7-"Salvado de milagro"
Despacio y alerta avanza por el marginado lugar, un hombre bien puesto y entrado en edad con un par de empleados completamente armados a su lado. Y del modo en que percibe el ambiente alrededor, pareciera que son la precavida presa metiéndose en la codiciosa boca del lobo.
Luego de no encontrar en su morada al que quiere huir de su marcado destino, el hombre se dejó llevar por unos extraños, pero a la misma vez, familiares sonidos provenientes de una cercana callejuela del lugar.
Lugar en donde James precisa pensar en positivo en cuanto su fuerza disminuye con creces y que, si no fuera porque interpuso su mochila ante la implacable mordida, ya tendría fichado su destino como una maldita bestia come sesos.
Así mismo, su mente flaquea ante cada segundo que transcurre tratando de sobornar sus desvariados pensamientos.
Quiere matar y a la vez dejarse ir... Dejarse ir por estar condenado a este fatídico mundo.
Quiere tantas cosas a medida que el insoportable dolor a su costado se incrementa, que sumado al cansancio que lo aqueja, se deja en cuanto percibe sus brazos ceder ante el esfuerzo de soportar el peso del engendro.
De repente, su rostro se mancha de un espeso y asqueroso líquido negruzco a medida que se queda sin aire cuando inerte, la mutación cae encima de su cuerpo. Entonces, aturdido, empuja con todas sus fuerzas quitándose la bestia de encima.
—Tranquilo hombre, ya estás a salvo —anuncia un señor de porte elegante y rodeado de personas armadas.
Completamente sobrepasado por la situación y el momento, James se deja llevar por las sombras que rodean y persiguen a su mente, cayendo en un profundo estado de sueño inducido por el inminente colapso de su cansado y apelmazado sistema.
"Recurrentes pesadillas inundan la cabeza de James a medida que trata de huir del lugar sin lograr su cometido.
Y mientras la asquerosa bestia le anuncia por lo bajo que es en vano que se mueva, que escapar no sirve de nada cuando todo está dicho ya que nunca podrá huir de su inminente destino, no puede observar el rostro que lo aqueja. Reconociendo, aún así, el timbre de esa voz que lo llama entre dormido.
Maldiciendo por la debilidad y escasa fortaleza que tiene para escapar de las garras de esa inhumana bestia, a medida que siente como unas frías y resecas manos lo apresan hundiendo su cuerpo en el abismo renegrido del olvido... "
James, despierta completamente exaltado y en alerta. No puede creer haber caído derrotado por el excesivo cansancio y el dolor acumulado. Pero, de inmediato, cambia su estado de ánimo cuando se siente enteramente sobrepasado.
Ha fallado como nunca creyó hacerlo... Se ha fallado, nada más ni nada menos, que a él mismo. Y eso, inunda su sistema de vergüenza a medida que -también- se acrecienta la preocupación de no saber en dónde diablos está metido.
Pero cuando intenta moverse, toma conciencia de que tiene vendada y dormida casi la mitad superior de su cuerpo. No siente el dolor insoportable y desgarrador que anteriormente había sentido, pero no le gusta para nada cuando el resto de su cuerpo no responde a la demanda de su maltrecho cerebro.
—Es por el fuerte analgésico. Trate de no moverse, así no se saca la vía.
James se detiene ante esa voz conocida. Y girando su cabeza, enfoca al hombrecillo bien vestido que oso tocar con anterioridad su puerta.
Quiere emitir labia pero su reseca garganta no lo deja, saliendo solo quejidos en vez de sonidos que articulen alguna palabra. Pero para su total asombro, el hombre se acerca y le pasa por sus agrietados labios, un trapo empapado con agua.
—Es mejor si consume de a poco. Lleva varios días dormido. Su cuerpo estaba exhausto, lesionado y completamente adolorido —le dice el susodicho —. Será mejor que anuncie que por fin ha despertado. Mi señor estaba bastante preocupado.
Dicho eso se retira, dejando a James observando como una vía se conecta a su muñeca izquierda y tratando de ordenar sus pensamientos al unir, poco a poco, los fragmentos de los diferentes recuerdos.
A pesar de no sentir dolor en exceso su cuerpo le pesa, así como también, los párpados de sus ojos. Lentamente los cierra solo para evocar retazos de tiempo y unir el rompecabezas que se gesta en su intranquila cabeza. En cuando los abre volviendo desde el mundo de los muertos, porque así se siente cuando se deja consumir por sus errados pensamientos, se encuentra con el mismo hombre maduro que lo salvó de su mísero destino.
Hombre que detenidamente lo observa y luego de un rato comenta: —Me alegro de que despierte, James. Usted es el único hombre capaz de hacer el trabajo que necesito... Pero lo quiero entero y recuperado. Ya luego, tendremos tiempo de hablar sobre su encargo.
Gracias por estar♥️
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