Estaba acostumbrada a que en temporada de estudios ella estuviera ocupada. Pero ésto era totalmente nuevo para mí... Llevaba mucho tiempo sin verla, y nada más iba a poder quedarme una noche, aún así; cuando quise quedarme en su cuarto ella amablablemente me dijo que sería mejor que durmiera con mamá; ya que se iba a quedar toda la noche estudiando y no quería molestar mi sueño.
Y es que sorprendentemente desde temprano no supe que decir, era como si no hubiese entablado conversación con ella en toda una vida, nos decíamos muy poco, ella estaba absorta en la pantalla de su celular contestándome de cuando en cuando escuetamente; y yo podía hacerme una idea del por qué,
recientemente me había enterado que tenía novio.

Muchos pensamientos se acumularon en mi cabeza ¿ella con novio? Claro, ya era lo suficientemente mayor, pero nunca pude imaginármela así ni en mis sueños más locos, para empezar, mi hermana no era una persona muy abierta con sus sentimientos cuando acababa de conocer a una persona, mucho menos con un hombre, naturalmente era amable, pero había una gran diferencia entre ésto y aquello. Y por teléfono siempre fue muy seca, cosa que me sacaba de quicio algunas veces, ella no era de muchas palabras, por eso se podrán imaginar mi sorpresa.

Opté por ver televisión, no encontraba nada que llamara mi atención, aún me seguían gustando de vez en cuando los programas dirigidos a los adolescentes y niños; nada como ver algunos clásicos de Disney o alguna serie que ya muy poco pasaban, sin embargo no quería que mi hermana se diera cuenta, quería que me viera como alguien "madura", sin embargo eso hizo que un pensamiento se asentara con fuerza en mi cerebro causándome preocupación... ¿desde cuándo me sentía cohibida de hacer o ver cosas delante de mi hermana? Cómo si ella fuera a juzgarme.
A pesar de haberme sentido incómoda no le di mayor importancia.

Duré un buen rato pensando, ni siquiera le prestaba real atención al programa, mis ojos aparentemente estaban concentrados, pero mi mente no estaba procesando nada, estaba divagando en el misterio de mi inesperada "timidez" delante de Anna. Le di una mirada de reojo y noté que estaba dormida; por lo que decidí irme en silencio hasta mi cuarto.

Después de eso apenas la ví en el resto del día, cuando mucho durante el almuerzo y una que otra vez que venía para el cuarto unos minutos antes de volverse a ir. Estaba ocupada estudiando para sus exámenes de la universidad. Sin duda no estaba acostumbrada a eso, me sentía ignorada... Pero por supuesto no iba a decirle nada; eso hubiera sido muy egoísta de mi parte, entendía que no hacía eso por maldad, tenía que estudiar si quería salir bien en sus asuntos, pero no pude evitar sentirme mal... Y eso fue sólo el comienzo, todo estaba cambiando a pasos agigantados. Pero los acontecimientos que se dieron en los siguientes meses fueron los que llenaron el vaso.

Podía ver en todo lo que mi hermana se había convertido por Instagram, veía fotos de sus viajes, de ella con su novio, de mi "hermano" que ahora estaba casado y vivía en México, de sus amigas ricachonas, etc. Todo me parecía surrealista, como si se tratara de un sueño. No me malinterpreten, estaba feliz por todo eso ¿Qué clase de persona sería si no? Pero tenía el presentimiento de que todo lo que compartimos años atrás se les había olvidado, o había pasado a un segundo plano. Eso me dolía... Siempre fui alguien que se "apegaba" mucho a las personas que dejaba entrar a mi vida, mis amistades eran pocas, pero eran tremendamente atesoradas, eso actualmente lo considero como el peor de mis defectos, ya que al querer tanto o con tanta facilidad era muy fácil terminar decepcionada porque otros no lo hicieran de igual forma.

Y de un momento a otro, casi sin darme cuenta, eso fue lo que creí sentir al estar cerca de mi hermana, sentí el momento justo donde todo se quebró y toqué fondo. Me di cuenta.

Ya no puedo interpretar sus miradas, su cuarto ha cambiado, ya no hay muñecos o cosas graciosas con las que jugar, todos fueron reemplazados por libros gruesos y aparatos electrónicos que te ayudan en estos tiempos. Ya no la veo muy seguido aún si estoy en el mismo sitio que ella, siempre está ocupada, a veces se me hace difícil hablar con ella, sigue siendo cariñosa pero... No sé, siento que ya no tenemos mucho de que hablar, no siempre puedo mantener nuestras conversaciones, ¿alguna vez te ha pasado algo así? Yo misma me siento un poco diferente, como cohibida, oh hermana ¿Seré yo? ¿Qué está mal? Oh hermana ¿Dónde estás? quiero encontrarte; te extraño... ¿Dónde quedaron esas noches donde bailábamos con nuestras pijamas sobre tu cama al ritmo de "Somos tu y yo" en el radio de Hello Kitty, o donde jugábamos al escondite y terminábamos rodando por el piso? Ahora sólo pasas tiempo con ese muchacho, todo tu tiempo es para él, te escucho hablar muy entusiasmada siempre que viene, y aunque él me cae bien no puedo evitar enojarme cuando te aparta de mi, incluso mamá habla más contigo que yo últimamente ¿Qué es lo que está pasando? Sé que vas a ser tía muy pronto, ahora toda la atención de tu familia se centrará en el nuevo bebé, pero... ¿Dónde quedaré yo en medio de todo ésto? ¿celos? ¡Si! ya no me importa admitirlo, negarlo no me va a ayudar ¿Por qué ya no buscas hablar conmigo? ¿Por qué me tratas diferente? ¿Por qué tuvo que pasar esto? Quisiera congelar el tiempo en esos años dorados dónde eras solo mía y no tenía que compartirte con nadie, donde no importaba cuántas payasadas hiciera siempre te reías y me seguias el juego, donde todo era felicidad, dónde no tenía que esconder nada, donde podía verte a diario, tú eras ese farito de luz que me alumbraba en mis tormentas ¿A dónde te has ido? ¿Dónde estás hermana?
Vuelve. Por favor... No me dejes sola... Vuelve...

Antes de darme cuenta; tenía lágrimas zurcando mis mejillas. A veces los recuerdos lastiman más que cualquier otra cosa, aunque no hallas hecho nada malo. Porque esa es la realidad, duele... Duele porque todo esto sucede sin que yo pueda detenerlo, me siento tan impotente, tan reprimida, tan... Triste.

Siento una mano conocida en mi rostro, no he alzado mi vista aún pero no hace falta, sé de quién se trata, mi hermana... ¿Qué esta haciendo aquí? ¿No estaba con su novio? ¿Por qué de repente vino hasta mi?
Al alzar mi vista veo que sus ojos me miran con ternura, es tan bella, pero... ¡No es posible! ¿Cómo es que ha vuelto a ser una niña? Luce como la hermana que recuerdo, la gordita juguetona de las risas incansables. Quiero respuestas, pero siento que aún no es el momento.

Mientras me mira y limpia mis lágrimas noto que mueve los labios. Al principio no oigo absolutamente nada, pero luego lo hago con total claridad y solo puedo seguir manchando sus manos con lágrimas de nostalgia. Su voz es suave y cariñosa.

-Jamás olvidaré los recuerdos tan hermosos que tengo contigo de esos diciembres, solo tu podrías haberme ayudado a crearlos. Estoy segura que en unos años más tarde nos abrazaremos y sonreiremos al rememorar cada uno.

Bajo mi vista porque no puedo seguir mirándola, duele demasiado, tengo una gran piedra en la garganta y mi corazón está desbocado. Sin embargo ella me pasa un brazo por la espalda, me acerca más hacia sí, y prosigue:

- ¿Recuerdas cuando llegaste? Yo no paraba de mirarte en las mañanas mientras dormías, todo el tiempo agradecí a tu mamá por haberme traído este regalo -me señala completa- ¿Y cuando nos íbamos a la escuela? Te veías tan tierna con tu uniforme de preescolar, realmente me hacía feliz el poder encontrarte a mi regreso. Es un poco nostálgico... Fui tan feliz, fue muy divertido... Todas las aventuras que creamos e imaginamos.

Noto que a ella también le cuesta hablar en algunos momentos, aunque nunca fue muy abierta con sus sentimientos eso no quería decir que no era sensible.
Por fin alzo un poco mi mirada y veo que ha vuelto a cambiar, nuevamente, así: ¡PUF! Como por arte de magia... Ahora se ve como la última vez que la vi, antes de que todo cambiara.

-Ah, las vacaciones ya van a terminar, -me mira y estudia mi reacción por unos minutos- no podemos hacer nada con los cambios repentinos -me sonrie- pero ten por seguro que para todo podrás contar conmigo, no tengas miedo... Siempre me tendrás para hablar cada que lo desees como lo hacíamos cuando de pequeña me contabas todo lo que te pasaba mientras comíamos cereal mirando las luces de los carros desde las ventanas. -después de un corto suspiro- Jamás olvidaré tus lágrimas... Ni tus risas, ni tus ocurrencias ni tus quejas, amo todo de ti ¿cómo podría no hacerlo? yo sabía que me acompañarias hasta el final de esta etapa, con lágrimas en los ojos, si, lo sabía, pero también sabía que al final me sonreirias igual, tu siempre siendo tan bella. -frotó mi brazo con cariño- y por eso siempre estarás en mis sueños y en mi corazón, nunca lo olvidaré por muchos años que pasen siempre lo recordaré, y si algún día sientes que te olvidarás de ello, entonces te escribiré y te llamaré para que tú tampoco te olvides de todos los momentos que compartimos al cobijo de nuestro pequeño apartamento. -me abraza de lado- Despreocúpate por favor, no me gusta verte así, -limpia mis lágrimas- yo sé que tu corazón está confundido, es comprensible... Pero no te sientas mal, puedo asegurarte que no eres la única. Todas las personas pasamos por lo mismo en algún momento de nuestras vidas; hay que aprender a dejar ir para poder crecer, muchas veces no te va a gustar, porque muchas veces va a doler, pero es necesario, y a eso nadie es inmune mi pequeña hermanita, -toma mi rostro en sus manos una vez más obligándome a mirarla con atención- tú eres la mejor de las niñas, eres muy inteligente, sé que lo comprenderás con el tiempo... Y yo estaré ahí para cuando tú también lo hagas.

En ese momento sentí como si algo en mi mente hiciera "click", como si todo este tiempo hubiera estado soñando despierta y volviera de golpe a la realidad, en donde yo nuevamente tenia 19 años y mi hermana 22, ella sigue siendo igual de hermosa, aún conserva la ternura que la caracterizaba de niña... Va a ser médico y esa personalidad le ayudará mucho a tener éxito en un futuro.

Su palma aún está contra mi mejilla, por fin mis lágrimas han cesado. Ella con sus palabras y su presencia logró calmarme, como tantas veces lo hizo cuando éramos niñas. Dios, es tan especial. Y como siempre, tuvo razón. Por fin lo pude comprender, ¿cómo pasó tan rápido? No sé... Pero logré verlo con claridad.

-Hermana... -Digo con una sonrisa temblorosa, por fin sintiendo un poco de calma a su lado y siendo consciente de lo que ha sucedido y lo que sin duda seguirá sucediendo. Coloco mi mano en la suya- Nunca te has perdido, sólo has crecido.

             🌸🌸🌸🌸Fin🌸🌸🌸🌸