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III






Montaña Paoz, horas de la mañana.

En la montaña Paoz en una armoniosa casa rodeada por los más lindos paisajes, el hombre más poderoso del universo siete, tenía una fuerte discusión con su esposa, heredera directa del dios de la guerra Ares. Goku, había visto a su Milk, teniendo una conversación explicativa para con un personaje que él no conocía y que definitivamente iba averiguar quién era.

— ¿Me puedes explicar quién o qué es Misagi- Chan? —Estaba enfadado, el Saiyayin de corazón noble, de sonrisa tranquila y fuerza inquebrantable. En esa ocasión no tenía ni la mirada pasiva, ni el corazón tranquilo. Estaba celoso, muy celoso. Tanto que su molestia llegaba a la C.C. por medio de su kí.

Milk, colocando los brazos en jarra, respondió con cierto descaro, aun no era luna llena y ella estaba relativamente preocupada por su nieta, no tenia ni idea como ayudarla en un futuro respondió.

—Es un amigo — extrañamente relajada, no estaba haciendo nada malo para una escena de celos— ¿no puedo tener amigos? — pregunto y el asintió—tu tienes muchos amigos y amigas—suspiro —y ya no me pongo así. —Goku sabía que ella se desvivía por su familia, merecía amistades, pero ese tipo le traía desconcierto, no confiaba en aquel hombre sin conocerlo, ya le traía mala espina— ¿Estas celoso?

—Ummm — de inmediato disimulo bajando su Ki, ya que recordó los problemas causados, cuando su apreciado suegro Ox- Satán realizo una gran fiesta celebrando el primer año de vida de su hijo Gohan. Haciendo conmemorar en su mente 'cuando un amigo de su Milk' se le acercó de una manera inadecuada para él, ya que Son Goku hacia lo mismo y luego la giraba para besarla.

Al tipo lo tuvieron que llevar al hospital por la golpiza dada por el hombre de Dogi naranja. Desde aquella vez no sentía ese sentimiento tan desequilibrado, ese sentimiento que era una revoltura entre el miedo y la ira, hasta ese momento, porque su esposa le daba motivos. Era por eso mejor decir la verdad —Si estoy celoso. — Bajo la cabeza uniendo los dedos avergonzado como un niño — ¿Me vas a dejar por ese tipo?

A nuestra Hipólita se le enterneció el corazón, pero era el momento preciso para reclamar algo que nunca le dijo, nunca creyó en sus muchos años de casada con el hombre que tenía al frente, escucharle esas palabras... La verdad en cierta época de su vida lo pensó, pero no lo hizo, ya que ver el reflejo de Goku en Goten le hacía tener esperanza de que volvería a estar con ella y ahí estaban los dos criando a su Goten y ahora estarían juntos para Pan.

—Es lo que te buscas— el Saiyayin frunció el ceño, pero espero la explicación que su esposa debía darle, aquella mujer que iba de aquí para haya organizado la casa. En esos días había estado extraña, presintiendo aún más de lo normal—, al irte durante tantos años, haciéndote el muerto para que nadie te molestara en tus entrenamientos, dejándome a mí el trabajo de criar a Gohan y Goten. No es justo, pero... —ella se paró con una escoba en las manos y continuo, recriminando, pero antes —no me iré — seguía limpiando con rapidez también agitada, ella había notado esa mirada loca, que a larga y ultima le hacía enloquecer... después de todo era luna llena, para darse cuenta miro el calendario — Misagi es un amigo que conocí un día al ir hacer las compras, justo después de tu muerte ante Cell cuando quisiste ser el héroe.

Su esposa tenía muy buenas razones para dejarlo, es que pensándolo bien podría tener todas las razones para dejarlo solo y poder vivir sin dolor, sin angustia, sin lágrimas en sus hermosos ojos negros que a la larga lo conectaban con la realidad.

Pero ella era la razón principal para sacrificarse en esas ocasiones. Si nunca se lo dijo, fue porque como buen ignorante Saiyayin. NO LO SABÍA, además de ser criado por un guerrero humano, no sabía de sentimientos y agradecía a Kami, que sus hijos como su buen amigo Darién, aunque este último se parecía un tanto a él tuvieran un poco de ese conocimiento y ni hablar de Vegeta él era un "súper mono" apodo dado por la peli celeste amiga suya.

—Es una buena razón— ella abrió los ojos se quedó en silencio, porque necesitaba confirmar lo que sus oídos escuchaban— pero no quiero que ese sujeto se acerque, a ti.

La Señora Son, tenía claro que "Ese Sujeto" era lo mismo que "Ese Maldito Insecto", para el hombre de su amiga Bulma. Vegeta

— ¿Qué? — Grito la señora Son enfadada tanto que su ki también se elevó — tu a mí no me prohíbes nada — era una batalla de poderes, puesto que después del descubrimiento de la divinidad de SU Milk, las cosas cambiaron mucho más de lo que habían cambiado al nacer Gohan.

Ella había vuelto a entrenar con él, sin descuidar la casa y por esa razón se le enfrentaba después de todo era una Amazonas, y era suya estaba más hermosa que nunca.

En definitiva, era una batalla de poderes, que él seriamente no pensaba perder.

— ¿Acaso, se te olvido con quien estas hablan Son Goku? — ella frunció el ceño enojada, no entendía que era lo que pasaba con el patriarca de los Son.

—Estoy hablando con mi mujer —se acercó a ella en dos zancadas, con una sonrisa ladina, triunfante, creía que había ganado la batalla, como cuando era más jóvenes y su instinto sexual se despertó. Pero esa vez no funcionó.

—Si no te quitas de mi camino, seré otra vez la viuda de Son Goku — le grito esperando unos minutos.

Pero él le dio cero importancia a ese grito, por ende ella puso su mano derecha en una gran cachetada que lo elevo unos metros dejando una tarja en la pared de la sala, rápidamente se arrepintió y más cuando el volvió a ella, agarrándola de las manos y besando su boca con una tenacidad digna de su amor por ella, por su Milk, por su diosa.

Ella dejando que el poseyera las riendas de la situación cruzo los brazos en su cuello alzándose para enrollar las piernas en la cadera del Saiyayin, mientras el hombre de la fuerza universal la abrazaba por la espalda besándola con menos rapidez... hasta que ella se deshizo de aquel beso.

—Suéltame Son Goku —dando una sonrisa generada por el cosquilleo de la respiración del Saiyayin cerca de ella, de sus labios.

—No, Son Milk — la verdad, le agradaba verla encima de él, la verdad y aunque no lo entendía bien del todo, amaba tocar su piel y la extraño por tonto, porque él podía volver en el momento que le diera la gana, pero su sueño era y es convertirse en el hombre más poderoso del mundo o más bien del universo, por ella, por sus hijos y ahora por su nieta recién nacida.

— ¿Por qué no? — pregunto Hipólita con una sonrisa tierna, pero suculenta para Goku.

—Porque extrañamente estoy casado con la diosa de la guerra y tenlo por seguro...— ella cambio de la nada. De una mala cara amarga, a una hermosa sonrisa. Aquella sonrisa era la demostración para Goku, que había ganado la batalla. — que ese sujeto Misagi, no te tomaría como yo.

Su esposo estaba realmente loco de los celos, debía preguntarle que le estaba pasando.

—Y ¿a qué vienen tantos celos? — pregunto de nuevo, subiendo las escaleras cargada por SU Saiyayin hacia la habitación matrimonial.

—Resulta que, en otra vida mi mujer— le beso la frente, estaba frenéticamente tierno y ella sabía porque, ya que su hijo menor se encontraba con Trunks en la ciudad, el chico dormiría en casa de Gohan, además que la proximidad de la Luna llena ayudaba mucho— tenía muchos de sus hombres a sus pies. Soldados, capitanes... — rodo sus ojos ante el enrojecimiento de Milk.

—¿Estas seguro?— el sonrió para decir.

—Eres realmente hermosa — deslizando la camisilla por encima de la cabeza, dejando ver su cuerpo escultural que poseía a la vista de esta manera Milk tenía una visión hipersexual de aquel hombre.

"Engreído" pensó para preguntar mientras sentía que su centro algo caliente mas de lo de normal.

— ¿Cómo sabes eso? — pregunto ella disimulando un poco el calentamiento en su cuerpo.

—Información dada, por cierta princesa de la Luna y una peli lila diosa del conocimiento —Ella solo atino con una exclamación, dando permiso para que el continuara —. Y pues su servidor, era el principal.

Ahora era ella quien no entendía nada. —Según las chicas, era tu principal amante —Milk abrió los ojos, tapándolos con sus mejillas enrojecidas —esclavo y general — ella no recordaba esa parte de su vida pasada—, realmente lo que sucede Son Milk, es que tengo miedo — de un momento a otro bajo la mirada sentándose en la cama con ella a cuestas.

— ¿Miedo? — interrogo incrédula a lo que sus oídos y ser sentían en ese momento.

—Sí, miedo que llegue alguien mejor que yo — la miro de repente haciendo que a ella se le floreciera el corazón, recordando cuando eran jóvenes, recién casados — miedo a que te enamores de otro, yo no podría concebir eso.

— ¡SON GOKU! — Le beso, pero ella lo hizo de una manera tierna, delicada — no hay mejor persona mejor que tu — eso y el anterior beso, hicieron que el Saiyayin de sangre pura se estremeciera, así que hizo del vestido veraniego un maltrecho de hilos... La tenía entre su cuerpo y la cama.

—Por eso digo que no quiero que ese tal Misagi, se te acerque — de una manera desmedida le beso el cuello, lamiendo una pequeña mordida que le hizo cuando estaban recién casados, para cambiar a una Milk enojada. Pero Goku sabía que le seguiría refutando, para eso le hablo muy serio—acaso no ves que mis sacrificios han sido por ti y por los chicos —Ahí ella lloro un poco —Milk, sé que no soy el hombre más romántico del universo y que como un ser que ha vivido solo prácticamente toda su infancia he cometido miles de injusticias contigo, pero todo lo que hago es por ti.

—Pero...— cerrando los ojos, cuando Goku hizo presión con la cadera en su vientre, mientras que ella también rasgaba por la espalda su esposo las uñas.

—Pero nada —la termino de organizar en el colchón — llevo casado contigo 23 años con seis meses y una semana, sin contar obviamente los años que fui un tonto —ella sonrió de una manera tierna pensaba que nunca se acordaba de su aniversario y que definitivamente no la amaba — no sabes cuánto te deseé todo ese tiempo que estuve lejos de ti.

"El me desea", pensó ella para continuar refutando y alegando, no se dejaría tan fácil.

—Al fin entiendo a Serena y Bulma —habló antes de que él la amordazara con un beso deleitado a los sentidos del Saiyayin.

—No Milk, puedo ser mucho peor — besando de nuevo ese cuello, lugar desenfrenado donde ella ocultaba la fuerza para ser suya y de ella al mismo tiempo. — lo sabes, ¿no?

—Definitivamente te he subestimado tanto. Son Goku — besando los labios del Saiyayin.

Dejando que la besara hasta donde no llegaba el sol, uniendo los ki's en acto definitivamente de entrega total.

La noche y el clima de la cabaña Son era cálida, ese amor interior el cual hacía que el guerrero se desbordaba por alguna extraña razón, y la hizo suya en todos los aspectos de la palabra.

"Debo agradecerle a Serena y Athenea"

Pensó la mujer en brazos de su esposo.

— ¿Te quedan dudas? — Ella arrugo la nariz de una manera jovial — de lo que siento por ti.

—No, me quedan dudas —ahora ella quien le besa la frente — pero Misagi — el frunció el ceño pero no la soltó antes bien quería escucharla. Realmente nunca la entendió lo suficiente. Hasta que ese sujeto llamado Hades, la secuestro— es el señor Misagi Hino.

— ¿El abuelito de Rei? — ella asintió.

—Te recuerdo, que para curar el dolor que me dejaste— el dejo de mirarla ya que cada día de su vida se sentiría horrible, por ser tan egoísta —, debía meditar encontrarme conmigo misma y sin querer allí comencé a ver mi futuro y pasado como la reina de la Amazonas, nunca dije nada porque lo vi innecesario... solo pensé que era un sueño que se repetía mucho.

— ¿O sea que no lo quieres a él? — pregunto ingenuo recordando lo vivido.

—No puedo amarlo a el — clavando sus ojos en la mirada de su espécimen masculino —ya que estoy enamorada del hombre más poderoso del Universo...

—Me encanta, saber que para ti — la beso en la frente —soy el hombre más poderoso del universo.

"¿Estoy cumpliendo mi promesa, Eros?" pensó la mujer acostada de lado en la cama.

—Milk—la miró avergonzado por lo que diría—tengo hambre.

Hospital Central, al otro día.

La rubia entraba al Hospital de Tokio, acompañada de una sonrisa y de dos chicos a cada lado: vestidos con camisas identificas la única diferencia que es que uno tenía camisa a cuadros azul y el otro estaba vestido con una camiseta de ositos que realmente odiaba, cuando en recepción vio a una peli violeta acompañada de un joven moreno.

—Saori, porque no me avisaste que vendrías—, dijo Serena en las puertas de aquel sitio, abrazándola con mucha fuerza—No sabes todo lo que ha pasado aquí.

—Lo sabemos Serena, por eso volvimos a Tokio— contesto la diosa de la guerra. —Porque esperaba verte aquí—, la chica de cabellos violeta abrazaba a la joven rubia— vamos a buscar a Videl, quiero conocer a la princesa.

— ¿Princesa?— era un secreto.

—Es una larga historia Serena y para contarla necesitamos estar todos reunidos.

Darién que iba con su hijo alcanzo a escuchar y le hizo caras a su mujer para tratar de sacar alguna información, pero parecía que Serena no tenía ni idea de lo que pasaba en ese momento ese día iba demasiado feliz.

Preguntaron en recepción y les dijeron que la señora Videl Son se encontraba en las habitaciones privadas, que quedaban en la zona preferencial en la parte superior del hospital. Por suerte el príncipe, trabajaba todavía allí entonces se les hizo un poco más sencillo.

De repente Saori que estaba al lado de izquierdo de la casi ingresada de pediatría, se quedó mirándola sin disimular nada. Ella también había sentido aquella fuerza nata de vida.

Serena estaba embarazada de Rini. Darién noto esa mirada en la diosa Athenea y trato de hacer que disimulara, pero ella también sintió una presencia mucho más potente en Grecia, aquello la tensiono brevemente.

El pequeño Darién también noto esa fuerza lejana, le dio miedo.

Sin que sus padres notaran algo, él tomo la mano derecha de Saori para que supiera lo que pasaba.

El pequeño estaba descubriendo sus poderes y aun mas cuando se trata de sentir lo que pasaba en la tierra.

"El niño es el hijo de la tierra, heredero de Elisión"

Al salir del ascensor todos saludaron a los recién llegados. Cuando Milk vio entrar a la hija de La luna y a Athenea, sonrió con ternura recordando su pasada vida, con cariño y agradecía que Selena, la diosa de la Luna, le hubiera devuelto la vida que alguna vez dejaron a medias, a pesar de que su sacrificio.

Athenea se acercó de un modo inesperado a Milk, dejando a Seiya a un lado, mientras que Serena estaba entretenida con Videl y Pan.

—Serenity está embarazada.

Cuando la hija de Ares escucho esto casi se desmaya, tomado la mano de Saori. De inmediato Goku noto la palidez de su esposa, sujetándola de la espalda.

—¿te encuentras bien mi diosa? —Rápidamente Milk cambio de semblante y trato de aparentar.

—Tranquilo no pasa nada — le puso las manos en encima de las suyas —ve con Pan.

Goku, se alejo de ella con un mal presentimiento.

—¿Qué haremos? —Milk giro su rostro a la princesa que estaba en alegatos con Goku para cargar a la niña —¿Cuánto tiempo tenemos Saori?

—Si Dende esta al tanto, posiblemente muy pronto habrá una nueva batalla.

En el otro lado del cuarto, Serena le hacía caras para ayudar a Videl con Pan, mirando de cuando en vez a Saori y a Milk que estaban algo extrañas de lo normal. Videl tomaba chocolate traído por su querida suegra cuando vio a una cabecita azabache de grandes ojos azules mirando a su hija.

— ¿Darién que pasa? —Videl llamo al pequeño, quien se quedó detrás de su padre presenciando un cuadro hermoso.

La niña Pan era cargada por la princesa de luna, por su mami. Como si su hermana aun nacida le estuviera diciendo muchas cosas a Pan, por medio de la princesa.

"Es muy linda", pensó Darién Junior.

—Ven acércate hijo mío—, la chica que cargaba a la bebé se sentó en un pequeño mueble con suavidad —Alguien te quiere saludar

De inmediato el niño camino despacio tratando de pasar desapercibido a los sentidos de los adultos y más al sacar las rosas. Vegeta fue el mas sorprendido, aunque fuesen algunas rosas, se veía que su sobrino seria un buen futuro gobernante.

—Pequeña Pan, espero que te gusten—, le dio un pequeño ramo de tres rosas dejándolas en el regazo de aquella niña. La nena abrió los ojos, dejando al pequeño hipnotizado.

Y se instauro un silencio de armonía, de inocencia que fue roto por el dulce gemido de aquel bebé, como agradeciendo.

—Te dice, gracias— Serena le dio un beso en la frente al pequeño.

—Lo se mami— él pequeño niño se acercó y le susurro algo demasiado serio, para ser un niño tan joven—, pequeña Pan, te juro que tú serás mi princesa.

Serena entendió lo que Saori había dicho, la joven Athenea estaba viendo el futuro posible, mientras que Gohan y el gran Darién se miraron soltando una carcajada seguida por el resto de las personas, para cambiar a un Goku celoso y a una Serena apenada.

El pequeño príncipe solo guardo silencio, pero algo le decía que su declaración de amor no fue del grado de su padre y del señor Gohan.

Al pasar la tarde y de sobre alimentarse o más bien irse de pelea por la comida. Setsuna apareció junto a las Others, ellas habían sentido a Apolo y les preocupo.

—¿Qué diremos a Cabeza de bombón? — pregunto Haruka —de seguro Saori no le ha dicho nada.

—Eso espero — dijo Michiru, sujetando su espejo—me asusta esta nueva realidad.

—Lo se, sirena.

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