Un nuevo comienzo
En alguna parte del pequeño bosque.
Aspros: Vaya, Vaya, Vaya... - dijo mientras que Écarlate y Kardia se ponían alerta.
Kardia rápidamente le hizo una seña a Dégel para que se fuera con los otros mientras que Écarlate se puso al lado de él.
Aspros: Kardia... - dijo molestó.
Kardia: Aspros... ¿Porque estas haciendo esto? - pregunto mientras lo veía serio.
Aspros: lo hago porque quiero... además ése niño sé parece mucho a tí, así que se me hizo muy fácil remplazarte con él, pero después me enteré que tú bastardo ya lo había embarazado, así que a menos de que mate a esa basura después de que nazca, esa pequeña copia tuya no me va a servir de nada - respondió serio.
Écarlate: se ve que no haz cambiado nada Aspros - dijo serio.
Aspros: ¿y tú no te haz puesto a pensar que Mystoria pudo haberte engañado con este?, de lo contrario no entiendo cómo es que se parece tanto a él - dijo serio.
Écarlate: no. La verdad es que Mystoria no podía ver ni en pintura a Kardia cuando estaba embarazado, así que ya sabes lo que se dice, si la madre no quiere algo oh no se le complace en algún antojó, él bebé saldrá con cara de esa porquería...
Kardia: ¡OYE! ¡¿PORQUERÍA YO?! - gritó molesto.
Aspros: - río - tienes razón, aunque ¿cómo fue que ustedes terminaron siendo familia?, si desde que estábamos en la escuela, esos ratones de biblioteca nunca se an querido.
Écarlate/Kardia: una larga historia - dijeron al unísono.
Kardia: sólo para resumir, te diremos que se volvieron a ver cuando fue la boda de nuestros hijos... - Écarlate siguió.
Écarlate: Si, no te imaginas él drama que se formó ese día en medio del banquete de bodas y si te preguntas ¿Porque no impidieron la boda cuando pudieron? Fue porque Dégel no apareció por estar al pendiente del Salón del banquete.
Aspros: Ya... - dijo a punto de disparar, cuando de un momento a otro cayó al suelo, rápidamente dirigieron su vista hacia enfrente encontrarse con Camus quien tenía un arma en sus manos.
Kardia: ¿Lo mataste? - pregunto aterrado.
Surt: tranquilos, es sedante para alces - dijo mientras sonreía, Camus le pasó él arma y rápidamente se acercó a ellos.
Camus: ¡¿todos están bien?! - pregunto angustiado.
Écarlate: si gracias - dijo para después acercarse a Mystoria y Dégel para ayudar a Milo a ponerse de pie.
Milo: ¡Camus!... - gritó mientras se separaba de los mayores y corría en su encuentro.
Camus: Milo... - dijo mientras lo recibía en sus brazos.
Milo: te extrañé mucho amor mío - dijo mientras sé aferraba a él en un fuerte abrazo.
Camus: Hm... no puedo creer que me perdí él crecimiento de tú barriguita - dijo mientras se separaba para seguidamente acariciar levemente él vientre de su esposo.
En eso vieron que la policía llegó, los mayores fueron a explicar la situación mientras los menores sé quedaban hablando, Camus decidió hablar con la verdad, así que le contó todo lo que había sucedido durante su desaparición, Milo no sabía que hacer, se sentía confundido con lo que estaba escuchando, así que ambos tomando un suspiro decidieron separarse por un momento, para poder pensar bien las cosas y meditar y con ese pensamiento cada quien sé fue hacia la casa de sus padres después de hablar y decir todo lo que sabían además de ver que todos las personas que permanecían ahí en contra se su voluntad salieran a salvó.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Tres meses después...
Tres meses después.
En él hospital.
Camus corría de camino al hospital, estaba dando clases pero le habían llamado porqué Milo ya estaba a punto de dar a luz. Al llegar a la sala de espera se encontró con su suegros y sus padres así que se acercó a ellos.
Camus: ¿Cómo está? - pregunto preocupado.
Mystoria: todavía no nos an dicho nada Camus - le dijo mientras le sonreía amablemente.
Écarlate: no debes desesperarte Camus, van a estar bien - dijo para darle calma al menor.
Tiempo después sus papás lo llamaron a sentar, él un poco nervioso aceptó sentarse mientras trataba de calmar sus nervios.
Horas después.
Un doctor por fin salía buscando a los familiares de Milo, felizmente les dijo a todos que él parto había sido todo un éxito y que tanto la madre y él pequeño estaban bien, cediendo él pasó para que una persona fuera a verlo, Camus fue él que entró aunque no estaba muy seguro porque todavía no habían arreglado su asunto con Milo, pero se dio cuenta de que ya era hora de enfrentar él problema. Así que entró. Cuando lo hizo lo primero que vío fue que su esposo ya sostenía a su hijo en sus brazos.
Camus: Hola... - susurró tímidamente mientras se acercaba.
Milo: oh... Hola - dijo levantando su rostro rápidamente con un leve sonrojo.
Camus: ¿cómo estás? - pregunto mientras se sentaba en un banquito junto a él en la cama.
Milo: pues ahora que te veo aquí pues me siento bien - dijo sonriendo le a su esposo que también le sonrió con ternura, él vio a su hijo y después le preguntó - ¿no lo vas a conocer? - pregunto mientras levantaba un poco al recién nacido.
Camus: claro que sí, aver... - dijo mientras sé medio ponía de pie para recibirlo y seguidamente se volvió a sentar con su bebé en brazos, viendo al niño - creó que se parece a ti...
Milo: pues yo diría que se parece a ti, sólo míralo, tiene toda tú carita sería - dijo a modo de broma, Camus rió un poco por ese comentario, pasaron un tiempo más en silencio después Milo habló - ¿Cam? - pregunto.
Camus: Si... - respondió prestandole atención.
Milo: ¿cuanto tiempo seguiremos así? - pregunto.
Camus: ¿así como? - cuestionó confundido.
Milo: así separados, estos últimos tres meses me las pasé triste por estar solito en casa de mis padres...
Camus: Milo. Perdóname, enserio perdóname por haberte dejado sólo, pero si no te llamé así cómo tampoco fui a verte, fue porque creí que todavía no me habías perdonado y que necesitabas tú espacio...
Milo: Camus, mí amor, yo ya no quiero seguir así... te extrañó, él bebé te necesita, yo te necesito, quiero que sepas que yo no te guardo rencor y la razón por la que te pedí tiempo fue porque gracias al encierro y que tú me confensaras aquello, yo no sabía que pensar oh cómo actuar, pero no estoy enojado... yo quiero vivir de nuevo contigo, con nuestro hijo, ser una familia completa de nuevo, cómo lo éramos antes de que todo esto ocurriera.
Camus: yo no quiero hacerte daño Milo, ni a ti ni a él - dijo viendo al bebé - pero debo admitir que extraño tú presencia en la casa, así que... - sé acercó a Milo, lo vio por unos instantes y le dijo - disculpe mí hermoso jovencito, pero... ¿le gustaría ir a mí casa con esta pequeña cosita adorable a hacerle compañía a este solitario y amargado cubo? - pregunto haciendo reír al menor.
Milo: Camus... - dijo riendo.
Camus: ¿qué? Si este bello poema lo hice para ti... ¿qué no te gustó? - pregunto mientras sonreía feliz porque por fin volvía a escuchar la hermosa risa de su esposo - ya hablando enserio Milo, ¿enserio quieres regresar conmigo?
Milo: - asintió -
Camus: bien... sólo, tú ayúdame con él loco de tú padre para que después que le diga que te vienes nuevamente a vivir conmigo no me mate - le susurró mientras se sonreían...
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Por otro lado.
En un hospital Psiquiátrico.
Un joven doctor sé encontraba viendo por un espejo a un paciente, que constantemente se golpeaba la cabeza, lo bueno era que ese cuarto estaba acolchado por todos lados impidiendo que se hiciera daño.
Kaiser: ¿cómo está Shijima? - pregunto mientras veía cómo el otro se volteaba.
Shijima: cada día va más mal Kaiser, eh insistentemente llama a Kardia.
Kaiser: Hm... ya veo - dijo mientras ambos miraban a aquel hombre.
Aspros después de una revisión, se determinó que estaba mal de la cabeza así que por eso habían decidido internarlo en un hospital Psiquiátrico para tratar su enfermedad, pero parecía que ese hombre no iba a mejorar.
De regreso al hospital.
Camus veía dormir a Milo, mientras él acariciaba levemente su cabello, en lo que él hacia eso, sus padres y suegros estaban viendo al bebé, mientras discutían quien lo iba a cuidar, cosa que le daba mucha gracia porque conociendo a su pareja, no creía que Milo fuera a dejarlos cuidar al niño, porque con esas peleas algo le decía que tendrían que volver a hacerse la pregunta del...
¿Dónde estás?...
Fin ❤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro