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Capítulo 46- Verdades al descubierto


Capítulo 46

Verdades al descubierto

"Pues no hay nada oculto que no haya de ser manifiesto, ni secreto que no haya de ser conocido y salga a la luz"

Lucas 8:17

¡POR FAVOR LEAN LA NOTA AL FINAL, ES MUY IMPORTANTE!

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ISAAC

—No quiero tenerte más de treinta minutos aquí, así que luego de preguntarte algunas cosas te contaré lo que viniste a saber... ¿Cómo te llamas? ¿eres del Consorcio como ella?

Indaga dejando en claro su posición de conocedor sobre la vida de Isabella. Paseo la mirada por la casa, tiene decoración minimalista en colores neutros como marrón, negro, crema y a pesar de parecer estar en el desierto, el piso de madera ayuda a la calidez del sitio, junto a una chimenea crepitante que escucho a mi espalda como un leve. El olor a canela me sigue llegando, causando mareo pronto, mientras me debato en si revelar mi identidad con este hombre tan solo porque sí, pero si es su única condición debo aceptarlo.

—Isaac Falcon Salvador y sí, soy Brigadier de escuadrón.

—¿Isaac Falcon? ¿qué eres de Theodore? ¡Esto es una trampa! —exclama Terence viéndose asustado, se levanta dando traspiés hacia atrás y uno de sus hombres me apunta con una Beretta directo a la cabeza, así que subo las manos en señal de rendición.

—No señor, nada de trampa. No estoy ni nunca estaré de parte de ese hijo de su puta madre, es mi enemigo a muerte. Si estoy aquí es por Isabella Fox —replico con firmeza, tratando de calmar la espuma del miedo creciente en sus ojos azules—. Puede grabarme si gusta, pero yo no haría nada por la rata de Theodore. Solo nací con la desgracia de portar el apellido de un monstruo.

Se queda en silencio por unos momentos analizándome, me imagino que mis expresiones, la dirección de mi mirada, la posición de mi cuerpo que puede delatar un mentiroso con solo pocos gestos equivocados. Finalmente, le ordena a su escolta bajar el arma, luciendo evidentemente más tranquilo.

—No sé porqué, pero te creo, muchacho —murmura sentándose de vuelta frente a mí, aun noto su desconfianza, pero lo entiendo—. De cualquier manera, no hablamos de ese hombre, viniste por información y es mejor dártela rápido y que te vayas, es un peligro para ambos. Que quede claro que te lo digo por Vladimir, le juré que si llegaba este momento le dijera todo a su pequeña.

—Está bien, dígame lo que pueda y me iré, no hablaré de usted a nadie más que a la misma Isabella.

—El Consorcio Praetor se vio involucrado en escándalos que han pasado años tratando de borrar de las noticias ¿lo sabes? —asiento con la cabeza—. Cuando empezaron a aparecer masacres se siguió un hilo de investigación que nos llevó hasta los Praetor; sin embargo, pronto nos dimos cuenta de que eran algunos porque a parte del General Absoluto de esa época, Mijaíl Volkov, el poder general de la organización no estaba involucrada, tuvimos un listado casi completo y de los miles de Praetor solo alrededor del 5% o tal vez menos participaba de las actividades ilícitas, ya sabes, siempre hay malos elementos en un equipo, pero cada vez que alguien trataba de exponerlos terminaba muerto... Carmen y Vladimir eran parte de ese porcentaje; no obstante, como pocas veces pasó, se arrepintieron.

—Sí, eso lo supe, pero no sé qué tenían que ver con usted.

—Yo era el contacto dentro de Seguridad Nacional del gobierno porque ellos estaban siendo procesados para ser capturados, sin embargo, por tener una niña pequeña, lograron obtener un trato: ellos serían nuestros ojos en los Praetor, nos informarían de quienes estaban más activos, cuándo eran los operativos, quienes eran los objetivos, en fin, todo lo referente a las actividades ilegales. A cambio, se les dieron beneficios de protección —Williams enciende un puro cubano que reposaba sobre la mesa de centro a su lado, ofreciéndome uno, pero lo rechazo para sí recibirle un cigarrillo que obviamente no debería fumar.

—¿Quién los asesinó entonces? No fue Karaman ¿O sí? —replico atónito, aunque en parte me imaginaba que había algo muy extraño, diría un buen colombiano, "A ese cuento le hace falta un pedazo"

—No... según investigamos luego, y esta información no la supieron muchos, algunos de ellos muertos al día de hoy, Mijaíl Volkov ordenó el asesinato de su hijo y después siguió su esposa. Vladimir lo sabía, o por lo menos lo sospechó en vida, pero no podía evidenciarlo porque su padre era un sabueso, olisqueaba mentiras a metros. Además, Vlad temía que nosotros quisiéramos eliminarlos una vez hicieran su trabajo o usáramos a su hija para destruir a La Triada.

«SUREPM ¿Qué estoy escuchando?»

—¿Qué carajos está diciendo, Williams? ¿está seguro? —me atoro con el humo en una tos sorprendida, me golpeo el pecho tratando de detenerme, pero se ha metido demasiado y me asfixio, todo por las palabras irrisorias proferidas por el hombre frente a mí.

—Completamente —saca su móvil poniéndolo en la mesa—. Aun después de tantos años sigo paranoico, él sabe que soy una de las dos personas aun vivas que conoce su secreto, por ello todo el protocolo para traerte, la seguridad, y guardo pruebas en la nube, a mi alcance en cualquier lugar. Esta fue una conversación de Mijaíl, su voz fue comprobada al 100% por peritos especializados —le da play a una grabación que se oye con interferencia de pitido al inicio, pero empieza a regularse.

—¡¿Fuiste tú?! ¡maldito bastardo, era tu hijo! —grita en ruso la voz de una mujer alterada, agradezco por primera vez que en la academia PP nos obligaran a estudiar este idioma hecho por el diablo—. ¡Me quitaste a mi bebé!

—Pues sí, era un puto traicionero, un vendido y encima un imbécil ¡Aceptar la bastarda de Deveraux fue deshonra para mi apellido! —exclama Volkov Padre con su acento ruso bien marcado—. Nos quería hacer caer, ¿lo entiendes, mujer?

—Te arrepentirás, yo...

—¡¿Tú qué?! ¡Mandé a matar a Vladimir, a la sangre de mi sangre, quien era mi favorito hasta que se juntó con la zorra! ¡¿Qué crees que te puedo hacer a ti?! —la frialdad de Volkov al mencionar la muerte orquestada por él me pone los vellos de punta.

—No serías capaz de tocarme, Mijaíl Volkov...

—No me miré el corazón cuando pagué de mi bolsillo por el asesinato de mi propio hijo, no me lo voy a mirar por ti, así cálmate y no me pongas de los nervios —la falta de cualquier ápice de sentimientos, arrepentimiento o algo más que su orgullo por haber asesinado a "la sangre de su sangre" de su voz es tal que me estremece, aunque no debería, crecí con un padre igual, compinche de seguro—. Mantén tu boca cerrada y todo estará bien.

—Eres un demonio.

—Y no te imaginas cuánto, mujer, así que no me toques los cojones.

La grabación se corta dejándome con ganas de más.

—No, eso no tiene sentido. Los Fox recibieron un atentado en Cartagena en 1993... —murmuro al recuperar mi voz luego de no sé cuantos minutos procesando.

—Dejaron una nota a nombre de Kadir Karaman, pero él jamás estuvo involucrado en eso, recuerdo que un contacto dentro de La Triada nos contó que estaba furibundo, lanzaba las cosas, gritaba y era más cruel que nunca antes, pero no pudo hacerle daño porque la veía como una hija propia. Nunca hubiera sido capaz de dañar a Carmen, a Vladimir tal vez, pero a Carmencita nunca. Mijaíl Volkov se ocultó tras una primera amenaza de Karaman, quien dolido juró matarlos por verle la cara, que nunca se hizo realidad, se escondió para operar y asustarlos, pero claramente siempre supo dónde estaban, sus planes, los contactos, después de todo, era su padre, el General Absoluto, ¿Quién podría sospechar de él?

—¿Qué sabes de un tal alias "Escorpión?"

—Nada aparte de que fue quien los mató, dudo que fuera Mijaíl, no se ensuciaría las manos.

—¿Por qué no enjuiciaron a Volkov teniendo pruebas? No lo entiendo

—El mismo gobierno anuló la investigación, los altos mandos lo decidieron y a nosotros no nos quedó más que obedecer, incluso mandaron a destruir pruebas tangentes, pero yo no lo hice hasta no tener una copia asegurada.

—¿Por qué huyeron los Fox sabiendo que ustedes los protegían de Mijaíl?

—No lo sé, me imagino que desconfianza quizá, cuando tu vida está en riesgo, no puedes confiar en nadie realmente, hasta tu propio reflejo en el espejo se vuelve un sospechoso, aunque parece que siempre supieron de su inminente muerte, le dejaron todo a Lucio Richardson y tengo entendido que él la acogió y ha sido su padre, así como Marina su madre.

—Sí, es correcto... ¿Lucio sabía de esto?

—De las operaciones sí, pero jamás se dejó convencer para hacerlas, era brillante en inteligencia y buscaba estratagemas como nadie, pero sus valores y convicciones pudieron más —murmura dándome un alivio—. Le conté quién había sido luego de que murieran Carmen y Vladimir, Lucio jamás lo sospechó porque de ser así, hubiera impedido su huida.

—Llegué a sospechar de él por conversaciones que escuché, eran comprometedoras.

—De cierta manera ha sido cómplice por callar igual que yo, pero el miedo ante un enemigo mucho más grande que nosotros nos pudo, y a él le arrancaron el alma con el asesinato... los Fox le dejaron a Isabella no solo por ser su padrino de bautizo, sino porque sabían de su forma correcta de ser. Entonces dile esto a Isabella, Mijaíl Volkov asesinó a Vladimir, pero no lo hizo solo.

—¿Qué quiere decir con eso?

—Usa tu memoria para esto, muchacho, Dexter Montgomery y su esposa, Theodore Falcon, Erick Volkov, y Vicente Leguizamo son los nombres confirmados de sus colaboradores, en cajas de seguridad están los listados completos, los Fox se aseguraron y yo he renovado los plazos en el lugar donde están... Mijaíl tenía una frase que adoptó como lema, no sé de dónde la sacó, pero la usó con ellos "Los sapos mueren aplastados"

«Al carajo todo, la famosa frase»

—Gracias por decirme la verdad, señor.

—Asegúrate de que si ella tomará acciones no se deje atrapar, si es como su madre, será una verdadera belleza letal. Todos merecen pagar, Vlad y Carmencita no merecían morir así solo por desear corregir su camino por amor a su hija.

—Claro que no, señor, para eso me tiene a mí.

El hombre asiente y me despide, no sin antes entregarme una USB con todo lo que tiene en la nube, en la mayoría fotos comprometedoras, pero hay grabaciones de voz, video y expedientes.

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Abro la puerta silenciosamente entrando a mi hogar por primera vez en una semana, todo está silencioso, pero mis perros corren inmediatamente a saludarme arruinando mi anonimato, sonrío acariciando sus cabezas cerrando, cuando noto a Isabella en la cocina. La estancia está oscura y solo se ven los contornos de los muebles y las mesas con las luces del exterior que entran por la terraza a través de la larga puerta corrediza y las de la cocina donde está el reflejo rojo en el cabello trenzado de ella frente al fregadero, mientras enjabona trastes

—¿Isaac? —pregunta con tono de sorpresa mirando sobre su hombro. Su rostro se nota cansado, está agotada de todo el trajín de esta semana y Stacey me contó lo de sus momentos de sueño pesado, lleva su pijama de pantalón largo vaporoso, una sencilla camiseta básica color negra ajustada a sus curvas y su trenza a un lado me dice que estaba a punto de irse a dormir, aun cuando son las ocho de la noche apenas.

—¿Quién más tiene llaves de aquí, cerecita? —le digo con un poco de mal humor. Tengo la cabeza saturada, mientras me debato entre contarle o no de una vez.

—No sé, ese es el problema, por esa puerta pueden pasar mil mujeres...

—¿Por qué te sorprendes? Es mi casa.

—Porque llevas una semana alejado de mí, hasta ayer me diste un beso y me llamaste amor, pero ni siquiera viniste por aquí y te alejaste otra vez —termina de lavar los platos secándose con la toalla de manos. Dejo caer mi mochila acercándome a ella.

—Eres una verdadera espina en el culo —le digo apoyando mi frente en su espalda muy cerca de su luna Deveraux—. Siento haberme alejado, necesitaba tiempo. No te mereces eso, mi frialdad, mi apatía, pero en mi defensa nadie pudo llenar tu lugar, ¿Y Stacey?

—Lo entiendo, hubiera hecho lo mismo y la Pelusa está durmiendo, está muy cansada por las pruebas —se gira dándome un beso corto—. Pero te vi cerca de Valkyria, ¿Sientes algo por ella?

—Volkov me obliga, no mentiré, no es desagradable estar con ella, pero no es mi actividad favorita en el mundo y si siento algo por ella, ¿qué te digo?

—La verdad, Isaac, si la descubro de otra manera será peor. Dime lo que sea, si no confiamos uno en el otro estamos jodidos. Recuerda que dijimos que si llegaba otra persona lo diríamos.

—De acuerdo... Valkyria me atrae ligeramente, es cierto, es agradable estar con ella, pero ni estoy enamorado ni significa más que una cara bonita —sus ojos se estrechan rodeando mi cuello con sus brazos en un gesto de posesión, cuando tomo su cintura y la siento en el mesón. No le miento en nada, mi atracción por la pelinegra es solo eso—. ¿Crees que me iría con una mortal teniendo una diosa?... Oye, siento lo de Karaman, estaba muy, muy celoso, se me nubló la mente. Siento haberte gritado también.

—Lo sé, no estuvo bien, pero... entiendo, luego pensé en que si Valkyria, Sara o Karen te llamara "Mi Isaac" también enloquecería y querría saber qué pasa. No digo que tu actitud fue justificada, fuiste un idiota en letras mayúsculas, pero entendible porque soy igual de tóxica, odio a esa mocosa Sayyid cuando está contigo —confiesa con dificultad—. Quiero agarrarla por esa mata de pelo azabache y arrastrarla por el suelo.

—Ya he cumplido con lo asignado, voy a renunciar al caso —murmuro pensando en que si ella está en embarazo como estoy pensando, no puedo permitir un disgusto, ni pondré a la mocosa traficante por encima de Isabella—. Me importa una mierda que ella me marque como su persona de confianza... Pero necesito decirte algo, voy a servir tragos —me encamino al bar, pero dice algo que confirma la sospecha que ronda mi cabeza.

—Yo, no... no puedo beber ahora —dice evitando mi mirada, no la interrogo sobre eso al saber el calibre de la información próxima—. Toma tú.

Nos sentamos en las sillas tumbonas de sol, a ella la siento en mis piernas, empinando pronto el vaso a mis labios.

—¿De verdad vas a renunciar al caso Sayyid? —pregunta como quien no quiere la cosa.

—Sí, ¿Para qué seguir dándole carreta a algo que ni me toca a mí? soy agente de campo, no instructor de mocosas contestonas... que sepas que después de irte le reprendí por decirte eso.

—¿Tanto te costaba hacerlo delante de mí, animal? —espeta haciéndome reír.

—Alguien salió a vomitar antes de que pudiera hacer algo, lo siento, pero la preocupación por saber qué te pasaba superó mis deseos de venganza.

—¿Y qué me vas a decir?

—Fui a ver a Terence Williams...

Llevo el vaso a mi boca atorándome con la verdad sujetando su mano con la mía. Isabella lo nota, así que no le doy vueltas al tema, le suelto la verdad sin filtros, incluso sin compasión porque la misma indignación llenando mis venas por saber que el máximo jerarca mató a su hijo y nadie le hizo pagar por ello, se salió con la suya arrebatándole a Isabella a su padre y a su madre, a mí un segundo padre y al mundo un hombre leal, firme, gentil que supo encontrar el valor de la redención, siendo así como perdió la vida, por querer ser correcto, justo, desear encontrar el camino de vuelta a lo correcto. A medida que voy hablando el rostro de Isabella se va enfriando convirtiéndose en una placa de hielo, un iceberg escondiendo lo más peligroso bajo la superficie de aguas aparentemente en calma, pero su mirada se ha trasformado porque la Vípera carmesí está tomando posesión como un espíritu macabro oscilando entre su consciencia.

Un Praetor, uno de nosotros traicionó a los suyos, por él se empezó a dañar la organización, fue el primero en implantar la corrupción. Fox se queda muy quieta apretando mi mano hasta cortarme la circulación parcialmente, me empieza a hormiguear, pero no la soltaré, ella misma se da cuenta y me suelta para ir por las llaves de seguridad y los papeles, dejando el móvil cuando llega un mensaje "¿Ya le dijiste?" "Es muy importante, merece saberlo" dice la notificación de Renata que no puedo ver bien, pues Isabella regresa. Hemos podido digitalizar muchas pruebas y hemos recopilado información que haría arder el mundo del Consorcio Praetor; sin embargo, nombres específicos nunca encontramos, así que asumimos están dentro de las cajas de seguridad que quedamos en visitar juntos.

Isabella empieza un llanto silencioso, ausente de la realidad mientras pasa fotografías viejas, en algunas salen sus padres en operativos ilegales, otras están con una marquilla ubicándolas en Siberia, donde La Triada tenía una casa de seguridad. Todo esto lo venimos investigando desde antes de la fiesta de Stacey cuando empezamos a desglosar todo lo encontrado, las cintas de grabación contienen conversaciones de interrogatorios en su mayoría, pero también hay varias informales donde hay discusiones, no sabemos a ciencia cierta de quienes, pero parece la voz de Volkov.

Volvemos al interior porque empieza a soplar viento helado, así que nos ponemos el pijama y hacemos bebidas calientes, ella se vuelca sobre el chocolate como si su vida dependiera de ello, aun así sigue distante mientras nos sentamos en el despacho/biblioteca de mi apartamento. Abrimos algunos archivos de voz donde parecen Erick Volkov discutiendo junto a Vladimir.

"Estás hundido en la mierda" dice el General, o quien asumimos que es, "no hay vuelta atrás, tú, tu esposa la zorra colombiana y la bastarda que le aceptaste de otro terminarán muertos si haces una estupidez", Vladimir responde alterado, le grita groserías en ruso, se oyen cosas quebrarse y la discusión escala a niveles violentos hasta que una voz imponente a quienes ellos les responden como "padre" los interrumpe, pero sin pensar este le grita a Vladimir que ya no es su padre por estar con una indigna de su apellido.

Pienso que es Mijaíl Volkov, pero en esto nada está seguro. Me parece que la grabación no fue en el Consorcio porque una voz de mujer entra en la discusión, Vlad la llama mamá y ella no era de la milicia, la señora parece llorar pidiendo paz, pero lo último que había en esa familia era paz, al parecer. Seguimos escuchando, pero no hay gran cosa luego de eso.

Las cintas muestran algunos operativos ilegales, no sé porqué se grababan haciendo masacres, pienso que es como regodearse en su propia vileza, como un asesino serial conservando un objeto de cada una de sus víctimas, reviviendo el momento en su mente hasta jactarse en su sensación placentera de saberse dueño y señor de una vida arrebatada. Estás grabaciones tienen pinta de ser eso, un regocijo póstumo de su propia maldad; sin embargo, no se ven los rostros, todo usando el mismo uniforme que no es el del Consorcio, en algunas salen con el uniforme de Ejército Nacional Afgano, así como Ruso y Colombiano, según el país donde se querían camuflar para no ser reconocidos, hay verdaderas masacres en esos videos, todo tipo de aberraciones, descuartizamientos con la víctima viva, hasta encontramos una donde en un estanque con tiburones, es arrojada una mujer bañada en sangre para incentivar el instinto de los animales ansiosos de devorar.

Cuando han pasado dos horas completas y veo que Isabella está al borde del colapso, cierro todo y la llevo a descansar.

—Sé que no estás para esto, pero hazme el amor, Isaac, te necesito —se sube encima de mis caderas cuando estamos acostados en medio de la oscuridad de mi habitación y yo pongo mis manos en sus costados notando que ha subido algo de peso quedando aún más buena que antes—. Stacey no nos escuchará.

—No es nada que no sepa —la beso preso de su seducción, deslizando mis manos por sus costados definidos—. Sabe qué es el sexo y que tú y yo lo tenemos —le saco la camisa dejando sus pechos al descubierto, parecen estar más hinchados que antes y sus pezones endurecidos bajo mi toque se sienten en mis manos como un excitante más. Nos desnudamos por completo y no solo físicamente, siento que nos hemos quitado toda barrera y nos estamos entregando en más de un sentido.

Se desliza sobre mi erección ella misma ayudada con mis manos sobre sus glúteos empujándonos en un remolino de lujuria, sus caderas se chocan contra las mías en un frenesí lleno de éxtasis infinito, que escala a medida que sus movimientos se vuelven más necesitados, así que nos doy la vuelta quedando sobre ella para ser yo quien la embiste lleno de un arrebato de pasión desmedida. Encajo sus piernas en mi cintura cuando entierra sus uñas en mi espalda en la cicatriz, lo ha hecho tanto que me siento como en casa al sentir su placer extenderse a sus dedos, baja su agarre haciéndome un rasguño a lo largo de la espalda como suele hacer cuando está sumida en un estupor de sensaciones.

—Oye, no importa lo que pase o con quien me veas, siempre serás el único —dice cuando ha llegado al orgasmo detonando el mío. Caigo sobre su pecho sudoroso sintiendo sus manos acariciar mi pelo.

—¿Por qué me dices eso? Me sonó a despedida —susurro separándome de ella.

—Sólo compláceme y duerme conmigo.

—¿Más aun? ¿no has notado que mi vida entera se trata de complacerle, potra salvaje?

Me sonríe de una de esas maneras que nunca se olvidan.

En la mañana me levanto e Isabella no está, pero ha dejado una nota sobre la almohada.

"Lo siento, no puedo hacer esto ahora, pero no dudes que eres el único y lo serás siempre"

La llamo y le escribo al WhatsApp, pero no le llegan los mensajes ni las llamadas conectan, algo dentro de mi grita que tiene que ver con Fabián, pero será inevitable encontrarnos en el trabajo. Me arreglo uniformándome para salir ansioso encontrándome con Stacey quien está igual de extrañada que yo mismo. Desayunamos en calma, mientras me cuenta que Theodore la ha llamado buscando disculparse, pero ella no cede. Pronto nos vamos a la base, pero cuando voy entrando Alana me alcanza.

—Oye, Falcon, ahora que Isabella volvió con Fabián no te metas en su camino —replica Alana, eso sí logra hacerme girar—. Sí, como lo oyes, ¿No las has notado distante?

—No más que de costumbre... —me muestra una foto de ella saliendo de un auto colgada del brazo de él, aunque su cara no es de felicidad «¿Será que tiene esto que ver con la llamada misteriosa?»­—. Y la próxima vez que me llames Falcon y no Brigadier Falcon te voy a pasar una amonestación por falta de respeto. Y Dile que, si se acerca otra vez a Isabella, le voy a vaciar una cargador de ametralladora en el puto culo.

Me regodeo en su cara impotente, no le voy a permitir más estupideces.

—¿Serías capaz? ¡te está viendo la cara! —replica tratando de ponerme en contra de Fox, pero Alana es ponzoñosa, no le ceeré una sola palabra hasta que Isabella Fox me lo diga en la cara, conozco sus trucos para manipular a las personas y ella siempre ha hablado mal de mi Isa.

«A la mierda, ¿le dije "mi Isa?", ya estoy jodido por los cuatro costados»

—¿Por qué no te abres como la yuca? ¡ushtele, ushtele, no te quiero ver por lo menos en dos semanas! —le grito haciendo que desaparezca como por arte de magia, pero me deja pensando tanto que bajo a buscar un consejo amigo.

—Hola Ger —saludo llegando a su oficina en el segundo piso. Es más pequeña que la mía, siendo parte de una serie de espacios uno junto al otro, pero se ve amplia y no da la sensación de estreches ni amontonamiento, por sus paredes blancas impolutas—. ¿Podemos hablar?

—Claro, de lo que quieras —dice gentil sonriendo invitándome a sentar.

—¿Qué hiciste cuando Shirley te dijo que estaba embarazada?

—¿Por qué me preguntas eso?

—Creo... creo que Isabella está embarazada, no bebe alcohol, Renata le mandó mensajes extraños de decirme algo importante, vomitó al acercarle cebollas empanizadas cuando siempre las ha amado, no quiso ir al operativo y juraría que ha subido de peso...

—Vaya, sí que tiene los signos. Shirley fue igual, la cebolla fue una de las primeras cosas que le causó vómito... ¿Y cómo te sientes por eso? —pregunta—. ¿Estás asustado?

—Ser papá... bueno, ya lo soy con Isaff, pero creo que ella me ha terminado, no la entiendo, me enloquece con todas sus cosas, ese sube y baja es agotador. Creí que pudimos encontrar estabilidad, pero te aseguro que sí estamos esperando un bebé, no voy a permitir que me deje así de fácil.

—¿Padre Isaac? ¿tú padre? —se rie Theodore empujando la puerta siendo un chismoso—. Lo mejor que le puede pasar a ese mocoso recogido es que te alejes de él y que ella se saque al feto si es que está en cinta. Eres como yo, cualquiera que crezca contigo está destinado a la maldición Falcon, la violencia, porque no eres más que una copia barata de mí.

—Cállate la maldita boca antes de que te la rompa —espeto poniéndome en pie con rapidez, ha detonado la chispa de una inseguridad latente.

—¿Por decirte la verdad? Eres igual de violento que yo, está en tus venas, serás la misma mierda de padre y terminarás moliendo a golpes a quien oses llamar hijos, cualquier criatura tendrá la sangre mala, perversa porque estás maldito con tus genes agresivos —vuelve a soltar una carcajada irritante—. Y se me ha olvidado a qué vine, así que volveré... Isaac Falcon padre, si claro...

Gerard trata de que no le ponga demasiada atención, que solo está diciendo tarugadas, pero esas palabras fueron una puñalada en mis ilusiones, mis anhelos y todo aquello que imaginé con Isabella por un momento. No me dejo manipular por él, pero no puedo negar que me da dolido, me ha estrellado con la realidad de que es cierto, puedo terminar como el monstruo de Theodore matando a mi mujer y a mis hijos o peor, hacerlos vivir un infierno que los haga desear estar muertos. Gerard insiste en que no soy mi padre, que puedo marcar una diferencia, romper el ciclo tóxico destructivo «¿Será verdad? ¿puedo ser diferente?»

Mike llega con informes, pero al ver mi cara sabe que pasa algo, así que Ger le cuenta y él, asombrado por la crueldad de las palabras, me dice lo mismo, me incita a no darle el gusto demostrando que puedo ser mejor, aun así, al cerrar mi jordana laboral, me voy a uno de los clubes más famosos de Las Vegas, es temprano, pero esta ciudad nunca duerme. Me he cambiado con ropa que tengo en la oficina y me dejan pasar por ser un cliente VIP. No quiero pedirle consejos a mamá porque no merece cargar con más, así que decido callarme hasta estar seguro de qué hacer.

El interior está lleno, la algarabía se oía desde fuera y la masa de personas bailando al ritmo de la música ya empieza a despejarme al olvidarme de todo, camino hasta la barra pidiendo un whiskey en las rocas, tratando de dispersar los pensamientos fatalistas y planteándome que tal vez solo me estoy haciendo ideas e Isabella no está embarazada. Bebo solo ignorando a todos, perdido en mis pensamientos.

—¿Te han roto el corazón, little boy? —dice la cantinera de pronto, sirviendo shots de tequila que pone a unas chicas a mi lado, haciendo que las note, estaba tan metido en mi cabeza que ni noté que al parecer parlotean sobre mí.

—¿Tan mal me veo? —replico con mal genio, no estoy yo para que me vengan a joder—. Concéntrate en servir los tragos que te pida.

—Vaya, con ese genio de dragón ya veo porqué estás solo —se ríe estúpidamente obligándome a subir la mirada y detallarla. Es una chica con muchos tatuajes, pero uno en especial en su cuello, una telaraña muy bien hecha, a juego con su maquillaje negro y su cabello mitad negro y mitad blanco recogido en un moño dejando caer en su frente el flequillo—. ¿Qué me miras tanto, Little boy?

—¿Qué crees que te puedo estar viendo, chica bartender? Lo que más llama a los ojos y no hablo de tus tetas.

—¿Te gustan los tatuajes? Los míos cubren historias de vida que quise borrar...

—No mucho, pero los tuyos tienen personalidad, ¿qué buscas olvidar?

—Fui pandillera en Miami, quería el dinero fácil, me atravesaron balas más de una vez, me apuñalaron muchas más —cuenta con naturalidad limpiando su área de trabajo—. Me marcaron con fierros calientes como vaca en muchas partes, pero siempre he sido artista de corazón. Quiero expresar que el arte, en cualquiera de sus formas, puede cambiar el odio en amor, el resentimiento en perdón y el castigo en redención.

—Vaya, muy profundo —inclino lo último de whiskey para pedir uno nuevo—. Mucho gusto, chica bartender, Isaac Falcon.

—Mucho gusto, little boy, Camila Suarez —me quedo hablando con ella que pronto pinta como ser mi próxima amiga, es de esas personas que cargan con una energía vital que te invita a hablarle, hasta nos pasamos los números de teléfono, pero al ver que las chicas a mi lado ingieren pequeñas pastillas de colores, decido probar por primera vez el éxtasis buscando sacar de mi cabeza las palabras de mi padre y pronto logro desconectarme bailando frenéticamente en la pista, riéndome como nunca, totalmente desinhibido, así que cuando han pasado cinco horas y regreso a casa estoy valiendo tres pitos, lo que me metí pasa factura y me siento horrible, el mundo se mueve, pero por primera vez en muchos días, no siento nada, todo se ha ido. El dolor, la pena, el amor, es como si me hubieran vaciado.

Ella está con Renata en la terraza en una mecedora bajo la noche estrellada, pero cuando me acerco lo que escucho me deja frío.

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¡Muchas gracias por llegar hasta aquí! ¡Ya estamos a menos de 10 capítulos de decir adiós a nuestros bebés! El agradecimiento que siento no tiene palabras para ser expresado. Las amo a todas, las llevaré siempre en mi corazón, pero debo ser honesta, no sé si habrá secuela, pues estoy muy, muy desanimada, a veces uno se esfuerza para no ver resultados, tener solo dos o tres comentarios, porque muchas leen sin dejarme un comentario que me anime a seguir, sin decirme si les gusta o no; sin embargo, por las pocas activas que somos en esta familia, haré un esfuerzo para tomar fuerzas. Para todas las que comentan, incluso solo una palabra de aliento, MIL GRACIAS PORQUE SON MI FUERZA, porque no se imaginan cuanta importancia tiene un comentario para un autor, aunque parezca una nimiedad, así que mi corazón es suyo, de TODAS, de las que se toman el trabajo de darme un empujoncito e incluso las lectoras fantasma porque con solo leer, me apoyan

Por último, déjenme saber si efectivamente quieren ver más de este universo Praetor con Isaac e Isabella, de lo que me digan dependen muchas cosas, incluyendo el final de este libro. Con un simple "SÍ" O "SÍ QUIERO" me basta.

¡UN SALUDO Y NOS VEMOS EN LA PRÓXIMA ACTUALIZACIÓN! 

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¡Muchas gracias por llegar hasta aquí! ¡Ya estamos a menos de 10 capítulos de decir adiós a nuestros bebés! El agradecimiento que siento no tiene palabras para ser expresado. Las amo a todas, las llevaré siempre en mi corazón, pero debo ser honesta, no sé si habrá secuela, pues estoy muy, muy desanimada, a veces uno se esfuerza para no ver resultados, tener solo dos o tres comentarios, porque muchas leen sin dejarme un comentario que me anime a seguir, sin decirme si les gusta o no; sin embargo, por las pocas activas que somos en esta familia, haré un esfuerzo para tomar ánimo. Para todas las que comentan, incluso solo una palabra de aliento, MIL GRACIAS PORQUE SON MI FUERZA, porque no se imaginan cuanta importancia tiene un comentario para un autor, aunque parezca una nimiedad, así que mi corazón es suyo, de TODAS, de las que se toman el trabajo de darme un empujoncito e incluso las lectoras fantasma porque con solo leer, me apoyan.

Por último, déjenme saber si efectivamente quieren ver más de este universo Praetor con Isaac e Isabella, de lo que me digan dependen muchas cosas, incluyendo el final de este libro. Con un simple "SÍ" O "SÍ QUIERO" me basta.

¡UN SALUDO Y NOS VEMOS EN LA PRÓXIMA ACTUALIZACIÓN! 

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