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Capítulo 37- Porque tú eres mi obsesión


Capítulo 37

Porque tú eres obsesión

"Me traiciona el inconsciente, te pienso frecuentemente, sé que estoy loca

Pero quiero tenerte"

La Reina del Flow

¡HOLA HOLA A TODAAAS! ESTE CAPÍTULO VA DEDICADO A Anthuanetnieves PORQUE HA SIDO UNA GRAN AMIGA Y COLEGA. PUEDEN IR A VISITARLA A SU PERFIL Y LEERLA, TIENE HISTORIAS MARAVILLOSAS.

PD: Recuerden que quien desee estar en un grupo de WhatsApp donde pondré adelantos, noticias, avisos y edits de nuestros bebés, déjeme un mensajito en el interno, para interactuar con ustedes aún más. Estoy esperando que al menos diez lectoras deseen entrar, ya hay cinco, así que si deseas, no dudes en escribirme al chat, para proteger sus datos y no queden públicos

Multimedia del capítulo: Fijación- La Reina del Flow

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Las Vegas, Nevada.

Marco Benavente cuelga la llamada con el General Erick Volkov confirmando que Isabella Fox estará en el restaurante a las ocho en punto de la noche, aquello lo emociona porque la tendrá de frente, pero mucho más allá de un interés sexual o amoroso, se siente curioso porque no la desea carnalmente, su fijación va muy lejos de la idea física de ella. Es el fuego ardiente que le corre por las venas, la pasión desbordada y la misma explosión catártica que tiene cuando ha llegado a la cumbre de la ira silenciosa, todo aquello le produce fascinación, una insana fijación. Mueve el whiskey del vaso de cristal de bohemia, mientras ve consumirse el cigarrillo estando en el despacho de su hogar, con un extraño buen humor brotando por sus poros, debido a una razón sorpresivamente satisfactoria: Thomás Deveraux será el nuevo presidente de los Estados Unidos de Norte América, todo su plan, sus maquinaciones, las estrategias que le llevaron a noches en vela, están dando los frutos del esfuerzo invertido en horas de trabajo centrado y sin distracciones.

Son las siete de la mañana y tiene ocupaciones todo el día, debe ir a ver Thomas y prepararlo para el próximo debate, además de sacarle fotos para la prensa en la revista que desea sacarlo en una edición especial, además de asistir a un concierto de violonchelo de su hija a quien casi no ha podido ver por todas sus ocupaciones. Ella es la luz de sus ojos, aunque lejos de poder compartir con ella o de mostrarle todo lo que significa para él, por su manera apática de ser, es la princesa sin importar que tenga otro hijo, sabe que no debe tener favoritismos, pero sí. La última vez que pudieron mantener una conversación con ella fue en un desayuno apresurado en donde ella, siento tan apática como su padre, apenas soltó palabra alguna.

—¿Marco? —escucha una voz al otro lado de la puerta de madera del estudio—. ¿Estás aquí?

Como si la hubiera invocado por pensar en ella, su hija ha llegado, supone que está a punto de irse a la escuela.

—Aquí estoy, pasa —responde sabiendo que nunca le dice papá—. ¿Qué sucede? ¿vas al instituto?

—Sí, pero quería hablar contigo sobre el Consorcio Praetor —dice con seguridad, extrañando a su padre quien le mira sumamente curioso ante tal declaración de su hija—. Lo siento, pero te escuche hablando con un General... mencionaste a Isabella Fox ¿Por qué?

—¿Qué hay sobre ella?

—La nana me habló de Thomás e Isabella —afirma la joven sentándose en el borde del escritorio. Su cuerpo menudo se complementa con su gran altura, bastante para su edad. El cabello castaño está en una capa recta hasta la nuca con el corte que recién se hizo buscando cambiar un poco su apariencia—. ¿Por qué después de tanto tiempo quieres juntarlos?

—No entiendo porqué te interesa eso —responde Marco anonadado ante el conocimiento de su hija, a quien consideraba externa a la situación, ignorante de muchas cosas.

—Si a Thomas le va mal, a ti también y si se entera de que la hija que amaba no está muerta, todo se puede venir abajo —la propiedad en la voz de su hija le sorprende aun más, aunque siempre ha sabido que a pesar de su corta edad, la madurez emocional que proyecta le hace pensar de forma diferente más allá de sus diecisiete años—. Cuando se encuentre con ella todo podrá irse al carajo.

—¡Oye! Cuidado con el lenguaje —regaña Marco dándole la misma reprimenda que usa al escuchar a sus hijos expresarse de esa manera—. ¿Por qué tu nana te habló de esto?

—Porque yo le pregunté, te escuché hablar muchas veces de ella por tu amistad con Thomas, ¿Por qué propicias esto? ¿sabes lo furioso que estará cuando se entere sobre tu conocimiento de eso?

—Lo sé, pero es hora, yo mismo me encargaré de que no tire a la basura el esfuerzo. Thomas Deveraux será el próximo presidente de los Estados Unidos, pero ya que lo mencionas ¿Te interesaría hacer parte del equipo de redes? Si lo manejas bien, consideraré dejarte aprender de otros negocios —murmura con calma encendiendo otro cigarrillo, quiere aparentar la calma y frialdad planeada característica de su persona, pero lo ha puesto nervioso saber que más de una persona sabe el secreto, aunque sabe de la lealtad de su hija a pesar de aun ser una chiquilla.

—Está bien, se me da eso del marketing y redes —responde la joven con entusiasmo, que su padre esté pensando en incluirla en aquello que siempre ha querido manejar, le inyecta motivación para demostrarle a su padre las capacidades de su mente ágil.

—Puedes estar más cerca de Annaliese —murmura él refiriéndose a la hija de Thomas—. Sé que son amigas y ella también hace parte de la campaña... y no te preocupes, todo irá bien con Deveraux e Isabella, sé manejarlo.

Finalmente, ella se despide con un poco más de emoción que lo normal en su actitud fría y apática, muy lejana de una relación padre-hija ideal, ya que es un reflejo exacto del comportamiento alejado de Marco, a pesar de consumirse de amor por sus hijos. El asesor se queda entonces solo en su despacho, esperando que sean las ocho a.m para iniciar un atareado día, del que saldrá más de un beneficioso negocio; no obstante, es de sumo interés para sus pensamientos saber sobre la forma de su hija para indagar acerca de Isabella Fox ¿Sabrá de la fijación por ella? Tal vez lo está mal interpretando, pensando en que sólo es algo sexual cuando trasciende más allá de querer acostarse con ella.

Suspira poniéndose en pie cuando llega la hora de marcharse, justo al recibir una llamada de Alexei Sokolov pidiendo ver a Thomas, pero sabe que sigue metido en negocios turbios aunque él ignore que Marco Benavente lo sabe todo y nadie sabe la manera de hacerlo. Este papel en su vida lo lleva como si fuera el único que desempeña, siendo el pilar que sostiene su vida. Alza el teléfono de nuevo para hacer arreglos, entre ellos, mantener al margen de ciertos asuntos a Karenina Petrova, quien ha querido intervenir en la campaña, lavando dinero, pero él no lo permitirá.

De repente, pensamientos sobre las intenciones de aquella mujer poderosa al saber de Isabella estando viva y no como la imaginaron por veintidós años, empiezan a carcomerle desde dentro, pero como siempre, encontrará la manera de solucionarlo.

Nada se saldrá de sus manos, todo estará dentro de su control, porque él es el rey ajedrecista de la partida a quien nadie le quita la corona.

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ISAAC

—¡Es Kaan Karaman! —dice una voz en el aparato detrás del trago de mi oreja, porque Isabella dentro de la furgoneta tiene acceso al dispositivo de escucha a larga distancia.

—¿Cómo lo sabes? —susurro fingiendo hablar con Christian.

Le acaba de decir "Bienvenido Kaan"

El mayor objetivo de los ejércitos más poderosos del mundo está al otro lado de la calle.

—¿Qué hacemos? ¡Está entrando! —murmura Christian tratando de disimular.

Vigílelo, no lo pierdan de vista y traten de fotografiarlo—dice Volkov desde la sala de control, a través del aparato en mi oído,.

Creo que a todos se nos acelera el pulso al doble de lo sano, si es cierto y no una treta elaborada para hacernos caer, es la oportunidad perfecta para atraparlo, así que las ansias crecen y le pido al General permiso para actuar, pero me digo a mí mismo que nada sale bien sin un plan previo, siempre soy metódico, aunque en situaciones así me es casi imposible mantener la calma. Veo a Isabella atravesar la calle hasta el poste de luz frente a su posición inicial en la esquina cercana a la entrada de puertas de cristal dobles trepándose con una escalerilla para entrar totalmente en papel. El General avisa que ha enviado un convoy del C.M.O.E inmediatamente, haciéndonos estar más alertas que nunca antes sin importar ya nuestra fachada. Los minutos pasan lento, cada vez más, mientras esperamos que lleguen los agentes de refuerzo, pues nosotros solo llevamos encima pistolas nueve milímetros escondidas dentro del ropaje. Media hora transcurre y los refuerzos llegan, pero se mantienen a una distancia prudencial para esperar que salga Karaman. Me saco la panza falsa que dificulta mi movilidad con disimulo y preparo todo para que al dar la señal, emprendamos al otro lado de la calle.

Cuando han pasado unos treinta minutos, avistamos la cabeza de Alexei y el sujeto que viene con él, así que Volkov vocifera que apenas de un paso en la calle, le caigamos como moscas a la miel y así sucede, al salir por las puertas dobles de cristal reforzado bastante altas, lo hacemos. El carro con los agentes frena en seco metros antes, bajándose con los fusiles en alto amenazando a los objetivos, vestidos de pies a cabeza con el traje negro de chaleco reforzado antibalas con diversos compartimentos en el pecho, pantalones con bolsillos varios, las botas negras y la mascarilla especial que va debajo del casco como pasamontañas, pero dejando la zona de los ojos despejada.

La gente en el establecimiento se pone en pie despavoridamente, para alejarse de la puerta refugiándose en la parte posterior del local, pero nosotros sacamos las pistolas alarmando más a los comensales, y nosotros cargamos el arma y pasamos al otro lado donde ya hay un descontrol. Sokolov grita que no saben con quién se han metido, mientras los agentes reducen a los guardaespaldas hasta el suelo con las manos en la cabeza despojándolos de su propio armamento y poniendo sus esposas, incluyendo al ilustre empresario.

—Kaan Karaman, queda arrestado por el Consorcio Praetor por múltiples órdenes de captura de distintos países —dice uno de los nuestros, pero hay algo extraño, el tipo tiembla como hoja en otoño a punto de caerse del árbol y no concuerda con quien se supone es el líder máximo de la mayor red de tráfico del mundo, no, este parece a punto de vomitar hasta la primera papilla que le dio su madre de bebé.

—¿Quiénes son ustedes? —inquiere el sujeto alarmado con las manos en alto, confirmándome de que se trata de otro, el genuino Kaan Karaman no tendría que preguntar, está claro en las siglas del C.M.O.E tejidas en el uniforme de operativos negro por completo. Su rostro le delata, está a punto de desmayarse ante la impresión, muy diferente a Sokolov, quien rabea como perro, mientras lo llevan al vehículo arrastrado. Puede que traiga problemas por sus influencias, pero verlo esposado y capturado, vale la pena. Todo su dinero no pudo comprar la detención.

Todos estamos confundidos, se nota en nuestras expresiones, así que el agente que lleva a Sokolov le exige una explicación de porqué dijo Kaan, pero muy inteligentemente se calla mientras le son leídos sus derechos, pero creo firmemente en la puesta en escena montada por el verdadero Karaman para despistarnos, puede que ni siquiera Alexei sepa del engaño, porque así es el líder de La Triada, maquina veinticuatro horas al día, si su cabeza fuera en pro de la legalidad, se harían muchas cosas para el desarrollo de muchas áreas; no obstante, las mentes criminales como, Hitler, Pablo Escobar, Bin Laden, Napoleón, etc, grandes malhechores que de haber estado del lado correcto, hubiesen podido cambiar a su mundo para bien y no para mal, como lo hicieron.

Terminamos de capturar a los escoltas leyendo sus derechos a cada uno para finalmente retirarnos, Isabella cautelosamente ha regresado al otro lado para que Sokolov no la vea y la relacione el día que vaya al casino con su compañero, no yo, estaré en la sala de control checando todo. Tengo ansias de aquel operativo pues ver cómo Isabella juega y sobre todo gana, resulta interesante porque es tan astuta que da gusto verla. Finalmente nos retiramos hacia la base, nadie esperaba que la vigilancia terminara en captura, pero en este trabajo en algunas ocasiones las cosas de salen de lo planeado y debemos apañarnos para sacar adelante el operativo.

Cuando llegamos hasta la base, Christian y yo arrastramos al falso Kaan y a Sokolov hasta los sótanos de interrogación donde pasaran cuarenta y ocho horas totalmente aislados, salvo para pasarles alimento y agua como una forma de desesperarlos.

—Alexei Sokolov —murmuro dirigiéndome a él, quien viene escoltado por dos agentes a través del pasillo donde están las salas, bajo las potentes luces blancas reflectando el mismo color claro de las paredes—. Estará retenido mientras se hacen las investigaciones pertinentes al caso, estamos cinco pisos bajo tierra y tendrá una tobillera con detector de distancia que nos avisará si ha salido del espacio, dándole una gran descarga eléctrica y emitiendo una alerta a la consola principal del piso ¿Entiende lo que he explicado?

—Sí, no soy idiota... se arrepentirán de tratarme así, ya lo verán; soy un ciudadano de bien —replica con soberbia, aunque no causa ni un ápice de miedo o angustia en mí.

—Las cárceles están llenas de "Ciudadanos de bien" —respondo firmando el formulario que se debe hacer, me lo pasa un agente asignado al subsuelo, con la tabla con gancho que sostiene las hojas—. Usted no es el único que asegura ser de buenas intenciones y tienen más de una cuenta pendiente o negocio fraudulento.

Yo sigo con mi disfraz, así que tengo la ventaja de no ser reconocido luego en la calle o casinos infiltrados. Entramos en la sala, con Sokolov dejándole solo para llevar al otro al espacio continuo, pues los escoltas serán llevados directamente a celdas de seguridad prioritaria. Cuando hemos acabado me saco la barba, la ropa ancha y me cambio volviendo a ser yo mismo.

Al final del día Isabella y yo nos vamos a mi apartamento para quedarnos juntos, son las nueve de la noche y cenamos ligero hablando de cómo intervendremos a Sokolov, pero también del falso Karaman, ella tampoco cree que él sea el auténtico. para irnos a dormir relativamente temprano, pues mañana vendrá cargadito, así que entramos en la cama hablando hasta quedarnos dormidos sobre tantas cosas de pareja que por unos momentos la siento como si fuera mi verdadera esposa, y es la primera vez en que me planteo si debo dejarme de rodeos y formalizar nuestra relación de una vez por todas. A ver, no pensaría esto si de otra se tratase, no soy hombre de familia, no me gustan los compromisos, pero si hablamos de Isabella y el cerecito jr las cosas cambian. No mentiré, ¿Cambiar por la chica? No, seré igual de apasionado y desmedido con ella como siempre he sido, el chico tosco y hasta grosero que no tiene filtro ni sutileza, tal vez empeore cuando se trate de pensar en perderla, pero todo se sabrá luego.

El sábado se inicia temprano, es el día del cumpleaños de Mike y necesito finalizar detalles, pero estoy acurrucado con Isabella y no quiero salir de la cama, aun así, debo hacerlo y rápido si quiero que todo me salga bien, así que lo hacemos reparándonos desayuno con café y huevos para desayunar juntos, la hago sentarse en mis piernas y picamos del desayuno del otro como toda una pareja normal y me asusta, pero más lo hace tener que dejarla ir luego de tantos años anhelándola. Ponemos música mientras nos alistamos y verla bailar sola me causa una sonrisa en la boca. El día pasa sin pena ni gloria, le llamo a Mike y se nota triste, Renata dijo que no le llamaría ni nada para que no sospechara de la sorpresa, así que lo escucho apagado, mi tarea es llevarlo y todo está listo. Isabella y yo nos volcamos en el trabajo, pero en casa, llevamos expedientes, fotos, notas y demás para estudiarlos hoy y mañana.

Almorzamos juntos cuando llega la cabra loca de Renata entregándome el disfraz de Mike que meto en un maletín de mano similar a los que llevo al gimnasio, y cuando no me están viendo, meto guantes de cuero, una cuerda, una pistola sin balas, junto con algo que cubra mi rostro, cubriendo todo eso con mi propia ropa que me pondré en el bar para no arruinar el plan. Pronto es la hora, Isabella sale con un vestido inspirado en los años 20s con muchos flecos empezando en el inicio de los muslos y terminando sobre las rodillas, tiene lentejuelas en líneas curvas y canutillos con un color rojo vino tinto con detalles negros y una cinta negra en la cabeza que la rodea sosteniendo una pluma, pero a pesar de que el estilo es un poco holgado, su vestido está ajustado.

—Eres muy cruel, ¿Cómo puedes verte así de hermosa el día que no puedo tocarte? —coqueteo atrayéndola al sujetar su cintura chocando nuestros cuerpos.

—Lo prohibido es lo más apetecido, seguro que encontramos un lugarcito para estar a solas —la beso disfrutando de su boca lentamente, derramando las ganas y todo va escalando, la siento en la encimera de la isla de la cocina tratando de bajar los tirantes gruesos para pesar su clavícula, pero me olvidé de un detalle.

—¡Oigan, conejos, aún estoy aquí! —grita Renata haciéndome torcer los ojos. su vestido es blanco también con flecos y cuello redondo—. ¡Te arruinaste el labial!

—¿Y qué haces en mi casa todavía? Debiste haberte ido hace como tres horas —replico con burla acariciando los muslos de Isabella. Su piel suave es excitante, no lleva medias veladas y todo se siente mejor al estar piel con piel.

—Hace tres horas llegué.

—Exacto —me burlo ganándome un empujón con su mano.

Finalmente, ellas se van permitiéndome vestirme el chaquetón negro, los pantalones estilo militar del mismo color y las botas de punta reforzada. Me aseguro después de tener todo, el disfraz de Mike, el mío, además de cosas personales, cuando recibo el mensaje de Gerard avisando de su llegada, así que bajo en el ascensor, ganándome miradas preocupadas cuando cruzo el recibidor el edificio porque parezco un verdadero ladrón de poca monta. El reloj rozas las siete de la noche y dentro de la Van están Ger, Christian, más un par de amigos más de Nevada, invitados a la fiesta.

—¿Estás seguro de querer hacer esto? —pregunta Gerard riéndose como todos, una vez he subido

—Sí, nunca se olvidará de su cumpleaños treinta y uno —me regodeo riéndome solo —digo sacándoles una risa, sé que un par de mujeres me querrán matar, pero moriré con la frente en alto.

Pronto vamos llegando, cierro la cremallera, me pongo el pasamontañas cuando el vehículo va por el sitio de reunión establecido por mí y le llamo a Mike desde dentro para que vaya acercándose más al arcén, no hacia el establecimiento diciéndole que nos vemos ahí, noto la pesadez en su voz por pensar en que Renata se ha olvidado de su cumpleaños y el único que lo recordó fui yo. Gerard termina de ponerse su propia máscara y cierra el chaquetón, solo puede estar poco tiempo pues su esposa no puede moverse mucho, pero quería salir y dar una vuelta, así que le pidió a Ger que la llevara, prometiendo que no bailará brusco y se mantendrá en calma.

—¿Isaac? No te veo —dice Mike al teléfono, lo veo desde la parte de atrás de la Van y nos posicionamos justo frente a él, abriendo la puerta lateral lanzándonos hacia él quien se zurra en los calzones—. ¡¿Qué quieren?! ¡¿Qué hacen?!

Le ponemos una bolsa de tela negra no tan gruesa ligeramente porosa para que respire en la cabeza en la cabeza y lo amarramos con las manos atrás, haciéndolo entrar amenazándolo con las pistolas sin cargador. Por todo el camino va parloteando como es usual, haciendo preguntas y exigiendo respuestas, juro que si fuera un secuestrador real lo hubiera noqueado para callarlo. Cuando llegamos al bar lo bajamos poniéndole el cañón en las costillas, hasta hacerlo entrar por la puerta principal, bajando las escaleras cortas hacia la estancia principal. Renata nos ve asustada, sus ojos se abren de par en par y su boca queda abierta viendo la escena, pero con una mueca le digo que no diga nada, estrecha sus ojos diciéndome cabrón con sus labios, igual que Isabella, también está que me acaba con sus ojos de dagas.

—¡Feliz cumpleaños, Mike! —gritamos todos cuando le quito la bolsa de la cabeza, pero la expresión confundida es reemplazada por la furia indignada haciéndome reír, pero sé que estoy en problemas.

—¡Eres un idiota! ¿Por qué lo traes así? ¿qué te hicieron, amor? —pregunta Ren alterada, Isabella aparece a mi lado dándome un zape en la parte de atrás de la cabeza, pero nada me hace borrar la risa burlona que tengo. Le libero aun riéndome, pero esperando el golpe.

—¿A parte de darme un susto de las pelotas? ¡Casi me da un ictus, Isaac, no mames, esto seguro fue idea tuya, cabrón! —se pone en pie y comienza a perseguirme como loco, pero me escapo por todo el espacio, un gran cuadrado al que se llega bajando unas escaleras de pocos niveles, con la consola de sonido y el DJ preparado sobre una pequeña tarima, pero junto a este otro escenario con un micrófono con su soporte, frente a tres pantallas gigantes que proyectan distintos puntos del sitio. Finalmente logro ponerme tras Isabella partido de risa igual que todos los invitados.

—Luego no digas que no te quiero, te traje a tu fiesta como un caballero escoltándote —replico cuando la esposa de Gerard también le reclama, pero él está igual que yo.

—Isabella será mejor que le cuides el pito porque un día se lo voy a cortar —dice él, pero a pesar de soltar una bomba la gente parece creer que lo dice porque estoy atrás de ella y no por una relación entre nosotros.

—Vamos, pongan la música, que empiece el foforro —digo con una palabra colombiana causando risas dando inicio a la fiesta. Mike y yo nos vamos a cambiar a los baños Las mesas están adornadas con manteles blancos con tejidos en los bordes acompañados de un centro de mesa con rosas rojas dentro de un florero de cristal azul, al igual que las sillas recubiertas con un forro del mismo color con un lazo en la parte posterior, al final del espacio hay una barra, así como en el lateral con largos mesones y sus respectivas sillas altas, que detrás tienen una pared repleta de licores en ambas posiciones, junto con las copas en un anaquel dejándolas colgando de cabeza. Los shots de todo tipo no tardan en aparecer, así como los cocteles de humo al mismo tiempo que empiezan los bocadillos en las picadas hasta la llegada del plato fuerte que consiste en un plato italiano de pastas con la salsa favorita de Mike, y vino blanco espumoso. Renata realmente se ha esforzado por hacerle algo genial al mi amigo, alegrándome porque él haya alcanzado el deseo de estar con la mujer que siempre amó. Los veo y me pregunto si debería abrirle la puerta para que Isabella entre en mi vida triunfalmente y esta vez mucho más maduro, estable y duradero.

—Te perdono solo porque la fiesta es muy buena —dice Mike sacándome de mis pensamientos, está sonriente abrazando a Ren desde atrás, aunque todavía temo por la posibilidad de que ella regrese con su novio por un arranque y lo lastime. Aunque siempre estaré para él como lo ha estado para mí.

—¡Todo lo hicimos Isa, Tere y yo, el animal de establo no tuvo nada que ver más que el money money! —salta ella indignada, también ha sacado a Alana de su vida, cuando antes ambas organizaban a la par eventos porque se complementaban muy bien; sin embargo, después de lo sucedido con Isabella, fue rechazada en todo sentido, a quien no puedo quitarle el ojo de encima y no por celos, sino porque luce esplendorosa, deslumbrante y sonriente.

Hay algo que he notado y no sé si deba comentarlo, pero a medida que Isabella nos ha dejado entrar en su vida, a mí y al bebé, el asunto de su venganza parece menos agresivo; pero sé que no se rendirá hasta hacer justicia, ella es obstinada y no pienso detenerla, puede sonar estúpido apoyarla en una carrera hacia una posible muerte, pero al saber que no puedo detener el incendio, lo avivaré asegurándome de que ella cumpla su cometido, pero sobre todo está a salvo. Cuando nota mi mirada se sonríe de medio lado, justo cuando Miller llega por detrás pasando un brazo por los hombros de ella, algunos dicen que celar es amar, pero a pesar de que sí soy celoso, más con ella, sus palabras me han hecho confiar en lo que estamos teniendo, aun así, se me revuelve el estómago, no porque otro hombre la toque, sino por su rollo sexual.

—¿Cómo te sientes, Shirley? —le pregunto a la esposa de Gerard sentándome junto a ella. Es de cabello oscuro, nariz perfilada y rostro afilado con unos ojos chocolate cargados de ternura para darle a todos, acaricia su pancita, bueno, la panza de ocho meses y tres semanas. No debería estar aquí, sino en casa descansando, pero lleva un tiempo encerrada en casa, y quiso asistir aunque haya estado sentada todo el tiempo.

—Panzona, gordota, menos sexy, en fin...

—Estás regia, Shirley, divina como siempre. Esa panza te hace ver más bonita —la halago ganando que llegue Gerard con su cara de japones enfadado fingiendo que está indignado.

—Ni le digas mucho, ¿Quién la aguanta después? El Brigadier Falcon una cosa o la otra...

—Pero yo seré el padrino, me vas a ver el resto de tu vida, Ger, por lo menos cincuenta años más —le digo sonriendo.

—¿Cuándo vas a presentar a tu novia? Sí, sé que tienes algo con alguien, se te nota en la mirada y estoy seguro que fue a Afganistán. Desde allí estás como flotando en las nubes y nadando en caca —murmura él haciendo reír a Shir—. ¿Es Sara o Karen? ¿es Azucena Lezgado?

—¿Lezgado? ¿por qué la hija del ABS? —le digo bebiendo de mi vaso de whiskey, lo que me dice me deja desconcertado. Según la chiquilla caprichosa, nos involucramos en la misión varias veces, cuando ni en cuenta de su existencia, a decir verdad—. Esa niñita está en una nube voladora, tendré que hacer algo, no me puedo arriesgar a que I... a que la persona con quien salgo crea que es cierto.

—Vaya que estás diferente, antes te hubiera valido —dice con la mirada entrecerrada como si sospechara, aunque pueden ser impresiones mías. Solo me río evadiendo el tema justo cuando bajan las luces un poco encendiendo las de fiesta y empiezan a retirar algunas mesas hacia los lados dejando espacio en el centro, dando inicio al vaivén de todo tipo de alcohol acompañado de música electrónica, reggaetón, bachata, y salsa en medio de un caleidoscopio de luces rojas, azules y amarillas.

Pero a pesar de todas las mujeres allí, es Isabella la que no puedo dejar de ver, Dios, la manera en que baila y se desliza por la pista me tiene cardiaco, van a tener que sacarme de aquí en una ambulancia por un paro cardiaco, pero cuando se sube al escenario y pide por el micrófono que quiten la música, se acerca al DJ y le pide algo en secreto para regresar a la tarima tambaleándose un poco seguro por los tragos que ya lleva encima. Pronto empieza a hablar contando que cantará y que prestemos mucha atención.

—Esta canción es para una persona del mundo que sabe quién es —dice abiertamente, todos gritan animándola a seguir, está bastante prendida por el alcohol, pero se sigue viendo hermosa, solo que más desinhibida. Guiña un ojo en mi dirección tratando de pasar desapercibida, aunque yo le entiendo perfectamente, soy yo a quien le dedicará la canción. Cuando empiezan los primeros compases, me emociono aún más.

"Ya no puedo dormir porque me la paso soñándote y te adueñas de mí cuando me enloqueces besándome" (1)*

Mientras canta se desliza en la tarima pasando una de sus manos por las curvas que la adornan, dejándose llevar del momento, que es como un afrodisiaco para mí y guardaré este momento cuando no la tenga a mi lado

"Porque te has vuelto una loca fijación, yo te soñé y te robas toda mi atención, cierro los ojos, me mata esta obsesión, ohh, ohh, y ya no puedo ni sacarte, te quedas en mí y ahora ya no sé qué hacer" (1)*

"Porque tú eres mi obsesión, tengo por ti una fijación, sentir tu cuerpo en mi cuerpo será mi perdición"

«Padre amado ¿Quiere que tenga una combustión espontánea?» pienso recorriéndola con la mirada, mientras me siento fuera del lugar con sólo ella de protagonista, a pesar de que la gente a mi alrededor está bailando frenéticamente como una oleada de diversión extrema donde todos tenemos la mirada puesta en Isabella.

"Me traiciona el inconsciente, te pienso frecuentemente, sé que estoy loca, pero quiero tenerte

Parece que tuviera miedo de perderte, tampoco me las quiero dar de inocente"

Ren me codea moviendo sus cejas de forma insinuante, pero señalando con la cabeza en dirección a Miller que la observa encantado, mucho más que los demás, algo como lo hago yo mismo. Ella se inclina a mi oído y me dice que me ponga pilas porque Christian le dijo que está dispuesto a todo por tener a su lado a Isabella, cosa que definitivamente me deja un pésimo sabor de boca

"Háblame así suavecito, dime cosas al oído despacito, en mis sueños te visito"

Ella sigue cantando en medio de la mezcla de las luces, un flasheo y máquinas de humo ayudándole a verse más épica. Cuando acaba la ayudo a bajar del escenario, pero voy al pie del DJ pidiéndole una canción cuando dentro de poco inicie el apagón programado a la una de la madrugada, repartiendo manillas fluorescentes como en los conciertos.

—Brigadier Fox ¿Baila conmigo? —le pregunto tratando de sonar lo más amistoso posible, y parece que no levantamos sospechas. Ella se acerca justo cuando empieza "Eres mía" de Romeo Santos—. Aquí entre nosotros, te dedico la canción, la pedí exclusivamente para ti. Me hace pensar en nosotros, cerecita.

"No te asombres si una noche entro a tu cuarto y nuevamente te hago mía"

"Eres mía, mía, mía, no te hagas la loca eso muy bien ya lo sabías"

"Si tú te casas el día de tu boda le digo a tu esposo con risas, que solo es prestada la mujer que ama porque sigue siendo mía" le canto al oído aprovechándome del apagón donde solo las luces de colores y las manillas fluorescentes dan algo de luz.

—Puede ser nuestra canción, cachorrito —me besa fugazmente, dejándome con ganas de más, así que la jalo de la mano entre la oscuridad hasta el callejón de atrás ajustando la puerta para poder regresar. Le devuelvo el beso sujetando sus caderas con posesión, paso a su cuello suave disfrutando del roce de sus curvas con mi cuerpo hasta que advierto la presencia de alguien más.

—¡¿Qué carajos estás haciendo, Isaac?! —grita quien ha llegado.

———————00———————

(1) Canción: Fijación- La Reina del Flow

¡MIL DISCULPAS POR NO ACTUALIZAR ANTES, HE PASADO POR UN BAJÓN EMOCIONAL, ADEMÁS DE QUE ME HAN DICHO COSAS DE LA HISTORIA QUE ME DESANIMARON, PERO VOLVÍ CON TODA!

POR CIERTO, SÉ QUE NORMALMENTE HABÍA CAPÍTULO CADA 2-3 DÍAS DESDE EÑO NUEVO, PERO ENTRARÉ A SEMESTRE PRONTO Y PODRÉ HACERLO 1 VEZ A LA SEMANA, ESPERO SIGAN AQUÍ

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