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Capítulo 21- La cruda verdad


Capítulo 21

La cruda verdad

"Con el tiempo es mejor una verdad dolorosa que una mentira útil"

Thomas Mann

¡DEDICADO A NIU_LOU! GRACIAS POR TODO EL APOYO, TUS PALABRAS Y QUEDARTE COMO LECTORA

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ISABELLA FOX

El shock sigue en mi mente, mientras detallo cada curva del rostro del asesino, la forma en triangulo de su nariz ancha a los lados, sus ojos saltones y las orejas ligeramente más abiertas de lo normal

—Creo que me equivoqué, tal vez lo vi en otro lugar y...

—Esto no es coincidencia, Isabella, este tipo es un asesino serial de agentes —dice en un susurro porque una persona de inteligencia va pasando mirándonos sospechosamente—. Ha matado a más de treinta de nosotros, que Vladimir y Carmen no estén aquí, no significa que no se un culpable. Sabes que todo con respecto a tus padres está protegido.

—¿Puedes acceder a las notas N4 de mamá? —le pregunto.

—Sí... Minion, ve a vigilar que no venga un agente en esta dirección —le dice Isaac a Ren—. Si no puedes retenerlo, di que necesitas las interceptaciones de Valkyria Sayyid porque la vas a interrogar antes de soltarla, pero asegúrate de decirlo fuerte para escucharlo desde aquí.

TRES ESTRELLAS ACCESO CONCEDIDO

Septiembre 25 de 1989

07:00 am

Son mis últimos días, recogeré los micrófonos con cautela esperando que hayan grabado satisfactoriamente desde la última vez que los chequé y obtuve su información. Vladimir no se dirige a mí ni siquiera para darme los buenos días, creo que todos han notado que algo pasa entre los dos y eso nos pone en riesgo, pero lo entiendo completamente, así que me hago a la idea de que el divorcio es inminente, aunque desde nuestra primera pelea por Karenina supe que ya nuestro matrimonio pendía de un hilo.

14:00 horas

Teobaldo me interceptó y me arrastró hasta el sótano de torturas junto con Kadir, donde reafirmaron su amenaza de descuartizarme si era una traidora, pero desde que se enteraron de la noticia parecen aguantarse por respeto, aunque sé que nada me salvará si algún día conocen mi trabajo como Praetor y es increíble como más de dos años de infiltraciones se arruinen por un error, uno con el que siempre cargaré sin importar qué decisión tome con respecto al embarazo.

Septiembre 30 de 1989

Thomas no hace más que halagarme, me dice que el embarazo me sienta, pero lo veo cada vez menos porque busca alejarse de su padre a como dé lugar y cuando no le veo una sensación de vacío se apodera de mí, haciendo que me sienta como idiota ¿Cómo dejé que pasara? Luché con Ramón Santo Domingo por un matrimonio que yo misma eché al traste porque Vladimir sabe que lo que hice no fue precisamente solo por la misión, aunque por el bebé se ha acercado y acaricia mi vientre con una sonrisa tierna, pero oficialmente la bomba ha explotado en la organización, Karenina me persiguió a través del jardín laberinto de la fortaleza Karaman acorralándome y amenazando con sacarme el feto allí mismo porque según ella lo hice a propósito, golpeándome hasta dejarme casi inconsciente y abalanzándome sobre mi cuerpo que hasta que llegó Teobaldo atraído por mis gritos puesto que no podía demostrar mis habilidades para el combate cuerpo a cuerpo, a detenerla. Fue ahí donde sentí el verdadero temor a perder a la vida en mi vientre, la primera vez que sentí la conexión con ella al estar a punto de perderla. Esa mujer hubiera sido capaz de todo con tal de asesinar a quien considera un obstáculo en su camino.

Siento un escalofrío escalar por mi espina dorsal, al mismo tiempo que toda mi piel se eriza por la información frente a mis ojos llenándose de lágrimas ardientes tras mis párpados «¿Karenina Petrova trató de matarme en el vientre de mamá?» piezas de rompecabezas se empiezan a ensamblar, si Kadir Karaman y Teobaldo defendieron a Carmen ¿Hubieran sido capaces de cazarla como animal?. Isaac está igual de concentrado a mí, empezando a pasar las páginas digitales.

Octubre 1 de 1989

Erick Volkov sigue siendo un hijo de perra, la idea del aborto le sigue pareciendo lo más sensato, dice textualmente "Ese bastardo no debe nacer" pero ¿cómo podría él saber el amor por un hijo si tiene el alma y el corazón tan secos como el desierto? Por eso se lleva tan bien con la hija de Vlad, Alexa definitivamente está aprendiendo su forma absurda de actuar, aunque tengo pánico de que mi pequeño o pequeña herede los genes malignos de su padre, la maldición de la luna, la marca de Caín, por algo le nombraron alias "Cobra". Por otro lado, Thomas insiste en que me vaya con él, dice que soy el amor de su vida aun cuando me ha descubierto, sí, ayer me enteré, pero contrario a cómo pensé que sería su reacción, me besó y abrazó diciendo "Ya lo sabía, pero te amo tanto que no me importa", Sofía Deveraux, madre de Thomas y esposa de Kadir, también lo sabía. Le comenté sobre Karenina y él me dijo que la pondría en su lugar.

Octubre 15 de 1989

Es oficial, Mijaíl Volkov ha dado la orden de retirarnos de la misión. Cuando me fui a despedir de Thomas, sus lágrimas incontenibles me conmovieron tanto que terminé en sus brazos llorando, aferrándome a quien también amo, porque mi corazón está dividido entre él y Vladimir, igual pasó cuando llegó Sofía quien ha sido una madre para mí desde el inicio a pesar de todo y le prometo ponerle su nombre si el bebé es niña, Sofía Isabella Santo Domingo, será la luz de mis ojos, el amor de mi vida, no me separaré y evitaré que caiga en la oscuridad propia de sus genes, lo juro por mi vida.

No puedo seguir leyendo, la pequeña oficina parece encogerse a mi alrededor cuando empiezo a sudar frío cayendo a las puertas de un ataque de pánico abrumador, pero no pasa, simplemente me siento llena de emociones negativas dinamitando todo dentro de mí, pero un ataque como tal aun no llega.

«¿Tengo una hermana?»

Isaac se pone en pie abrazándome y pasando las manos por mis brazos devolviéndome un poco de calor, al tiempo de susurros de "Todo está bien, aquí estoy" hasta que, al alzar la mirada cargada de tragedia, mamá vuelve. Está vestida con la ropa que llevaba el día del asesinato, chorreada de la sangre cayendo por su cuello, así que me revuelvo inquieta, aterrada, dentro del abrazo de Isaac quien no puede ver la representación macabra de mi memoria, trato de soltar un grito, pero Isaac pone un beso para acallar los sonidos, pero no puede hacer nada ante los sollozos causados por las palabras que empieza a decir Carmen.

"Muy en el fondo sabes la verdad sobre ti misma, todo esto pasó por tu culpa"

Caigo al suelo empezando a llorar como llevo tiempo sin hacerlo, un ritmo desconsolado que no halla control alguno en el camino de la verdad dolorosa acuchillándome con la misma navaja que les arrebató la vida a mis padres, con Isaac abrazándome. Siento el abrazo de él quien besa mi frente apretándome más, pero tratando de alejarlo del sifón descontrolado de destrucción llenándome me zafo de sus brazos con un empujón.

—No te acerques, soy corrosiva, venenosa, estoy desequilibrada —digo temblando cuando me pongo en pie—. No quiero hacerte daño —me sigue halándome por un brazo empezando un forcejeo entre los dos donde me niego a su consuelo por miedo a caer en un lapsus en que le haría daño, me suelto alejándome a una esquina, él me vuelve a llevar a su cuerpo, susurrando en mi oído "No importa lo que digas, no te voy a dejar sola"

Suspiro en su pecho calmándome con la calidez y el sonido de un corazón latiente como un caballo desbocado, chocando otra vez con sus palabras sobre "No pasar la línea" cuando se está involucrando hasta los huesos. No sé cuanto pasa, pero regreso a la normalidad poco a poco, le agradezco aunque me siento avergonzada de que él me haya visto en ese estado, justo cuando escuchamos a Renata hablar con la frase, obligándome a sacudirme de la pesadez. Rápidamente cierro el historial de búsqueda, el expediente del tipo, pero no alcanzo a cerrar las notas de mamá antes de que el agente entre y lo vea por un momento

—¿Puedo ayudarles? —nos sobresalta la voz de un Teniente del C.E.P.I en la puerta de la división, mientras mira nuestras placas de identificación—. Brigadieres.

—No, no, de hecho ya nos íbamos —saco la foto del escáner rápidamente—. Buscábamos sospechosos del operativo de ayer.

—¿Por qué usan reconocimiento facial? ¿cuentan con autorización acaso? —inquiere agresivamente, estrechando sus ojos rasgados en claras facciones orientales, mientras aprieta la manija que aun no suelta con fuerza.

—No necesitamos autorización para ese proceso.

—No, pero para abrir expedientes clase 4 sí —espeta el agente con petulancia—. No pueden hacer lo que les nace de las narices solo porque vienen de Nevada.

—Estamos buscando a uno de los bandidos de la misión —interviene Falcon—. ¿Y quién le dice a usted que no tenemos autorización?

—Ya... Ustedes vienen con la comisión ¿No?

—Sí, pero ya mismo nos vamos —dice Isaac, toma mi cintura halando hasta llevarme fuera, pero me anclo al piso por una razón extraña, algo en sus palabras no me gusta y aún estoy encendida por el fuego de la incertidumbre.

—¿Por qué el interrogatorio? —alcanzo a preguntar picada de genio, mientras Isaac sigue intentando llevarme—. ¿Tenemos cara de delincuentes? ¿le parecemos traidores a la patria?

—Shh —me calla Falcon.

—El General Volkov y el General Pedraza le ha limitado el acceso a dos Brigadieres en específico, sus números son...

—No somos nosotros, así que hasta nunca jamás —murmura Isaac, luego me toma por las piernas y me sube a su hombro dejando mi cabeza colgando a su espalda sacándome del pasillo hasta llegar al ascensor donde Renata nos espera con las puertas abiertas con el botón.

—¡Oye, Falcon, no soy bulto de papas! —espeto por todo el camino hasta que ya estamos en camino a la superficie

—¡Ojalá fueras un puto bulto de papas! Serías más prudente, mierda. ¿Viste que nos acusará con Volkov?

Me quedo callada con los brazos cruzados resoplando.

—Alcancé a borrar el historial de búsqueda ¿Servirá de algo? —digo en bajo, el elevador también tiene micrófonos.

—¿Sabes el significado de "Departamento de inteligencia"? —replica de vuelta tratándome de tonta.

—Animal del monte.

—Potra imprudente salvaje.

Llegamos primer piso del edificio y salimos escopeteados tratando de no levantar sospechas, aunque tres agentes saliendo como pirotecnia sin palo no es precisamente discreto, justo al escuchar el sistema de comunicación.

Brigadier Isaac Falcon Salvador es requerido en sala audiovisual edificio A, piso 5... Brigadier Isaac Falcon Salvador es requerido en sala audiovisual edificio A, piso 5... Brigadier Isaac Falcon Salvador es requerido en sala audiovisual edificio A, piso 5

—Me voy, pero Renata, evita que siga haciendo pendejadas monumentales.

Isaac se va ante el llamado y me deja con Ren, a quien le cuento con pelos y señales lo descubierto en las notas de mamá, ella me mira impávida tan desconcertada como yo lo estuve porque mamá nunca mencionó nada sobre ese tema, sobre Thomás o Sofía, y ahora sé de dónde viene mi nombre. Encontramos con Alana quien nota mi estado alterado e indaga por ello, acompañándonos de vuelta a mi oficina donde me encuentro al Brigadier Mazzeo quien me saluda eufórico trayendo varios expedientes del C.E.P.I entre las manos pues debemos armar la estrategia que debo presentar ante Lucio compitiendo con la de Isaac.

—¿Vas a ser una de mis damas de honor, Ren? —le pregunta Al con un expediente en la mano con su buen humor del día de hoy—. Por favor.

—Corazón, no estoy de acuerdo con que te cases y no sé si quiera estar ahí para ver cómo te arruinas la vida —responde Renata leyendo expedientes también. Mazzeo la mira impresionado por la sinceridad típica de ella como algo inherente a su personalidad.

—Luka me ama —replica Al—. Solo debo trabajar menos y pasar más tiempo con él.

—Ya... ¿Y cómo planeas ascender si trabajas menos? Has hablado de ello seguido ¿Vas a detener tu vida por él?

—¿Vas a ser mi dama sí o no? Sé que a veces chocamos porque soy muy seria y tú eres muy tú, pero te quiero mucho —dice de vuelta la pelinegra hacia Ren.

—Voy a estar ahí para ti, aunque no lo quiera, pero ten en cuenta que no me gusta ese hombre para ti. Espero de corazón que no te lastime y si lo hace le romperé la nariz —dice haciendo el movimiento de los puños al aire como si boxeara, sacándonos risas sonoras por su expresión super seria/indignada y Al la abraza fuerte. Ella parece muy ruda, aunque sé de su lado tierno y amoroso, así como protector con quienes ama. Papá llega tocando la puerta y nos acercamos a él.

—¿Cómo están mis dos hijas preciosas? —dice Lucio abrazándonos al mismo tiempo, pero Alana se zafa como avergonzada, yo por otro lado lo abrazo más fuerte. No he podido ver a papá en días y es extraño ya que en Nevada nos vemos todos los días en el trabajo, no sé cómo Alana no deja que la abrace, no importa cuanto crezcamos, siempre será papá.

—Bien, bien, ya quiero que se acabe la infiltración, estoy un poco incómoda —-murmuro fingiendo fastidio por compartir con Falcon, para no levantar sospechas en nadie más, queriendo ser más discreta, antes de ser descubierta como Renata lo ha hecho—. Vivir con Isaac está enloqueciéndome.

—Me lo imagino —escupe Alana con fastidio—. Ese animal debe ser un invivible.

«A ver, solo yo puedo decirle animal a mi animal del monte»

—En realidad no es tan malo, pero tampoco es mi persona favorita —sigo mintiendo.

—Todo en inteligencia sugiere que las armas sí están en esa bodega, lo único faltante es la confirmación, no podemos ponerla sobre aviso de nuevo. Si todo sale bien, en menos de dos semanas se acabará tu misión —dice Lucio entregándome un informe en una carpeta transparente con el logo del Consorcio encima donde están las transcripciones de llamadas, ubicaciones y varios elementos con Valkyria de centro, aunque la niña es inteligente, mucho más que su hermano quien ya está en los calabozos del Cocito sin medicalización.

—¿Ya la interrogaron? —pregunta Mazzeo.

—No, venía por Isabella, porque quieren una lectura de gestos —murmura papá, por ello salimos todos de mi oficina encaminados al ascensor para baja al sub suelo -3 donde están las salas de interrogación. Por la cámara térmica los contornos de nuestros cuerpos se delinean y muestran en el panel del ascensor justo en la pared adyacente de los botones, cuando finalmente llegamos nos encontramos con un largo pasillo de suelos en cerámica blanca con puertas a lado y lado, unas a las salas, otras a la zona de observación y control.

Vemos a través del vidrio blindado unidireccional que del lado de Valkyria tiene un espejo, pero ella sabe que hay alguien viéndola, su pelo negro azabache está suelto ligeramente ondulado al natural brilla bajo las múltiples luces blancas sobre su cabeza llegando un poco más debajo de sus hombros, pareciendo con sus rasgos libaneses delicadas una maldita modelo de pasarela con sus curvas definidas haciéndola ver mayor, dentro de un enterizo rojo vino ajustándose a sus caderas, lo que llevaba el día de la captura. Camina de un lado al otro con lo brazos cruzados, una de las formas de tortura que más me gusta es esta, dejarlos sabiéndose bajo tierra en un habitáculo pequeño en total silencio como si estuvieran solos en el mundo, porque incluso el silencio más absoluto te enloquece a niveles estrafalarios aun más sin saber cuando, cómo o dónde regresará una persona para romper el hilo de soledad y ella lleva allí más de quince horas consecutivas sin comida ni agua.

—¡¿Me van a tener hasta morir aquí?! —grita finalmente rompiéndose y dibujando una sonrisa en mi rostro ante su desesperación—. Ey, sé que están ahí —golpea el vidrio tratando de ver, pero es inútil. Pronto entra un agente del C.E.P.I con agua en botella de plástico y un emparedado sellado.

—Buena tarde, soy Gabriel Smith —dice el hombre, instándola a sentarse, pero ella no lo hace causando un apretón por parte de él en el hombro bajándola hasta quedan sentándola en la silla, enganchando esposas en sus muñecas para luego amarrar la cadena que las une a ganchos adosados en la mesa, el también lo hace con la silla que está al otro lado de la mesa cruzando las manos sobre esta con los codos apoyados en una posición de calma extrema—. Hagamos esto rápido, ¿Dónde están las niñas?

—Ustedes encontraron la bodega, es lo único que tenía para almacenar ¿Estaban? No, porque ni idea de lo que habla —responde ella bebiendo del agua con una actitud desafiante—. Mi hermano es el que trafica con mujeres, yo no.

—No es la única bodega, cuéntanos algo y habrá beneficios ¿Quién más ha estado en este movimiento? ¿o podría describir a Kaan Karaman?

—Kaan es un bombón —se ríe ella—. Maldito cabrón guaperas, convence a cualquiera con esos ojos.

—Descríbalo con un agente de retrato hablado.

—Jamás, primero presa que descuartizada en un caño, pero le advierto Kaan Karaman es un fantasma que puede estar a su espalda un día en la calle, delante en la fila del banco, a su lado en una aglomeración de personas. Además de tener ojos hasta dentro de su culo, agente, porque está más cerca de lo que cualquiera de ustedes, soldados de pacotilla, podría imaginarse —responde ella. La inclinación de su cuerpo como si estuviera realmente segura de lo que dice me hace saber de la veracidad de sus palabras, está confiada y no necesita alejarse para no ser descubierta, es capaz de mirar a los ojos del agente y evita pasar saliva en seco. Mentir con las palabras es fácil, aun más si estás acostumbrado a que toda tu vida gire en torno a una mentira, pero el subconsciente actúa de forma automática a través de gestos involuntarios y Valkyria no ha hecho ninguno.

—¿Sabe que puede quedar en libertad si ayuda a realizar el retrato hablado?

—¿Sabe que no tengo ordenes de captura? —replica ella en tono petulante—. Ni una multa de tráfico en mi contra ¿O no? Si me tiene aquí es para asustarme, doblegarme hasta hacerme perder la cordura —el agente retira los codos de la mesa, y sé su siguiente movimiento, busca en el lateral de la mesa, oprimiendo sin piedad el botón de corriente, e inmediatamente ella grita por la electrocución que llega a ser muy dolorosa, a través de los conductos de la mesa y de lo que está hecha, pero no te deja inconsciente o muerto,

—No quise hacer esto, pero mi paciencia tiene un límite y no muy alto —dice Smith con fingida parsimonia poniéndose en pie para andar por el espacio despreocupadamente, hasta detenerse a la espalda de ella, poniendo ambas palmas en sus hombros apretando de nuevo. Ella estrecha los ojos haciendo la primera mueca de nerviosismo tragando en seco, después de todo, no tiene la piel tan curtida como cree.

—¿Dónde está Karaman?

—En un lugar de planeta tierra, en el espacio no, se lo aseguro —se burla ella tratando de ocultar sus nervios, haciendo una seña y de este lado el agente regulador que siempre está sentado tras el vidrio durante un interrogatorio, para pasar otra carga eléctrica, pero esta es más fuerte. Valkyria empieza a verse mal, palidece de repente más aun cuando le pasan una nueva carga que arranca un alarido que me pone los vellos de punta, conmoviéndome como rara vez pasa con los interrogados, pero verla tan joven y sufriendo por haber tomado la pésima decisión de entrar en el tráfico, causa algo en mí.

Valkyria parece a punto de desmayarse y un ligero temblor en las manos la delata, pero no puedo interferir de ninguna manera, no es mi responsabilidad su caso, pero como llegado del cielo abre la puerta un agente dejando pasar a un hombre alto barbado, con facciones afganas que entra como alma que lleva el diablo.

—Buenas tardes, soy el abogado de la señorita Sayyid —saluda en tono serio.

—¿Cómo llegó hasta aquí? No le hemos dejado llamar —replica el agente—. ¿Alguien le sopló?

—No importa cómo, estoy aquí y si no me muestra una orden de captura o deportación, me temo que puedo sacarla ¿La tiene?

—No, pero estaba en flagrancia con las armas.

—Eso no amerita encarcelamiento por parte de ustedes, así que haga el papeleo para sacarla —responde el abogado totalmente seguro de sus palabras. Smith gruñe con impotencia y sale de la sala dando un portazo.

—Es cierto ¿Cómo supo de la captura? —le digo a mis acompañantes—. Karaman dijo en una ocasión algo que sonó a un infiltrado ¿Qué opinas, papá?

—Me parece raro, mucho en realidad ¿Por qué Karaman sabía sobre la captura de Abdul Sayyid inmediatamente? Todos sus colaboradores fueron arrestados.

—Un sapo, hay un sapo en el Consorcio Praetor —digo con firmeza atando cabos sueltos de cómo Karaman está informado de cada paso que doy, todo con respecto a mí y debe ser alguien en la operación de la comisión. Isaac llega de pronto mirando a la pelinegra con la misma fijación odiosa de antes, como si se deslumbrara con la belleza de la mujer, pero lo peor es que no puedo hacer nada, no somos algo para hacerle una escena de celos absurdos.

Se sonríe con la vista puesta en Valkyria haciendo estallar mi pulso de puros celos, torciendo los ojos cosa que nota porque en ese momento me miraba.

—Isaff debe estar listo ¿A qué hora nos vamos? —pregunta él para aligerar el ambiente.

—Me imagino el cuarto que le harás al bebé en Nevada —dice Alana emocionada, sabe de mis intenciones igual a Lucio, ambos me apoyan en esa loca decisión. Hablé con la entidad del gobierno para los niños como las casas hogar y ellos revisaron mi solicitud porque literalmente al morir sus padres y no tener familia, queda en su poder la custodia del pequeño, pero los funcionarios estando saturados, me aprobaron sin tanto problema.

—Será hermoso, me llamas al armar todo ¿Sí? Es mi primer nieto, debo estar en esa construcción —dice Lucio sonriente, pero Alana desvía de nuevo la mirada cambiando su expresión a una de ira con fastidio.

De pronto, entra Volkov con su porte altivo usual ganándose sin mediar palabra alguna una mirada de lanza por parte de Isaac, que solo le falta gruñirle.

—Fox —dice él con tono contundente—. ¿Hizo su trabajo?

—Sí General Volkov —le digo en tono sarcástico, por alguna razón este desalmado quiso que mi madre me abortara, casi lo logró y nunca fue capaz de decirme nada, ni una palabra sobre eso, que conocía tanto a mi madre o que él estaba en la operación Black Widow conociendo a mis padres realmente cerca.

—¿Qué dice de Sayyid menor?

—No dijo mucho antes de que llegara el abogado, es muy poco para hace una lectura completa, pero la forma de acomodar su cuerpo, la posición de sus manos y los gestos de su rostro indican que no está mintiendo, se nota segura de lo que dice y es eso o es una espectacular mentirosa —termino tratando a toda costa de no ser evidente.

—Puede ser la primera —murmura Volkov.

—Debemos irnos —dice Isaac apresurándome.

—Tomaré una ducha y estaré lista ¿Vale?

—No, deben irse mañana, la excusa que se ha dado en el restaurante es la del niño enfermo por tres días, así que se cumplen mañana —murmura Lucio.

—De todas maneras tengo que bañarme, este maldito calor me derretirá.

Salgo de allí pues Valkyria no hablará más, pero primero iré a visitar a mi bebé hermoso atravesando la base hasta el edificio médico, donde está la guardería de niños bajo supervisión psicológica y pronto lo encuentro gateando en la zona de bebés con un mameluco negro con muñequitos amarillos con forma de estrella con ojitos. Cuando me ve se sienta estirando sus bracitos diciendo "mamá" en dari, justo cuando llega Isaac con algo inesperado, un paquete de pañales de piel sensible, lo que necesita el pequeño, fórmula, talco, y como 10 mamelucos doblados y metidos en orden en una bolsa trasparente, pero cuando él me ve se asusta.

—¿No te ibas a bañar? ¿qué haces aquí? —exclama confundido con cara de "puta madre, me han descubierto"

—Viendo que no eres tan iceberg como yo pensaba ¿de dónde sacaste todo eso?

—Lo robé de la tienda con premeditación, alevosía, nocturnidad y mucha, mucha violencia —responde con su usual tono sarcástico irritante—. Lo mandé a comprar, cerecita. El pequeño Banshee se estaba quedando sin eso ¿O no? Y no paras de parlotear que los malditos pañales le irritan.

Sonreírme de forma tierna es inevitable.

—Ya... ¿Quieres cargarlo? Parece que quiere que lo hagas —digo porque Isaff estira los bracitos hacia él, así que deja las cosas en la mesa de la entrada y carga al bebé que se ríe.

—¿Cómo estás cerecito jr? ¿te has portado bien o estás en modo Banshee? Porque no debes portarte mal —murmura, pero no en ese tono aniñado con que muchas veces le hablamos a los bebés, no, su tono es serio como si hablara con un adulto—. Por cierto, ¿Quién putas te vistió, Isaff? ¿qué es ese trapo tan horroroso? No mi rey, eso te quita seriedad, Isabella, cámbialo por uno de los que traje, parece que le pusieron el mameluco en la oscuridad.

—Aguafiestas, le queda perfecto ¿Cierto, mi amor? —Isaff se ríe de nuevo tratando de aplaudir.

—No, si va a ser mi hijo postizo que lo sea bien, no con esas estrellas que parecen drogadas con happy brownies.

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Más tarde luego de ir al comedor a cenar con Lucio, Alana, Renata y Mazzeo juntos, pero sentí todo el tiempo la mirada de Isaac en mí y en un par de ocasiones le devolví el gesto coqueta. Cuando voy regresando abriendo la puerta de mi habitación en medio del pasillo vacío, siento la dureza de un cuerpo en mi espalda que me empuja hasta que se mete conmigo poniendo pestillo.

—Tengo que bañarme, Isaac, no deberías estar aquí; alguien te puede ver —suspiro sintiendo su boca explorar mi cuello desde atrás, con sus manos apoyadas en mi cintura.

—Te tengo una propuesta —responde en un tono seductor bajo, pero completamente excitante.

—¿Indecente?

—Siempre, cerecita... tomemos una ducha juntos, hay que ahorrar agua —el tono serio de su voz como si de verdad estuviera pensando en el medio ambiente me hace reír sucumbiendo a la tentación, así que le tomo la mano y nos dirigimos al baño donde me desviste con una lentitud que parece excitarle más y más a medida que va deslizando la ropa de entrenamiento por mi cuerpo dejándome desnuda como yo a él, recordándome la mañana del día de mi boda cuando hicimos lo mismo antes de que él se marchara. Me besa pegándose a mi cuerpo, pero baja sus labios lentamente por el valle de mis pechos para hacer algo que no me espero, besa mis cicatrices con delicadeza, devoción y ternura, estremeciéndome pues en donde Fabián me hizo sentir que la vida se me iba sin remedio, Isaac me da besos adorando toda mi piel sin importarle aquellas líneas irregulares poco atractivas. Todo dentro de mí se sensibiliza agudizando mis sentidos por la explosión de estímulos placenteros que él es capaz de disparar, me toma enroscándome en su cintura entrando a la ducha con el agua caliente chocando con nuestros cuerpos embebidos en lujuria.

Pronto se desliza con fiereza dentro de mí comenzando un vaivén llevándome a la pérdida momentánea de la cordura, sentirlo y escucharlo sumergido en un mar de placer, me excita aún más sacando gemidos incontenibles, algunos con su nombre, otros pequeños grititos que trato de acallar besándolo desenfrenadamente. El agua aumenta mi estado con su calidez, aunque lo estoy más por dentro, recibiéndolo con cada embate más contundente que el anterior.

—Eres adictiva, Bella —murmura diciéndome el mismo diminutivo que solo usa al tener sexo—. Una puta droga más fuerte que el fentanilo y soy un drogadicto buscando su dosis.

—Tú no eres precisamente algo que se pueda evitar —muerdo su cuello luego de hablar y el orgasmo me visita llenando todo mi cuerpo del placer entre sus brazos fuertes, a los que me aferro con las uñas haciéndole arañazos.

—Haces que toque el cielo con las manos —su voz ronca acelera todo dentro de mí, antes de sentir su orgasmo llenarme, afortunadamente tomo anticonceptivos desde hace un tiempo. Cuando ambos hemos recuperado la respiración terminamos de bañarnos enjabonando al otro, para salir a los cuarenta minutos, pronto nos secamos y él se pone su boxer, metiéndose en la cama y yo con solo una camiseta oversize sacada de mis cosas además de mis bragas, me meto junto a él acomodándome sobre su pecho, pasa el brazo a mi alrededor y traza figuras imaginarias en mi piel

—¿En qué piensas? —le pregunto casi viendo las maquinaciones en su mente—. ¿Vas a dormir conmigo?

—Si no tuviera planeado quedarme desde un inicio, me hubiese largado a la mierda hace rato.

—Que basto eres, Dios —niego con la cabeza acomodándome.

—Bien que te gusta, cerecita, no lo niegues, sobre todo cuando estamos haciéndolo —me pone de lado para besarme lentamente, demasiado, creando un hormigueo en mi estómago como la Isabella enamorada de él, pero ahora no me puedo dar el lujo de volver a quererle tanto como alguna vez lo hice. Engancha mi rodilla en su mano pasándola por su cadera, pero no le siento una intensión sexual.

—¿Qué harás con Fabián cuando regresemos? —pregunta en medio de besos.

—Estoy separada, Isaac, nunca consideré volver con él... no te mentiré, fue un gran amor, pero ese amor casi me mata y me llevaré al bebé, no necesito su opinión —al salir mis palabras siento un ardor en la garganta porque sé de la bondad de Fabián antes del alcohol, su ternura, la manera en que me protegía siempre, pero nada de eso existe ya, la maldita adicción solo dejó pedazos rotos del hombre que he amado por muchos años.

—Si necesitas un apellido para respaldar la adopción legal cuando estemos en Nevada, cuenta con el mío... pero no te daré manutención para el Banshee, ni iré a platicas paternales, no más te advierto —bromea sonriéndome de forma perfecta—. Yo ya tengo hijos, mis pitbulls.

—Gracias —digo poniendo la cabeza en su pecho—. Gracias por todo, sobre todo por mostrarme esa parte de ti que casi nadie conoce —en algo que no espero me abraza con fuerza aspirando el aroma de mi cabello para dejar un beso en mi coronilla y susurrar.

"Solo confío en ti"

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