KAAN KARAMAN

"La mejor política es decir la verdad, a menos, naturalmente, que sea un mentiroso excepcionalmente bueno"

J. K. Jerome

RECUERDA QUE LAS PALABRAS CON ()* SON EXPLICADAS AL FINAL DEL CAPÍTULO Y ESTÁ EL LOGO DE "LA TRIADA"

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UBICACIÓN DESCONOCIDA

KAAN

El humo blancuzco del cigarrillo que fuma se acumula sobre la cabeza del máximo jefe de La Triada. Está sentado en el sillón de su estudio sumergido en las sombras absorbiéndole el cuerpo tensionado. Su mayor socio ha caído en garras de la organización pisándole los talones y ha sido ella, la mujer quien empieza a ser un dolor de cabeza, pero al mismo tiempo el centro de todos sus pensamientos desbocados.

—Kaan —escucha la voz de su padre Kadir en medio de la oscuridad donde lo único visible es la ceniza encendida al aspirar por el cigarrillo, mientras se consume.

—Aquí estoy —responde con pesadez, para empinar el restante de la ginebra en el vaso entre su mano

—¿Tienes noticias nuevas de Abdul? Debemos rescatarlo antes de que lo metan al Cocito en esa base de mierda —espeta el hombre mayor con el acento turco imposible de dejar atrás. Sus facciones se transforman en una mueca de su rostro compungido por los últimos acontecimientos, mientras enciende la luz cegando a su hijo por la luminosidad. Afuera nieva, son las cinco de la mañana y el bosque está cubierto por una manta blanca en un clima gélido, este lejos de irse, se aferra más al pequeño pueblo en donde está la segunda casa de seguridad donde acuden seguido por su discreción.

Dos de las paredes del habitáculo están cubiertas por completo de una estantería llena con libros de todos tipos, tamaños y formas, como muestra del gusto de su dueño por perderse en el conocimiento, su mejor herramienta contra el mundo. La cultura como arma de destrucción masiva.

—No sabemos nada, sólo que Isabella Fox está jodiéndome la existencia de nuevo —espeta Kaan, mientras inhala la nicotina para saciar su adicción a ella. Los ojos le fastidian en un picor producto de no haber dormido en toda la noche, y masajea su barbilla en busca de una salida con la manía ejecutada desde niño. La mención de aquella persona le produce emociones encontradas... estas colisionan dejándole un mar sabor de boca, pero no puede sacárselo con nada, ni siquiera la media botella de alcohol bebida en poco menos de una hora, pudo lograrlo.

—No me sorprende, tiene el mismo temple de la maldita de Carmen Santo Domingo —recuerda Kadir con facilidad, con aquel rostro ovalado de facciones delicadas inolvidables en la mente—. Es su viva imagen en todo el sentido de la palabra, será mejor lo mejor es sacarla del camino lo más rápido posible. Si yo lo hubiera hecho apenas sospeché de su madre, me hubiera ahorrado muchos problemas.

—Esa mujer es contradictoria, belleza celestial, naturaleza infernal —responde Kaan—. Pero se busca el mismo destino de sus padres si sigue así —estrecha sus ojos, pero su mirada extraviada mucho más allá del estudio. La cruda realidad es una sola: La mujer con quien lucha desde hace tiempo le produce fascinación, no como la sexual precisamente, toma un camino distinto al deseo carnal, sino su esencia, su temple, su obstinación en todas sus acciones, además de ser dueña de un demonio interno permitiéndolo acabar con quien sea con facilidad.

Una furia incontrolable cegadora, pero ella odia eso de sí misma.

Un ardiente volcán activo capaz de arrasar todo atravesado en su camino.

Además de su origen, de dónde viene pues guarda un secreto con este jamás revelado a otros fuera de los mismos Karaman.

Sí, conoce más sobre ella de lo imaginado. La ha observado desde lugares secretos, grabaciones de cámaras y fotografías pegadas en una pared de su casa principal, recortes de cuando ha salido en el periódico como una de las agentes Praetor más eficientes, salidas con su familia, instantáneas tomadas por el mismo, hasta estuvo en su boda como un invitado más consumido por conocer en persona a la hija del error más famoso de su padre y nadie se dio cuenta... ella es su enemiga y entre más cerca la tenga, más fácil la destruirá.

Una guerra sin cuartel fue declarada al capturar a Sayyid, por ello no escatimará en nada para cobrar la ofensa.

—¿Cuándo vas a soltar la bomba? ¿por qué el MOAB y no otra? —las palabras de Kadir suenan lejanas, su hijo está piensa en otra cosa en forma de mujer.

—¿Qué más poético que militares muertos por un misil de uso militar enviado por ellos mismos? —se mofa Kaan, sus ojos están rebosantes de suficiencia, prepotencia y altivez—. Muchos crean destrucción con su actuar y la destrucción los consumirá. Estados Unidos ya lo soltó en Afganistán hace un año y yo les devolveré el favor.

—Karenina Petrova espera la mercancía de Sayyid y está lista para distribuirla —replica el hombre mayor, sirviéndose de la botella casi terminada dispuesta en el escritorio de madera oscura tallada laboriosamente, busca deshacer el nudo posesionado en su garganta. Pensar en Isabella Fox es pensar en Carmen, y la ira vuelve tan solo con recordar cómo le vio la cara por casi un año

—Haré los tratos con la hermana de Abdul, Valkyria. Ella ha trabajado con él los últimos seis meses.

—Es una niña, tiene dieciocho años —replica su padre.

—Y la fuerza suficiente, es más fría en comparación con el mismo Abdul y no piensa con la cosa entre las piernas —espeta Kaan al saber perfectamente que ese fue el motivo de la caída de su socio, pensar con la polla en lugar de con la cabeza, aunque debe ser justo, la Brigadier embruja con sus ojos tan poco comunes, exuda pecado, dispara sensualidad y ataca con seducción poniéndote de rodillas con solo una mirada, pero él no se dejará enredar por la Vípera hipnotizante con su movimiento sexy, ante la presa quien ya ha caído ante ella.

La serpiente tentó a Eva, la llevó a rebelarse contra su creador, pero esa mujer no lo hará con él. Antes muerto que caer en las garras de una fémina como todos los hombres mediocres, pero debe pelear con temple, Isabella Fox Santo Domingo es el Yikim Melegui, "ángel de la destrucción", en su idioma natal turco, ha llegado al mundo para engañar con su cara angelical, cuando es un demonio dispuesto a arrastrarte con él hasta la mismísima Judeca(1)* el lugar más lejano del inframundo, para atarte ahí hasta enloquecerte para rogar la muerte en lugar de la vida de torturas.

—¿Qué piensas hacer? —replica Kadir de pronto y ello trae sus pensamientos de regreso al estudio. La nieve cae lentamente atenazando la temperatura bajo cero de aquel lugar remoto. Fuera, guardaespaldas vestidos de negro bajo capas gruesas de ropa, caminan para hacer la guardia.

—Atacar donde más duele, en el orgullo de su organización...

—Las bases Praetor tienen protección anti bombas hasta nucleares, lo sabes perfectamente ,¿Qué piensas lograr? —las facciones de Kadir, ya invadidas por marcadas arrugas, se contraen en recelo por las verdaderas razones tras querer irse de frente contra el Consorcio.

—La cosa con los gobiernos y todas sus entidades es una sola: se creen invulnerables, afirman con seguridad estar fuera del alcance de un enemigo quien pueda contra ellos, eso les crea un ego directamente proporcional a su orgullo de país potencia mundial —empieza Kaan—. Por eso un ataque capaz de dejar al descubierto su vulnerabilidad real, es peor si lo comparas con las pérdidas humanas evitadas por esconderse como ratas bajo tierra ¿Por qué crees que Bin Laden derribó las torres gemelas precisamente? Un plan macabro en su totalidad, pero no solo cobraría miles de vidas humanas, sino también heriría a su país como muestra de ser tan vulnerable como cualquier otro, al dar de lleno en uno de sus orgullos para la época.

—¿Y tú? ¿qué harás luego del bombardeo? Aunque... —la tos repentina invade los pulmones de Kadir, como muestra de su desgaste producto de haber fumado compulsivamente durante toda su vida—. Aunque el informante lo dijo claro, el Comando Aéreo derribará a cualquier cosa no autorizada, disparan primero y preguntan después.

Kaan Karaman tiene ojos y oídos hasta en la misma Casa Blanca, en el gabinete presidencial actual.

—Cuando quieran reaccionar tendrán un agujero en la mitad de su base, pero uno más grande en el ego y yo planeo tener cautela, seguir con mi fachada. Nadie puede imaginarse cómo el traficante más buscado del mundo está detrás de toda mi apariencia —dice con mofa, mientras sirve más de su botella, mientras se regodea en la victoria de saber engañado al orbe entero, porque ni siquiera todos en su propia organización conocen su verdadero rostro. Solo Karenina Petrova, Abdul Sayyid y tres de sus colaboradores más cercanos como segunda mano, saben de su aspecto.

Es un fantasma, un ente sin forma definida frente a quienes piensan poder pisarle los talones, y de quienes se ríe en sus narices sin sospecha. No le ha costado mantenerse en el anonimato, las personas ven lo que quieren ver y en esta sociedad de apariencias nos quedamos con la simple vista, pero nadie sabe los monstruos ocultos tras las caretas de perfección. Creemos en la superficie sin imaginar la tristeza, amargura, dolor, el sin fin de emociones negativas existentes dentro de cada uno, porque entre más perfecto parezca, más grande es el secreto oscuro que lo domina.

Anuncia marcharse pues no ha dormido nada, mientras deja el vaso en el escritorio y se pone en pie, para dejar a su padre con la palabra en la boca. Sale del estudio camino a su habitación, busca ducharse para sacarse de la cabeza las ideas ridículas prendidas de su mente. El agua caliente relaja su cuerpo, creando figuras sin forma con vaho, además de empañar el cristal y el espejo del gran baño. Pronto sale para secar su pelo con una pequeña toalla, mientras piensa en muchas cosas a la vez.

Busca ropa en su closet doble puerta repleto de ropa similar, trajes hechos a medida, corbatas y zapatos, estos relucen brillosos bajo la luz blanquecina, para escoger uno, este es de tres piezas azul rey, haciéndole resaltar sus ojos «Elegancia ante todo», piensa a ver su reflejo en el espejo, el rostro de quien jode al mundo en las sombras, quien desataría una guerra de así quererlo. Sonríe con sus pensamientos y peina su cabello, además de pulir su barba con la maquinilla.

Pronto camina a las escaleras de caracol con destino al comedor, mientras atraviesa la estancia dando sus pasos sobre las alfombras turcas en el piso de mármol, y bajo lámparas de araña prendidas del techo, este en las esquinas está tallado con terminaciones de columnas griegas, muebles en cuero, mesas de cristal puro destellante bajo las luces cálidas y adornos que pagarían el año de comida de una familia humilde, esparcidos por toda la casa. El linaje Karaman no se caracteriza por la humildad.

Cuando ha llegado al gran comedor de bases con madera de roble, este sostiene un pesado cristal labrado se sienta en la cabecera como todos los días, a la misma hora, por ello su café negro está servido humeante. Lo toma, mientras revisa las noticias en un IPad con parsimonia, hasta la llegada de su hija. Esta lo llama por su nombre, pues nunca se refiere a él como "Papá" , quiere averiguar sobre lo sucedido, su pelo castaño claro está atado en una coleta apretada y está vestida con camisa de botones cerrados hasta el cuello. Kaan trata de desviar el tema como si nada hubiera pasado, inquiriendo sobre los modales de la chiquilla.

Sin embargo, ella ha notado el revuelo terrible y se lo hace saber, pidiéndole no tratarla de tonta, mientras le mira tan duro como un iceberg, flotante en el atlántico norte, teniendo mucho bajo la superficie de sus aguas heladas; no obstante, Kaan le recuerda su disgusto por la idea de ella metida en asuntos de La Triada, para poner su mirada de nuevo en el IPad

—¿Por qué mi hermano sí y yo no?

—Porque estás para cosas más grandes, Defne, tu hermano no tiene tus dones —espeta Kaan al otro lado de la mesa alargada, misma representa la lejanía entre la familia Karaman, son apáticos, distantes unos de otros como una pared de hielo macizo.

—Sí, mocosa, no te metas —dice su hermano mellizo entrar en el comedor. Aslan es media cabeza más alto que su hermana y usa el pelo a ras, con su cuerpo apenas acostumbrándose al ejercicio.

—Te escuché al hablar con Kadir —dice Defne enojada, mientras ignora a su hermano, suele hacerlo cuando este se comporta como un idiota—. Harás tratos con Valkyria Sayyid, pero solo tiene dos años más que yo ¿Por qué yo no puedo?

—¡Porque no eres una traficante! —grita su padre apoyándose en la mesa con las palmas abiertas, los cubiertos de plata resuenan con el ligero choque y el temblor toma la mesa por un instante—. Serás la mujer más poderosa de este mundo, te respetarán sin recurrir a esto.

—Tú lo eres ¿Cuál es el problema? —insiste la chiquilla al sentir la sangre llenar sus mofletes, enojándose ante la preferencia marcada inentendible para ella.

—La Triada es solo una de mis lados, Defne, soy diferente; no me nutro del terror y las drogas, sino del conocimiento, la lógica y el poder político porque puede ser más temido ante cualquier otro —responde Kaan—. No soy sólo un traficante y lo sabes. He llegado a ser grande por ver más allá de cualquier límite, y eso mismo tengo pensado para ti; por ende, prepárate, llena tu cabeza con más que drogas, tráfico y atentados, como lo hice yo, primero Harvard, luego Oxford, Princeton, mis caras no tienen fin, mis estudios me han llevado a la cabeza del triángulo aun a mis treinta y cinco años. Y desde hace cinco años tengo el poder. Puedes ser mi sucesora, pero primero edifícate, edúcate, así será más fácil tener el poder en la palma de tu mano.

—Está bien, Kaan, lo haré, pero no quiero estar inmune a tu trabajo, enséñame, muéstrame todo si voy a ser su sucesora —acepta ella con expresión arrogante, una ceja arqueada y mirada con sus enigmáticos ojos verdes entrecerrados, como muestra de la herencia de su padre.

Kaan promete pensarlo, pero le ordena empezar en Inglaterra, mientras conserva la calma de sus movimientos premeditados, llevando a sus labios la taza de café turco aun humeante. Los rayos del sol entran por las ventanas de piso a techo a su izquierda, donde se alcanza a divisar el invernadero donde cultiva rosas, como en casi todas sus casas alrededor del mundo, es su obsesión, sobre todo las rosas rojas... rojas como el cabello de fuego perteneciente a su mayor enemiga.

Mantiene silencio absoluto mientras termina de comer las tostadas francesas, ante la discusión de sus hijos como cada mañana de cada día. Acaba y se marcha sin despedirse de vuelta al estudio, con su tableta a la mano, debe adelantar el trabajo que ejerce paralelamente, el cual lo hace inocente ante todos.

Hace una llamada en donde se asegura de la ubicación de Abdul Sayyid y efectivamente no está en la prisión Cocito, sino en el hospital por la paliza del Yikim Melegui le dio, al mostrar esa parte de ella tan adorada por Karaman, la destrucción, recordándole a él mismo, a la oscuridad habitante dentro de su pecho, en una luchar constante por salir desesperadamente.

Es capaz de atrocidades como su amigo, más como un hermano mayor pues le lleva veinte años, aun así, congeniaron para encajar sus propios demonios, aquel mismo hombre quien está en la carrera del poder político. Ambos crecieron como testigos de las depravaciones, la violencia y los actos desmedidos de sus padres que manejaban el mundo a su antojo, manipulaban, mataban y arrasaban con todo lo posible. Las tinieblas de la bestialidad les corren por las venas, pero ambos han sabido mantenerse fuera del radar.

Kadir escucha en el pasillo de la mansión toda su conversación incluso cuando cuelga porque su hijo tiene la mañana de hablar sólo y habla de la Brigadier. Está escondido en el hueco de las escaleras, mientras piensa en el momento cuando cedió el poder a su hijo por su brillantez a la hora de actuar, aunque pudo seguir en la posición muchos años, pero también sentía aun la impotencia en su alma orgullosa por no haber notado la infiltración descarada del Consorcio con esa jovencita quien aparentaba inocencia, pero en realidad era una fiera... L desgraciada entró por la puerta grande como una interesada en ser parte de la red, un papel de ambiciosa, hambrienta de poder.

Veinte años atrás se dejó engañar, pero no pasará de nuevo, él se encargará y terminará con la fijación de su hija por aquel error de nombre Isabella Fox, desde su concepción hasta su sobrevivencia del atentado. Va a la estancia y enciende el televisor de sesenta pulgadas, para sintonizar las noticias de Estados Unidos, en donde aparece, como casi siempre, Thomás Deveraux a la cabeza de las encuestas.

Su pelo rubio destella bajo el sol de Washington, y su sonrisa convincente se muestra ante al menos quince camarógrafos quienes toman la primicia de sus declaraciones. Tras él, su esposa una mujer de profundos ojos azules y pelo de ébano sujeto en un elaborado moño sobrio sobre su cabeza, vestida de pies a cabeza de prendas color crema pone una sonrisa que quien sea detallista, descubriría su falsedad.

Aslan de pronto pregunta si es cierto aquello, en su mente Thomás era un zoquete, pero su abuelo le confiesa algo llamativo para su atención, a ellos les favorece la victoria de Deveraux, pues el joven desconoce algo importante de la situación; sin embargo, Kadir sí lo conoce.

—"Prometo cumplir con mi plan de gobierno, ayudar a los migrantes, generar empleos y fortalecer relaciones diplomáticas con los aliados de mi país" —continúa Deveraux, mientras es aplaudido—. "Llevaré a Estados Unidos al siguiente nivel con políticas anticorrupción, cero tolerancia al maltrato animal, la discriminación o xenofobia, con sanciones ejemplares a funcionarios públicos que ejerzan estos o la fuerza bruta sin razón, el control de armas y proyectos eco-amigables"

Aslan y Kadir se enfrascan en una conversación de la forma en que la elección de Deveraux favorecerá a La Triada, mientras al otro lado de la casa, Kaan activa a la inteligencia artificial creada por el mismo de nombre Roschel (*)...

—Ros, despierta —murmura para poner en línea sus sistemas.

—Buenos días, señor, Karaman, ¿qué desea hacer hoy? —responde la IA con tono humano—. Es demasiado tarde, ¿a qué se debe su retraso en las actividades, señor? ¿Se le han pegado las cobijas?

—Recuérdame porqué te hice tan habladora —suelta Kaan con un deje de diversión, la verdad es dicha, sus conversaciones con la sarcástica Roschel lo hacen sonreír.

—Porque usted necesita una segunda conciencia, necesita escuchar cosas que solo yo sé, alguien que no tema de usted —se mofa con gracia—. ¿qué desea? Mis circuitos necesitan despertarse.

—En primer lugar, comunícame con Clayton —dice refiriéndose a su bio-químico encargado de la modificación, quien crea el nuevo agente biológico con el que planea poner a las potencias en jaque, pronto su teléfono conectado con el sistema enlaza la llamada encriptada por medio de la IA. El hombre trabaja con una investigación hecha por una mente brillante e inesperada para muchos.

Al contestar luego de un saludo escueto por parte de Karaman, el hombre al otro lado de la llamada le comenta sobre la mortalidad de la Quimera 18 (2)*, mientras se oyen ruidos al fondo, pues estaba en el laboratorio oculto, menciona la prueba en varias personas quienes murieron luego de casi una semana, después de muchas fallas multiorgánicas. Kaan entonces pregunta por la cura y la respuesta también es positiva, mientras está sentado en el sillón mullido frente a la ventana, desde allí ve la reja negra rodeándole para contrastar con la nieve blanca

—Lista, señor, solo eso puede salvar al paciente, ni siquiera el Comando Médico del Consorcio podrá descifrar la composición de la Quimera, menos de su cura —se jacta el hombre al otro de la llamada, fue parte de la organización militar llevándose consigo, al pedir la baja intempestivamente, la investigación del uso en armas biológicas de agentes altamente contagiosos y de letalidad elevada, que se llevaba a cabo de la mano con el gobierno de Estados Unidos, como una alternativa de los ataques con bombas. Fue empezado muchos años atrás por una mujer quien llegó a ser muy importante.

Ahora Clayton trabaja para La Triada siendo el director de un departamento de investigación farmacéutica prestigiosa de renombre mundial, esta es en realidad es la fachada escondiendo detrás la producción de opiáceos con factibilidad de adicción triplicada, metanfetaminas de última generación y agentes biológicos que desatarían la tercera guerra mundial de conocerse públicamente, solo por la suficiencia de tener en su poder algo un elemento asesino lento y dolorosamente, además tiene la propiedad de expandirse con más facilidad en comparación con la gripe común. Todo estructurado por la mente maestra de su líder absoluto.

Claro, no podrían hacerlo sin las investigaciones de aquella mujer adelantada a su época, de mente brillante. Le advierte entonces mantener el secreto hasta la tumba, pues pagará las consecuencias de divulgarlo, además le ordena perfeccionar las variantes Alpha, Beta, Delta y Gamma(3)* con sus curas, si averiguan uno, tendrán siempre otro más fuerte, dice mientras revisa un libro en la mesa, "El Conde de Montecristo" una venganza, como la de Isabella Fox

—En su momento lo sabrás, por ahora solo acata mis ordenes, lo que pasó en Afganistán con los contagiados accidentales no puede pasar de nuevo, sellen muy bien los contenedores —contesta con un suspiro frustrado al soltar el humo del cigarrillo lentamente—. El Consorcio no puede saber sobre el agente a profundidad.

—No se preocupe, todo en el plan marcha sobre ruedas —asegura el químico.

En Afganistán se había filtrado uno de sus componentes entre las cajas mal selladas; sin embargo; no era el agente como tal, sino parte de su composición modificada para un día convertirse en ello. La llamada acaba ahí, y Roschel realiza otra con destino a Rusia. La abeja reina de los Petrova responde con un saludo seco, como todo en ella.

—Soy yo —dice Kaan, llama de números diferentes para evitar ser rastreado, a veces con modulador de voz como cuando habló con la agente—. Abdul Sayyid fue capturado —suelta sin mediaciones, sin irse por las ramas en una conversación que a ninguno de los dos le interesaría.

—¡¿Qué?! ¡подяволите! —maldice ella en búlgaro, su lengua madre, con su acento marcado y un resoplido. También está en una casa de seguridad al otro lado del mundo, donde se esconde perdida entre el denso follaje del bosque—. ¿Fue una mujer? Siempre lo supe; iba a caer por una falda.

—Muy precisa tu suposición —le responde Karaman con fastidio ante la situación. La luz entra por la ventana hace relucir de nuevo sus zapatos negros perfectamente embolados y acomoda su corbata zafándola ligeramente, acalorándose repentinamente.

—¿Quién fue?

—El Consorcio Praetor, pero no sé exactamente —dice al omitir premeditadamente la información sobre Isabella; Karenina es impulsiva, sádica y bestial, por eso puede arruinar sus planes si se entera sobre la Brigadier Fox—. No llamo para hablar de Abdul y su debilidad por las mujeres, la mercancía negociada con él, seguirá a manos de Valkyria, debías saberlo para que no te sorprenda escuchar una voz de mujer de ahora en adelante.

—Mejor para mí, ese idiota siempre tuvo un pie en la cárcel si de mujeres se trataba —espeta Karenina—. Estoy lista para mover a América las armas, las drogas y los componentes del agente biológico.

—Seré el puente entre Valkyria y tú en las siguientes veinticuatro horas cuando pueda volver a llamar —dice a modo de despedida justo al contemplar el reflejo en el vidrio de la foto de su mujer, la misma reposa en el escritorio, hace muchos años los abandonó con los mellizos de dos años por no soportar la carga acarreada por ser parte de la red, pero al saber de la muerte esperada a manos de su esposo por conocer su rostro dándole el poder de delatarle, escapó y aun tantos años después, sigue buscándola con el temor de que abra la boca.

La ama, esa es la verdad, pero ella sabe secretos que tirarían toda su estrategia, aunque trata de convencerse de algo en concreto "luego de tantos años, no pasará nada". Alessia fue la mejor amiga de Carmen Santo Domingo, mientras esta estaba infiltrada a pesar de ser siete años menor que la agente, y luego de la explosión de la verdad sobre la infiltración, sospechó de ella, luego de ello siempre tuvo la sensación de que Alessia sabía de su verdadera identidad, pues más de una vez las encontró, en medio de una conversación sospechosamente en secreta, la sorpresa en sus rostros cuando eran descubiertas lo decía todo, lastimosamente, hace veinte años, no se imaginó la traición.

Recordar el pasado lo hace rabiar aún más, fue obligado a casarse bajo un acuerdo para seguir tradiciones familiares con los padres de ella, por ello con tan solo con diecisiete años fue padre por primera vez. Ella escapó poco después llevándose consigo muchos Aces bajo la manga, pero estos lo joderían todo con un solo soplido e incluso tantos años después puede llegar a reconocerlo y no lo dejará pasar, se enamoró de Alessia a pesar de la imposición, pero ni siquiera eso la salvará.

Seguirá buscándola hasta debajo del océano, más ahora pues planea acercarse a la Brigadier de la forma menos esperada. Nada puede salir mal, se ha preparado por mucho tiempo para caer en su vida porque para esa mujer, cualquiera quien le respire cerca, se presente o salude, puede ser su peor enemigo disfrazado.

Tic tac, el reloj de su muñeca suena en el silencio en que se ha quedado.

El juego comienza.

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(*) Combinación de nombres de mis lectoras más fieles, Rosangel y Rachel

(1)* Según La Divina Comedia de Dante Alighieri, el último lugar del infierno, conocido como "El Cocito", es un río congelado que a su vez está dividido en cuatro, uno de estos es "Judeca", reservado para los que han cometido el pecado de traición.

(2)* Según la mitología, "La quimera" era un ser femenino compuesto de varias partes de animales, comúnmente descrito con cabeza de león, cola de dragón y cuerpo de cabra, que es capaz de escupir y aspirar fuego. En el contexto de la historia, es una referencia a la combinación de varios virus.

(3)* Variaciones de virus se refiere al cambio en el genoma viral que puede incluir una o más mutaciones. En ocasiones, las variantes similares son clasificadas como "Linajes"