Capítulo 10
Taehyung abrió los ojos lentamente, acostumbrándose poco a poco a la iluminación del lugar donde estaba. Observó su alrededor y le tomó un tiempo darse cuenta de que estaba en la habitación de Jungkook.
El sonido de la puerta hizo que su atención se fuera a esta, notando la entrada del azabache al cuarto, quien aún no se daba cuenta de que el castaño estaba despierto.
Lo observó depositar una taza de café sobre su escritorio, abrió uno de sus libros y, antes de sentarse, le dirigió una mirada, sonriendo levemente al ver que estaba despierto. —Despertaste, ¿cómo te sientes?—
—Bien— Susurró.
Jungkook se sentó en la cama a su lado y tomó su muñeca para comprobar su pulso. —¿Te sorprendí?— Dejó su muñeca suavemente sobre la superficie acolchada y lo miró atento.
Taehyung evitó su mirada. —Algo— Admitió. —¿Te asusté?—
—Un poco— Respondió avergonzado.
—Lamento causarte problemas—
—Oh... no te preocupes, no fue un problema, sólo...— Suspiró. —Me sorprendiste, además... eres demasiado liviano, ¿te alimentas correctamente?— Vio el cuerpo contrario tensarse. —Lo siento, no debería seguir preguntando—
El castaño sonrió apenado y se enderezó lentamente. —Perdóname tú a mi—
—¿Te ha pasado antes?—
—Sí— Susurró. —Podría decir que estoy un poco acostumbrado—
—¿Cuándo... fue la última vez?— Preguntó dubitativo.
Bajó la cabeza. —El martes que desaparecí—
—¿Hace una semana? ¿No es muy poco tiempo?— Dijo preocupado.
—Tal vez...— Susurró. —¿Quieres saber qué me pasa?— El contrario asintió. —¿Entonces por qué no has preguntado nada?—
—Prefiero no hacerlo si vuelves a desmayarte— Negó con la cabeza y el castaño sonrió. —¿Cómo te fue con tu hermano?—
El repentino cambio de tema hizo que su sonrisa vacilara. —Pudo haber sido peor, así que supongo que todo salió bien—
Asintió. —Ahora voy a estudiar un poco. Por mientras descansa, luego te acompañaré a casa—
—No es-—
—Nada de peros— Interrumpió. —No quiero que te desmayes de nuevo en la calle—
Sin agregar nada más, el azabache se levantó de la cama y se sentó en la silla que estaba frente a su escritorio, mientras que Taehyung se recostó nuevamente en la cama, esta vez de lado para poder observar al otro chico.
Se fijó en detalles que antes había pasado por alto; mandíbula perfilada, lunares en su cuello y nariz, una pequeña cicatriz en su mejilla, labios finos y rosados, pestañas largas y bonitas, ojos grandes, oscuros y brillantes, dos perforaciones en su oreja y el cabello negro azabache casi tapando sus ojos. Por donde lo mirara, el chico era atractivo, tan atractivo que hacía que su corazón palpitara con fuerza dentro de su pecho.
Le daba miedo lo que esa sensación podría significar, pero luego se preocuparía de eso. Por ahora, se dedicaría a admirar al chico frente a él, porque nada se lo impedía.
Luego de dos horas, Jungkook finalmente cerró su libro, dando por terminado lo que se prometió repasar ese día. Su mirada viajó hasta su cama, donde encontró al castaño durmiendo plácidamente sobre esta.
Sonrió, aunque sabía que desde hace un buen rato estaba dormido, ya que había dejado de sentir su mirada sobre su perfil. Se levantó de su sitio, se arrodilló frente a la cama, apoyó sus brazos en esta y luego recostó su cabeza sobre sus extremidades, con su mirada atenta en Taehyung.
Su rostro estaba relajado, su respiración era rítmica, los cabellos castaños caían en su frente y algunos tapaban sus ojos, sus pestañas largas, nariz perfilada con un pequeño lunar en la punta de esta y sus labios, ligeramente gruesos, estaban entreabiertos.
Era lindo, demasiado lindo para su propio gusto.
Miró un poco más de lo debido sus labios, preguntándose cómo se vería una sonrisa en todo su esplendor en ellos. Probablemente tan preciosa como el portador de esta.
Algunos minutos después (algo cortos para Jungkook), el castaño frunció levemente su ceño y poco a poco abrió los ojos, sorprendiéndose al ver lo cerca que estaba el rostro del azabache. No pudo evitar un sonrojo.
Sin pensarlo realmente, Jungkook extendió su mano hasta la mejilla contraria y la acarició suavemente, mientras sentía como el castaño se estremecía ante su sutil tacto. Sentía que estaba perdiendo el control de sí mismo, pero no era su culpa, era culpa de Kim Taehyung por ser tan bonito.
Retiró su mano lentamente del rostro contrario. —He terminado de estudiar, ¿quieres que te acompañe a casa?— El castaño asintió. —Bien, prepárate y nos vamos—
Jungkook se puso de pie, tomó la taza de café (ahora vacía) y salió de la habitación, ingresando nuevamente algunos minutos después, encontrando al otro chico con su mochila colgada al hombro, esperando su llegada. Sacó un polerón de su armario, se lo colocó, tomó sus llaves y con un gesto le indicó a Taehyung que lo siguiera.
Minutos después, se encontraban caminando lentamente por la calle, con un extraño silencio entre ellos.
El castaño caminaba mirando sus pies, mientras que el azabache miraba al frente, de vez en cuando viendo de reojo al chico que se encontraba a su lado.
Se adelantó brevemente y se posicionó frente a él, haciendo que se detuviera. —¿Qué pasa?—
—¿Estás cansado?—
—Un poco— Susurró. —¿Por qué-?— Antes de poder decir algo más, vio al pelinegro darle la espalda y arrodillarse. —¿Qué estás haciendo?—
—Sube a mi espalda—
—No— Negó inmediatamente.
—Vamos, estás cansado y te desmayaste hace unas horas, puedo llevarte—
Taehyung miró dudoso su espalda por unos instantes, para luego aceptar tímidamente la oferta del contrario y pasar sus brazos por su cuello, ahogando un grito cuando sintió dos fuertes y grandes manos tomar sus muslos y levantarlo como si nada. Aunque no era como si pesara mucho.
—Deberías comer más contundente, eres muy liviano—
Los brazos de Taehyung se aferraron a su cuello, sin llegar a ahorcarlo, y apoyó su cabeza en su hombro. Se sentía cómodo con el calor que Jeon Jungkook emanaba de su cuerpo. —Yo estoy bien como estoy ahora—
—Si tú lo dices— Hizo una mueca.
—¿Te preocupa?—
—Por supuesto que sí, ¿o es que acaso me crees un ser sin corazón?—
—Quizás un poco—
—¡Oye!— Se quejó, más su pequeña molestia no duró por mucho, porque el sonido de la suave risa del castaño llegó a sus oídos y se sintió perdido por un tiempo. Le hubiese gustado ver su cara en ese instante.
Minutos después, luego de algunas indicaciones de Taehyung, estaban en la puerta de la casa del mencionado. Jungkook lo ayudó a que se bajara con cuidado de su espalda, se despidió con una sonrisa y se fue por el mismo camino por el que habían ido.
Mientras el castaño observaba la espalda del azabache marcharse, él era observado por SeokJin desde su ventana, quien le lanzaba una mirada curiosa a la vez de ser preocupada.
SeokJin no odiaba a Taehyung, lo quería más que a cualquier persona en la Tierra, pero si él se estaba equivocando, no dudaría en decírselo y poner mano dura. No quería que el castaño continuara cargando con una culpa que no era suya, pero al ver la mirada que el desconocido le dedicó a su hermano le dio a entender un poco el por qué Taehyung no quería decirle que estaba enfermo.
No estaba de acuerdo, pero no seguiría presionándolo.
[Hi. Me gusta mucho este capítulo, no sé porqué.
No tengo mucho que decir, así que nos leemos la próxima semana, bye.]
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