Capítulo 35- ¿Te he roto el corazón?
Capítulo 35
¿Te he roto el corazón?
"Cuanto mayor sea tu capacidad de amar,
mayor será tu capacidad de sentir el dolor"
Anónimo
¡DEDICADO A EvaBallesteros6! MUCHAS GRACIAS POR TU APOYO Y TUS COMENTARIOS,
ME ANIMA MUCHO SABER QUE LA HISTORIA LES GUSTA.
¡Déjenme sus comentarios, por favor! Me ayudan a actualizar más seguido, he escrito como loca gracias a las lectoras que me comentan, pues me motivan muchísimo.
AL FINAL VARIAS FOTOS DE ISA, ¡DÍGANLE A KIMBERLY REYES QUE ES UNA DIOSA Y ES LA PROTAGONISTA DE ESTA HISTORIA
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ISAAC
-Chris, alguien nos puede ver -susurra ella muy sonriente cuando le toma finalmente una de sus nalgas pegándola a él, empeorando mi estado cuando le pone un beso en la boca que ella deja avanzar. Se me revuelven las tripas, maldigo en todos los idiomas que conozco, quiero arrancarle la cabeza a Miller y tirarla a los coyotes del desierto.
Vida de mierda en la que debo querer a una mujer tan incontrolable como ella.
«Mierda, acabo de decir "Querer" no, no seas estúpido»
Creo que hago un sonido porque se detienen y empiezan a revisar, pero alcanzó a esconderme para retomar mi posición cuando ellos se han despistado otra vez por besarse apasionadamente. Lo sé, perfectamente soy consciente de que me lo busqué, la inestabilidad que le puedo dar solo terminó en esto.
-Chris -dice ella acariciándole el pecho en un gesto coqueto que solo le había visto conmigo, cuando él le roba otro beso y ella lo permite ora vez-. ¿Tendrías tu bar disponible el fin de semana? Queremos alquilarlo para la fiesta del novio de Renata.
-Por ti te lo doy gratis, preciosa, ¿Has pensado en mi propuesta? -pregunta él dándole besos en el cuello y es cuando debo aceptar sin lugar a dudas que Isabella es más que solo algo carnal, pues el vacío en el pecho que se abre paso, no es compatible con otra cosa más que sentimientos en su más puro estado-. Venga, dime que sí, prometo que seré solo tuyo. No hay más mujeres en mi vida, tú eres mi prioridad y te haré feliz.
-Chris, yo...
No lo soporto más y me voy echando chispas directo a la sala de entrenamiento, el espacio en forma de barraca ancha es muy ancho donde las máquinas de pesas están a la izquierda, los sacos de box en el fondo junto con un ring frente a estos que en ocasiones se usan, todo rodeado de espejos. También las bicicletas, las máquinas de escalones y las varias caminadoras organizadas una junto a la otra al costado derecho, finalmente entre las caminadoras y los sacos están las mancuernas, en donde pongo las vendas protectoras para empezar a entrenar.
Pronto estoy listo, me quito la camisa y le doy golpes al saco de box totalmente furioso, pero no con Fox, sino conmigo mismo, por dejarme lastimar de ella una vez más, por permitirle entrar otra vez cuando el día que estuve dispuesto a decirle que la quería, me dio la sorpresa del muñeco de pastel, desde ahí me prometí no volverla a meterla en mi corazón, pero soy un puto idiota que se ha cegado. Entiendo que me ha visto y sabe de mis aventuras, el mundo lo sabe, aunque esta vez es diferente, no me he metido con nadie porque ella me llena en todo sentido, el problema de dejarme llevar está en que puedo ser herido otra vez por la misma mujer. Sigo golpeando llamándome "Idiota" en cada impacto y sin saber aun la razón exacta ¿fue verla con ese? ¿fue la posibilidad de que vuelva a dejarme en segundo plano?
Voy a las pesas echándole más libras de las que uso normalmente, eso me ayuda a bloquear los pensamientos, una mente desocupada es sumamente peligrosa, te lleva a darle vueltas sin parar a eso en tu cabeza sin darte tregua, pero si se empieza a llenar esta de muchas cosas, el riesgo de caer en el pozo de la desesperación repetitivo es menor; en pocas palabras, mantenerte ocupado es la mejor manera de evitar la miseria, pero cuando llevo como una hora entrenando, el altavoz suena obligándome a vestir.
"Brigadier Isaac Falcon Salvador, presentarse en oficina 314 edificio A, piso 3... Brigadier Isaac Falcon Salvador, presentarse en oficina 314 edificio A, piso 3"
«Mierda ¿Qué quiere Volkov ahora?»
Voy refunfuñando, paso el comedor, el hospital, mientras agentes van y vienen con los trasportes internos, junto con el ruido de las hélices de los helicópteros en mantenimiento y los grupos de agentes entrenando con una canción al unísono con alguien siempre a la cabeza. Camino bajo el cielo oscureciendo sin poder sacar esos besos de mi mente, pero sin entender porqué me afecta tanto, no mentiré, la amaba antes y mucho, pero me decepcionó tanto que mató ese sentimiento; sin embargo, la busqué por años en otras mujeres y todas tenían el mismo problema: ninguna se llamaba Sofía Isabella Fox Santo Domingo. Por más parecidas que fueran, tuvieran el pelo rojo natural o tinturado, tuvieran los ojos verdes, nunca me sentí conectado con ellas.
Ella es hechicera, una mujer que te puede llevar a la luna, pero dejarte en la mierda más putrefacta si decide que tú no le sirves y te deja. Lo viví, la perdí cuando se ennovió con Fabián y el dolor fue irreal, ya que después de eso, no pudimos seguir siento amigos, creo que el muñeco de pastel sospechaba desde temprana edad que Isabella y yo teníamos algo más allá de una simple hermandad, así que la alejó de mí. Cuando llego apenas noté el gran terreno que recorrí por estar perdido en mis pensamientos, así que entro por las puertas dobles de cristal que se abren cuando estás cerca de ellas automáticamente, dentro me recibe el ambiente más frío y camino a través del largo pasillo con oficinas a lado y lado, por hasta el final de este e encuentra el ascensor, el piso de cerámica negra reluce bajo las luces blancas, a juego con todos los lugares que están decorados en tonos monocromáticos. Me meto al elevador incómodo por el espacio cerrado, pero cierro los ojos pensando en mamá y Stacey, ellas son mi tranquilidad.
Pronto he llegado a la oficina de Volkov, todo está casi vacío pues es la hora de servir la cena, la dichosa llamada es para decirme que una de las chicas rescatadas quiere hablar conmigo de algo importante, así que tan rápido como llego, me voy hasta el Comando Médico, pero en una de cinco extensiones unidas por un túnel elevado de cristal de piso a piso que parece algo futurista por la estructura. Esta ala del hospital es de solo habitaciones, no hay consultorios más que en el primer piso y siempre está copado, pues este hospital está dispuesto a los civiles también, tiene urgencias y especialistas más allá de los agentes, por ello, está ubicado cerca de la entrada sur donde está el camino que va a la ciudad.
Subo en el elevador hasta el piso cinco donde están las habitaciones más grandes saliendo al pasillo principal que tiene pasillos divididos a lado y lado. Cuando entro a la habitación de la chica que solicitó hablar conmigo, está recostada en la cama pues tuvo que ser operada del tobillo y la muñeca derechas, ya que al parecer cayó en un accidente de esa altura, provocando una lesión no tratada en su horrible cautiverio se volvió mucho más grave por ignorarla, por ello, apenas regresamos fue intervenida quirúrgicamente. Es una niña muy tierna y me recuerda a Stacey, aunque tiene el cabello castaño y es un poco mayor. La cama está en la mitad del espacio, dos mesas de noche metálicas con un solo cajón están a lado y lado, donde reposan dos lámparas de capuchón. Detrás de su espalda estás controles de oxígeno, el timbre de la enfermera, y todos los contactos que normalmente hay en las habitaciones, a la derecha de la puerta de entrada hay un sillón de dos plazas pegado a la ventana rectangular, que en este momento tiene un paisaje negro, solo se nota el alumbrado de la base.
-Hola Kayla ¿Cómo estás? -pregunto sonriéndole entregándole los chocolates que traigo en la mano, cuando llega la cena, pues ya son las siete de la noche. Le agradezco a la chica que lo trae poniéndolo en la mesa elevada de forma rectangular hecha para que los pacientes tengan como apoyar sus cosas allí, entre eso, la comida.
-¡Brigadier Falcon! Qué bueno tenerle aquí, quería hablar con usted -dice ilusionada recibiendo la cajita-. Me siento mucho mejor, pero no puedo apoyar el pie aún.
-Puedes decirme Isaac ¿Puedo sentarme? Señalo la esquina de la cama y ella asiente -le sonrío otra vez cuando se ríe tímidamente-. Me dijeron que querías hablar conmigo ¿Necesitas ayuda para comer?
-Sí, bueno, si no le molesta, Brigadier... perdón Isaac -responde y me acerco con gusto, no suelo hacer este tipo de cosas, pero Kayla deja salir el lado protector, quien no abandonaría a nadie. Le acerco todo preparándole los cubiertos, los platos que vienen cubiertos con protectores de calor en forma de domo y abro el caldo de carne que es aguado, pero al parecer sabe muy bien, ella puede comer sola, pero sí necesitaba quien destapara todo.
-Si quieres regreso mañana y te dejo comer.
-No, quiero decirle algo que me tiene la cabeza confundida...
Cuando empieza a hablar, apenas me puedo creer lo que dice. Resulta que Valkyria Sayyid las ayudaba y estaría fuera para sacarlas en una camioneta luego de dejar la escotilla sin seguro, las iba a sacar, pero debía tener mucha cautela por sus socios, así que Kayla se muestra angustiada por la suerte de pelinegra que está en las celdas de seguridad prioritaria. La pequeña está convencida de que la Sayyid menor no es realmente mala como su hermano, dice que tiene un lado más humano, aunque sigue siendo implacable cuando de manejar negocios se trata, no se deja meter los dedos a la boca y quita a quien le estorbe, aún así, el solo hecho de que quisiera sacarlas, la hace mejor que Abdul. Le contesto a Kayla que la suerte de Valkyria depende solo de ella, si colabora podría conseguir un buen acuerdo, pero lo difícil será hacerla hablar, La Triada los entrena para cortarse la lengua antes de delatarlos; sin embargo, tal vez ella sea diferente al ser más joven.
Cuando he saciado sus dudas, Kay queda más tranquila y cuando ha terminado su cena, le retiro la mesa y me despido prometiéndole regresar mañana, dice aburrirse mucho, tal vez le presente a Stacey también, sé que la Pelusa la haría su amiga en un 2x3, es más social que yo. Salgo del hospital y camino hacia la entrada sur donde se están despachando los trasportes externos que nos saca a la ciudad, pero cuando estoy subiendo a uno, Isabella me hace una seña agitando el brazo por encima de su cabeza, pidiendo que la espere, pero cierro la puerta más rápido ordenándole al agente manejando que arranque rápido, lo hace y lo último que veo de ella es su expresión desconcertada.
Unos cuarenta y cinco minutos después entro a casa, los perros vienen a saludarme con alegría y me agacho en cuclillas para acariciar sus cabezas. Los Pitbulls no son nada como los pintan, no son agresivos es por crianza, se vuelven máquinas de matar si así los moldeas pues sí es cierto que su mandíbula es fuerte y su anatomía lo es más, pero a Hypnos y Thanatos los he tenido en un ambiente de amor y se refleja en su bondad, su forma nada agresiva, aunque como todo perro, cuando cree que estás en riesgo, reaccionan sin piedad ante la amenaza.
Ceno ligero y me voy a dormir con un solo pensamiento maldito y es preguntarme qué respondió Fox ante la propuesta de Miller.
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Paso la noche solo, ignorando las llamadas de Isabella hasta me niego cuando viene al edificio, amenazando con llamar a la policía si no se iba. No tengo ganas de hablar con nadie, así que hoy, sábado, voy a recoger a Stacey, debe ir a la prueba de su vestido de fiesta sweet sixteen, quiere que Fox la acompañe para darle su opinión, pero le digo que se la cambio por la minion chismosa. La llamo y contesta Michael, le digo que me pase a la cabra loca de su novia, cosa que ella escucha llamándome animal de hielo.
La recojo apresurándonos pues se nos ha hecho un poco tarde, la temperatura está insoportable, así que pongo el aire acondicionado en máximo, refrescado el interior de la camioneta, esta tiene silletería en cuero negro, asientos amoldables y la pantalla de control empieza en el tablero tras el volante y se extiende horizontalmente hasta la mitad, allí se muestra la velocidad, las revoluciones, los niveles del motor y la última parte es la radio táctil. Cuando empecé a invertir en negocios junto a la bolsa de valores con poco dinero a los dieciocho años, nunca me imaginé que todo se expandiría y me permitiría, por ejemplo, gastar miles de dólares en tratamientos para mamá, cosa que agradezco y si me lo pidieran todo para salvarle la vida, lo daría, pero hay pocas cosas que el dinero no puede comprar, la salud en especial con el cáncer, es una de esas, no soy millonario ni mucho menos, pero es una fuente cuantiosa de ingresos, aun así, nada de eso salvará a mamá. Pensarlo me jode enterrándome el puñal envuelto en fuego ardiente en el pecho, pero es una realidad de la que no puedo escapar por más que quiera aislarme del dolor. Cuando muera, cosa que vendrá más rápido sin el trasplante, aunque incluso haciéndolo, la expectativa de vida sigue en meses y no años, no sé qué pasará.
Cuando llegamos al lugar la explosión de brillos, pedrería, vestidos pomposos, otros más delgados, de novia y trajes para caballeros, todos organizados algunos en maniquíes otros en perchas colgado con espejos entre espacio y espacio iluminado por luces pequeñas. Lámparas de cristal cuelgan del techo en pequeñas lágrimas que descomponen la luz haciendo pequeños arcoíris y los colores son los protagonistas del lugar pues hay de todas las variedades, siendo un éxtasis para la vista.
-¡Mi muñequita y mi Ken! -exclama Álvaro corriendo a nosotros, es primo hermano de mamá y el diseñador dueño de la tienda. Llevo mucho sin verle, pero sé que acompaña a mamá a sus citas con el doctor y a quimioterapias en la medida que su trabajo le permite-. ¡Qué hermosos ejemplares parió mi prima! -viene a abrazarme y le pongo las manos abiertas frente a mi pecho diciéndole con la mirada que ni lo piense, a lo que él se ríe.
-¿Por qué eres tan amargado, fuckboy? -pregunta Renata presentándose. Álvaro se vuelve loco con ella haciéndome torcer los ojos, mientras la halaga.
-Tío Alvy, ¿Cómo estás? -pregunta Pelusa abrazándolo. Álvaro es demasiado extrovertido para mi gusto, pero me hacen gracia las locuras que salen de su boca. Es alto, de pelo castaño claro casi rubio como la familia de mamá. Pronto se pierden hacia dentro de los vestidores y escucho un grito de emoción de Stacey.
-¿Puedo saber qué te pasa con Isabella? -pregunta Ren con tono demandante. Pone las manos en su cintura en posición de mamá indignada y me enfrenta con su mirada acusadora llena de muchas cosas, ninguna buena.
-¿De qué hablas? -pregunto revisando la parte de los trajes masculinos a ver si encuentro uno para la fiesta, pues aún no lo he comprado. No sé si llevar corbata o smoking con corbatín. Los reviso minuciosamente, los detalles, si tiene hilos sueltos, el largo de las mangas y del saco, el largo del pantalón y los colores, pero sé que terminaré decidiéndome por uno negr -. No tengo nada, este soy yo siendo yo.
-Fue a tu casa y te negaste, dijiste que por nada del mundo la dejaran subir o llamarías a la policía ¿Crees que soy idiota? -espeta enfrentándome.
-Si necesitaba algo se lo hubiera pedido a Miller -digo causando su risa divertida-. Dios eres también una molesta rama de espinas en el culo, ¿De qué carajos te ríes? -espeto sin entender nada.
-Te dije que mi chulada tenía un pretendiente listo para tener con ella lo que tú no quieres, ¿Cómo lo averiguaste? ¿estuviste hackeando cámaras?
-No, supongo que fue ver cómo le metía la lenga hasta las putas amígdalas. No me interesa nada ya -suelto porque pensé en ello toda la noche, me involucré demasiado, dejé que viera partes de mí que no debí, me expuse, permití que las cadenas cayeran y los muros se desmoronaran, pero me di contra el mundo.
-¿Qué quieres decir con eso? -pregunta recuperando la seriedad, tratando de llamar mi atención, pero sigo pasando los trajes con más cuidado
- Pude cogerme a Karen y a Sara en Afganistán, pero no lo hice desde la primera vez que Isabella y yo estuvimos juntos allá y sospecho que es porque estábamos en algo, pero llegamos a casa y resulta que ya anda besuqueándose con Miller. Significa que ya terminé como este drama -contesto totalmente iracundo.
-No puedes hacerle eso, Isaac, no seas tan maldito -pelea tratando de que le dé más atención a ella que a mi traje cuando no me interesa cualquier cosa dicha por ella en este momento.
-¿Hacerle qué? Dijiste que era el caballero de brillante armadura, el príncipe encantador, entonces que la monte en su caballo blanco y cabalguen hasta el atardecer -digo con tono sarcástico sintiendo una punzada en el estómago demasiado fuerte al pensarla con él, no puedo decidirme
-Piensa, Isaac, usa la maceta para algo más que llevar gel -espeta Renata dándome golpecitos en la cien con la punta de sus dedos-. Isabella te ha visto ser un mujeriego toda la vida, nunca le diste prioridad a ella, nunca pudiste llegar a decirle que la querías, porque así es. Te acuestas con el amor de tu hermano, tienes una relación con Sara, hasta coqueteas con Valkyria Sayyid ¿Crees que eso le da seguridad? lo más seguro es que lo haya apartado después. Chris Miller es todo lo contrario y está dispuesto a todo por ella, pero resulta que Isabella te quiere, por alguna razón se aferra a ti como una loca colgando del clavo ardiendo.
Me quedo callado porque tiene razón, mierda, es totalmente cierto, Isabella me ha visto con una y con otra, sin darle un lugar en mi vida como se lo merecía desde siempre, pero admitirlo me hará quedar como un idiota completo.
-Desde que pactamos ser solo nosotros, no me he cogido a nadie.
-Ella tampoco, pero vive con el miedo de que lo hagas porque no has demostrado más, al menos en ese sentido, en los otros como el apoyo y la ayuda sí, todo hay que decirlo, pero no eres estable
-¿Sabes qué siente por mí? El otro día me dijo que tenía necesidades y que yo iba a cubrirlas y ya -recuerdo resentido por los cuatro costados, nada más recordarlo me revuelve otra vez, aunque yo mismo me busco mis males, soy consciente de ello. La hiero con mis palabras y luego pretendo que ella no haga lo mismo.
-Sí, me lo contó, pero tú empezaste echándola en palabras poco amables, como acostumbras -dice ella cruzada de brazos.
-¿No tienes que ir por ahí a buscar un vestido? Te lo regalo, el que sea, con tal de que te calles -espeto sacándole otra risita irritante, no quiero seguir dándole vueltas al asunto de Isabella, pero Ren parece no querer entenderlo.
-Me lo puedo comprar yo misma, Ricky Ricón... Escucha, Isaac, sé que te llevaste una decepción cuando te diste cuenta de que ella había escogido a Fabián -murmura con comprensión, pues en un arrebato que no sé de dónde provino, me fui a desahogar con ella, pero con la condición de que no le dijera nada a Isabella, sorpresivamente, supo guardar con recelo el secreto-. Sé que la amabas, no sé ahora qué sucede en tus sentimientos, pero estoy segura que hay algo más que sexo. No harías todo esto por cualquiera, la ayuda en la venganza, la protección para que nadie le haga daño, pero sobre todo el bebé, aun cuando no te gustan los niños, estás dispuesto a ser su figura paterna y todo por ella. Así como tú temes otra decepción, ella aún más, porque nunca estuvo con muchos hombres como tú y las mujeres.
Stacey sale salvándome de la contestación, luciendo esplendorosa. El vestido está saliendo por un ojo de la cara, pero la felicidad que ella emana me haría comprarle cincuenta más, porque no es que tenga tanto dinero como para decir "Uff que millones", pero me puedo permitir ciertas cosas y podría pagar el tratamiento de mamá, pero el papeleo tardaría un poco y ella necesita atención seguida. El vestido es violeta, su color preferido, corte princesa con algunas capas que la hacen ver como sacada de un cuento de hadas, tiene detalles en pedrería en la parte del busto y la falda tiene una capa de tela superior con brillitos que resaltan más por las luces.
Renata se emociona llenando de halagos a Stacey y se los merece, se ve hermosa. Me emociono por dentro, aunque no lo demuestre mucho, no soy de decir sino de hacer. Mi hermanita y mi madre son a quienes amo más en todo el mundo, y sé que en los últimos meses la vida de la pelusa ha sido difícil por cuidar a mamá, así que verla feliz danzando en su vestido me hace olvidarme de todo.
-¿Y tú, ken? -pregunta Álvaro hacia mí-. ¿Vas a mandar a hacer el traje a medida? Sé lo pipirisnaice que eres.
-¿Hay tiempo? -pregunto revisando el vestido de Stacey en busca de desperfectos, no puedo evitarlo, soy perfeccionista ¿Qué le vamos a hacer? Paso la mano para sentir la textura, mientras ella destella como lo que es, una reina de belleza, pero lo que más resalta de mi hermana no es tanto lo físico sino la amabilidad, la dulzura, la alegría que siempre tiene y por ello tal vez no le he dicho lo que Theodore me hizo cuando ella era pequeña, la tortura, los golpes, los encierros, quizá nunca lo sepa y por la amenaza de él sobre hacerle daño a mi pequeña pelusa, hago todo lo que dice.
-¿Quién es el dueño del changarro, papito? -pregunta Álvaro como toda una diva afeminada, él es bisexual y no le da pena sacar ambos lados de sí mismo-. Yo, así que te tomo las medidas hoy si quieres y lo sacamos dos semanas antes de la fiesta de la muñequita.
-Está bien, y hazle uno a la minion chismosa también -sorprendo a Renata con mis palabras-. ¿Sabes cuales son las medidas de Isabella? Quiero darle uno, siempre quiso un modelo de Álvaro, pero no quiero que lo sepa -murmuro a Renata haciendo que tuerza los ojos negando con la cabeza en plan "Aquí va otra vez este pendejo"
-Yo la traeré bajo alguna excusa, pero me parece idiota tu plan -replica con una mueca en la boca.
Álvaro empieza entonces a tomar nuestras medidas, ella y yo escogemos el diseño de cada uno, mientras él pregunta cosas sobre la vida de Ren, que ella responde encantada, me parece que van a ser buenos amigos, igual de cotillas a decir verdad.
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Cuando llego al trabajo son las dos de la tarde, técnicamente aun debería estar en mis días libres, así que puedo manejar mi horario, me encamino al comedor a buscar café,
Algo no me cuadra desde que encontramos esas cosas bajo el piso, así que me dispongo a seguir investigando, no me deja tranquilo el hecho de que un video de Vladimir personal terminó metido en archivos del Consorcio, no tiene sentido alguno, una despedida para su hija no tiene nada de relevante, a menos que tenga que ver con eso de "La verdad está a la vuelta del pequeño mundo", hay algo que él quería decir y solo Isabella sabría la respuesta, aunque en este momento no la tenga. Me voy al edificio de inteligencia a los subsuelos, entrando a una de las salas de forma cuadrada con varios ordenadores, impresoras, una por cada PC y sus respectivos audífonos de cascos. Las paredes color arena dan una sensación de tranquilidad, cosa que se agradece porque ya estar bajo tierra es bastante malo. Camino por las hileras y me ubico en la más lejana, la que está pegada a la sección de organizadores y anaqueles con archivos. Entro al sistema a buscar el vídeo de nuevo a ver si puedo hacerle una copia, pero en el proceso noto que muchos archivos han sido clasificados nivel 4, los cuales no estaban así y solo contaríamos con la información del código alfa-numérico.
Voy directo al vídeo a ver si hay algo que haya omitido la primera vez, así que le doy play y examino sus palabras, la última vez Isabella no lo soportó y cerró el PC, así que hay más video, pero le pongo desde el inicio, poniendo más atención a lo último que vimos, pero primero busco quién lo subió al sistema ¿Por qué no lo borraron si es tan comprometedor? El usuario sale inactivo, pero pone N4, es decir, un General de tres estrellas en ese momento, lo subió años después del asesinato. Bajo el código de Vladimir "VFI-AMEA-BR-9980628"
Isa, mi amor, mi princesa hermosa, si alguna vez ves esto, significa que ya no estoy contigo y si es así, si tus hermosos ojos ven este video, espero que sea cuando estés grande y lo puedas manejar mejor. Te amo, hija mía, te amo por sobre todas las cosas, sé fuerte y valiente, porque si pasa mi pesadilla más frecuente, será difícil, pero estarás en las mejores manos con Lucio y Marina, aun así, desconfía de todos, las cosas no son lo que parecen, por lo que si un día quieres saber la verdad, está a la vuelta del pequeño mundo maravilloso... y siempre recuerda que el lobo más peligroso y despiadado siempre se oculta bajo la piel de una oveja que ha asesinado a sangre fría. De cierta manera, espero no tengas que ver esto nunca, aunque como veo las cosas, tu madre y yo estaremos cuidándote desde las estrellas del cielo... ¿Recuerdas? Las estrellas son pedacitos de almas que cuidan a sus seres amados.
Trago en seco al notar que su mirada se desvía constantemente al mismo punto, alguien estaba ahí cuando grababa ese video, así que continuo.
"Tienes acceso a un fideicomiso cuantioso que mamá y yo hemos hecho para ti desde que naciste, pero también el acceso a cajas de seguridad que esconden lo que seguramente en este momento te estás preguntando. Lucio tiene instrucciones para encontrar algunas cosas importantes para ti, espero pueda descifrar la forma en que le dejé el mensaje" -de pronto quien estaba ahí habla-. "Vladimir esto es una locura, tus planes con Carmen no tienen sentido, se están arriesgando mucho dejando migas por doquier" -dice con tono preocupado el desconocido y entre más habla, más me parece que he escuchado esa voz-. "Váyanse ya, no importa lo que diga el gobierno, ustedes son un peligro potencial para ellos, los eliminarán en cuanto tengan lo que buscan y podrían querer usar a Isabella"
«Ah, mierda, ¿El gobierno? ¿qué tiene que ver en esto? Lo último que falta es que la burocracia de este país esté involucrada en el asesinato» pienso sorprendido cuando el dichoso aparece en cámara, Ricardo Nieves, lo conozco porque le han hecho homenajes al igual que a Vladimir y Carmen por su labor y la forma en que murió poco después de ellos, sospechosamente, de hecho. Ahora que veo esto pienso en que, si las circunstancias de su muerte no han sido esclarecidas y sabía del embrollo de los Fox, podría estar relacionado.
"Vlad vete ahora mismo, tú y Carmen saben mucho y eso no les simpatiza a ellos, los ven como una bomba de tiempo que deben eliminar" estoy tan metido en la grabación que al sonar el sistema de comunicación doy un bote sobre la silla recordándome que debo ir a ver a Valkyria y camino hacia los separos, pero al entrar al edificio A, caminando por el pasillo que lleva al elevador Fox me llama, así que sin molestarme en girar, apresuro mi paso y cuando estoy dentro cierro la puerta con el botón dejándola estupefacta. Llevo al -5, lugar de sótanos de interrogación llegando primero a la oficina tras el gran espejo que se ve desde dentro de la sala, tomo las llaves de las esposas recibiendo instrucciones de Volkov que está aquí. Voy al pasillo devuelva para entrar por la puerta de la sala, ella está frente a mí esposada, su melena azabache está recogida en una cola de cabello despejando sus facciones libanesas.
-Un pajarito me contó que ibas a ayudar a las niñas, ¿Por qué ocultarlo? -le pregunto soltando sus esposas, dándole un voto de confianza. Se sorprende cuando me escucha de repente, y apenas se libera del agarre del metal se acaricia las muñecas enrojecidas con la marca.
-Vaya que tienes un problema en la cabeza ¿Hablas con los pájaros? -se ríe sarcásticamente-. No lo dije porque nunca me creerías... ¿Por qué me engañaste?
-Lo siento, es mi trabajo infiltrar y hacer caer a los traficantes, Valkyria, lo que no entiendo es cómo una mujer como tú, que fue la mejor de su clase, consiguió una beca por excelente desempeño y fue premiada en la ciudad donde vivía por obras de caridad, terminó metida en esta mierda. No es un mundo para ti -me siento al otro lado de la mesa cruzando las manos con los codos flexionados, mostrándole que me ha hecho investigar sobre ella.
-Mi familia me subyugó, Abdul convenció a mis padres de que debía dejar la "Estupidez de estudiar" para dedicarme a esto... juro que si pudiera lo cambiaría.
-¿Y si consigo un trato para ti? Puedes cambiar información por libertad, una nueva identidad, otro país si gustas, porque para quien pregunte, sigues en el Cocito de Afganistán -le aseguro moviendo la silla para quedar a su lado y no frente a ella al otro lado de la mesa-. Eres demasiado joven para arruinar tu vida, Valkyria, piénsalo.
-¿Y tú estarías ahí? Digo, debo confiar en alguien, pero no conozco a nadie más y sé que sentí algo de verdad en tu coqueteo, en tus palabras de aliento. No seremos mejores amigos, pero puedes ser una garantía -ofrece arqueando una de sus cejas pobladas, pero delineadas, aunque con uno que otro pelito por fuera de la forma porque no ha tenido acceso a un depilador.
-Sayyid, si acepta el trato, Falcon no se separará de su falda por los siglos de los siglos -dice Volkov por el altavoz antes de que pueda responder, haciendo que tuerza los ojos negando con la cabeza y un tic en la ceja-. Será su Au Pair si quiere.
-¿Te apellidas Falcon? ¿Cómo halcón? -pregunta ella, pero aún me muestro renuente, así que ella sigue hablando-. Si quieres que confíe en ti, empieza por tu nombre.
-Isaac Falcon Salvador -le estiro la mano con media sonrisa y ella la toma apretándola-. Un placer conocerte.
-Valkyria Teresa Sayyid -murmura haciendo que sonría más-. Sí, sí, no te burles de mi combinación de nombres, pero puedes llamarme Val.
-Debo irme, cuando vuelva traeré un abogado que te asesore y presente el acuerdo formal.
-¿Y si quisiera entrar como agente al Consorcio? -pregunta de pronto-. ¿Podría?
-Si nos da información útil sobre los Karaman y La Triada, la pondré de General ABS -dice Volkov.
-Ya oíste al todopoderoso omnipotente... nos vemos -me despido amable, pero no me convence del todo su inocencia, igualmente debo sentarme a trabajar en el acuerdo de Valkyria, conseguirle el abogado e investigar las farmacéuticas, su ubicación, entradas, calles adjuntas y todo lo relacionado con ello, debo pasar una estrategia de acción y hacer que los soldados hagan ciertos movimientos para lograr la eficacia del operativo
Abro la puerta y lo primero que veo es el rostro molesto de Isabella sorprendiéndome, bueno, en realidad dándome un susto de aquellos, no mames, diría Renata. Tiene la cara del hijo de Freddy Krueger y Pennywise.
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¿Qué les pareció?
¿Qué creen que le pasará al pobre Isaac con Isabella en modo diabla?
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