Taehyung parpadeó repetidas veces y dejó caer su helado al suelo por la sorpresa, pero eso era lo que menos le importaba en ese momento. Jungkook... ¿le pidió ser su novio?

El pelifucsia mantuvo su mirada cariñosa sobre él, dispuesto a esperar el tiempo que sea necesario una respuesta. Idealmente positiva.

—Yo...— Comenzó el castaño. —Yo... mierda— Susurró. —Tú... agh— Cubrió su rostro con su mano, simplemente no sabía qué decir, no encontraba palabras adecuadas.

Jungkook retiró la mano que cubría el rostro de Taehyung y la reemplazó por su propia mano libre en la mejilla contraria.

—Hagamos esto más simple para ti. Voy a besarte; si no te alejas, es un sí a mi propuesta, pero si te alejas... bueno, es un no—

¿Cómo se supone que eso sería más simple?

Antes de que pudiera protestar algo, los labios del contrario ya estaban sobre los suyos, moviéndose lentamente.

Y, a pesar de las miles de inseguridades que tenía, a pesar de que aún no estaba seguro de si todo resultaría bien; se permitió relajarse, cerrar los ojos y tratar de adecuarse al ritmo que el pelifucsia había impuesto.

Jungkook sonrió contra sus labios, haciendo que por inercia el beso se interrumpiera. Se separó lentamente para observar el rostro contrario: los ojos cerrados con fuerza, un notorio sonrojo hasta sus orejas y el brillo en sus labios estaba ligeramente removido de su lugar. Limpió con su pulgar el alrededor de la boca contraria, haciendo que Taehyung abriera los ojos lentamente.

—Me correspondiste, así que...— Retiró las manos del rostro contrario, dejando ver por completo su precioso sonrojo en la piel morena. —Es nuestro primer día como novios, ¿no?—

—Eso es... oh no— Cubrió su rostro con ambas manos, haciendo que el pelifucsia soltara una risa por su reacción. —Fue... eres un tramposo— Susurró.

—Es una lástima que pienses así de tu novio, Tae—

El castaño descubrió sus ojos, mostrándole su ceño fruncido. —Que seas mi novio no quita que seas... oh— Qué más daba, conscientemente no lo había aceptado, pero su subconsciente estaba más que dispuesto a aceptar la relación con el contrario. Tenía que aprender a pensar antes de hablar. —No quita que seas un tramposo— Terminó la frase.

—Me siento dolido— Pero la sonrisa en su rostro no decía lo mismo. —¿Quieres mi helado? Dejaste caer el tuyo—

Bajó las manos de su rostro. —No lo dejé caer, me hiciste soltarlo por la sorpresa—

—Aún así, no te obligué a abrir la mano para que lo botaras— El castaño bufó, mientras que él rió y le extendió el paquete. —¿Lo quieres o no? Se va a derretir a este ritmo—

—Si insistes— Tomó el paquete del helado, lo abrió y le dio una mordida, tratando de ignorar la atenta mirada que caía sobre él. —¿Por qué me miras tanto?—

—No me creo que seas mi novio— Susurró. —Debí haberte besado en un inicio y no teñirme el cabello para nada—

—Me gusta cómo te ves, está bien el tinte— Dijo mientras miraba hacia otro lado.

—¿De verdad?— El castaño asintió. —Está bien, entonces no fue en vano—

Lo observó durante los próximos minutos, en los cuales el contrario terminó el helado y dejó el envoltorio en el basurero más cercano.

—¿Quieres que te acompañe a tu casa?—

—Mmh... no creo que sea necesario, puedo irme solo, pero si tú quieres... no hay problema—

—Está bien, entonces— Sonrió. —Además, debo ganar la aprobación de tu hermano—

—¿SeokJin?— El contrario asintió. —¿Por qué?—

—Ese día en tu casa... creí que iba a matarme con la mirada—

No es eso.

Sólo creyó que tuvimos sexo.

Oh no.

—Bueno... probablemente, es un poco sobreprotector—

—Entonces...— Se levantó y extendió su mano. —¿Nos vamos?—

Taehyung tomó su mano tímidamente y repitió su acción, para luego ambos caminar por las calles de la ciudad en un silencio bastante cómodo.

A pocos metros de la casa del castaño, este se detuvo abruptamente cuando divisó la figura de su hermano en la entrada de su casa. —Creo que tengo ganas de golpearlo— Susurró para si mismo.

—¿Qué pasa?— Miró en la dirección que estaba observando el contrario, entendiendo por qué se había detenido. Devolvió su mirada a él. —¿Tu hermano?—

Asintió. —¿Sabes qué hora es?—

Sacó su celular del bolsillo. —Son las ocho veinte... oh— Taehyung lo miró. —Y tengo diez llamadas perdidas de mis padres, olvidé que dejé mi teléfono en silencio—

—Tampoco es tan tarde, sólo es la hora de la cena y... oh mierda— Buscó su celular en los bolsillos de su buzo, dándose cuenta de que no lo había llevado consigo. —SeokJin va a matarme—

—No te matará a ti, me va a matar a mi por traerte a tu casa a esta hora sin avisar en un día de semana—

—Bueno— Tragó pesado. —No soy un niño, así que no puede enfadarse— Trató de convencerse.

Pero ambos sabían que no iba a ser así.

Caminaron hasta la casa del castaño relajadamente, dándose el máximo tiempo posible para llegar hasta la entrada. Una vez frente a ella, los dos bajaron la cabeza ante la impasible mirada del rubio.

—¿Se puede saber dónde andabas a estas horas con...?— Miró sus manos, alzando una ceja al verlas juntas. —¿... este chico?—

—SeokJin, tampoco es tan tarde— Susurró el castaño.

—No estaría parado aquí si hubieras llevado tu celular, Kim Taehyung— Observó al pelifucsia. —Y tú... Jungkook— El nombrado lo miró, encogiéndose un poco en su lugar ante la fuerte presencia que desprendía el rubio. —¿Por qué traes a mi hermano a estas horas en un día de semana? ¿Qué tanto les tomó... su conversación como para tenerlo casi seis horas fuera de casa?—

—Bueno...— Carraspeó. —Le pedí que me acompañara a un sitio, por eso demoré un poco en traerlo a su casa—

—Puedes salir con él todo lo que quieras, pero necesito que al menos avisen a qué hora van a llegar, ¿bien?— Ambos asintieron. —Ahora... suelten sus manos, se despiden a un mínimo de sesenta centímetros de distancia, Jungkook se va a su casa y Tae entra, ¿bien?— La pareja volvió a asentir. —Tienen dos minutos— Y sin más que decir, entro a la casa, preparando las preguntas que le haría a su hermano.

—Entonces...— Comenzó el pelifucsia, desviando la atención del castaño de la puerta de su casa hacia él. —Me gustaría no obedecer las órdenes de tu hermano, pero creo que por ahora no estoy en posición de hacerlo— Soltó su mano lentamente. —Si no supiera que nos está vigilando, te besaría—

Taehyung miró de reojo la ventana que estaba al lado de la puerta, encontrando a su hermano observándolos de una forma que no era para nada discreta.

Suspiró. —¿Nos vemos en la universidad?—

—Sí. Hasta mañana, Tae— Sonrió.

—Hasta mañana—

Mientras el pelifucsia iba de camino a su casa, el castaño entró a la propia.

Y el grito que dio SeokJin cuando se enteró de que Taehyung tenía novio, Jungkook pudo escucharlo en la esquina de la calle.

[Capítulo sorpresa porque sí 💜]