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Capítulo 8

Capítulo 8: ¿Porqué a mí?

Tobías

Estoy atado en un cuarto oscuro, de haber sabido que esto terminaría así no hubiera secuestrado a esa pobre chica.

Escucho que el cerrojo de la puerta se abre; espero lo peor, ya no es lo mejor. Intento ser fuerte, tratar de escapar y buscar a mi padre pero es inútil, sé más que nadie como trabaja esta gente y si no haces lo que quieren, sólo te matan.

—¿Tobías? —me susurra Annie. Ahorita me siento muy mal, por hacerle esto a ella, mal porque ella no se merecía esto, no merecía meterse en este embrollo— ¿Porque estás aquí?

La chica que yo conocía es diferente a la de ahora, en sus ojos se refleja miedo, odio, rencor. De no ser por mí ahorita no estuviera así, puedo notar los golpes.

El estúpido ese lo volvió hacer.

—Ann, lo siento. Esta gente tenía a mi papá secuestrado y el trato era secuestrarte y ellos dejarían en libertad a mi padre.

—¿Porqué a mí? —me dice acercándose a donde yo me encuentro.

—¡No sé, no sé! —grito exasperado— Ese era el trato con el jefe.

—Todo fué una mentira. Los negocios de tu padre, todo fué una mentira —grita—. Me arruinaste la vida, yo no tenía la culpa. Sabes bien por lo que pasé, te conté todo y aún así tuviste el valor para hacer lo que ellos querían en un principio.

—Annie, perdón —le digo en un susurro. Ella sólo se sienta en el suelo sin mirarme, abrazando sus rodillas.

Los dos escuchamos un ruido proveniente de otra puerta y dirigimos la mirada hacia allí...

Entran tres hombres, entre ellos Culebra y Franco.

—¡Bien muchachos! La plática amistosa ya terminó —dice Antonio, alias "Culebra".

Lo único que observo es aquel hombre tratando de amarrar a Annie y ella forcejea para que no lo haga, sin embargo, él la vuelve a golpear, dejándola sin fuerzas para soltarse de su agarre. Franco sólo observa la escena sin hacer nada.

—Franco —dice Antonio, captando su atención—. Lleve al estúpido al comedor —Franco sólo asiente y me levanta.

Antes de irme Annie me golpea con su hombro y me susurra con una mirada fulminante —De haber sabido que pasaría ese día en el cine, no hubiera ido con usted. Usted lo sabía todo, conocía al calvo que estaba en el cine y que ahora resulta ser este tipo despreciable y usted no se le queda atrás.

Antonio sólo me observa con una sonrisa satisfactoria.

Salgo de aquella habitación con Franco.

Pasamos un largo pasillo con celdas, entre ellas veo a una chica en particular.

¡Juliette!

¡Juliette! —grito captando su atención, ella sólo observa detrás de la reja como una sumisa atada y golpeada.

Franco sólo me observa y me toma del brazo para seguir caminando. Ahorita tengo un mar de sentimientos; tristeza y a la vez felicidad por volver a encontrarla.

Ahora sé que tengo tres razones por las cuales seguir luchando: Juliette, mi padre y Annie.

En el comedor habían varias mujeres vestidas como prostitutas, varios hombres consumiendo drogas y alcohol y algunas mujeres en las mesas llorando. Franco y yo nos detenemos donde un hombre quien reparte la comida.

Me dispongo a comer; pasaron minutos, hasta que Annie se sienta a mi lado, Franco y Antonio estaban con otros tipos en una mesa con una bolleta de Vodka.

Ella sólo me observa sin ninguna expresión en su rostro, el silencio es incómodo.

—Sé que me odias. Pero entiendeme, no me dejaron elección —le digo serio.

—¿Porqué me mentiste? No crees que pudimos hacer más, que terminar aquí.

—¿Te refieres a ir a la policía? —ella sólo asiente— ¿Crees que no lo intenté?. Fui a la policía, hasta que me di cuenta que esta gente tiene a los policías comprados, de nada servía intentarlo. Los policías eran capaces de matar a quien fuera con tal de que no los delataran y yo fui testigo de eso.

—Pero...

—No había nada que hacer. Eras tú o mi papá —la interrumpo—. Hasta están buscando a mi madre, no la veo desde hace mucho tiempo, ¿crees que esto es vida? Toda mi vida he vivido con el miedo de fallar y fallarles a los que más quiero, no es la primera vez que me encuentro en este mismo apuro. Todos los meses me amenazan con hacerle algo a mi padre, luego hago lo que me ordenan y dejan a mi padre por algún tiempo libre. Intento que huya, pero siempre lo encuentran.

—No entiendo...—ella suspira— ¿Que hicieron ustedes para meterse en este embrollo?

—No lo sé —lo cierto era que si lo sabía, era una historia bastante larga que mi padre me contó cuando tenía 10 años , él fué quien me hizo recordar todo lo que pasamos y aún seguimos viviendo de esta manera.

Fue una tarde soleada como cualquiera, estábamos en casa de mi abuelo viviendo, cuando eso, yo apenas era un niño, estaba jugando con mi carrito hasta que unos hombres entraron por la puerta, apuntandonos con sus pistolas; yo pensaba que estábamos jugando, sin saber que en realidad estaban amenazando a mi papá y abuelo.

Ese día nos sacaron de la casa, mi abuelo se quedó llorando, no supo que hacer, quería correr para que no nos llevaran esos hombres pero otro lo estaba apuntando con su arma.

Después de eso todo es tan confuso, no recuerdo bien todo lo que ha pasado.

—Tobías —interrumpe mis pensamientos Annie, yo sólo la miro, frunciendo el ceño— ¿Que me van a hacer?

—No sé para que te quiere el jefe. Lo único que sé es que no permitiré que nada te pase mientras yo esté.

Antonio se acerca a nosotros con mirada amenazante.

—¿Querés ver a tu padre? —me pregunta con una sonrisa maliciosa. Yo sólo asiento y este por consiguiente me toma del brazo, arrastrandome por el largo pasillo hasta un cuarto.

Al entrar puedo ver a mi padre. Antonio me suelta y corro para poder ir hasta donde él y abrazarlo.

—Tobías —susurra él cerca de mi oído, manteniendo la posición de abrazo—. Ellos secuestraron a tu hermano... Kyle está aquí.

Me quedo anonadado por lo que me acaba de confirmar.

¡No puede ser cierto! Mi hermano está aquí, en este lugar.

Estoy tratando de mantener la calma y no correr en busca de Kyle, siempre quise encontrarlo, saber de él. Pero las condiciones me lo impedían, nunca quise buscarlo para que ellos no lo atraparan y ahora él está aquí, con nosotros. Es real. Está vivo.

Annie

4 meses después...

Estamos en Danak, es una ciudad que prácticamente su economía se basa en apostar y todo lo que tenga que ver con casinos, mujeres y alcohol.

La última vez que vi a Tobías fué el día del comedor, luego a todas las mujeres nos durmieron y ahora estamos aquí; algunas como entretenimiento, otras prostitutas y las que corrimos con mejor suerte como meseras.

No puedo decir que todo está bien, pero tampoco ha estado tan mal. Todos están un poco más tranquilos, "el jefe" que aún no conozco no se ha presentado. Antonio sigue igual que siempre; golpeando a las mujeres, excepto que ahora no está tan pendiente de nosotras, sino de Rachel su novia, pues ella también vino con él y se ofreció para manejar un local llamado "Entertaiment Girls", es un sitio donde las mujeres son entretenimiento para los hombres en todos los sentidos posibles.

—Ann, ven aquí —me llama Franco detrás de la barra de bebidas. Termino de servir las cervezas en una mesa y voy hacia donde él con la bandeja en una mano.

—¿Si?

—Ocupo que me hagas un favor —asiento—. Antonio y Jorge quieren meter a trabajar a Juliette —frunzo el ceño sin entender, ya que Juliette también trabaja conmigo como mesera—, pero en "Entertainment Girls".

—No entiendo.

—Antonio quiere que trabaje en eso, porque Tobías ha estado preguntando por ella hace tiempo.

—¿Qué tiene que ver él en todo eso?

—Tobías era el amante de Juliette y Antonio era el novio. ¿Porqué crees que ellos se llevan tan mal? —me quedo sorprendida y él solo ríe por lo bajo—. Necesito que esta noche distraigas a los guardias, necesito más armas y que hables con Juliette.

Ahora entiendo todo... Antonio trata así a Juliette porque ella es la chica que amaba Tobías. En estos meses nos hicimos muy amigas, ella me contaba que estaba estudiando periodismo, pero nunca me dio detalles de su vida amorosa. Por esa misma razón Antonio la trata tan mal.

—¿Está misma noche la van a meter a trabajar? —él solo asiente—.¿Para que ocupas más armas? ¿Antonio no se las da a usted?

—Necesitamos hacer un plan para huir. Annie yo soy policía.

—¿Que? —él me hace un gesto de silencio.

—Lo que escuchaste, apurate. Esta misma noche tenemos que huir —yo sólo me limito a asentir  algo confundida.

Me encamino hacia donde Juliette se encuentra sirviendo bebidas.

Juliette —le grito. La musica está tan fuerte que ni siquiera mi propia voz logro escuchar bien.

Odio este tipo de lugares, todos borrachos y otros drogados, la musica demasiado alta y sin sentido porque para mí gusto este no es reggaetón del bueno, este es lo que llaman "Trap", donde a continuación escucharemos cuatro minutos de como meter el pito. ¡Vaya musiquita!

Ella sólo asiente con una sonrisa y se acerca a donde mi.

—Dime Ann. Los muchachos de aquella mesa, preguntan por ti —volteo hacia donde me señala y visualizo a un grupo de hombres que me sonríen. Les devuelvo el gesto.

—Juliette, necesitamos hablar —su rostro pasa de uno alegre a serio en cuestión de segundos.

—¿Que pasa? —de inmediato visualizo a Antonio quien nos mira a lo lejos amenazante.

Tomo del brazo a Juliette y nos vamos al baño para hablar sobre lo que quieren hacer con ella y del plan para huir.

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