Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 47- Amarte duele


Capítulo 47

Amarte duele

"El amor es un duende, el amor es un demonio, no hay ángel

Maligno excepto el amor"

William Shakespeare

ODDETH PEREZ Y MARIA MARTINEZ, LES PIDO DE CORAZÓN QUE NO ME ODIEN POR FAVOR, HAY COSAS QUE DEBEN PASAR PARA DARLE UN ARCO A LOS PERSONAJES.

———————00———————

ISABELLA


(Dos horas antes)

Llevo dos semanas sintiendo el miedo de no ser una madre buena, más ahora que estoy embarazada y del hombre que siempre he amado, está confirmado con una prueba de sangre además de los evidentes síntomas, pero no he sido capaz de hacerme una ecografía, no sé, estoy tomando fuerzas porque eso sería literalmente la prueba de que no hay marcha atrás, aun así, siento la conexión más fuerte que nunca, no lo he visto por primera vez y ya lo amo. Renata me ha ayudado pues fue la primera persona en notarlo, ella misma me llevó a rastras a comprar la prueba de embarazo casera y Renata Montgomery, siendo Renata Montgomery, compró siete de diferentes marcas, debieron ver la cara de la chica de la caja cuando estaba facturando, Ren haciéndome pasar penas desde el inicio de los tiempos, pero agradezco que sea así y quite drama de mi vida.

Me hice entonces las siete pruebas y las siete salieron más positivas que contacto de batería, aun así, estaba incrédula, así que me fui al Comando Médico y Chris me hizo una prueba que se encargó de destruir luego, no quise lastimarlo, pero no confié en nadie más para hacer algo tan importante, pero sobre todo personal. El dolor en sus ojos al ver a la mujer de la que tanto repitió que estaba enamorado embarazada de otro, de su mejor amigo, me dolió a mí también; sin embargo, en un acto de madurez, me felicitó y deseó suerte con mi bebé. Cuando ese examen salió positivo, perdí la esperanza en que fueran solo ideas de mi cabeza anhelante por una familia.

Durante toda la semana que Isaac estuvo alejado, pensé en muchas cosas, porque ya sabía de nuestro hijo creciendo en mi vientre, donde tomé una decisión: no pondré a Isaac Falcon por encima de la estabilidad de mis hijos, de Isaff y del bebé, aun no es seguro, pero por ahora estaré alejada de él hasta que vea si el panorama mejora. Ahora mismo estoy en casa de mi... de mi padre Thomás, con esto del embarazo estoy sensible y deseé buscar apoyo en quien me ha demostrado que me ama y amó a mi madre con su vida, pues estos ocho días los he visitado, aunque su esposa Isobel me quiera matar siempre que me ve, si el homicidio premeditado fuera legal, esa mujer me mataría sin pensarlo, pero me importa un rábano, quiera o no, Thomás Deveraux es mi padre y quiere tener un vínculo conmigo, así como Sofía.

Nunca tuve una abuela, los padres de Marina y Lucio no me trataban mal, pero jamás me vieron como parte de la familia, así que Sofía Deveraux significa mucho para mí, más aún porque también ha demostrado quererme, me ha mostrado fotos de mamá Carmen con ellos y en su mirada el dolor de su muerte se desborda, así como el cariño hacia quien vio como una hija.

Al mismo tiempo cargo con la responsabilidad de mis infiltraciones al casino de Alexei Sokolov, quien parece haberse acostumbrado a verme, cayendo ente mi trabajo y ofreciéndome entrar en negocios de la bolsa y en sus propios imperios en auge. Un día se le salió decir que estaba trabajando en algo biológico que revolucionaría el mundo, sobre todo el farmacéutico, aunque el detalle más sobresaliente que dice casi sin darse cuenta, es que tiene una sobrina... Katleya Sokolov, hija de su difunto hermano y a quien ve como su hija tras el fallecimiento de su propio hijo por la maldición de la meningitis en infantes. Así que ella se ha convertido en su heredera principal al ser la mayor de toda la familia, la primogénita de la generación más prolífera de la extirpe Sokolov.

—¿Estás contenta? —me dice Marco sacándome de mis pensamientos, dándome una taza de aromática de manzanilla con panela, Thomás, no sé de dónde, sacó panela colombiana porque le dije que me gustaba tomarla en bebidas calientes. Estoy viendo el atardecer estando sentada bajo una sobrilla de exteriores, mientras espero que pa... papá salga de una entrevista que le están haciendo en otra parte de la casa—. Por el bebé, digo.

—Asustada es la palabra, pero creo que sí, me emociona tener un hijo con mi novio, aunque él no lo sabe aún.

—Por cómo te miraba el día de la cena, haría lo que fuera por ti —me dice sentándose conmigo. He pasado tiempo con él, tiene una hija y un hijo adolescentes, pero ella está siendo rebelde según me cuenta, está entrando a los dieciocho y apenas puede controlarla, su madre los abandonó desde pequeños, dejándole a él como el responsable de criar sus hijos solo, pues jamás se dejó amar otra vez.

—Isaac es como una ruleta rusa, no sabes en qué momento saldrá la bala que te matará —murmuro sonriendo, me agrada mucho Marco, lo he llegado a conocer porque es muy abierto y me gusta lo que veo. Además, he pecado de curiosa y lo busqué en Google, pronto averigüé que es un defensor de los más necesitados desde que inició su carrera política hace años, por ello se lleva bien con Thomás.

—La vida en sí misma es una ruleta rusa, querida, nunca sabrás cuando el disparo será letal, pero el éxtasis de vivir cada momento como su fuera el último, le da sentido —comenta haciéndome sentir de una forma extraña, nadie más me llama "Querida" que Kaan Karaman, pero sé que no es más que una simple coincidencia porque nos hemos tomado mucha confianza. Si no hubiera visto su pasado judicial incluso, mi sospecha crecería, pero Marco Benavente está más limpio que muchos Praetor, ni una sola infracción a la Ley, ni siquiera una multa de tráfico.

Caemos en una conversación sobre Isaac, quien es buscado por Mike y Gerard, me llaman para saber si está conmigo; desapareció de pronto y no contesta las llamadas, pero conociendo a Falcon está metido en un club nocturno, rodeado de mujeres manoseándolo. El solo pensamiento me hace arder en ira, porque si bien al parecer me ha guardado fidelidad incluso antes de decidir tener una relación, sé que llama la atención de muchas y no las culpo, mi hombre está más bueno que el pan «Oh, por Dios, ¿le dije mi hombre?» pienso dando una sonrisita que llama la atención de Marco, si no fuera porque estoy con un animal de monte celoso y tóxico, podría salir con él, cosa que ya ha intentado, me invitó a una cita para hablar a solas, dejando claras sus intenciones de querer cortejarme. Es mayor que yo por cinco años, pero siento que es mucho mayor por cómo se expresa y habla, es conocedor de muchas cosas, dejándote tener una conversación interesante con él, no solo la monótona de cosas sin importancia.

Cuando salen Thomás y Sofía se sientan conmigo, pero al fondo veo a Isobel matándome con el pensamiento.

—Isa, debes contarle al padre —murmura la abuela—. Cuanto antes mejor, ¿Ya fuiste a ecografía?

—No... tengo miedo —confieso bajando la mirada cuando pone una de sus manos con ligeras arrugas por el paso de los años sobre mi abdomen.

—Yo lo conseguiré, te acompañaré —responde con una mirada de amor en sus ojos verdes como las colinas. Thomás me pregunta sobre mi trabajo y si no es muy arriesgado estando embarazada, lo noto preocupado, pero le prometo que me cuidaré asegurando informarlo para poder evitar cosas que me hagan daño.

Encontrarlos ha sido una inyección de vitalidad, haciéndome ver que puedo tener cosas más importantes que la venganza; sin embargo, cada vez que los veo recuerdo lo perdido hace tantos años y que hubiera sido tan feliz con Carmen, Vladimir, Sofía y Thomás, pero no, un desgraciado hijo de perra los mandó a matar y sin dar la cara, se ocultó tras los Karaman como la rata que es... ya le llegará su hora como al General Volkov, ya entiendo su actitud hacia mí, nunca me ha querido, me menospreció y echó a los lobos sin darme tiempo a prepararme como si quisiera verme muerta.

Finalmente nos quedamos hablando hasta que la temperatura desciende y me marcho, pero él moviliza su convoy con él adentro para llevarme a las puertas de casa en donde Renata me espera en el vestíbulo. Subimos y pedimos algo para comer, tengo antojos de pasta con camarones que devoro apenas llega. Empezamos a hablar sobre mi relación y cómo debemos empacar mis cosas rápidamente.

—Terminé con Isaac, al menos temporalmente, tendré a mi hijo o hija sola, él no lo sabrá hasta que sea notorio. Isaac nunca ha congeniado con la idea de ser padre, así que no, me niego a decirle —respondo bebiendo de mi aromática de manzanilla acariciando mi panza aun plana. Nos hemos sentado fuera a observar las estrellas y muevo la mecedora en un vaivén relajante, mientras siento a la bebida calentarme poco a poco.

—¿Entonces no piensas contarle que estás embarazada? Isaac tiene derecho a saberlo, ese bebé también es suyo, porque no lo hiciste sola, mamacita, además tiene que saberlo para que responda —inquiere Renata con desaprobación en su mirada.

—No, Ren, yo puedo soportar la inestabilidad de Isaac, pero mis hijos no —respondo con los ojos cerrados respirando profundamente—. No voy a someter a mis pequeños a una vida de temer que él se vaya.

—Isaac no te abandonará, puede que se asuste, pero no va a dejarte sola nunca, lo sé.

—No importa, he tomado una decisión. Isaff y ahora este pequeño van a crecer con una madre que los ama —respondo abriendo los ojos finalmente, el viento corre lentamente moviendo mis mechones sueltos y los de Renata, mientras la luna me observa, está menguante, como mi marca.

—¿Y qué harás cuando parezcas bom bom bum invertido, chica lista? ¡Se verá tu panza tarde o temprano! además sabes que tiene que notificar a los superiores para que no te asignen trabajo de esfuerzo extremo.

—Ya veré qué hacer, por ahora quiero terminar mi té. No le voy a decir nada a Isaac.

—¿Qué es lo que no me vas a decir? —pregunta él asustándome, está parado en el apartamento mirando hacia el balcón con las llaves entre las manos. «Mierda ¿Qué le voy a decir?»—. ¿Y? estoy esperando.

No sé qué tanto habrá escuchado, pero estoy en problemas. Renata se retira cuando le pido privacidad, esperando dentro. Es cuando me fijo que Isaac tiene algo extraño, sus pupilas están dilatadas, suda por las sienes, no puede mantenerse derecho por mucho tiempo y las palabras le salen ralentizadas.

—Estoy embarazada, Isaac, es una realidad —digo sin rodeos.

—¿Felicitaciones? —replica sarcástico dando un traspiés hacia atrás, pero alcanza a sujetarse del vidrio de la puerta, definitivamente no está en sus cinco sentidos—. ¿por qué me lo dices a mí y no a tu marido?

—¿Enserio me preguntas eso? ¡Es tuyo, animal del monte! ¡Fabián es estéril y lo sabes! —grito incrédula masajeándome la zona del ovario derecho porque un dolor empieza a atravesarme, llevándome a inclinarme un poco.

—¡No es tan obvio, volviste con él, me imagino que ya lo hicieron!

—¿Quién te dijo que volví con él? —replico confundida—. No sé de qué carajos hablas.

—Alana me dijo que volviste con Fabián y que no les molestara.

—Pues Alana te mintió, nunca volví con él —replico haciendo que me vea confundido—. Fabián... Fabián está pasando por problemas que necesitan de mí, pero no estamos hablando de eso. Ahora tengo un bebé tuyo creciendo en...

—¿De verdad o solo quieres calmarme?

—No volví con Fabián, está en un problema que necesita a toda la familia, mamá, papá, Alana y yo ¿entiendes? Es humanidad, no que esté con él, puede que esté alejada de ti, pero sigues siendo el papá...

—¿De verdad me ves como el padre de tus hijos? —dice con la lengua atascada, lo que sea que se metió está pateándole cabrón—. ¿Por qué no te buscas alguien que sí sea bueno? Búscate a alguien ue sí te merezca.

—¿No te alegras por esto? —inquiero confundida, pero tengo ganas de llorar porque lo veo vulnerable, algo le ha pasado hoy, algo lo ha roto de manera inevitable.

—Si yo no estuviera maldito, podría alegrarme por tener un hijo... lo mejor es que recojas tus cosas y te vayas, tuviste razón esta mañana con tu nota

—Eres igual a tu padre, Isaac Falcon, no hay como negar que su sangre corre por tus venas...

—¡No me compares con ese hijo de puta!

—Sólo te falta pegarme para ser igual a él. Theodore Falcon también abandonaría cuando más le necesitan ¿y Sabes qué? No te quiero en mi vida, vi pertinente avisarte porque eres el padre, pero no te necesito, puedo hacerlo sola, voy a sacar a mi hijo adelante y cuando me pregunte por su papá le diré que está muerto.

Enfurecida, dolida y sintiendo que Isaac me arrancó el corazón voy dentro hacia la habitación.

—Lárgate ahora mismo mientras recojo mis cosas.

—No puedes engañar al niño así... —replica tropezándose.

—¿Quieres ver cómo te borro de mi vida? Pues quédate atento, porque a partir de hoy no existes.

Estrello la puerta de la habitación sintiendo que sudo frío, tengo náuseas y visión borrosa. Escucho mi móvil sonar en el bolsillo de mi pantalón y lo tomo, es Alana enfurecida; Fabián está llorando porque le dije que amo a Isaac, pero en este momento me importa una reverenda mierda. Renata entra y me ve mal, Falcon se ha ido de nuevo y mejor, no quiero verlo ahora, todo empieza a ennegrecerse y el vómito escala raudo por mi garganta, me tambaleo, el mundo empieza a girar como ruleta, pero pronto pierdo el conocimiento casi por completo, siento el choque con el suelo, a mi amiga gritar, hasta Stacey aparece, pero toda mi atención se centra en el dolor perforador en mi abdomen bajo, hasta que mi cuerpo se rinde, dejándome en la oscuridad.

Cuando despierto, no sé cuántas horas después, noto dos cosas, la claridad entrando inclemente por la ventana y el constante pitido de un monitor. Paseo mi mirada por la habitación encontrándome con un lugar de tamaño regular, paredes blancas impolutas, con el sofá cama negro del acompañante acomodado bajo la gran ventana que da al exterior, hacia mi mano izquierda y el pequeño pasillo hacia la entrada a la derecha. Me duele el cuerpo y cuando trato de moverme una picada me atraviesa.

—Hola Isa —dice Renata luciendo aliviada acercándose, regresa por el pasillo que lleva a la puerta con un café de máquina en la mano, parece trasnochada y que ha llorado mucho por sus ojos hinchados.

—¿Qué pasó? ¿por qué estoy aquí?

—Tuviste un desmayo ¿lo recuerdas? —asiento con la cabeza—. Y te tuve que traer al hospital.

—Pero mi bebé está bien ¿cierto? —pregunto sin importarme si yo estoy bien, no me importo en realidad—. Dime la verdad, lo veo en tus ojos.

—Lo siento mucho, amiga, pero no... el desmayo que tuviste fue porque era un embarazo ectópico (1)*, el feto no se alojó en el útero sino en una de tus trompas hasta que creció tanto que la estalló y perdiste una. Sufriste hemorragia interna, si no te traigo rápido pudiste morir.

—¡¿Qué dices?! Ren, verifica bien, mi bebé no puede estar muerto ¡NO, NO, NO, NO! —grito tratando de arrancarme la vía del brazo en un estado de frenesí descontrolado donde la noticia ronda mi cabeza dándome golpes, acribillándome—. Mi bebé... no... ¡Dile al médico que revise bien!

El grito desgarrador que le sigue, me deja con la garganta ardiendo. Todo pasa rápido, pero se vuelve borroso, me ponen algo en la vía de la mano cuando me he salido de control y poco a poco vuelvo a caer en la inconsciencia. Tengo sueños aterradores, las visiones de la noche en que murieron mis padres aparecen como flashes, sangre, una cuchilla, "Los sapos mueren aplastados", el hombre enmascarado con su asqueroso acento extranjero, pero también una imagen de mi misma de pie frente a un espejo con sangre escurriendo de la unión de mis piernas cayendo al suelo en un torrente carmesí. De pronto me veo otra vez convirtiéndome en un leviatán negro.

«¿Por eso murió mi hijo? ¿Porque soy una mujer vengativa?»

Me pregunto dentro del sueño «Tal vez la vida me está diciendo que no puedo traer al mundo a una criatura a sufrir mi ira y mi odio desmedido»

Despierto de golpe como al hacerlo de un sueño donde caes de una gran altura. Me siento pesada, exhausta mentalmente, pero sobre todo culpable de lo ocurrido, soy una mala persona, una asesina despiadada que no tiene el derecho a ser madre, la maldición Deveraux recae sobre mí. Cierro mis ojos sin dormirme, escapando a memorias alegres con mis padres, hasta que siento la puerta de la habitación abrirse.

—¿Isabella? —escucho su voz y me enciendo como hoguera de ira burbujeante. Él no me quería ni quería a mi bebé.

—¡¿Qué haces aquí?! ¡Vete, no quiero verte, lárgate! —espeto al abrir los ojos sin darle oportunidad a nada.

—Te traje al niño... —replica con cautela, parece estar también trasnochado, pero más con resaca de la mierda que se metió—. Quiere verte.

—No puedo atenderle ahora ¿No me ves cómo estoy? ¡Estoy vuelta mierda! —digo enfadada.

—Oye, tenía miedo ¿Sabes? Miedo de ser como Theodore, de ser padre, me vi en un escenario siendo peor que él hasta llegar a matarlo... había consumido estupefacientes, pero luego me di cuenta de que no soy mi padre y puedo cambiar ese patrón...

—¡Pero nada, Isaac, vete, lárgate, no quiero volver a verte en mi puta vida! —grito con los ojos ardiendo.

—Isabella, voy a responder por el niño, no te voy a dejar sola. Si quieres nos casamos, le damos un hogar en forma al bebé y a Isaff —trata de acercarse, pero le tiro el mando de la televisión que alcanza a esquivar extrañado, el aparato se destroza haciendo saltar las baterías por un lado y el cuerpo por el otro—. Cálmate, te estoy pidiendo perdón. Yo...

—Ya no hay nada por lo cual responder —espeto sintiendo las lágrimas derramarse—. ¿Eso era lo que querías? Ya lo sabes, vete.

—¿De qué estás hablando? ¿qué hiciste Isabella? —pregunta viéndose desconcertado—. ¿Qué le hiciste a mi hijo?

—¡¿Tu hijo?! ¡¿cuál, maldito hijo de perra?! —el dolor me atraviesa, pero aun así me pongo en pie mareándome por pararme tan rápido, y cuando él trata de sostenerme lo empujo tan fuerte que lo estrello contra la pared—. Lárgate de mi vista si no quieres saber porqué me llaman Vípera, malnacido imbécil.

—¿Qué mierda te pasa? —grita furioso de vuelta y sé que no debería, pero decido cobrarle lo que me hizo sentir.

—¡Que perdí al bebé por culpa tuya! —da un paso luciendo conmocionado—. Me alteré tanto por lo que me dijiste que tuve un aborto espontáneo. ¡Asesino! ¡Eres igual que Theodore, nunca debí decirte que no lo eres!

«No debiste decir eso, Isabella, sabes que las cosas no fueron así» pienso, pero la ira que hasta me hace temblar las manos con las que tomo puñados de su camisa halándola

—Estás mintiendo —dice finalmente cuando lo suelto apoyándome en el borde de la cama con la cabeza baja. Sí, estoy mintiendo, aunque él me haya celebrado el embarazo iba a terminar igual, lo hubiera perdido por azares del destino.

—Vete, por favor, vete de aquí, de mi corazón, de mi vida. Ya no te quiero aquí —le pido suplicante con la voz quebrada, no quiero verlo más.

—Isabella no...

—¡Déjame sola!

—¿Qué pasa aquí? —dice la enfermera entrando, se sorprende al ver que estamos discutiendo y se apresura a regañarme—. ¡No deberías estar de pie!

—Dígale a este cabrón que se largue, no lo quiero aquí.

Isaac está pálido y de pronto temo que su glucosa baje por la impresión.

—Por favor, señor, retírese o llamaré a seguridad —lo echa con firmeza y él, cabizbajo, se marcha, es cuando me dejo caer en llanto incontenible. No puedo controlar mis sollozos, hipo y la enfermera amenaza con que si no me calmo me sedará de nuevo, obligándome a volver a la cama.

A partir de ahí me sumerjo en un estado emocional vacío, no siento nada, ni amor, odio, venganza, cariño, nada, estoy vacía de nuevo. Renata llega con Marina para acompañarme, el reloj roza el crepúsculo y la comida llega, mamá me ayuda a comer porque yo soy un autómata, no puedo encontrar mi voz o mis movimientos, solo asiento, niego y lloro. He perdido alguien que no conocía, pero amaba, nunca lo vi porque el miedo me consumió y si lo hubiera hecho pudieron detectar el ectópico antes de que yo me encariñara con la vida dentro de mí.

Pero mi vida es así, voy de pérdida en pérdida, no hay que darle mucha mente a mi suerte del infierno.

Alana aparece al día siguiente con cara de cachorro regañado acompañada de Fabián, pero no quiero verlos, no quiero ver a nadie; sin embargo, se niegan a irse, así que opto por no hablar de más. Sé que Alana está siendo hipócrita, a ella le alegra que haya perdido a mi bebé porque así "Hay más posibilidades de que vuelva con su hermano" cosa que ni por todo el oro del mundo haría, jamás regresaré con él, si lo estoy apoyando es por mera humanidad como le dije a Isaac, lo que le está pasando es demasiado fuerte y delicado, pero aun así le dejé claro mis sentimientos con respecto a Falcon. Fabián lloró, me suplicó, pero no le mentí con respecto a mi relación, estaba con Isaac y punto.

Por fortuna ninguno de los dos me hace show y se retiran poco después de llegar. Marina se la pasa conmigo la mayor cantidad del tiempo, pero Thomás también viene con Sofía con quienes me siento en familia, a mamá no le gusta mucho la idea; sin embargo, no es grosera con ellos. Thomás se sienta en el borde de la cama sosteniendo mi mano, prometiéndome que mientras viva no me dejará sola nunca, en un acto desinteresado. En fin, a los tres días me dan el alta con incapacidad por dos semanas.

———————00———————

Tres semanas después

He vuelto a mi casa desde que salí del hospital, Ren fue por mis cosas y me contó que Isaac estaba borracho cuando llegó, mejor dicho, ha estado borracho y drogado desde lo del bebé, ha llegado tarde y con resaca, se queda dormido y en este tiempo me dicen Ren que se ha ganado una amonestación clase G, la peor de todas, aunque todo lo sé por medio de ella, yo no me he acercado al comando. Isaac trató de contactarme la primera semana, vino hasta la portería, pero llamé a la policía para que lo hicieran alejarse de mí. No sé qué esperaba que hiciera, ¿Me alegro porque me botó al saber de mi embarazo? Pero al parecer él no ha mencionado la mentira que le hice creer con respecto al aborto, ha quedado entre los dos. Valkyria ha tomado importancia en su vida según Renata, Isaac intentó renunciar como me había prometido, más de tres veces dijo haber pasado la solicitud formal, pero Volkov no lo permitió, por ende, ha tenido que pasar mucho tiempo juntos, aun más que antes, pero Mike quien ha estado con ellos, me asegura que él está apático, distante de ella.

Mi incapacidad se extendió por una semana más, pero hoy debí volver porque Volkov me amenazó sobre mi puesto, dijo acabar mi carrera si no regresaba, así que estoy en mi oficina cuando tocan la puerta. Una cadete llega sofocada y jadeando por aire a decirme que debemos ir a un operativo sorpresa a Laboratorios Anthaxtis, me explica que inteligencia ha ubicado el movimiento de la Quimera hoy mismo, así que debemos correr hacia la oficina del General Volkov, quien coordina este operativo, le pido que me deje en inteligencia por la molestia que tengo, pero "No le da la puta gana" en sus palabras y nos lleva hasta el punto de reunión del Alfa-Escorpio para darles instrucciones. Pronto llego me uniformo, aun cuando siento una ligera picada en mi abdomen bajo, voy a la armería donde empiezo a cargar, tres granadas, un M16, dos Berettas y un cuchillo serrado igual que las sierras de cortar madera.

El Comando Médico irá con nosotros de operaciones especiales, llevan trajes biológicos y otros el uniforme regular con el C.M.I.Q tejido igual que el C.M.O.E en el mío. Estoy en esa tarea cuando Isaac llega, fue convocado también, así que llevaremos el mando. No hemos hablado en tres largas semanas y no tengo intención de hacerlo, pero él sí, al parecer.

—Isabella, sé que te herí y que te dolieron mis palabras, pero escúchame cinco minutos —trata de hablar, no lo dejo claramente.

—Ahora no, debemos salir y no quiero escucharte —murmuro sin dejar de meter municiones, no quiero verle la cara

—Isa...

—¡NO! —grito empujándolo—. No tengo pensando gastar otro segundo de mi vida contigo ¿Entiendes?

Estamos solos en la sección de la armería, todos están al otro lado metidos en su tarea, pero nuestra discusión nos hace ser centro de miradas.

—Te amo, Isabella, por favor escúchame —suelta de pronto como si fuera natural para él, dejándome pasmada por unos momentos en que el significado de las palabras me atormenta.

—¿Qué dijiste? —murmuro incrédula temblando como hoja.

—Que te amo, son las palabras que más me dan miedo decir, a las que más les he huido, pero no pude escapar de ti, de tu encanto y la forma en que me envuelves. Dame una oportunidad...

«No me vas a convencer»

—Pues yo no te amo, siempre has sido un pasatiempo —digo con el pecho ardiendo porque las mentiras queman en mis labios cuando es lo contrario—. Uno de tantos, un antojo que me doy de vez en cuando, ¿Y sabes qué? Ya me aburrí de ti, así que no te ilusiones conmigo.

Cuando giro a verlo me mira atónito, incrédulo y no dice nada. El dolor le traiciona y los ojos se le humedecen ligeramente.

—Sabía que me harías una cicatriz en el corazón tarde o temprano —murmura recuperando la voz—. Fabián tenía razón.

—¿Qué tiene que ver Fabián con esto?

—Me dijo que me ibas a joder y se cumplió, dijo que solo te amabas a ti misma, Volkov también lo dijo, pero solo un idiota como yo se pudo tragar el engaño, solo un idiota podría caer en tus mentiras. A partir de ahora solo nos dirigiremos la palabra por el trabajo e Isaff, porque él no merece esto y menos quedar en manos de cualquiera por ahí.

—Isaac...

—Cállate que no quiero volver a escuchar tu voz —declara mostrando lo herido que se siente—. Me abrí a ti y mira cómo terminé. Yo sí te di la oportunidad de conocer algo que a nadie más le mostraría, pero una vez más me confirmaste que el amor solo te destruye... el amor es el peor de los males, pero esta peste no tiene cura.

—Mejor así, Isaac, eres el peor error que pude haber cometido en mi vida —cierro la discusión echándome el fusil al hombro—. No vales lo que dueles.

Me arde la boca del estómago, quiero regresarme a besarlo, pero nuestra lejanía es mejor que otra cosa, por ahora es lo más conveniente. Con el corazón roto, el abdomen hormigueando por un extraño dolorcito y con los ojos ardiendo por las lágrimas que mi alma ruega por derramar, salimos a hacer el operativo, esperemos que todo salga bien, pero tengo un mal presentimientos, como si algo fuera a salir mal.

———————00———————

¡TENEMOS SECUELA GRACIAS A TODAS LAS QUE ME COMENTARON!

VI SU APOYO, TODO SU AMOR, SUS GANAS POR SEGUIR VIENDO ESTE UNIVERSO ASÍ QUE ME ANIMÉ. ¡SIGAN COMENTANDO POR FAVOR! ES UN INCENTIVO

EN ESPECIAL A MIS TRES MOSQUETERAS:

ANTHUA Anthuanetnieves

RACHE rachelverdecia

ROSI rosangelmorganjames

ELLAS HAN SIDO UN PILAR PARA MÍ A NIVEL PERSONAL, ASÍ QUE MIL GRACIAS A TODAS

Tengan presente a Katleya Sokolov, se viene historia con ella.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro