
la increíble noticia
En algún colegio.
Un joven profesor de cabello largo y color azul cerceta se encontraba dando su clase de comunicación y lenguaje a sus pequeños alumnos, era él profesor de tercer grado en él colegio gold saints. Amaba su trabajo, adoraba estar involucrado en la educación a la siguiente generación del mundo, él timbre del receso sonó pidió a todo él mundo salir y cuando se vio sólo decidió llamar a su máxima razón de ser y ese era su esposo...
En la llamada.
Milo: ¿Hola?...
Camus: Hola amor... ¿cómo Estás? - pregunto con el celular en la mano mientras empezaba a revisar los cuadernos de los niños.
Milo: estoy acostado en él sillón, tuve un pequeño mareo, Hm...
Camus: ¿no te haz lastimado? - pregunto preocupado mientras empezaba a calificar.
Milo: No... aunque por poco y caído rodando por las escaleras ¿sabes? - río un poco mientras su esposo dejaba lo que hacía para prestarle más atención.
Camus: deberías tener más cuidado Milo, cuando regrese te llevaré al doctor esos síntomas ya me están preocupando...
Milo: tranquilo sólo llamaré a mí madre para preguntarle ¿si?, tú continúa con tú trabajo porque si no esos pequeños demonios se volverán unos vagos - Camus rió un poco.
Camus: nada de eso, los estoy educando muy bien, además no creo que porque me tomé él restó del día Shion vaya a morir - ahora fue su esposo quien rió.
Milo: haber profesor, yo también necesito una pequeña clase privada, ¿usted también da clases de Yoga? - le preguntó coquetamente.
Camus: así es... ¿y cómo en que podria ayudarlo alumno?, ¿que postura quiere a prender? - pregunto siguiendole él juego, sólo esperaba que la conversación no se pusiera muy encendida si no tendría mucho que explicar si algún niño lo veía.
Milo: no lo sé, tal vez la postura del gato estirado, pero no puedo hacerlo sólo, necesito que mi maestro este aquí para facilitarme él ángulo en él que necesito estar - escucho que suspiró sonriendo siguió - usted podría estar sujetando fuertemente mis manos y ayudando a mí cuerpo a adaptarse a la posición ¿no lo cree?
Camus: hay Milo, no sabes lo que te espera cuando llegué a la casa - dijo mientras lo escuchaba reír - lo digo enserio, créeme que si sigues voy a salir corriendo de aquí para que te encarges de atenderme por despertar a mí amiguito.
Milo: me encanta despertar a menudo a tú amiguito, es mi dulce favorito - Camus sé mordió el labio inferior, entonces escucho que sonó él timbre de su casa - bueno mí querido profesor, dejamos la conversación para más tarde, tengo visita, cuidate mucho amor.
Camus: tú también hazlo mí amor, te amo y te veo al rato en la casa.
Milo: aquí te espero amor, feliz día.
Fin de la llamada
Camus dejó él teléfono a un lado y se puso a calificar los cuadernos, aunque primero fue al baño a encargarse de su "amiguito" su esposo se las iba a pagar cuando lo tuviera en frente.
Horas después.
Al llegar a casa.
Cuando llegó a su casa lo primero que noto fue que todo estaba en un gran silencio, así que dejó sus cosas en él sillón y fue a ver si su esposo estaba en la cocina y efectivamente si lo encontró ahí cocinando, lentamente y cuidando de no hacer ruido sé acercó hasta él para seguidamente tomarlo de la cintura para alejarlo de la estufa lo acorralo contra la isla que había en su cocina y lo beso en los labios, él otro gustoso aceptó aquel beso después de unos minutos se separaron Milo sólo sonrió y Camus dejó un beso en su frente para seguidamente separarse eh ir a seguir viendo que la comida no sé quemara, Camus por su parte agarró un banco y se sentó.
Camus: ¿quién vino? - pregunto.
Milo: tú madre - le dijo mientras apagaba él fuego.
Camus: así y ¿qué quería?
Milo: matarme, dijo que por mí culpa tú ya nisiquiera le llamabas.
Camus: hay mí mamá.
Milo: deberías hablar más con mis suegros, no me gustaría seguir escuchando que Dégel me culpa de que no le hables, me rompen él corazón - dijo dramáticamente.
Camus: bueno, pero dime, después ¿que pasó?
Milo: mí madre también apareció para defenderme de la tuya y bueno para lo último que te digo es que nuestros padres tuvieron que intervenir para que no se agarraran a porrazos en frente mío - finalizó.
Camus: Hm... ¿no fueron a trabajar?
Milo: dijeron que tenían día libre y habían aprovechado a visitar.
Camus: ah... ¿y qué te dijo?, ¿le comentaste que te estabas sintiendo mal?
Milo: - asintió - si, de hecho la respuesta está a un lado tuyo, en la cajita que está a la par de tú brazo - le dijo mientras tomaba unos platos.
Camus por su parte dirigió su vista hacia la caja Blanca, la movió un poco para tratar de adivinar que era lo que tenía, después la abrió encontrándose un pequeño aparatito que reconoció a la perfección, rápidamente dirigió su vista a su esposo que sonriendo se acercó a él.
Milo: y bien... ¿no me dirás nada? - Camus sé levantó corriendo de su asiento y abrazo a su esposo por más que feliz mientras dejaba pequeños besos en su rostro.
Así se la paso por un periodo de diez minutos, para seguidamente separarse mientras acariciaba su rostro con delicadeza.
Camus: estoy tan feliz cariño - le dijo para después robarle un beso y abrazarlo.
Milo: aún tengo que ir a revisarme, pero estoy más que seguro que si es positivo amor mío - dijo correspondiendo el abrazo.
Camus: se que así será mí amor y juro que voy a protegerlos a ambos y voy a amarlos mucho mucho... tanto que te has a hartar de mí - Milo sonrió.
Milo: eso jamás, jamás podría aburrirme de tí Camus, eres lo mejor que me a pasado en la vida y jamás voy a dejarte.
Camus: tú también eres lo mejor que le a pasado a mí vida, tú y mí hijo, los amo... los amo tanto.
Continuará...
Criaturitas de la creación, la anterior historia fue borrada por una denuncia por Copyright, no se a quien le copié, la verdad.
¡Tengo miedo!
Porque estoy copiando una historia que nisiquiera sabía que existía, sólo espero que esta no tenga problema, ya tuve mi primer Straig y no quisiera otro porque me borran la cuenta.
By: Shun de Andrómeda 123
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro