Cambios...
Admito que por un tiempo no la heché de menos, ¿cómo podría? Tenía tan solo 5 años; era muy inocente todavía.
Al regresar, mi familia nos estaba esperando. Hay algo que nunca podré negar y es el apoyo que siempre nos brindó nuestra familia, quizás es por eso también que pude adaptarme rápido a la situación, no tuve tiempo de pensar demasiado las cosas ni de deprimirme; siempre estaba acompañada.
Antes había mencionado que mi mamá y yo nunca nos quedábamos en ningún sitio un tiempo prolongado; y si lo hacíamos sabíamos que tarde o temprano nos iríamos en algún momento. Nunca la culpé por ello, todo lo que hacía lo hacía por mí, gracias a eso he vivido muchas experiencias que me han ayudado a crecer; he conocido personas y lugares maravillosos y también me enseñó a adaptarme. Tanto me da si me pones a dormir en una simple colchoneta como en la cama más mullida del mercado, siempre y cuando estuviera con ella podría haber ido hasta marte.
Los niños no se dan cuenta de los problemas entre los adultos, bueno, algunos, ellos generalmente están en su mundo esperando a que los adultos tomen las decisiones.
Mi hermana y yo manteníamos una escueta comunicación a través de los mensajes de texto, pero siempre tenía la duda del por qué no habíamos vuelto a verla. Algunas veces ella y su mamá me mandaban cajas con todo tipo de regalitos: ropa, juguetes, dinero para comprar caprichos entre otras cosas, ¿mi parte favorita?: ¡las cartas!
En cada caja que enviaban; mi hermana siempre escondía una carta entre las cosas, y yo la buscaba como loca, amaba que me contará cosas a través de ellas, aunque podíamos comunicarnos a través del teléfono de nuestras madres había algo especial en comunicarnos a través de cartas, sentía una calidez muy satisfactoria cada vez que las recibía, me sentía cerca de ella.
Un día mi mamá me dio la mejor noticia del mundo con una gran sonrisa en el rostro:
-En diciembre vamos a ir a Caracas-
Eso sólo significaba una cosa... ¡vería a mi hermana después de mucho tiempo!
Si se preguntan: ¿Por qué antes nos habíamos ido y ahora regresábamos después de mucho tiempo? Pues dejen que les comente que ni yo lo tenía muy claro. Cuando estuve más grande mi mamá me habló acerca de un conflicto que se presentó mientras ella trabajaba ahí, que ocasionó muchos malestares entre ella y los padres de mi hermana.
A mi nunca me afectó, porque yo era clase aparte para ellos y cuidaron su trato para conmigo, pero se llegó a la conclusión de que nos teníamos que ir para mantener la poca paz que había.
Sin embargo cuando se calmaron las aguas (varios años después) la madre de mi hermana decidió que: "los errores y confusiones eran parte de la vida, y que todos merecían una segunda oportunidad".
Darse la oportunidad de volver a intentarlo, explicarse, perdonar, limar asperezas y seguir... Eso es todo lo que concluyo ahora que de grande medito sobre ello, que fue lo que quiso dar a entender la madre de mi hermana.
No recuerdo los detalles del viaje ni de lo que pasó previamente, sólo que llegamos de noche y que nuestra llegada sería una sorpresa para el resto de la familia de mi hermana. Recuerdo las mariposas que sentí en el estómago mientras estábamos dentro del ascensor a punto de llegar al piso. Una amiga de mi mamá; que por entonces era quien ayudaba a los padres de mi hermana en la casa, nos recibió y nos estaba llevando al apartamento, pidió silencio; y cuando tocó la puerta abrió el dueño de la casa.
No puedo dar crédito a la cara que puso; una mezcla de sorpresa, alegría y nostalgia, nos abrazó cariñosamente a ambas y aunque yo estaba muy feliz de volver a verlo mis ojos buscaban inquietos a mi hermana y a su madre; asi que pregunté por ellas.
Me dijo que mi hermana estaba en casa de su "Nonna" ("abuela" en italiano) que al día siguiente volvería, que su esposa estaba tomando un baño y que en un momento saldría, no sé cuanto estuvimos ahí después que él dijo eso, sólo recuerdo que en un momento que miré hacia la puerta de la cocina ví salir a la mamá de mi hermana con una toalla envolviendo su pelo. Cuando me vió comenzó a gritar de felicidad y abrió los brazos, yo no lo dudé, me dejé llevar y con una sonrisa en el rostro corrí a sus brazos y la abracé con todas mis fuerzas mientras ella me balanceaba de un lado a otro. Fue un momento hermoso...
Otra vez mi mente se queda en blanco respecto a lo que sucedió después en ese momento, creo que cenamos y después de charlar un rato y ponernos al corriente nos fuimos a dormir.
Estaba dormida cuando sentí que alguien me sacudía la pierna, al abrir los ojos y aclarar mi vista pude ver a "mi hermano" el hermano mayor de mi hermana, que no estaba en el recibimiento debido a que había ido a terminar unos trabajos de la universidad a casa de un amigo. Él también me quiso mucho mientras vivíamos allí; y aunque peleara con él a cada rato y prefiriera a mi hermana; no podía negar que lo quería muchísimo.
Al día siguiente fui con la madre de mi hermana a su preescolar, donde años atrás me gradué. Me asombraba ver cuánto había cambiado, en esencia seguía siendo el mismo lugar que recordaba; pero lo habían remodelado, había un evento para los infantes de navidad, y aunque yo solo tenia 9 años me sentía rara en medio de tantos pequeños.
Después de saludar amablemente a las mujeres que habían sido mis maestras; encontré entre tantas caras adultas una conocida, era Nicol, la hija de mi "Teacher" que solo era un año menor que yo. Como mi hermana aún no llegaba decidí aceptar la propuesta de Nicol e ir a jugar al parquesito que quedaba en la zona recreativa ¡Ah, tantos recuerdos de mis días en ese lugar! Sentía que había pasado un siglo desde la última vez que estuve allí.
Perdí la noción del tiempo mientras jugaba con Nicol, sin embargo al rato sentí una mano que me sacudía el hombro, al voltearme vi que era la madre de mi hermana que venía acompañada de una chica, era linda, con un poco de acné y brackets pero linda. Noté que estaban esperando una reacción de mi parte, pero al ni yo misma saber qué sucedía hice la pregunta:
-¿Quién es ella?
Las 2 quedaron estupefactas, se rieron ante mi pregunta y la mayor decidió tomar la palabra.
-¿Cómo que quién es ella? ¡es Anna cariño!
Supongo que mi cara era todo un poema, todavía no sé por qué, pero sólo se me ocurrió levantarme y abrazar a aquella chica diciendo un escueto "Hola Anna".
Definitivamente esa no era la reacción que esperaban, a decir verdad yo también me sorprendí. Pero es que no sabía que más decir, estaba en shock, esa chica no podía ser mi hermana ¡imposible! Lucía muy diferente de la niña de mis recuerdos, en casa no fue muy diferente, ella seguía siendo amistosa, cariñosa y loca, pero algo siempre estaba presente en mis pensamientos: Había cambiado, y no sólo su cuarto.
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