Capítulo 52- El mundo se hizo por amor
Capítulo 52
El mundo se hizo por amor
"La salud es la riqueza real y no piezas de oro y plata"
Anónimo
¡FELIZ CUMPLEAÑOS RACHE! GRACIAS POR SER TAN BUENA AMIGA, ESCUCHAR MIS DIATRIBAS, MIS TRISTEZAS Y SIEMPRE ESTAR AHÍ PARA MÍ, ASÍ QUE ESTÁ DEDICADO A TI CON TODO MI AMOR
———————00———————
ISABELLA
Cuando han pasado horas y son las cuatro de la madrugada, estoy dándole golpes al saco de boxeo en la base, no pude soportar estar tan lejos de Isaac, así que me fui a dormir en la habitación del ala asignada aquí. Mi cuerpo ruega por un descanso, pero mi mente dinamitada no me permite para el aluvión de violencia extrema que encauzo hacia el objeto inanimado. Nunca creí que debiera hacer un trato con un traficante, pero Volkov me ha declarado la guerra de forma tácita, bajo la superficie me ha puesto el fusil en la cabeza, más preocupante aun, a mis seres amados, incluido mi bebé y por protegerlos le vendería mi alma al diablo, mi vida está por debajo de la de ellos. Me detengo cuando las gotas de sudor deslizándose raudas por mi frente, se cuelan entre mis ojos haciendo borrosa mi visión por unos segundos, me las limpio con el dorso de la mano respirando agitadamente, me siento desfallecer como si me fuera a desmayar; he sometido mi cuerpo a un entrenamiento excesivo, además de que no he comido bien, ni dormido, aunque de mí, el peor es mi cerebro resquebrajado por la verdad.
Recapitulando mi vida en un instante hago anotaciones mentales, Vladimir y Carmen murieron por orden de Mijaíl Volkov, padre de Erick Volkov. Mi padre biológico es Thomás Deveraux, el actual presidente de los Estados Unidos, los altos mandos usan a los agentes como sicarios a sueldo y mis padres fueron parte, pero por arrepentirse terminaron asesinados cruelmente, escena que me causó un trauma tan fuerte que veintidós años después, aun temo de ello y las pesadillas sangrientas me persiguen. También la lista... la lista negra que he creado en mi cabeza, parece crecer conforme pasan las pruebas, pero la he encaminado hacia quienes fueron cómplices del asesinato de mis seres más sagrados.
Sé que no eran ovejas blancas, no eran inocentes, activamente participaron de operativos ilegales, pero hasta donde pude ver, ninguna de sus misiones fue una masacre de poblaciones, aun así, la responsabilidad recae sobre sus hombros, pero vieron la luz en la oscuridad, dentro del túnel en penumbras pudieron seguir el rastro de la esperanza de cambiar y tener una mejor vida lejos de los horrores, el tráfico, el Consorcio Praetor y La Triada, Terence Williams me ha contado que querían hacer justicia por las víctimas, que estaban tan arrepentidos que quería resarcir el daño causado con lo que estuviese en sus manos, ¿Qué era? Revelar a la luz una verdad, una que penetraría las tinieblas sacando a la luz la corrupción de algunos dentro de la organización.
Me dejo caer al suelo pues mis piernas gritan que no pueden sostener mi cuerpo por un minuto más, así que me siento con las rodillas dobladas escondiendo mi rostro entre ellas. Respiro profundamente, recordando algo que agregar a la lista... en este mes que ha pasado expuse a Alexei Sokolov, en parte para desviar la atención, poner el foco de investigaciones hacia el y no hacia Karaman, después de todo, Sokolov es representante legal de Laboratorios Anthaxtis, pero también porque simplemente su actitud prepotente, esa que es famosa en el casino, la forma en que trataba a su prometida delante de todos con machismos y groserías, cómo pordebajea a los empleados tratándolos de basura.
A ese cabrón lo voy a joder, le diré a Karaman que será mi próximo objetivo en la mira, si tiene alianzas con él pues veremos quien le conviene más. Luego de un rato cuando he descansado regreso a mi habitación duchándome, pienso ir a pasar el rato que me queda hasta mi hora de entrada, es decir, a las ocho de la mañana, así al salir me dirijo rápidamente al Comando Médico donde me dejan pasar pues el agente médico autorizó mi visita a la hora que sea porque se dio cuenta del efecto de mi voz en Isaac, así que entro a la habitación con las paredes laterales de cristal con una persiana vertical a medio cerrar. Tomo su mano, le doy los buenos días y me siento en la sillita de plástico, apoyando mi cabeza en el borde de la cama.
Caigo en una duerme vela inquieta donde empiezo a soñar que la mano de Isaac aprieta mi mano con fuerza y me sacude levemente, eso significaría una mejora que en el plano real no tiene, pero se vuelve más vívido cuando escucho balbuceos como si alguien se ahogara, así que de pronto quedo incorporada despabilándome de tal sensación cuando me doy cuenta que con dificultad, Isaac busca una mano y con la otra trata de sacarse el tubo del respirador, pero en medio de mi estado pasmado, me inclino sobre él diciéndole que no puede hacerlo, que se calme, mientras llamo al médico, lo veo asustado como si no supiera qué está pasando. Tomo su mano sujetándola con fuerza soltando lágrimas por poder ver sus ojos de nuevo.
—¿Entiendes lo que te digo, Isa? Pestañea si es así —lo hace dos veces—. ¿Y sabes quién soy?
—¿Qué sucede?... ¡Oh, Brigadier Falcon, ha despertado! —el agente se apresura hacia la cabecera de la cama para examinar a Isaac con la linterna de su bolsillo, haciendo su revisión exhaustiva con la toma de presión, manda a traer un glucómetro para medir su glucosa, revisa su oxigenación y le pide que si puede, mueva las piernas. Cuando veo las sábanas moverse suelto lágrimas de emoción, sorbo mi nariz e Isaac se muestra alegre pues con todos los aparatos no puede ver hacia sus pies—. ¿Sabe dónde está? —Isaac niega levemente mientras busca mi posición.
—Estamos en el Comando Médico, ¿recuerdas lo que pasó? —murmuro y vuelve a negar con la cabeza—. Está bien, tómatelo con calma, ya recordarás, ¿sabes quién eres? —arruga el ceño como si buscara en los recovecos de su memoria, sin responder con el pestañeo.
El agente médico sigue examinándolo con pruebas sencillas como seguir con la mirada la punta de la linternita, apretar la mano, mover las piernas, y lo único extraño que encuentra es un poco de debilidad en los músculos, compatible con que haya pasado más de treinta días en la misma posición, pero más allá de eso lo encuentra sumamente bien, de igual manera lo dejarán con el respirador unas horas más para ver cómo reacciona, después de todo, es el primero de los agentes contagiados que sobrevivió gracias al antivirus. Cuando el médico acaba, Isaac pide algo para escribir, le pasan una hoja en blanco y un bolígrafo, "¿Tú estás bien, cerecita?" escribe con dificultad por la debilidad en el tono muscular, mis ojos se llenan de lágrimas otra vez, está preocupado por mí estando vuelto nada, aun me sigue cuidando.
—Sí, Isa, estoy bien, enterita gracias a ti, ¿lo recuerdas? —escribe que no—. Tranquilo, te lo diré más tarde.
—¿Sabes algo más?
—Te llamo cerecita... —es lo que escribe sin más.
—Brigadier Falcon según como reaccione en estos días lo llevaremos a una habitación normal, continúe así, lo está haciendo muy bien —dice el agente explicándole que debe tomarlo con calma ya que su cuerpo ha sido afectado fuertemente, para no decirle aun lo sucedido.
Mi móvil suena con una llamada de Volkov donde me exigen "poner mi puto culo en su oficina lo más pronto posible" menciona que salga del Comando Médico ya, aunque aun falte media hora para entrar, pero no quiero más problemas, así que acepto. Me despido prometiéndole volver a la hora del almuerzo y asiente con la cabeza, así que me voy de ahí sonriente por su mejora, más aún porque lo único que recuerda incluso sin memoria, es a mí. Salgo del hospital atravesando la base bajo el sol candente que me hace sudar, así que hago un moño en mi cabeza con el cabello que destella como faro bajo la luz del sol por su color incendiado, mientras me acerco al edificio A para ir a la oficina del General, quien ya sé, me está espiando con las cámaras internas.
Su maldita prisa es para darme escasa información de Sergey Petrova que pudo mandarme con alguien más, pero no, tenía que sacarme del lado de Isaac a fuerza. Regreso a mi oficina dubitativa porque Karaman me está mensajeando, le he comunicado que voy tras Sergey, pero me ha dicho que él fue expulsado de la Triada por traición a la organización, por ende, no cuenta con la protección de él, así que puedo hacer mi trabajo, porque mi trato solo incluye a Kaan, no a los demás traficantes, ¿hipócrita? Sí ¿injusto? También, pero hace tiempo dejé de preocuparme por eso.
Llamo a Laura para notificarle la buena noticia, llora notoriamente, igual Stacey, ambas celebran, pero me dicen poder ir a visitarle hasta mañana. Al colgar me siento tras mi escritorio regando las carpetas por toda la superficie de la madera oscura, cubriéndola en su totalidad. Una brizna de viento corre por la ventana que he abierto refrescando mis acaloradas mejillas que deben parecer cereza como dice Isaac, entre la temperatura y el enfado, pero como en la misión de Anthaxtis, siento que algo va muy mal, no me gusta la infiltración con el tal Sergey, menos cuando sé que Volkov tiene el poder de hacerme caer echándome de cabeza revelando mi identidad.
«Espera... si Sergey es hermano de Karenina Petrova, y ella sabe que estoy viva, debe conocer mi rostro» me viene el pensamiento a la cabeza apoderándose de todo lo que hago, por ello detengo mi tarea sobre pensando en todo lo que puede salir mal.
Levanto el teléfono comunicándole al General mi inquietud, pero siendo típico en él, me manda por un tubo, llamándome "Estúpida paranoica", pero el tinte de burla evidente me deja los vellos de punta, trago en seco cuando cuelgo. Definitivamente iré más armada de lo que reportaré, tendré más cosas escondidas entre la ropa, hasta del cuatro letras me sacaré una granada, a mí no me tomarán por tonta. Las horas pasan rápido mientras yo veo la ubicación en la pantalla interactiva fijándome en el modelado 3D las posibles salidas y relieves para tomar en cuenta, anoto y trazo planes midiendo la distancia aproximada de todo.
Cuando me doy cuenta ha pasado medio día acercándose a la una y recibo un mensaje de Christian porque tratarán de retirarle el respirador artificial a Isaac y él preguntó por mí. Así que salgo escopeteada aprovechando mi hora de almuerzo, atravesando la base a trote medio porque la ansiedad me come viva, aunque el sol abrasador me haga sudar ligeramente. Llego al hospital y rápidamente atravieso los amplios pasillos con paredes blancas impolutas, pero fríos como iceberg, tanto que te pone los vellos de punta tanto como el aroma a desinfectante hospitalario, hasta llegar al segundo piso y atravesar más caminos interminables hasta cuidados intensivos, donde la puerta que los separa es doble, con una ventanita en cada lado y dentro un pasillo central con los cubículos de cristal a lado y lado junto a puestos de enfermería.
Llego preciso en el momento en que Chris está revisándolo para ver si puede sacarle el respirador y cuando Isaac nota mi presencia me mira y pestañea varias veces.
Le pregunto si quiere estar solo, pero niega buscando mi mano, pronto Chris pregunta si está listo preparando todo para retirar el respirador que empieza a halar suavemente, cosa que parece ahogar a Isaac por la forma en que se agita y hace sonidos hasta que sale por completo, dejándole un ataque de tos que le pone colorado el rostro, Chris le sube el espaldar de la cama hasta dejarle más sentado para que esté cómodo, revisándolo con el estetoscopio.
—Solo queda la sonda nasogástrica, te la retiraremos cuando puedas tolerar dieta líquida ¿Vale? Trata de hablar, Isa.
—¿Por qué carajos eres tan cabezón, enfermero? —susurra muy bajito estando ronco. Nos reímos Chris y yo con un alivio evidente, porque no importa lo que pase, Isaac seguirá siendo él sin importar qué suceda.
—Isaac siendo Isaac, aunque no sepa nada.
—Es cierto... pareces un globo... aerostático —sonríe ligeramente, pero aún así, se ve cansado y hace pausas al hablar con si se ahogara faltándole el aire—. ¿Qué... pasó? ¿Cuánto... tiempo llevo aquí? —indaga cuando Chris le pone la cánula convencional de oxígeno dejando fluir de la pared de control tras la cabecera de la cama.
—Luego hablamos de eso, ahora es importante saber cómo te sientes —digo pasando la mano por su pelo rubio ya crecido porque a pesar de que lo corté acicalándolo no pude hacerlo del todo bien, también arreglé su barba, cosa que nota y pregunta quién le había cuidado, sorprendiéndose al escucharme decir "Yo". Nos quedamos hablando un tiempo más, en el que parece recordar pedazos limitados de información, como imágenes. Chris dice que es un proceso normal, su cerebro estuvo en pausa más de un mes, así que tal vez le tome tiempo reajustar todo.
Me pregunta cómo me llamo y aunque me duele escuchar que no me reconoce del todo, no me entristezco al saber que es por el coma, aunque de cierta manera estoy aliviada de que no recuerde nuestra discusión. Al notar la hora, dos y media, me despido con un beso en la mejilla para volver a trabajar. Debo decidir qué miembros de Alfa-Escorpio han tenido mejor rendimiento cuando aparece Ren junto a Tere.
—¿Qué hubo, chulada? —pregunta Ren con una gran sonrisa, se debe a su reconciliación con Mike, al irse su madre de vuelta a México, él se dio cuenta que el odio de la suegra le da igual mientras esté con Renata. Me alegro por ella.
—¿Te ayudamos en algo? —pregunta Tere. Ambas tienen una iniciativa marcada que sobresale de todos los demás. Teresa ha podido estar más cerca porque Alana la rechazaba y ahora ella no está, así que se siente más tranquila. Les comento de lo que haremos y me ayudan a descartar algunos agentes reemplazándolos con el Delta-Lion para los operativos de búsqueda y captura exclusivamente, catalogándolos por habilidades y siendo tres acabamos más pronto permitiéndome marcharme a mi habitación del comando con Ren quien quiso dormir conmigo porque hace tiempo no podemos tener una conversación de mejores amigas e invitamos a Tere, pero ella dice que debe ir a su casa por su madre enferma.
—¿Cómo estás tú, chulada?
—Destrozada, si Isaac no despierta nunca podré decirle cuanto lo amo y pedirle perdón por haberle dio tantas cosas hirientes —confieso, mientras ella me peina, me relaja que hagan eso, me da calidez, pero sobre todo me da flashbacks de mi madre.
—Todo estará bien, ya verás, Isaac es un guerrero, lo ha sido toda su vida y ahora no es la excepción, él despertara a seguir siendo un animal de establo como siempre —me saca una sonrisa—. Oye, ¿Y Marco Benavente te ha invitado a salir? Digo, se ve muy interesado en ti.
Lo dice porque hemos salido un par de veces a eventos de Thomás ya como presidente y ella, sin saber que es Kaan Karaman, ha visto un interés en mí que le parece sexual, por eso bromea constantemente con que Marco/Kaan está buenísimo y la verdad es que sí. No puedo mentirme, el líder de La Triada despierta un instinto primitivo en mí que no es más que atracción sexual, pero Isaac está primero.
—No y aunque lo intente Falcon gana —contesto con un suspiro estando tranquila. No he ido a casa por sentirlo más cerca estando en la base.
—Bueno eso sí, Benavente no se hubiera regresado por ti ni hubiera puesto tu vida primero en Kandahar, o hacer todas las cosas que el fuckboy remasterizado ha hecho como con el bebé, ¿Te esperabas lo del cuarto del niño? —dice empezando a cortar las puntas de mi pelo, ella es la única a quien le confío mi cabello, así que va cortando de a poco y me ayudó a dejarlo en una sola capa recta.
—No, nunca lo pensé —digo con sinceridad, porque jamás me lo imaginé—. Dijo amarme, pero él es un sinfín de dudas.
—Si eso no es amor, no sé cómo se llame —susurra con ternura abrazándome desde atrás—. Él lucha por ti, reacciona solo a tu voz, se regresó porque eras tú, te puso a salvo en Afganistán, ha hecho tanto por ti que hasta tengo ganas de ser tú.
Me sonrío recordándolo y seguimos hablando hasta quedarnos dormidas cuando termina el corte que deja mi cabello en mi cintura, trenzándolo después. Renata siempre ha sido más hermana que Alana.
———————00———————
Para cuando dan las siete de la mañana del día siguiente estoy entrenando fuerte y parejo entre pesas, boxeo y sentadillas buscando sacar de mi cabeza imágenes constantes atenazadas en mi mente por pesadillas que tuve, aterradoras pesadillas con sangre, cadáveres y enmascarados. Todo está revuelto, se transforma en una bola de nieve creciendo y creciendo. Estrello mis piernas contra el cilindro vertical revestido con espuma especial para esto, mientras pienso en Isaac hasta descargarme tanto que creo todos se dieron cuenta dentro de la sala gimanasio.
Me ducho como relámpago poniéndome el uniforme de entrenamiento, para ir a UCI y encontrarme con Falcon, quien me saluda con su voz ronca, justo cuando le traen el desayuno, un caldo aguado con gelatina y jugo, pero necesita ayuda para no regarse todo, así que sin que él me lo pida abro el vinipel que cubre en platico, empezando a darle cucharadas que recibe con un gesto extraño, parece no gustarle mucho. Seguimos hasta que acaba y comienzo con la gelatina en medio de una conversación sobre las cosas que recuerdas y las que no, pero cuando le pregunto si sabe qué pasó antes, me doy cuenta que las cosas no pintan bien.
—Las cosas se van aclarando... tú y yo discutimos, caíste al suelo, yo me regresé por ti y quedé atrapado ¿No?
—Así es —le extiendo más gelatina que acepta con los ojos entrecerrados—. ¿Por qué me miras así? —pregunto haciéndome la que no sé, pero lo hago, no tiene sentido que esté a su pie cuando le ofendí, arrastré y le tiré su amor a la cara.
—¿Por qué estás aquí? —pregunta con la voz ronca aún—. ¿Por qué... estabas dormida al borde de mi cama? ¿qué haces aquí en tu... hora de almuerzo en vez de comer?
—Porque lo he hecho desde que te pasaron a UCI convencional y no los cubículos de riesgo biológico... no lo notaste, pero desde la noche uno aquí he estado aquí, hablándote, leyéndote, orando sobre ti con la poca fe que queda en mí.
—¿Por qué lo hiciste? Me llamaste de maneras horribles, lo recuerdo bien, ¿te sientes cul... pable? Es... ¿Es eso? No es necesario... lo hice porque siempre te elegiré a ti, lo sabes bien.
—No, es porque mentí; estaba muy dolida, pero no es cierto nada de lo que te dije. Fuiste, eres y siempre serás importante en mi vida —replico sin poder mantenerle la mirada. Me avergüenzo de no poder hacerlo, de haberlo tratado así, más aún porque dio su vida por la mía.
—¿Y cómo conseguiste la cura? —pregunta de pronto, por desgracia alguien ya abrió la boca—. Solo tú y yo sabemos que Kaan Karaman es el único que podía darla, lo investigamos, ¿qué hiciste? Dime la verdad, odio que me mientas.
—¿Qué tal si te cuento cuando estemos en casa?... es muy delicado, pueden joderme si hay micros aquí —le digo en un susurro al oído, entonces asiente con la cabeza. Comienzo a contarle lo que pasó en el mes, la custodia de Isaff.
—Entonces el cerecito junior por fin está con nosotros —se muestra feliz—. Me alegro que haya salido bien, pero no entiendo lo de la custodia, la solicitamos para ti, aunque no me molesta tenerla, pero es injusto.
—Lo importante es que está en casa —digo dándole más y cuando termina lo ayudo a ponerse e pie para caminar un poco por recomendación médica, lo hace muy bien y alcanzamos a salir del hospital, yo empujo la silla de ruedas por si se cansa y se quiere sentar. Cuando vamos caminando ve a Valkyria y ella se le abalanza hacia su cuerpo sacándole un gesto de dolor y un regaño mío de no ser tan brusca, todo va bien hasta que le dice cariño y le acaricia la mejilla, pero él la detiene con delicadeza, demasiada para mi gusto pidiéndole que no haga eso, mientras me mira a mí. No hemos hablado de nosotros, pero parece que no quiere joderlo con ella o tal vez tiene miedo de que ella me diga lo que pasó entre ellos, cuando no se tardó en echármelo en cara. El caso es que ella se ve rechazada y con la cabeza gacha dice "Entiendo, te veo luego" marchándose a correr retomando su entrenamiento.
—Tranquilo, deja la neura, la mocosa traficante ya me dijo que tuvieron sexo —le digo encaminándonos de vuelta, ha sido suficiente por hoy—. Y aunque quiera arrancarte el pito y la cabeza, sé lo que hice, como te herí y terminé nuestra relación de la peor manera.
—De verdad no sé cómo putas pasó, estaba tan borracho que borré casette, no recuerdo haberme acostado con ella, no recuerdo haberla visto esa noche, pero me desperté en la cama y la zumbambica estaba desnuda.
—No quiero saber más, no estábamos juntos y punto. Ahora tampoco o al menos no sé, pero no voy a darte la bateada por eso —no dice nada y se sienta porque está cansado, pero cuando llegamos nos encontramos con la sorpresa de que le dieron autorización para una habitación normal fuera de UCI, por ello los camilleros le llevan. El lugar es cuadrado de paredes color crema y la ventana sobre el sillón del acompañante, teniendo a la espalda de la cama todos los controladores de oxígeno y lo típico en hospitales. El sol entra sin compasión iluminando todo, lo que nos obliga a cerrar la persiana a medias, pero en esa habitación duramos poco, pues le dan el alta por su rápida mejoría junto a Laura, Stacey y yo.
Llegamos a casa y él se pone en pie de la silla de ruedas dando pasitos de mi mano para encontrarse con la pequeña fiesta de bienvenida que hemos planeado para él con Ren, Mike, Tere, Gerard y su esposa, además de Laura y Stacey quienes estuvieron tan al pendiente con yo. Un gran cartel hecho a mano por la Pelusa cuelga con hilo de pescar en sus esquinas superiores. Todos estamos alegres y lo ayudamos a sentar en el sillón, pero había olvidado que Karaman me llamaría a esta hora y en cuanto tomo la llamada finjo tener mala recepción para salir de la estancia. Kaan pregunta cómo está Isaac y si le fue bien al salir del hospital, pero sé que no es por preocupación, sino dejarme en claro que lo sabe todo, así que trato de indagar sobre quien, pero se niega, jura decirlo cuando nos veamos más adelante, cuando me devuelva el collar de mi madre que no ha querido entregarme.
La reunión dura poco pues hay que dejar descansar a Isaac y cuando me ayudan a dejarlo en la cama de nuestra habitación, le ayudo a cambiarse de ropa; sin embargo, parece tener una cuenta pendiente conmigo.
—¿Con quién estabas hablando a susurros? ¿crees que no lo noté? —pregunta molesto cruzándose de brazos—. Esto tiene que ver con el maldito Kaan Karaman, ¿No? Por la cura, por eso estás tan extraña ¿qué fue lo que hiciste?
—No importa qué hice, te salvó la vida —extiendo más sopa que rechaza siendo firme en saberlo—. Isaac no me hagas hablar de...
—¡¿Qué carajo hiciste?! ¡¿te acostaste con él?!
—¡No, claro que no! ¡Hice algo horrible, hubiera preferido revolcarme con él! —espeto dejando la comida a un lado en la mesa de noche, poniéndome en pie para caminar por la habitación como león enjaulado, no puedo mentirle, no a él, pero no quiero perderlo, no quiero que piense que soy un monstruo.
—Dímelo Isabella o me paro de aquí así sea a rastras a saber la verdad —declara haciendo el intento de ponerse en pie, pero lo echo de vuelta—. ¿qué hiciste? Walker me dijo que en el mercado negro, pero es pura cháchara y yo lo sé.
—No pienses mal de mí por favor, te lo diré, pero ten en cuenta que no había otra manera, de haberla no hubiese hecho tal cosa... —saco mis zapatos para gatear en la cama y buscar su brazo poniéndolo a mi alrededor, apoyo la cabeza en el pecho de Isaac como una niña perdida.
—Jamás pensaría nada malo de ti, porque tenemos la misma naturaleza bestial que es capaz de asesinar...
—¿Has escuchado sobre la gobernadora Browning? —pregunto incorporando mi cuerpo hasta sentarme en posición de loto junto a él.
—Sí, aún hay titulares porque se cumple un mes del asesinato. Dicen que fue un disparo de McMillan Tac de un francotirador experto, muy pocas personas lograrían un tiro que... —su voz se va apagando y el desconcierto invade sus facciones, se pone pálido y comienza a negar con la cabeza como si no quisiera creer la idea que concibió su cerebro pronto—. Dime que no fuiste tú... ¡Dime que no fuiste tú, maldita sea!
—¡Lo siento! —le grito dejando correr lágrimas—. Yo no quería, pero Karaman me obligo... me dijo que solo asesinándola me daría la cura, ella era una desconocida y yo también te elegiré a ti.
—Me culpaste de la pérdida de nuestro bebé, me dijiste antojo, pasatiempo, ¿Por qué matar a Browning por el hombre al que le tiraste el amor en la cara? ¿por qué te ataste conmigo a esa cama de hospital?
—¡Porque yo también te amo! porque no quería perder al único hombre que en realidad he amado toda mi vida... me negué a dejarte ir y sí, soy una maldita asesina despiadada que la mató frente a su hijo por motivos egoístas. Perdóname, perdóname Isaac, por favor yo...
—No me pidas perdón —dice con una máscara de frialdad—. No me gusta saber que una inocente murió por salvar mi vida, pero no puedo juzgarte porque... porque yo hubiera hecho lo mismo. ¿Quién más lo sabe?
—Renata, porque me embriagué y borracha la llamé, pero nadie más a parte de Karaman —murmuro tratando de que no note en mis ojos que hay algo más; no puedo decirle que he descubierto a Kaan, mucho menos que he pactado con él.
—De acuerdo, esto tiene que quedar entre nosotros tres, nadie más puede saberlo, no voy a permitir que vayas presa jamás —sujeta mi mano con fuerza dándome ánimo—. Tenías razón... no eres una espina, eres el puto espinal de rosas completo metido en el culo.
—¿Es tu manera de decirme que soy una rosa?
—Es mi manera de decirte que soy masoquista.
Isaff empieza a llorar y me levanto a por él trayéndolo entre los brazos.
—A ver hijo, di mamá —le murmuro cuando está sentadito en la cama jugando con su juguete favorito.
—¿Por qué no le quitas ese maldito pollo chillón? De verdad parece lenguaje satánico. Si no lo tiras tú, en cuanto me pare de aquí lo tiro por la ventana, no más te advierto, cerecito junior, no quiero ver esa cosa rondando por ahí.
—Ni le hagas caso, mi amor, quédate con tu pollo, pero di mamá, mamá —replico enseñándole a decir la palabra en español y no en dari.
—Ma.. mmm
—Eso, di mamá
—¡PAPÁ! —dice sacándole una risa a Isaac que se descojona como si le hubieran contado el mejor chiste, tuerzo los ojos por verlo tan divertido ante mi fracaso total.
—Me parece que tiene su favorito... —murmura Isaac con diversión saliendo de su ataque de risa.
—Ya veremos animal del monte
—Así será, potra salvaje, luego no andes llorando.
—Hay algo que no te he dicho... el bebé... no lo perdí por nuestra discusión, sino por ser un embarazo ectópico —ante su ceño fruncido decido explicarle—. El embrión no estaba en mi útero, sino en mis trompas de Falopio y simplemente creció tanto que la estalló porque no puede soportar un bebé, tuve hemorragia interna... perdóname por haberte hecho sentir que mataste a nuestro hijo.
—Perdóname tú a mí por haberte echado de casa embarazada, soy la peor bestia que existe. Ese día Theodore me dijo que era igual a él, que terminaría matando a nuestro hijo, que le heredaría la maldad y eso... —no lo dejo terminar dándole un beso lento.
—No sigas, me dan ganas de matar a Theodore aun más, lo voy a sacar del camino por lo que hizo.
—No vale la pena solo por eso.
—No es solo por eso, Isaac, mientras estuviste inconsciente vacié las cajas de seguridad y descubrí la verdad que mis padres ocultaron, ¿estás preparado para saberla?
—Si es contigo, sí.
Me explayo entonces a contarle sobre mi descubrimiento.
———————00——————
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro