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╰✯┋Capítulo 43┋

Shannon se tambaleó hasta Ellie y se dejó caer a su lado. Apartó un mechón de cabello de su rostro y sujetó su mano entre las suyas para besarla.

Acunó el rostro de su hermano contra su pecho por un instante. Luego volvió la mirada hacia Eira, un gorgoteo retumbó en su garganta y la rabia emblanqueció sus nudillos.

Tragó el nudo que se le había formado y el mundo se detuvo a su alrededor. Sujetó a la estigia por el cuello, con las puntas de sus dedos marcando la piel de este.

Lo arrojó contra uno de los muros destrozados, y una vez ahí le golpeó repetidas veces. Retrocedió cuando supo que algún objeto, controlado por la estigia, se acercaba.

Las cadenas formaron una barrera, pero Shannon, cegado por la furia la travesó, obteniendo una herida en su frente que enseguida empezó a sangrar.

Peleaba contra Eira al mismo nivel, incluso podía asegurar que la estigia se estaba agotando.

Lawrence le defendía de las cadenas y él se concentraba en atacar, era tanto su deseo de venganza que ignoraba el hecho de que la balanza intentaba decirle algo que parecía importante.

Un nuevo letargo del tiempo llegó y con él Eira fue finalmente derribado.

—Es suficiente, Shannon.

Tuvo que mirar para corroborar que en verdad era aquella voz la que le hablaba.

—Ellie... estás vivo.

—Puedes parar ahora, es momento de que sepas la verdad.

—¿De qué verdad hablas? Ellie, te han hecho creer cosas que no son ciertas.

—¡No! A ti te han hecho creer cosas que no son ciertas ¿sabes cómo era el mundo antes de las estigias?

Shannon lo pensó un momento. Era verdad que hacía unos años el mundo parecía haber mejorado. Él deseaba proteger a las personas, pero era porque justamente no había una maldad que le hubiera impactado para odiarlas.

Amaba a la humanidad porque conocía en su mayor parte el lado amable, el lado que las estigias habían dejado vivir.

—Han asesinado a personas inocentes también.

—No es así, las estigias somos los canales en los cuales se erigirá El Arca que llevará a los elegidos, el mundo se limpiará y entonces las personas bondadosas quedarán a final.

—¡No lo escuches, Shannon! —gritó Lawrence con molestia—. No hay manera de que creas que eso es verdad, la paz jamás se obtendrá intentando comenzar de cero un paraíso.

—¿Por qué no? —increpó Ellie—. Un mundo donde no haya personas corrompidas, donde todos puedan vivir sin miedo, sin dolor y sin muerte. Ahora que soy el Creador haré un mundo más hermoso. Solo te necesitamos a ti, seguro que estas cansado de todo este dolor.

—No era necesario asesinar a mis amigos...

—Los traeré de vuelta. Como el Creador puedo jurarte que el paraíso que nos espera no tendrá más separaciones.

Las lágrimas se derramaban por las mejillas del apóstol. Se reuniría de nuevo con Ellie y con sus padres. Incluso sus amigos podrían regresar. No veía mentiras en sus palabras.

Shannon estuvo por ir hacia él cuando la realidad empezó a mezclarse con imágenes. Confundido, miró notando que Clear había llegado.

—No te metas en esto, ilusionista —prorrumpió Ellie con una furia bestial.

Mas la chica, con determinación, continuó mientras le enfrentaba:

—Esto es solo el reflejo de tu alma.

Ellie intentó atacarla, pero fue frenado enseguida por una barrera de Lawrence y las cadenas de Eira.

—¿Qué están haciendo? ¡Apártense, estorbos! Shannon, no mires.

Pero el apóstol se mantenía con los ojos muy abiertos, las imágenes que veía eran agradables. Eran de aquel pasado que recordaba con tanto anhelo. Se vio a sí mismo cuando era un niño, jugando con Damien y Eira. Cuidando de Ellie, siendo cuidado por sus padres.

Vio días alegres en que era feliz con su familia, días en los que no habría imaginado el futuro que le deparaba ni en sus peores pesadillas.

Imágenes brillantes de días alegres, días tranquilos y de pronto algún absurdo drama infantil. Y sin embargo le llenaban de una extraña nostalgia que le hacía querer regresar a esos momentos.

De pronto miró una nueva escena que no recordaba haber vivido: Parecía ser un día de Navidad normal, habían armado decenas de ángeles para decorar, ángeles de miradas azules, mejillas sonrosadas y sonrisas alegres.

Tomó una de las figuras, sintiendo demasiado real aquel recuerdo, tenía la leve impresión de remembrar algunas partes, pero las lagunas le impedían evocar el final de esa memoria.

La anterior escena se desvaneció y ahora miraba a Eira y a él comiendo juntos galletas que su madre había preparado. Eira le preguntó si Ellie no los acompañaría y él se dirigió a buscarlo.

Cuando entró en la habitación solo encontró destrucción a su paso, las plumas de las alas de los ángeles estaban regadas por toda la habitación con machas rojas. Preocupado porque Ellie estuviera herido se apresuró a buscarlo y lo llamó por su nombre.

No tardó en encontrarlo, en una esquina arrancaba las alas y las cabezas de los ángeles y luego con las plumas hacía pequeños montones que lanzaba al aire.

—Ellie ¿qué estás haciendo? Mamá se molestará si ve que has destrozado a los ángeles.

La mirada perdida de Ellie reflejaba la luz de la vela que alumbraba en la oscuridad. Tomó el último ángel y arrancando su cabeza comenzó a hablar:

—Mamá debería estar molesta con los mismos ángeles por existir, porque se regocijan con el sufrimiento de los seres mortales. Porque siendo los favoritos de Dios no tienen las preocupaciones que nosotros en la Tierra.

Shannon iba a preguntar de qué estaba hablando cuando su madre entrando en la habitación lo interrumpió.

Tras un regaño Shannon se culpó, diciendo que había sido su idea y que solo estaban jugando. Ellie asintió y regresó a ser el mismo de siempre, su alegre lucero.

El Shannon real llevó una mano a la cabeza, logrando recordar que, en efecto, todo lo de aquella ilusión, había pasado tal cual.

Quiso parar, pero nuevas imágenes se mostraban, una nueva memoria que tampoco estaba seguro de recordar del todo.

—Ellie, no has hecho tus oraciones de hoy.

—No pienso hacerlas, estoy molesto con Dios.

—¡No digas eso! —exclamó alarmado, pero con voz baja para no llamar la atención de sus padres—. ¿Por qué estás tan molesto?

—Porque sé que por su culpa sufrirás —exclamó con un puchero—. Lo he soñado: que ha trazado tu destino, que planea hacer de ti una de sus armas más importantes y que eso solo traerá tristeza.

Shannon lo miró con ojos muy abiertos. Su voz era frenética y su mirada estaba llena de un inminente pánico. Sin decir una palabra lo condujo hasta la cama y una vez dentro lo agarró por los hombros, sosteniéndolo con cuidado.

—Está bien, yo trazaré mi propio destino, te lo aseguro.

Vislumbró los ojos llenos de lágrimas del menor.

—No me dejarás solo, ¿verdad?

Le dio unas palmaditas en la cabeza y negó.

—Jamás.

—Te amo, Shannon.

—También te amo, mi lucero.

Y sin más palabras, sostuvieron sus manos, hasta quedar dormidos.

Shannon se sentía mareado por la cantidad de recuerdos que regresaban a su mente y solo empeoró cuando la voz del Ellie de los recuerdos resonó en una canción:

"Él va sufriendo por los pecados

Para que limpie las almas sucias

Y aunque sus ojos mueran, y su garganta se seque, aun si llora

Condenado sin poder decir no

Germinarán flores negras

Sin miedo desde mi aliento

Lágrimas en el fuego..."

—Ellie...

—Hola, Shannon —se volvió—. No te oí entrar.

—¿Qué estabas cantando? —cuestionó dejando su bolso a un lado.

—Es una nueva plegaria. Algún día te la mostraré.

Shannon estaba temblando. Cerró los ojos y llevó las manos a sus oídos, y, aun así, las imágenes siguieron apareciendo.

Finalmente llegó a aquel día, cuando perdió a su familia, miró el fuego de Caleb y a Ellie con sus padres, miró a los apóstoles, Jason y Eleonor peleando contra el creador, protegiendo a Ellie.

Miró a su padre luchar con firmeza, a su madre defenderlo y protegiendo alrededor para que el daño no llegara a nadie más. Miró a Ellie llorar junto a ellos y luego a Ellie sonreír.

Los colores desaparecieron y la realidad volvió. Y también la oscuridad, pero esta vez la luna no brillaba.

Tan pronto como la ilusión se desvaneció, la verdad le golpeó tan fuerte que lo dejó sin respiración. De pronto Shannon se sintió mareado.

Levantó la mirada y se encontró con Ellie quien tenía una expresión horrorizada en su rostro mientras repetía una y otra vez que nada de eso era verdad.

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