Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 35: Sonambulismo.

No supe en qué momento me quedé dormido. No supe si fue ella quién tiró la toalla primero o si fui yo quién decidió que ya era más que suficiente. Acurrucados, después de explotar del placer, terminamos dormidos uno al lado del otro.

Los vampiros nos considerábamos seres nocturnos porque no necesitábamos dormir como lo hacían los humanos. Cuando sentíamos cansancio, bastaba con dormir un par de horas y ya estábamos como nuevos.

Pero después de utilizar mis habilidades, solía dormir por algunos días. Era una habilidad peligrosa que usaba todas mis energías. No solía usarse a menos que se estuviera en peligro de muerte, pues me dejaba completamente debilitado y fuera de la ecuación.

No esta vez, noté con diversión. La sangre de la reina era algo fascinante. Me tentaba a explorar que otros beneficios podría traerme. Me sentía revitalizado y más fuerte que nunca, solo por morderla.

Y de repente, como si pensar en mi reina despertara todos mis instintos, noté que ella no se encontraba en la habitación.

Fruncí el ceño de inmediato, sintiendo una nueva ansiedad que nunca antes creí que experimentaría. Pero despertarme sin ella a mi lado trajo un millón de malos pensamientos y antes de darme cuenta, ya estaba saliendo de mi habitación, vistiéndome en el proceso.

Salí descalzo, colocándome un pantalón a duras penas. Mis pensamientos estaban tan enredados que no me sentía capaz de coordinar mis movimientos.

¿Fue mi abuelo? ¿Fue acaso esa su venganza por mi ataque? ¿O quizás era mi madre quién estaba detrás de todo esto? Si le habían tocado un solo cabello...

La encontré allí, en el pasillo. Desnuda, con los rayos de la luna iluminando su silueta. Por un segundo creí que se trataba de la reencarnación de alguna diosa. Su cabello caía por su espalda libremente, moviéndose con la brisa. Caminaba lentamente, sin hacer un sonido.

Dormida, noté. Estaba caminando dormida.

Había escuchado alguna vez de ese fenómeno en los seres humanos. Sonambulismo, una condición que afectaba a una gran cantidad de personas, pero que yo nunca esperé que Juliette fuera parte de ellas.

No debía despertarla, tenía entendido. Lo mejor era guiarla de vuelta a la cama con cuidado.

Me acerqué a ella, notando que sus ojos estaban abiertos, pero era como si no pudiera ver que estaba frente a ella. Su mirada era vidriosa y no parecía enfocar nada en particular.

—Vamos a la cama, criaturita —intenté llevarla, pero se sacudió de mí con facilidad y siguió caminando.

No iba a lograr nada haciéndola enfadar, noté sintiéndome un poco desorientado aún.

Iba a seguir su camino, con o sin mí. Así que decidí volver a mi habitación y tomar una de mis camisas negras, una que pudiera quedarle grande y tapar su cuerpo desnudo. No quería que se encontrara con algún guardia o que le diera frío.

Juliette tenía un cuerpo sano y fuerte, pero yo acababa de morderla. Sus defensas podrían encontrarse un poco bajas.

La encontré de nuevo cuando comenzaba a bajar las escaleras. Sentí que el corazón se me iba a salir del pecho al verla así, considerando lo peligroso que sería para ella caerse, así que corrí hasta ella y la ayudé a bajar.

Ella se dejó hacer, tomando mis manos. Noté que las mías temblaban un poco, lo que me hizo sentir un poco avergonzado. No temía en mostrarle lo mucho que me preocupaba por ella, pero tampoco me sentía cómodo mostrando cuan vulnerable era a su lado.

Cuando llegamos al segundo piso, giró sus pies hacia la dirección de sus hermanos, como si ese fuera su plan desde el principio. Antes de que diera un paso más, le puse la camisa sobre la cabeza y ella misma me ayudó a ponérsela.

Estaba dormida, pero era bastante ágil. Se comportaba casi igual que cuando estaba despierta. Quizás un poco más tranquila. Lo único que me indicaba que se encontraba dormida, eran sus ojos vacíos. Me dio gusto verla usando mi ropa. Se veía tan sexy con sus piernas desnudas que comencé a sentir el deseo envolverme. Pero no era el momento.

No tenía el tiempo de pensar en comérmela cuando ella caminaba como si fuera invencible por todo un castillo lleno de vampiros.

—Oye, criaturita. Creo que esto es bastante peligroso —comenté, aunque sabía que ella no iba a contestarme—. ¿Qué haré si vagas por el castillo tú sola y te haces daño? Moriría si algo así sucediera.

Por supuesto, ella ni siquiera miró en mi dirección.

—Estoy tan perdidamente enamorado de ti y tú ni siquiera pareces notarlo —confesé—. Daría mi vida por ti y tú aún no me dices todo de ti.

No la culpaba, de hecho. Considerando su pasado, Juliette era tan desconfiada como había aprendido a hacerlo, siempre por las malas.

Caminó sin titubear hasta la habitación de Julia. Abrió la puerta y me sorprendí al notar que no hacía ningún ruido en el proceso. Era tan sigilosa que no tenía sentido alguno, porque la Juliette despierta no tenía esa habilidad.

Se comportaba como si fuera un fantasma. Un ser que ya no pertenecía a este mundo. Tan irreal y tan inefable.

Como si estuviera verificando que estuviera Julia allí, la miró con ojos vacíos y se dio la vuelta.

Así que de eso se trataba... Su instinto de proteger a sus hermanos no se apagaba incluso cuando dormía.

Se dirigió ahora hacia el cuarto de Justin, pero justo cuando tomó el pomo de la puerta en su mano, una puerta cercana se abrió.

—Así que ahí estás —declaró Jake, sin ningún ápice de sorpresa en su rostro.

—¿Jake? —inquirí, intentando encontrar el sentido a lo que estaba pasando.

—Ah, Hola Donovan —Me saludó con naturalidad—. Así que estabas con ella. De saberlo, no me habría quedado despierto.

La sonámbula Juliette no tenía ningún interés en nuestra conversación, así que se dio media vuelta y comenzó a andar hacia otro lugar. Jake comenzó a seguirla casi inconscientemente, lo que me indicó que esta no era la primera vez que la encontraba caminando dormida.

—¿Qué está pasando? —pregunté.

—¿Esto? —sonrió sin felicidad en su rostro, ayudándole a bajar las escaleras—. Es lo habitual.

—¿Lo habitual?

—Empezó poco después de que mamá enfermara —informó—. No te sientas mal por no saberlo. Ni ella misma lo sabe.

Eso explicaba como nunca me había dicho o porque no lo había visto en sus recuerdos, pero aún no entendía cómo había omitido esa información de ella. Nadie me lo había informado anteriormente y me habría gustado saberlo con anticipación.

Creí saberlo todo, pero esto me demostraba que aún me faltaba mucho de Juliette por conocer.

Se dirigió hacia el jardín que yo le regalé, caminando por pasillos que ni yo mismo conocía. Lo único que se escuchaba en el lugar eran los pasos míos y de Jake, porque apenas y podía escuchar la respiración rítmica de Juliette.

—Antes era más fácil —Me comentó Jake, después de que ella abriera las puertas—. No tenía muchos sitios a dónde ir y era más sencillo cuidar de ella.

—Lo siento —Me disculpé, aunque no tenía muy claro por qué—. No tenía idea de esto.

Nótt ladró, como si le estuviera dando la bienvenida. La Juliette dormida sonrió al escuchar ese sonido y comenzó a pasear por todo el jardín, ahora con Nótt uniéndose a nosotros.

—¿Lo notaste? —preguntó Jake.

—¿Qué cosa?

—No nos hemos encontrado con ningún guardia —declaró.

Y solo entonces lo noté. Era normal que no hubiera nadie en el jardín, porque era un sitio prohibido para los demás vampiros. ¿Pero y en los pasillos? ¿Por qué el castillo parecía desolado?

Desde que Juliette se levantó de la cama hasta el jardín, no había rastro de otra persona que no fuera Jake.

—Aún no sé cómo lo hace —siguió Jake, sin notar mi agitación—. Nadie te informó de su sonambulismo porque nadie más que nosotros lo sabe. De alguna forma, siempre camina por lugares donde nadie pueda encontrarla. Como si supiera donde está cada uno de ellos y los evitara intencionalmente.

Eso no tenía ningún sentido. Pero ahora que Jake me lo decía... Juliette había caminado por los pasillos como si supiera exactamente a donde se dirigía, a pesar de estar en mi habitación inicialmente.

Y ese era un lugar que no conocía hasta esta noche, por lo que no tendría sentido que se supiera el camino a la perfección.

—¿Cada cuánto sucede esto? —pregunté, sintiéndome mal por no saberlo desde antes.

—Cada noche —asintió Jake, mirándola jugar con Nótt—. No siempre, pero más seguido de lo que nos gustaría. Que se quede en la cama es lo raro, llegados a este punto.

—¿Y tú la cuidas? —anonadado, volteé a ver a Jake con atención.

—Todos lo hacemos. Nos turnamos para cuidar de Juliette cada noche. Nunca ha pasado nada, pero no es precisamente buena idea dejarla vagar sola. Ninguno quiere que se haga daño, así que nos quedamos con ella hasta que solita decide que es hora de volver.

—¿Incluso Julia?

—Julia es más inteligente de lo que parece. Fue ella la primera en notarlo —sonrió—. Y Juliette parece saber quién la cuida, porque suele ser más tranquila cuando está con Julia. Es más audaz cuando está con Justin, porque incluso se atreve a explorar sitios desconocidos. Conmigo suele venir a este jardín y jugar. A veces juego con ella. A veces la miro de lejos. Solo espero que algún día, ella pueda dormir tranquila.

La dormida Juliette vino hacia nosotros, sonriendo con travesura. Era una parte de Juliette que nunca había visto, tan serena, tan juguetona. Parecía dejar salir todo lo que siempre tuvo que reprimir al hacerse cargo de sus hermanos.

Pronto sería su cumpleaños, pensé. Y en ese momento, tuve una idea. Le haría una fiesta de cumpleaños como nunca antes la tuvo, donde pueda sacar a la niña interna que parecía tomar el control cuando dormía.

—¿Vamos? —le preguntó Jake con naturalidad, como si supiera que ella ya había finalizado toda su aventura.

Y justo en ese instante tropezó con una piedra. Tres seres se prepararon para ayudarle. Nótt se puso en frente, como para amortiguar su caída, mientras que Jake y yo la tomamos casi al mismo tiempo.

Me sorprendieron sus reflejos. Era una velocidad que había visto pocas veces antes en mi vida y jamás de algún humano.

Juliette solo parpadeó un par de veces, antes de seguir caminando, sin mirar atrás.

—Anótame —pedí, aunque sonó como una orden.

—¿En qué?

—En los turnos. Yo también voy a cuidar de ella. Ya no están solos, Jake. Puedo ayudarles.

Yo podría cuidarla cada noche. No me importaría quedarme a su lado mientras vagaba por el castillo cada noche. Tenía las condiciones perfectas para eso.

Pero no iba a quitarles ese momento a sus hermanos. No, no podría incluso si lo intentara. Esta era su rutina. Quedarse con ella, cuidarla, tanto como Juliette cuidaba de ellos.

—Bien —asintió—. Mañana es el turno de Justin. ¿Te sirve el día siguiente?

—Por supuesto —sonreí.

Un niño de doce años hablaba con tanta diplomacia que me sorprendía. Era solo un crío, pero creciendo en el ambiente en que creció, se notaba que se vio obligado a madurar mucho más pronto.

—¿Te encargas tú? —preguntó al llegar a su pasillo, frotándose los ojos.

Estaba agotado. Observé su pequeño cuerpo tambalearse por un segundo. Pero él no se quejó ni una vez.

—Yo me encargo —asentí.

Juliette se tambaleó cuando su hermano se marchó. Y como si fuera natural, yo la levanté en mis brazos.

Se acurrucó en mi pecho, cerrando los ojos. Se veía tan pacífica durmiendo, tan tranquila. No me contuve y le di un beso en la frente, prometiéndome a mí mismo no dejarla nunca sola.

Cuando llegamos de vuelta a mi habitación, ella abrió los ojos de nuevo. Esta vez parecía mucho más despierta, pero se veía un poco confundida.

—Tengo que hacer pis —murmuró.

Reí por lo bajo al escucharla. La dejé sobre la alfombra, dejándola marcharse en dirección al baño. Nunca imaginé que Juliette diría la palabra pis, pero ahora nunca me olvidaría de ese momento.

Salió del baño a los pocos minutos, sin mi camisa. Me pregunté por un segundo dónde la dejó, sin embargo, mi vista se concentró en el vaivén de su cuerpo. Ella cayó en la cama, agotada. Aún se encontraba medio dormida, pero de repente me volteó a ver con ojos coquetos y me invitó a unirme a ella en la cama.

Obedecí, sin perder el tiempo. Me desnudé sin segundas intenciones, solo porque quería sentir su piel contra la mía.

—Donovan.

—¿Si?

—A las flores... ¿No les pasa nada si se mojan?

¿Qué? ¿Ahora estaba hablando dormida? Su pregunta no tenía sentido, pero me miró con frustración al ver que no le respondía.

—No les pasa nada —contesté—. Tienen magia para soportar cualquier tipo de clima y florecer en cada estación del año.

—Eso es bueno —murmuró.

Su respiración se hizo pesada y a los pocos segundos estuvo profundamente dormida.

Y como si ella lo supiera, la lluvia comenzó a caer afuera. Era imposible que ella hubiera escuchado el sonido de la lluvia antes que yo, pero eso fue lo único que tendría sentido.

Sin embargo, un ápice de dudas comenzó a invadirme.


¡Hola, hola! Este capítulo es completamente inédito, así que no se sorprendan si no lo reconocen. 

Me pareció importante agregar este dato, porque explica un montón de cosas que vendrán más adelante. Es un capítulo corto, solo con la información necesaria. 

Porque al final del día, lo mejor ya está por venir. 

Los amo, espero que lo sepan. 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro