Capítulo 41- El precio de tu avaricia
Capítulo 41
El precio de tu avaricia
"La avaricia lo pierde todo por quererlo todo."
Jean de La Fontaine
Multimedia: Monster- Skillet
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ISABELLA
-¡Señorita Fox! -exclama emocionada dejándolo en una mesita de noche, hay mínimo unas cincuenta o sesenta rosas más rojas que la sangre en una base, pero estoy nerviosa esperando a saber su procedencia-. Le trajeron esta belleza, de parte de un amigo suyo.
-¿Un amigo? ¿quién?
-No lo sé, el mensajero dijo que trae tarjeta, se la paso -me entrega la nota doblada por la mitad y con una letra elegante poniendo mi nombre-. Disfrute, le darán el alta más tarde.
Le agradezco con el papel entre los dedos decidiendo abrirlo y me encuentro con algo que me hace un agujero en el estómago.
"Querida Brigadier, Yikim Melegui (1)*, mi estimada criatura forjada en el infierno y tallada en el olimpo, recupérese pronto, aún tenemos algunos rounds pendientes... y si está pensando en que la remataré con uno de mis peones mientras está débil, no lo haré, odio la competencia desleal, además, empieza usted a agradarme. Con amor y odio, Kaan Karaman"
Se me revuelve todo dentro, me dan ganas de vomitar y por primera vez en mucho tiempo, me siento vulnerable. Se supone que puedo tener algo de dolor en las caderas y malestar, estando vulnerable, aunque él mismo diga que no me atacará, justo cuando llega una llamada de aquellos números extraños, pero a pesar del mal sabor de boca, saber que hablaré con él es como caer en un peligroso juego de seducción al que no le soy del todo indiferente.
-¡Querida Brigadier! -exclama con entusiasmo, su voz distorsionada como siempre transmite perfectamente su estado de ánimo-. ¿Le gustaron las flores?
-¿Qué intensiones tienes con esto? ¿me vas a cortejar? -le respondo sentándome en posición de loto en la cama, arqueando una ceja-. Debió salir por un ojo de la cara.
-Para nada, las cultivo yo mismo, es como un hobby. Ver crecer la rosa es como ver un bebé, necesita cariño, dedicación y esfuerzo para hacer de ella algo hermoso -responde con gracia que también me causa a mí-. ¿Qué fue el desastre que hizo en el laboratorio del desierto, por cierto? Me hizo perder algunos miles de dólares, ¿Sabes a cuanto está el kilo de cocaína de alta pureza en este país?
«¿Este país? ¿acaso está en suelo norteamericano?»
-Claro que lo sé, por eso disfruté quitarte tanta plata de un jalón -me rio sola, agradeciendo mi soledad-. Y lo seguiré haciendo, porque voy tras tu agente biológico.
-Uy, cuidado con eso, mi criatura infernal, la Quimera no es un juguete ¿Lo sabe?
-Sí y por eso debo erradicarlo. Vas a causar una guerra biológica con esto -respondo con media sonrisa.
-De acuerdo, veamos quién puede más, pequeña diabla, de ahora en adelante esto será un choque de titanes, ¿Y sabe una cosa? Me muero por verla... otra vez -dice quitándome la diversión.
-¿Ya me has visto en persona?
-Claro que sí, de cerca, de lejos, mejor dicho, es más bonita en persona -murmura con un halago más, como si de verdad estuviera cortejándome, pero no debería sentirme tan satisfecha o bien de saber al traficante más buscado del mundo, echándome piropos por teléfono, más aun, demostrar un interés que empiezo a pensar que va mucho más allá de ser su enemiga en el campo de batalla-. Pero bueno, ya he escuchado su melodiosa voz de sirena envolvente hasta la muerte, así que hasta la próxima vez, Yikim Melegui.
-Hasta la próxima vez, traficante de mierda -finalizo con su apodo, el mismo que ha creado mi cabeza, justo cuando Marina entra sonriente con antojitos en las manos para comer. Se sienta en el borde de la cama y continuamos hablando de nuestros corazones ilusionados con la figura de alguien que lo llena; al parecer ha perdonado a Lucio y aunque no sé si sea lo correcto, ver su felicidad, es sentir la mía. Al final, papá entra con chocolates, debí suponer que mamá no podría mentirle a su esposo de más de veinticinco años y no la culpo.
Él se muestra un poco apático ante mi relación con Isaac, si bien le tiene cariño por conocerlo de cerca y haberlo visto crecer, su historial con mujeres no lo convence del todo, diciéndome que tenga cuidado con Falcon, porque sabe de mis sentimientos por él, aunque no sabe todo lo sucedido como mamá, de nuestra primera vez, de nuestras escapadas, en ese sentido, ella ha sido mi cómplice. Finalmente, Lucio acepa entre dientes mi relación, advirtiéndome que si Falcon me hace algo, "no habrá lugar en el mundo donde esconderse" y por eso lo amo tanto, me trata como su princesa desde pequeña. Me cuenta que Alana ha sido dada de alta y estará una semana de licencia, dice que ha preguntado por mí y con haberse atravesado ante las balas, me ha ablandado la coraza; sin embargo, recuperar la confianza tomará mucho tiempo sabiendo todo lo existente en su mente desde hace años, porque la envidia es la peor arma del ser humano, la más letal y mortífera de todas, sin apretar un gatillo o detonar una bomba, acabas con todo a tu alrededor y ella siente eso por mí, me he dado cuenta.
Al medio día me dan el alta y regresamos a la casa en la urbanización Praetor, donde me acomodo en mi habitación y enciendo la tele como nunca, marcándole a Isaac para saber cómo sigue Laura, ayer estaba todo bien, pero no se sabe qué pasará más adelante, él me comenta que su madre está estable y él feliz, como me gusta escucharlo. Me quedo dormida sin darme cuenta hasta la hora de la comida y pronto me estoy metiendo en los edredones para dormir toda la noche.
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Me tomo los dos días libres que pedí, estando con mamá e Isaac viene a visitarme, pero no entiende qué estaba pasando con ese tiempo cuando no voy a trabajar, pero me mantengo firme en mi posición de no decirle nada de la donación, aunque algo me dice que no saldrá muy bien el plan. Hemos llegado a un punto de normalidad increíble para mí, por nuestra inestabilidad característica de nuestra relación, aunque seguimos chocando como siempre porque él es el señor "yo todo lo puedo con un plan" y yo soy señora "hagamos todo a lo maldita sea", pero noto a Isaac más relajado, aunque sigue igual de malgeniado que antes, aun así, el alivio se nota.
Visito a Laura y va mejorando; sin embargo, su situación había llegado hasta los límites y los médicos no saben si el trasplante la mejorará o no podrá hacer mucho para mantenerla con vida, en pocas palabras, la donación llegó un poco tarde, aunque en palabras de mi madre Carmen, la esperanza es una luz en la penumbra que te mantiene vivo y te da motivos para seguir luchando, decía que al perder la esperanza, te pierdes a ti mismo.
Cuando me reincorporo y empiezo a trabajar, solo puedo tener en cuenta que mañana es el día de la cita con Tanner, apenas me puedo concentrar por ello, aunque la presencia de Isaac no ayuda. Teresa ha estado conmigo mucho más que antes, es una dulzura y siempre se alejó porque Alana la hacía menos por su estatus social y su rango inferior a nosotras, pero ante la distancia puesta por mí, ya no hay restricciones para ella a quien amo como una pequeña hermana. Tere es una de las mejores en inteligencia, es hábil, sagaz y fuerte, por ello está pronta a ascender.
Llega el medio día y me encuentro con Isaac en una sala audiovisual donde debemos trazar estrategias para las siguientes operaciones en laboratorios Anthaxtis, así como puntos de expendio y fabricación de drogas estupefacientes. La Triada tiene la capacidad de expandir su negocio hacia fronteras inimaginables, cultivar hoja de coca en cualquier lugar, aunque según el Comando Médico, al analizar las muestras encontradas en el desierto, han modificado la composición de la cocaína de alta pureza, añadiendo componentes más adictivos, pero sobre todo con un efecto alucinógeno potenciado al doble, solo un ingeniero químico podría hacerlo y en estas cuestiones, Alexei Sokolov es el único que ostenta un título como ese y por ello seguramente fue reclutado por La Triada; sin embargo, quiso venderse ante Thomás como una víctima buscando una segunda oportunidad, pero haciendo los mismo torcidos y facilitando el tráfico de los elementos.
La presencia de una modificación de tales magnitudes ante algo ya muy grave como la cocaína, representa un peligro para la salud pública que debemos enfrentar a como dé lugar, y eso aunado a la Quimera, nos da más problemas que soluciones, por lo pronto seguiré entrándole a Sokolov. Estoy cernida sobre los papeles checando algo cuando Isaac me empuja con su cuerpo otra vez
-¿Por qué siempre te quieres quedar con mi lugar, animal? -le reclamo y todos nos quedan mirando, el Alfa-Escorpio y el Delta-Lion al completo nos ven con atención, seguro piensan que somo como el agua y el aceite y sí, pero al mismo tiempo somo solubles uno con el otro también.
-Y me voy a quedar con el RGN, potra salvaje -dice fingiendo estar enojado, pero veo la diversión en sus ojos. «Me gusta este jueguito»
-¿Cómo? Mejor acostumbra a tu boca a llamarme RGN Fox desde ya -le empujo de vuelta empezando a trazar las estrategias sobre la mesa con media sonrisa, pero Karen me queda mirando con tristeza en sus ojos color chocolate, me parece algo más allá de la ira, no me ve con rencor, sino como si le hubiera arrancado el corazón del pecho. Creo que Isaac no la tenía tan bajo control como pensaba, pero me da igual.
Cuando salimos nos hemos puesto de acuerdo con que la mejor forma de proceder es de la forma tradicional, operativos de infiltración y luego el de intervención de frente. Tenemos pocos días para hacerlo, pero entre todos podremos sacarlo todo adelante. Después de eso entreno un poco, sudo las penas, los pensamientos y las ansias que me estoy comiendo porque llegue el día de mi encuentro con el maldito, esperando que la cumpla, de lo contrario arderá Troya una vez más sin dejar ni un vestigio de civilización en pie. Escucho Monster de Skillet, mientras le doy golpes al saco de box bullendo en todas mis emociones negativas, entrando en aquella catatonia distante de la realidad dejando solo una entidad furibunda golpeando mi pecho para salir a destruir el mundo, acabar con todo sin la compasión asomando, pero una punzada en el lugar de la incisión de la donación me llega diseminándose de manera fugaz por mi espina dorsal para desaparecer inmediatamente, justo cuando Isaac me encuentra haciéndome notar que han pasado dos horas y media.
Claramente, se da cuenta de que algo me sucede, soy un torbellino en descontrol, pero no puedo decirle nada por ahora. Nos vamos juntos a mi habitación donde tomo una ducha en solitario, a pesar de su petición de hacerlo juntos; sin embargo, me mira como si admirara cada curva de mi cuerpo y cuando finalmente salgo enrollando mi cuerpo en una toalla, me planta un beso lujurioso. A partir de ahí el día vuela, en lo que me pareció muy poco ya estamos en casa de Isaac donde lo siento en el sillón y al ritmo de una canción de R&B "Sin some more" canción que es perfecta para los bailes de tubo por sus notas lentas, altas y excitantes. Me siento a horcajadas sobre sus caderas besándolo con libido recorriendo mis venas, la pasión me consume hasta hacerme arder de pura sexualidad saliendo por cada poro de mi piel sensible, él me desnuda con rapidez deseosa, la ropa queda tirada sin forma en la sala y me lleva en brazos hasta la isleta de la cocina donde el frío del mármol choca con mi cuerpo encendido en el fuego de Falcon vs Fox en un nuevo juego de poder impuesto, saber quién le da más placer al otro.
Se desliza dentro de mí cuando baja sus pantalones, solo me queda el sujetador, pero pronto lo hace desaparecer, cuando paso mis manos por su pecho marcado que solo me enciende al sentir sus músculos trabajados. Me da embates fuertes, mientras hala de mi pelo por la parte baja de la cabeza, inclinando mi boca a la suya, donde pone besos lentos que me arrebatan la cordura y así seguimos en una orquesta de gemidos, gruñidos, y arañazos de mis uñas en su piel hasta que el orgasmo nos visita a los dos al llegar a la liberación final, el éxtasis supremo. Ambos nos quedamos aferrados al otro por unos momentos llenos de paz inquebrantable hasta que nos vamos al dormitorio donde nos metemos en la cama abrazados. Sé que he hecho esto porque sé que puede ser la última vez que lo haga, mañana puedo morir a manos del mismo que mató a mis padres, pero al menos le dejaré un recuerdo de nosotros queriéndonos en nuestra única y explosiva manera.
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En la mañana del día siguiente luego de alistarnos, Isaac y yo visitamos a Isaff como sus padres adoptivos, mi rey está muy bien y no veo la hora de llevármelo. Mamá también está emocionada, tiene la ilusión de tener un nieto, así como papá, pero me siento extraña sabiendo que pronto tendré al asesino frente a mí, al conocedor de la verdad, aunque estoy jugando a la ruleta rusa; puede ser un puente y un abismo. Cuando pronto está llegando la hora, Renata me acompaña, no está de acuerdo de que lo haga sola, pero no quiero involucrar a Isaac, tiene suficiente con los problemas de salud de Laura para cargar los míos, así que ella insistió hasta hacerme aceptar su compañía, aunque estoy temerosa del peligro teniendo a mi mejor amiga expuesta, aun así, no desiste, acompañándome como siempre lo ha hecho, una fiel persona a mi lado contra viento y marea. Emprendemos camino en una camioneta cargando una Glock 37 9mm cada una, además de un rifle de francotirador que hemos sacado de armería bajo excusas rebuscadas, pero en estos días de preparación conseguí municiones diferentes para que en caso de ser rastreadas, no lleven a los Praetor. Tengo una punzada en las caderas que me advirtieron podía sentir; no obstante, la ansiedad hace de ello una ligera molestia.
La cita con Tanner ha llegado, diviso el punto con la mirilla del fusil desde el risco cercano, observando primero si llega con alguien, el calor de las tres de la tarde se cuela entre mi ropa y el paisaje desértico se extiende ante mis ojos con una tono mezclado, llevo una sencilla camiseta de tiras delgadas con una faja antibalas diseñada por el C.E.P.I para mejorar las forma de esconder el material y no sea tan obvio a la vista, esta me cubre hasta los pechos quedando oculta justo a la altura de la blusa, un pantalón tipo militar color negro y las botas reforzadas de operativos. La forma rocosa del lugar donde estoy apostada pica bajo mis codos, pero casi no lo siento, apenas soy consciente del mundo fuera de la mira de mi McMillan Tac 50 y Renata divisa igualmente pecho a tierra con unos binoculares militares.
Una brizna de viento sopla con ligereza aliviando el calor concentrado en mis mejillas, en la tarea de esperar al secuaz de Tanner y efectivamente lo hace, hay otro tipo al que le hace señas para esconderse. Tengo la sangre hecha lava a punto de brotar por el volcán de mi ira, pero debo controlarme, no hay manera de que eche a perder esta oportunidad.
-Ren, si ese acompañante intenta algo, acribíllalo -pido sujetando sus manos y ella, entrando en el papel del soldado fría y calculadora, lo hace, quedándose apostada en el risco mientras bajo. Ella corre peligro, pero no hubo forma de hacerla desistir, es leal hasta la muerte y siempre lo demuestra. Cada paso que doy es un paso hacia la verdad, aunque existe la posibilidad de él callándose y prefiriendo la muerte antes de hablar; no obstante, si ha venido hasta aquí hay solo dos opciones: soltará la verdad o cree poder eliminarme. Cargo mi arma cuando lo diviso a metros, con el sonido de la corredera poniendo una bala en recamara se gira.
-Tanner -digo llegando con la pistola en alto, acercándome sigilosamente-. Pensé que no vendrías.
-No importa qué tan criminal sea, mi familia va primero y no habrá nada que la ponga en riesgo -contesta con ira en la mirada, una ardiente como la hoguera más encendida de todas, parece querer arrancarme los ojos y la boca blasfema que ha sido capaz de amenazar a sus seres amados, pero no podrá hacer nada-. ¿Qué mierda quieres saber?
-Estuviste ahí cuando asesinaron a mis padres, tú le propinaste la golpiza a Vladimir, lo hiciste puré y secundaste a quien lo hizo directamente, ¿Quién fue? ¿quién ordenó la muerte de ellos? -exijo con los recuerdos atormentándome, un nuevo caleidoscopio me embarga, ciega mi visión con los flashes de aquella noche, sabiendo que estoy a cinco metros de un culpable, él no fue quien pasó la cuchilla en el cuello de mis padres, pero carga igual con una responsabilidad del mismo calibre, por ello, merece el mismo castigo del asesino material.
-Vete a la mierda -sonríe complacido como si me hubiera hecho caer en una trampa, cuando siento a alguien a mi espalda moviendo la vegetación, seguramente es quien habíamos visto desde antes-. Hasta nunca, mini-Fox.
Antes de que llegue a mí, oigo que cae un peso al suelo, me giro viendo que Renata le da dado en la sien izquierda haciendo saltar sangre y pedazos de su cabeza por doquier, dejando un desastre asqueroso. Al estrellarse contra la arena crea un charco de sangre acumulándose bajo él y es mi turno de sonreír cuando el suelo empieza a absorber el líquido carmesí.
-¿Creíste que eras el único con apoyo? -pregunto y me deleito en su cara desconcertada y asustada ante verse desarmado, vulnerable, pero sobre todo frente a una serpiente venenosa, una mamba negra, la del veneno más mortífero corriendo por mis colmillos a punto de inocularle la dosis letal con un solo movimiento-. Ahora, una llamada y el siguiente eres tú, tengo a una de las mejores francotiradoras del país apuntando a tu asquerosa cabeza deforme. Habla, es la única forma de salvarte.
Da dos pasos atrás y trata de huir, pero disparo destrozándole la rótula, causando que caiga en medio de un grito desgarrador que suena como música para mis oídos. Se arrastra como la cucaracha que es alejándose de mí, dejando el rastro de sangre empatado por su camino, apunto entonces a su cabeza ordenando que me entregue el arma que seguro carga en la cinturilla trasera del pantalón
-No me mates... tengo una familia, un bebé recién nacido -pide entregándola junto a una navaja, a ninguna de las dos les di tiempo de sacarla.
Una vez más, la posibilidad de una inminente muerte sin remedio, cambia la convicción de una persona, lo hace traicionar todo aquello que creyó seguro. El miedo impregna sus ojos y me siento tan victoriosa nombrándome a mí misma su karma personal, el pago de sus acciones criminales tiene nombre de mujer y figura de víbora, ojos hipnotizantes y movimientos tan elegantes como letales. Una vez más me repito como un credo que soy la rebelión, soy la justicia, soy la condena, juez y verdugo, uno a punto de impartir el castigo merecido.
-¡Habla, maldita sabandija, habla si no quieres que esparza tus sesos por todo este lugar! -grito con fuerza, impotencia y frialdad, pateando su cuerpo encogido. Esperaba más resistencia de él, un asesino a sangre fría yace frente a mis botas retorciéndose como una babosa, tan asustando que parece irrisorio su actitud aterrada sabiendo todas las muertes a cuestas de su espalda. No habla así que saco mi cuchillo de buceo, uno serrado con irregularidades que le entierro sin compasión en el muslo, causando el comienzo de una segunda hemorragia, pero no le toqué la femoral, me aseguré porque lo necesito vivo por unos momentos más.
-¿Vas a hablar o tengo que perforarte por todos lados? -grito con la seguridad que mi posición de victimaría me da, el poder de saberme dueña de su destino bailando en mis manos, una bala, un objetivo y un disparo, es lo único que necesito para tener el control de todo, no por nada soy la mejor tiradora del Consorcio Praetor.
-La muerte de tus padres fue ordenada por alguien cercano a ellos, eso fue lo que entendí... nunca fue Petrova o Karaman como teorizaron luego -empieza haciéndome sentir como se me baja el color de la cara, se me ralentiza el corazón y además me siento salir el alma-. Confiaron en la persona equivocada y ese fue su error. El escorpión, el autor material, era su conocido fue su idea, el escorpión fue la mente maestra tras del asesinato, la otra y yo fuimos sus ayudantes nada más,
-¿Quién es el escorpión? -niega con la cabeza como si pensara en no hablar más, pero le encajo el cuchillo en el brazo casi llagando al hombro, sacando sangre otra vez, no le estoy dando tiempo a coagular una herida cuando le estoy haciendo otra, pero el vívido recuerdo de papá y mamá suplicando por una piedad que jamás les dieron me hace cegarme ante los sentimientos, aquella humanidad que podría perdonarle la vida por lástima, esa mujer no está ahora mismo.
La Isabella humana cada vez está más enterrada en el mar infinito de dolor y la Vípera Carmesí toma el control.
-No sé su nombre, ni siquiera vi su rostro, siempre tuvo la máscara y llevaba lentillas, sólo recuerdo un acento marcado, pero no supe de dónde. Se presentó con ese alias y nada más, cualquier cosa que te diga es mentira -dice con la mirada fija en mí sujetando su rodilla, mientras trata de alejarse siguiendo con el arrastre como puede, pero tanto como él se aleja, yo me acerco con el dedo en el gatillo, picando por apretarlo y acabar con la vida del desgraciado infeliz asesino-. Pero él sabía que tus padres escaparían y abrirían la bocota.
-¿Abrir la boca? ¿sobre qué?
-Jura que me dejarás en paz y a mi familia. Júralo por tus padres -dice furioso.
-No tengo que jurar ni mierda, confías o no confías. No te mataré -aseguro sopesando la idea.
-A ver... ¿Ubicas a la organización militar del Consorcio Praetor? Ellos tenían un negocio con los agentes, los prestaban para misiones extraoficiales donde mataban como máquinas, todo a las órdenes del mejor postor, de quien podía pagar los exorbitantes precios, tus padres estaban involucrados en eso, eran activos en los grupos de agentes desaparecidos. Mataban por encargo y se volvieron muy ricos por ello.
Bajo el arma porque siento el cuerpo pesado de repente, el alma me está desmoronando
-No es cierto... -balbuceo quedando impresionada.
-Sí lo es, Carmen y Vladimir no eran santos como seguramente los concibes y eso es todo lo que sé. El resto es cosa mía, me buscaban para matar a quienes querían investigar porqué los chips se desactivaban o faltaban grupos o agentes. No sé más nada, déjame ir. No sé nombres, cargos, misiones ni nada, solo eso.
-¿Por qué fuiste cómplice de semejante barbarie? No entiendo
-Ambición, niña, la puta ambición que te ciega hasta el punto de no ver nada más que la codicia por el dinero y el poder, me creí el rey y solo fui un peón de reyes en una organización más poderosa de lo que te puedas imaginar.
-¿Todo el Consorcio es corrupto?
-No que yo sepa, los escogidos son pocos, según escuché en una ocasión Mijaíl algo, no sé, un apellido ruso, implantó eso, llevándose a otros agentes que con los años he sabido que se volvieron Generales... tus padres lo sabían, eso me dijeron a mí y que estaban haciendo algo que no les gustó a los jefes ¿qué cosa? No lo sé
-¿Quién era el otro sujeto? Había tres esa noche.
-Creo... creo que era una mujer, Jules Barber, era parte del Consorcio, pero le dieron de baja por malversación o algo así, nunca la volví a ver, sé de ella por casualidad.
-¿Seguro que no sabes quién es el "escorpión"? -niega con la cabeza frenéticamente-. Lastima, si lo supieras me servirías de algo, pero no... Lo siento, Tanner, pero ojo por ojo y muerto por muerto -murmuro con una mirada perdida antes de apretar el gatillo, la detonación se pierde en la soledad del desierto y el cuerpo cae como muñeco sobre la arena, no le dio tiempo ni de cerrar los ojos. No me importa faltar a la palabra de no matarlo, ni sus peticiones, mis padres suplicaron por piedad y él, pudiendo hacer algo, no actuó para salvarlos; todo hubiera sido tan diferente de haber intervenido. Además, tenerlo vivo era un cabo suelto, podía informar a los Generales que yo estaba buscando, si no es que lo alcanzó a hacer, aunque teniendo a su familia en tela de juicio, no creo que se hubiera atrevido. Descargo todo el cartucho de la 9mm causando las salpicaduras de sangre sobre mi cuerpo.
He logrado un objetivo, he eliminado un nombre de la lista y los que vendrán, pero en lugar de sentir la culpa cerniéndose sobre mí, el poder, la gloria, y la venganza sublevan mi alma por encima del suelo, tengo una sensación de satisfacción, como una parte cayendo donde debe estar, la pieza de un rompecabezas lúgubre de muerte, gritos lastimeros y sufrimiento encajando en su lugar, soy la reina del desastre, la sangre por montones, la gobernante de la muerte, y es solo el comienzo.
El reinado de la muerte macabra a manos de la Vípera Carmesí acaba de comenzar.
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Horas después me he encargado del cadáver, aunque no de la manera en que hubiera querido: le prendí fuego sobre la arena hasta verlo chamuscarse y convertirse en una masa negra de piel revuelta con ropa, lo he despojado del alma, la dignidad y la vida como castigo. Sorpresivamente, una lluvia torrencial, como pocas veces al año, se descarga con fuerza sobre nosotros. Ren ha bajado y me ayudó a incendiar a Tanner, pero el agua lo apagó sin remedio; aun así, su estado quedó lastimero, me cercioré de que sus huellas digitales fueran arracadas con mi cuchillo de caza, evitando su pronta identificación. Cuando no hay nada más que hacer, nos marchamos hasta donde dejamos la camioneta regresando a North Las Vegas a su casa donde me baño y cambio de ropa, luego a mi petición abrimos una botella de vodka que nos tomamos con premura, mientras hablamos largo y tendido sobre la información que he averiguado.
-Gracias por esto, Ren, pero sobre todo por no juzgarme -le agradezco cuando vamos acabando y ya esta entrada la noche.
-Chulada, eres mi hermana, jamás, escúchame bien, jamás te dejaría sola -afirma brindando por mí sacándome la primera sonrisa después de muchas horas sumida en amargura-. Vamos a chingarle la madre a quien se atraviese, los padres no se tocan.
-Tanner dijo que mis padres no eran tan inocentes...
-No sé, Isa, personalmente pienso que si los mataron fue por rebelarse y eso los hace diferentes, puedo estar equivocada, pero eso estoy creyendo ahora mismo -dice abrazándome fuerte. Es increíble como me está apoyando; es decir, yo haría lo mismo por ella, pero pensé que no se querría involucrar hasta ensuciarse las manos hasta el codo, aun así, me ha demostrado su fidelidad, esta ve con letras mayúsculas. También hablamos de Mike, él se la ganado a pulso, con atenciones, amor bonito y detalles tanto materiales como inmateriales, esos que tiene Isaac también como darle el apellido a mi niño, hacerle un cuarto precioso sin que no se lo pidiera, ayudarme con mi plan, haber dicho desde un principio que éramos pareja para facilitar la adopción, en fin, detalles del alma y no del bolsillo, aunque me cuenta de sus encuentros amistosos con su novio misterioso, ya no se involucran, pero parecen ser amigos, por otra parte su madre apareció de repente al comando a exigirle conocer a su nuevo "ligue pasajero"; sin embargo, Ren la puso en su sitio defendiendo a Mike hasta revelando que él siempre ha querido casarse, pero la General explotó en ese momento porque Mike no tiene un apellido de renombre como el Montgomery, el Richardson, el Falcon, Volkov y el Larsson, aquel incidente fue comidilla de la red de chismorreo trayéndole problemas a mi amiga, quien pasó la mitad de su vida tratando de complacer a su madre perfeccionista que jamás ha visto a la hija que tiene como una personas de carne y hueso sino como una muñeca de plástico lista para subastar al de mejor apellido.
Cuando acabamos la botella, llega Michael a casa cansado de la guardia y corro a esconder la ropa manchada en una bolsa de plástico, marcando mi partida. Me siento borracha, así que Mike se ofrece a llevarme, acepto sabiendo que no podré llegar sola a casa, donde apenas llego, el don señor me está esperando.
-¿Dónde cojones estabas? -murmura sobresaltándome. Enciende de golpe las luces de la estancia y lo veo sentado en el sillón con un cigarrillo en la mano, recostado en el espaldar, miro el reloj y marca las doce en punto de la noche, pero en lo que menos pienso es que él está molesto porque se ve muy guapo con su pose de macho machote malote-. ¿Por qué no me contestabas? Desactivaste tu chip también.
-Uy, Brigadier Falcon, ¿está tan molesto como está de bueno? -pregunto haciendo que estreche los ojos más, trato de caminar chocándome con una butaca parte de los muebles de la estancia cayendo de boca dándome en la mera madre, dejando caer la ropa salpicada.
-¿Qué putas te pasa? ¿estás enmariguanada? -grita levantándose a ayudarme, pero siendo Isaac Falcon no me sujeta por los brazos, sino por la ropa como chihuahua con un halón hasta que me pone de pie-. ¿Y esa sangre?... Mira a la izquierda
-¿Por qué?
-Porque estás a punto de vomitar y como lo hagas sobre mis zapatos importados de Italia, sales de aquí de una patada centrada en culo -dicho y hecho, dos segundos después vomito en la alfombra hasta sacar la primera papilla que Carmen me dio de bebé, por poco me salen las entrañas.
-No te mato porque Isaff te extrañaría -dice furioso echándome sobre su hombro como acostumbra, tratándome de saco de patatas-. Me voy a meter una borrachera de padre y señor nuestro para que lidies con caídas, vómitos, diarrea y hasta la pinche madre.
-¡Ah no pues! ¡Como si nunca te hubiera cuidado una borrachera! Señor vacuna, ¿Ya se le olvidó?
-¡Vacuna la más vieja de tu casa! -espeta sentándome en el váter quitándome la ropa salpicada de vómito.
-Ay ay, el animal del monte se ofendió ¿yo que culpa si te la pasabas cogiendo como conejo?
-¡Cogía contigo, potra salvaje!
-Luego ya no, te ibas a meter entre las piernas de otras, Isaac el militar gigoló debería llamarte enfrente de todos -espeto disfrutando su cara de furia-. Ahora me tienes que aguantar, tú quisiste tenerme de novia.
-Justo en este momento extraño la soltería, mierda, no estoy yo para aguantar esto -murmura entre dientes metiéndome en la ducha medio empujada para ayudarme a bañar desde fuera con la manguerilla, hasta el pelo me lo moja, pero ni el agua fría me baja la borrachera, afortunadamente me siento cansada y luego de salir de la ducha me pone la pijama de pantalón corto y blusita básica. Lavo mis dientes para luego meterme en la cama.
-Dame un beso, animal -espeto cuando quiere irse
-No doy besos a potras salvajes borrachas y vomitadas -se burla, pero alcanzo a tomarlo del brazo tirando de él hasta hacerlo caer sobre mi cuerpo.
-¿No sabes que siempre consigo lo que quiero, cachorrito? -junto mi boca con la suya, en un beso lento, pasional, me llena, pero sé que mañana vendrá lo peor, debo enfrentarme a él contándole la verdad. Pronto se separa y me acomodo para quedarme profunda cayendo en un sueño lleno de memorias de todo tipo, la noche maldita, lo que acabo de hacer con Tanner, mi vida con Carmen y Vladimir, así como con Lucio y Marina. Cuando amanece estoy sola, Isaac o se ha levantado o no ha dormido conmigo, así que salgo encontrándolo sirviendo café, pero no saluda ni dice nada por un rato. La alegría dada por el alcohol anoche se ha marchado dejando la devastación aún más destructiva que antes, por un momento me sentí inhibida, sin rencor, pero debo regresar a la realidad donde maté, quemé y vengué a mis padres.
-¿De quién era la sangre? -pregunta pasándome una taza. La mañana dominguera me da tranquilidad, aunque el dolor de cabeza me mata. No contesto bebiendo en silencio absoluto con la mirada pérdida pensando en la mirada de Tanner, era la misma que tenían mis padres esa noche, el miedo, el pánico a perder lo más valioso, la vida, pero lejos de arrepentirme o cargar con la culpa de haber arrebatado una vida fuera de mi trabajo, me siento completa, pero me sentiré mejor cuando encuentre a Jules Barber y al escorpión, después a los altos mandos porque creo saber dónde están las pruebas: en las cajas de seguridad de las llaves encontradas.
-No quiero hablar de eso -replico sintiéndome de una manera extraña, me alegro de matarlo, pero su confesión me dejó un amargo sabor de boca, además de un vacío en donde antes estaba la concepción de mis padres perfectos.
-¿Ah no? Pues vas a tener que explicarme que mierda hiciste, porque ni tú ni Renata aparecían ayer, no había forma de ubicarte y llegas hasta el culo de borracha jarta de quién sabe qué, llena de sangre y no hablas -espeta rompiendo la calma.
-Estoy muy grandecita para darte explicaciones de lo que hago y dejo de hacer -la expresión en su rostro lo dice todo, le he dado una puñalada sin ningún arma más que la poderosa hecha de palabras; estas tienen el poder para alabarte o destruirte, son las palabras hirientes las que dejan las peores heridas que no se borran jamás.
-¿Sabes qué? Te puedes ir a la puta mierda -dice agarrando sus llaves-. Cuando regrese no quiero verte aquí.
Lo entiendo, nadie quisiera estar con una asesina a sangre fría como yo y esto puede ser el quiebre de lo que intentamos llamar relación, pero desde que planeé matar a Tanner, sabía de la posibilidad de esto.
«¿Seré capaz de sacrificar amor por venganza?»
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¿Qué creen que pasará? ¿Isabella gusta de Kaan? ¿Isaac aceptará que ella haya matado a Tanner?
¡Déjenme sus comentarios, son la fuerza que encuentro en mis momentos de bajo ánimo!
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