Capítulo 26
[Maratón 2/3]
El lunes por la mañana, Jungkook frunció el ceño al ver la silueta de una persona en la puerta de su casa. Aceleró el paso y alzó una ceja al ver que era Taehyung, con el estuche de su guitarra y un bolso a su lado.
—¿Tae?— Preguntó cuando estuvo frente a él, haciendo que el nombrado levantara la cabeza.
—Hola— Saludó con una sonrisa.
—Hola... ¿está todo bien? No respondiste mis llamadas y mensajes—
—Lo siento, es que... olvidé que dejé mi celular en silencio—
—No hay problema— Sonrió. —¿Qué haces aquí con ese bolso?—
—Oh...— Susurró. —Estaba pensando... sólo si quieres...— Suspiró. —No pude estar para nuestro aniversario, no sabía qué hacer para compensarte y... se me ocurrió que podía quedarme en tu casa por unos días... sólo si quieres y si tus padres están de acuerdo, ¿qué dices?—
Se agachó para quedar a su altura y besó su frente. —Bienvenido a la casa de los Jeon, pero lamento decirte que no tenemos cuarto de invitados, así que tendrás que dormir conmigo—
—Oh... está bien—
Jungkook sonrió, se levantaron, tomó las cosas de su novio y ambos entraron a la casa. —Dejaré tus cosas en mi habitación e iré a tomar una ducha, ponte cómodo— Dijo antes de subir la escalera para hacer lo dicho.
Taehyung se sentó en uno de los sofás de la sala de estar e inspeccionó con la mirada el lugar, no atreviéndose a moverse de ese sitio.
Veinte minutos después, el pelifucsia bajó del segundo piso con el cabello húmedo, vestido con algo cómodo y una toalla en su hombro.
—¿No te secas el cabello?— Preguntó el castaño mientras lo vio salir al pequeño patio trasero, probablemente a colgar la toalla.
—¡Se secará solo con el calor que hace!— Respondió desde afuera. —¡¿No tienes calor con ese polerón?!—
—Estoy acostumbrado— Dijo cuando su novio estuvo de nuevo dentro de la casa.
—¿Quieres algo de comer?— Preguntó desde la puerta de la cocina.
Negó con la cabeza. —Desayuné antes de salir de mi casa, ¿tú no has comido nada?— Fue el turno del pelifucsia para negar. —Deberías comer algo antes de salir a correr— Dijo mientras se levantaba y caminaba hasta donde estaba su novio. —Puede hacerte mal—
—Es más cómodo para mi así— Dejó un pequeño beso en los labios contrarios, para luego adentrarse en la cocina y prepararse su fabuloso y elaborado cereal con leche.
—Quemas todas las calorías con ejercicio, por eso comes tanto— Afirmó cuando vio la cantidad de cereal en pocillo. Era demasiado desde su punto de vista.
—Me sorprende que recién lo notes— Dijo divertido. —Acompáñame a comer—
Ambos se sentaron en la mesa que estaba en la cocina, uno frente al otro, mientras que uno comía, el otro se dedicaba a mirarlo en silencio.
—Entonces...— Comenzó después de un rato, a punto de acabar su desayuno. —¿Me quieres?—
Taehyung lo miró con el ceño fruncido. —¿Qué?—
—Por mensaje... dijiste que me querías— Sonrió. —¿Es cierto?— El castaño se sonrojó hasta las orejas y asintió. —¿Podrías decirlo en voz alta?—
Bajó la mirada avergonzado, no era una persona que demostraba mucho afecto, aunque lo sintiera, y realmente no se había dado cuenta hasta después de haber enviado el mensaje. Suspiró y conectó su mirada con la de su novio.
—Te quiero—
La sonrisa de Jungkook no se hizo esperar para mostrarse en todo su esplendor, y Taehyung no pudo hacer más que mirarla.
—Yo también—
El pelifucsia podría acostumbrarse a tener al castaño viviendo con él.
Apenas llevaba cuatro días de las dos semanas que había prometido, pero era agradable tener una compañía en la casa durante el día, además de que Taehyung cocinaba increíble y, por supuesto, en la noche donde podían dormir abrazados.
Ese día, se encontraban en la habitación de Jungkook luego de almorzar. El recién nombrado estaba recostado sobre su cama mirando el techo de puro aburrimiento, mientras que el castaño se levantó de esta para ir a buscar su guitarra y sentarse nuevamente junto a su novio.
El pelifucsia se reincorporó a su lado, dándole una mirada curiosa cuando sacó la guitarra del estuche y comenzó a afinar las cuerdas. —¿Qué haces?—
—Te dije que si encontraba una buena canción... la tocaría para ti— Lo miró una vez que terminó de afinarla. —¿Quieres?—
—Por supuesto que sí— Sonrió. —¿Cantarás también?—
—No soy muy bueno cantando, arruinaría el ambiente si lo hiciera...— Susurró.
Los acordes comenzaron a escucharse; suaves, relajado, con cariño. Era placentero de oír.
Jungkook mantuvo la sonrisa en su rostro hasta que poco a poco comenzó a reconocer de qué canción se trataba. Una hermosa, llena de sentimientos, y a la vez... tan triste.
La sonrisa se desvaneció en su rostro y comenzó a preguntarse si había algún mensaje oculto en el por qué había escogido aquella canción.
—Te di todo, cariño...— Susurró, ganándose una mirada de Taehyung mientras continuaba tocando; no esperaba que la conociera. Jungkook sólo siguió con la letra que recordaba, mirando los ojos color avellana fijos en él. —Todo lo que tuve para dar... Chico, ¿por qué me alejarías? Perdido en la confusión como una ilusión... Sabes que estoy acostumbrado a hacer tu día...—
El pelifucsia vio los ojos contrarios cristalizarse. No sabía por qué, pero los suyos también comenzaron a hacerlo.
—Pero ese es el pasado ahora... Ahora no duramos... Supongo que está destinado a ser así... Dime, ¿valió la pena? Éramos tan perfectos, pero cariño, solo quiero que veas... No hay nada como nosotros... No hay nada como tú y yo... Juntos a través de la tormenta... No hay nada como nosotros... No hay nada como tú y yo... Juntos...—
Jungkook se detuvo en ese instante, mientras que Taehyung terminó la canción lo más calmado que pudo, conteniendo las lágrimas en lo posible.
Habiendo terminado, el pelifucsia no dijo nada, a la vez que el castaño guardaba la guitarra en el estuche y lo dejó a un costado de la cama.
Cuando se giró nuevamente a su novio, no tuvo tiempo de hablar cuando este lo besó, pero se sentía tan... melancólico.
Las lágrimas que ninguno se atrevió a soltar por miedo a lo que significaban, las sensaciones en su máximo esplendor, la suave piel que las manos contrarias descubrieron en sus cuerpos y el calor corporal en ascenso fue lo único que pudieron hacer con el otro en ese instante.
[¿Detalles? ¿Qué es eso?
Gente bella, le dejo los detalles a sus mentes pervertidas.]
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