Epílogo
Al fin llegó el momento...
Lo hice al principio y lo vuelvo a repetir al final.
Esto es para ti, abuelo, me hubiera gustado que estuvieras aquí para que puedas leer lo que escribí. Leías de todo y jamás te cansabas, un genio ítalo-uruguayo al que siempre voy a idolatrar. Le inculcaste a mamá el amor por la literatura y ella me lo enseñó a mí. Te quiero, abuelo.
«El recuerdo es la presencia invisible».
—Victor Hugo.
Tres años más tarde.
Atenas, Grecia.
Observé cada rostro en la foto como si tuviera el poder de cambiar el orden cronológico de los hechos. Habían pasado tres años, tres largos años.
—¿Ellos eran...? —Me preguntó Neferet con delicadeza, el tema había pasado a la añeja nostalgia, sin embargo, todavía quedaba algo de dolor en el recuerdo.
—Ellos eran mi familia, la familia McGregor.
Mi amiga asintió, comprendiéndolo.
Neferet Katsaros fue la primera persona con la que congeniamos cuando Maddox y yo decidimos mudarnos, por azares de la vida, a Atenas, capital de la increíble cultura griega. No tardé en descubrir que ella era una muy buena escritora, sin embargo, cuando descubrió mi historia familiar y la procedencia de Maddox y mía, en seguida nos consultó a la hora de crear un libro basado en los hechos de la historia de los McGregor.
—¿Crees que sea conveniente dejarles los mismos nombres o prefieres agregarles otros nombres?
—Has lo que creas conveniente, tú eres la escritora, amiga —Le sonreí al mismo tiempo que mi mano viajó hacia mi abultada panza. Sonreí mientras esta se deslizaba alrededor de los abultados y notorios siete meses.
—¿Le dijiste al final el sexo del bebé a Maddox? —Neferet sonrió—. Tuve que obligar a Sienna que no le dijera nada a Noah, sabes cómo es ella, casi le gana la emoción.
—¿Ambos regresaron a Grecia?
Después de la muerte de Samantha y Roger nada fue igual en Vlerton, así que tanto Sienna, Noah, Maddox y yo decidimos mudarnos a un país en el que nos despejaríamos del pasado, empezar desde cero. Nuestro destino fue Atenas, pero con el pasar de los años Sienna y Noah comenzaron a viajar a diferentes partes del mundo, viniendo a Grecia cada cierto tiempo.
Sonreí, conocer a Neferet fue, junto a haber conocido a los chicos, haber encontrado mi verdadera familia. Una que no era sanguínea. Sienna, Noah, Neferet y Maddox, ellos fueron el regalo del que Samantha me habló días antes de fallecer. Conocí a personas maravillosas.
—Se suponía era una sorpresa, pero sí —Se levantó de su asiento, al mismo tiempo que llamaba a la mesera para que trajera la cuenta—. ¿Te irás a Estados Unidos?
Ella asintió, sonriendo.
—Hay una historia muy interesante que escuché de un pequeño pueblo de allá, por lo que tendré que averiguar si es cierta —Hizo unos últimos apuntes sobre su libreta—. Déjame, preguntarte, ¿quién era la mujer que Robert Jones secuestró junto al resto de tu familia?
—Larissa Gioia, su esposa, él la secuestró y mantuvo cautivada durante más de veinte años. Su hermana Josephine quedó a su cuidado, porque ella no se encontraba en sus facultades para hacerlo —susurré, observando el utópico clima del verano griego—. Por otro lado, están sus hijos, Bill y Jonathan, ambos se disculparon conmigo en algún momento, lo hicieron a su modo, pero lo hicieron. Lo último que supe de ellos fue que agarraron todo lo que poseían y se marcharon del país sin mirar atrás.
—¿Te arrepientes de algo de lo que sucedió? —Sus ojos chocaron con los míos, mientras yo negaba con lentitud.
—No. Mi abuelo solía decir que las cosas pasaban por algo, querer modificarlo significaba que ya nada iba a ser igual, nada iba a convertirse en lo que deseábamos. El asesino de mi familia y de muchas personas inocentes está muerto, Neferet, sé que no puedo volver al pasado, pero me conformo con eso.
Asintió, comprendiéndolo.
—¿Qué fue de la vida de Josh y Mary Anne?
—Volvieron a Italia, a la tierra de mi bisabuela, pero jamás volví a hablar con ellos.
—¿Y Vlerton?
Suspiré.
—Vlerton sigue siendo el mismo pueblo decrépito de hace décadas y así seguirá hasta su evaporación del mapa, aunque digamos que, sin Robert en el medio, volvió a recuperar la tranquilidad de antes o eso creo, pese a ello, los fantasmas del pasado no se fueron de ese lugar y dudo que lo hagan —Acaricié con suavidad mi panza, sintiendo las pequeñas pataditas que mi bebé comenzaba a dar—. Por eso te digo, ¿estás segura de ir al pueblo ese al que quieres ir?
—Northbury es su nombre —Hizo alusión al pueblo—. Y sí, sé que dije que quería descansar, pero no soy de esas que quieren descansar en un lugar bello y tranquilo como Grecia, Roma, soy de las que prefieren vacacionar en un misterioso pueblo perdido en la nada y casi sin habitantes.
Alcé las manos en señal de rendición, Neferet era un caso perdido.
—¿Cuándo te vas a ir?
Neferet lo pensó.
—Después del nacimiento del bebé, no me perderé el nacimiento de mi sobrino, Roma —Sonrió—. Por cierto, ¿por qué no me quieres decir el nombre del bebé?
Sonreí, parándome una vez que habíamos pagado la cuenta.
—Porque es una sorpresa.
♣♦♣♦
Dos meses después.
Atenas, Grecia.
—Bienvenido al mundo, Connor Louis McLaren McGregor —Maddox acunó a nuestro pequeño bebé entre sus brazos, observándolo maravillado. El pequeñín que llevaba apenas dos horas de nacido abrió los ojos, observando a su papá como si reconociera que sería su más grande héroe en el futuro—. Mira ahí, tu bella mamá está descansando, hijo. Mamá pasó por mucho, Connor, por eso tú y yo seremos sus guardianes de por vida, ¿verdad que sí?
Sonreí, observando como mi esposo y mi hijo se observaban mutuamente.
Mis hombres.
Mira, Sabina, ahí está tu sobrino. Te hubiera gustado mecerlo tú, contarle cuentos y llevarlo a la cama. Tu sobrino que comparte tu fecha de cumpleaños, hermanita.
Créeme que siempre le hablaré de ti.
—¿Dónde está mi sobrino? —Milán, Sienna y Noah ingresaron a la habitación tan pronto como las enfermeras se lo notificaron—. ¡Mira nada más que bello bebé! ¡Dios, pero si sacó los rasgos de Roma! Connor, esperemos que no tengas el humor de tu papá.
Me fue inevitable reír ante el comentario de Noah.
—¿Y cómo está esa nueva mamá? —Sienna se acercó a mí con el teléfono entre las manos—. Neferet está en la llamada, mira la pantalla.
Neferet había tenido que partir a los Estados Unidos tres días antes del nacimiento de Connor. Se lamentó perderse el nacimiento de mi hijo, pero le pidió a Sienna que la mantuviese informada siempre.
—Hola, mamá Roma, ¿cómo estás y dónde está mi bello Connor?
Entonces supe en ese momento que me encontraba completa.
Me había casado.
Había sido madre.
Había encontrado a mi verdadera familia.
Todo estaba en orden.
♣♦♣♦
Tenía un mal presentimiento. La llamada con Neferet no había sido buena y el hecho de que ahora no me contestara el teléfono no mejoraba mi estado anímico.
—¿Qué harías si conoces a alguien que jamás existió?
—¿Qué? —Maddox me observó confundido, mi esposo sostenía a Connor, acunándolo hasta que se durmiera.
—Acabo de recibir una llamada de Neferet, estando en Northbury me dijo que conoció a una mujer que al parecer falleció hace veinte años —dije—. Pero ella me dice que todos en ese pueblo le aseguran que esa mujer en realidad jamás existió. Nadie la conoce. Me dijo que cosas realmente feas están sucediendo en ese pueblo.
Nota:
¡Hola, aquí Caro!
Llegó el momento, al fin esta historia cierra un capítulo de más de un año de trabajo. Pasaron muchas cosas antes de que esta historia llegara a mi mente, frustraciones, bloqueos, estrés, pero casi sin saberlo, poco a poco se fue puliendo todo hasta tener lo que hoy todos ustedes están leyendo.
Me costará decirle adiós a Roma y a Maddox, pero el camino de la escritura continúa y creo es bastante OBVIO decir quién será nuestra próxima protagonista, ¿o no?
Ay, Neferet, a dónde nos llevarás...
Agradezco infinitamente a todos los que día a día me apoyaron y siempre interactuaron ante la historia de los McGregor.
Por eso quiero agradecerle a febrerina, por ser la creadora de esta bella portada y de los banners, además de ser la primera persona que estuvo ahí siempre, incluso desde antes que la historia naciera, gracias, Carito.
A benjiprice1991, por convertirse en mi lector número uno desde que conoció la historia, tirándome sus teorías y su más grande y sincero apoyo. Gracias, Benja.
Y a F-JONES, que casi sin saberlo y todo gracias a una reseña que ella realizó, conocí a una bella persona que siempre me dejó su más sincera opinión en cada capítulo. Conocí lo gratificante que es tener el apoyo de tus lectores. Muchas gracias, bella.
Aquí se cierra una historia, pero se abre otra ;) Ahora está la historia de Neferet (todavía está en proceso, por lo que no sé cuándo será publicada).
Recuerden que pueden dejar sus preguntas aquí, porque dentro de poco abriré un apartado respondiendo todas las dudas o preguntas que tengan, pueden ser tanto personales, como de la historia ;)
¡Nos vemos en la próxima historia!
¡Grazie mille!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro