A la mañana siguiente.

En la casa de Dégel.

Un cansado Camus llegaba a casa de su madre, había pasado toda la noche tratando de encontrar algún indició de la camioneta pero nada, tenía unas enormes ganas de echarse a llorar por la frustración, pero se dio cuenta del griterío que venía de la oficina de su madre, reconociendo la voz de sus suegros y de sus padres corrió hacia haya, oh si no esos cuatro se iban a agarrar a piñas.

En la Oficina.

Écarlet: Ya habla Mystoria, ¿dónde está Milo? - le preguntó a su esposo quien estaba acorralado entre la pared y su marido.

Mystoria: ¿de cuál te fumaste? - se dirigió a Dégel - Dégel ¿de cuál fuma tú marido? Sabía que no debía dejarlo a solas con él.

Dégel: Ustedes ya suelten nos, no sabemos que es lo que les pasa pero ya basta.

Kardia: Dégel, amor mío, dime ¿dónde está Milo?

Dégel: eso es lo que todos queremos saber Kardia, no seas estúpido - dijo mientras trataba de soltarse.

Mystoria: Écarlet mirame a los ojos y dime ¿enserio me crees ese tipo de persona?, ¿enserio crees que yo mande a secuestrar a nuestro hijo eh hipócritamente les estoy ayudando sabiendo que yo lo tengo?

Dégel: él tiene razón, ¿enserio nos creen ese tipo de personas? - pregunto serio, Écarlet y Kardia, viendo ambos su punto de vista empezaron a separarse lentamente de ellos, mientras sus esposos suspiraban aliviados por hacerlos reaccionar.

Mystoria: escuchen, sabemos que no hemos sido los mejores con suegros...

Dégel: sabemos que peleamos mucho y en múltiples ocasiones dijimos odiar al hijo del otro, pero no es así... sabemos que nuestros hijos se aman y jamás haríamos algo para arruinar su felicidad.

Mystoria: jamás nos perdonariamos verlos llorar por amor y mucho menos por nuestra culpa.

Dégel: Yo no tengo a Milo y no se donde está al igual que todos ustedes.

Mystoria: yo tampoco lo tengo y quiero que tengan en cuenta esto, si alguno de nosotros lo hubiéramos secuestrado ya no estaríamos aquí, ya estuviéramos con él en otro país, crean nos, no nos importaría dejarlos solos.

Écarlet: ¿eh?...

Dégel: estamos hablando de nuestro nieto también que está a muy poco de nacer, enserio ustedes creen que a mí me gusta ver a Camus llorando todas las noches, Tú lo haz visto Kardia.

Kardia: - bajo la mirada con tristeza -

Écarlet: perdonenos, es que la verdad estamos desesperados, por no saber nada de ellos...

Kardia: y al tomar en cuenta que ustedes eran cómo él agua y él aceite pues... creímos un poco en ese posibilidad.

Dégel: nosotros también duda vamos de ustedes, pero al ver la desesperación en sus ojos pues... esa duda se a disipado.

Écarlet: entonces... ¿todos duda vamos de todos? - los demás asintieron.

Kardia: bueno... por lo menos sabemos que nos hemos puesto de acuerdo en algo - dijo sonriendo y todos comenzaron a reír.

Écarlet: bueno, ¿qué an averiguado?

Mystoria: que todos los que iban en ese bus estaban en estado de gestación, eso averiguamos.

Écarlet: enserio... - Dégel habló.

Dégel: eso da a entender que es un trabajó en equipo lo que nos da a sólo dos grupos... Kanón Gemini y los dueños del bar inframundo - dijo serio.

Kardia: Kanón y los jueces... - dijo con una mano En su barbilla.

Dégel: ¿y ustedes cómo van?

Kardia: estábamos a punto de Hackear las cámaras de seguridad del hospital para ver él vehículo y las placas...

Écarlet: así cómo también íbamos a ver las cámaras de la ciudad para ver a que dirección se fueron.

Dégel: ¿Pueden hacer eso? - pregunto viendo a ambos.

Kardia: Etto... ¿si? - los cubos los vieron molestos.

Écarlet: ¿Qué sucede?, ¿Porque nos ven así?

Mystoria: nos hicieron perder tiempo cuando pudimos encontrarlo rápidamente con las cámaras - pregunto molestó.

Kardia: lo sentimos, hasta ahora nos recordamos que podíamos hacerlo - dijo tratando de calmar a esos dos.

Dégel: ¡Qué diablos hacen ahí parados corran muevan sus traseros y Hackeen esas malditas Cámaras Ya!, ¡No tenemos mucho tiempo! - gritó mientras pasaban sus computadoras y sentaban a sus esposos en las sillas de los escritorios.

Mientras ellos hacían éso Camus sé encontraba sentado en las escaleras, escuchando lo que en aquella llamada le decían.

En la llamada.

Surt: Tú esposo se llama Milo ¿no es así?

Camus: Si, así se llama, ¿para qué me pregunta eso? Si es para molestar créame no estoy para sus tonterías...

Surt: Nada de eso, lo único que quiero es ayudarte, Camus, se donde está tú esposo - Camus rápidamente se puso de pie.

Camus: ¡¿Sabes donde está?!, ¡si sabes donde está por favor dímelo te lo suplico! - imploro.

Surt: te daré su ubicación, sólo necesito que hagas una pequeña cosa por mí... ¿crees que puedes hacerlo?

Camus: Claro que puedo, ¿qué quieres? ¿dinero? Dime la cantidad que quieras pero habla ya...

Surt: no comas ansias ahora te lo digo, por lo otro no es dinero lo que busco...

Camus: ¿entonces qué quieres? Habla.

Surt: antes trabajabas en él colegio gold saints ¿no es así?

Camus: ¿qué tiene que ver eso con lo de ahora?

Surt: ¿trabajaste ahí si oh no? - Camus suspiró y dijo.

Camus: si trabaje ahí cómo profesor del tercer grado sección A.

Surt: muy bien, lo único que tienes que hacer para saber las coordenadas de la ubicación de tú esposo es volver a trabajar ahí, cómo profesor del mismo salón.

Camus: eso es imposible, ya estamos a mitad de año cómo para cambiarle el profesor a los niños...

Surt: ¿aceptas oh no?

Camus: bien, bien... pero no se si el director me vaya a dejar volver.

Surt: yo me voy a encargar de eso tranquilo, ahora te daré la información que tanto anhelas ¿Si?

Camus: sólo tengo una duda...

Surt: ¿cuál es?

Camus: cuando secuestraron a mí esposo, el estaba esperando un bebé, ¿quiero saber si el bebé está bien al igual que él? - escucho cómo en él otro lado rieron.

Surt: Si Camus... ambos están bien, ¿algo más?

Camus: ¿quien eres...?

Surt: ya lo sabrás, te enviaré una ubicación por vía Whatsapp, te espero ahí a las doce en punto de la noche, ven sólo, si quieres volver a verlos con vida ¿quedó claro?

Camus: deja los juegos y dime dónde están...

Surt: no será conveniente que tú vayas sólo créeme, yo voy a guiarte para que salgas vivo de ahí, además tengo que decirte que si no llegas puedes ir despidiendote de ellos, porque está noche, será la última que pasarán en este país...

Fin de la llamada.

Camus vio con preocupación su teléfono y al ver al frente vio a sus padres y a sus suegros, quienes había escuchado toda la conversación.

Dégel: ni creas que irás a ese lugar sólo - sentenció serio.

Continuará...