina se posaron sobre sus hombros por pocos segundos para evitar que se inclinara. El contacto visual con la castaña le resultó un poco más cómodo, la mirada de Mina ahora era suave, gentil.

— No me gustan las formalidades. — Aclaró.

Esa mañana en la que conoció a Mina agregó en secreto una cuarta norma.

No formalidades.

— Mucho gusto, Mina. — Saludó Nayeon sonriéndole con intenciones verdaderas de llevarse bien con la castaña. — Espero puedas ver en mí una hermana más. — Dijo ganándose la mirada de todos, completamente aterrados por la respuesta que Mina podría darle. ¿Se había equivocado? ¿Mucha confianza? ¿Debía dejar de sonreír? Su corazón se agitó cuando la menor alzó el índice y lo posó sobre su frente, la tenía lo suficientemente cerca como para percibir su perfume, uno que no identificaba pero que fue un verdadero deleite para su nariz.

— Qué divertida. — Comentó en voz baja empujando suavemente la cabeza de Nayeon para luego tomar su maleta y hacerle una señal a Chaeyoung para que la siguiera. — ¡Comamos algo! — Demandó.

— ¡Pizza como desayuno! — Le siguió la pequeña rubia elevando su palma para que Mina chocara los cinco, lo cual lo consiguió de inmediato.

— ¿Vieron lo que yo vi? — Preguntó Siwon, todos asintieron. El hombre amplió su sonrisa siguiéndole el paso a las dos muchachas. — Está de buen humor... ¡Y algo de helado! — Gritó ganándose un golpe en su brazo por parte de su esposa.

— Nada de helado para ti. — Dijo Tiffany completamente indignada, su hija mostraba más felicidad por comer chatarra que por ver a su madre nuevamente. Inconcebible.

Nayeon tragó saliva sin saber lo que acababa de pasar, miró a Jinyoung en busca de respuestas y este se encogió de hombros igual de confundido. No tardó en abrazarla por la cintura para seguirlos.

Era la primera vez que alguien se comportaba como Mina lo había hecho, se quedó hipnotizada mirando la espalda de la menor que conversaba con su mejor amiga y de vez en cuando respondía las preguntas que sus padres le hacían. ¿Acaso era real? Inconsistente ente se llevó una mano a su frente y luego ocultó una sonrisa al darse cuenta que su cuñada era una persona especial y con poca experiencia para tratar a los demás.

Un verdadero reto.

Pero vamos, Im Nayeon se ganaría el amor de toda la familia de su hermoso novio.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro