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Capítulo 03: Compañeros ↫

La oscuridad descendió sobre el cielo como una gruesa capa de tule, mientras el viento helado penetraba por la ventana, hasta las interiores del ser de Kim Namjoon. Era una noche invernal, y la oscuridad se mezclaba con los interrogantes que se transformaban en un enredo sin fin dentro de su mente. La visita de Jungkok a la comisaría dejó a Namjoon desconcertado. No lograba creerse el papel de víctima de Jungkook. Pero tampoco creía la vida inocente de Taehyung. Sentía como si todo el peso del caso fuera a cargar sobre sus espaldas, envolviéndolo en una tenue presión que amenazaba con quebrantar su mente a la mitad. De todos modos, la vida de Taehyung estaba en sus manos.

En el jardín de la ventana de su oficina
se filtró un silbido; sus ojos se encaminaron al árbol de manzanos, donde el susurro del viento hacía que la gran copa oscilara como un cuerpo bailarín. Y entre las ramas se escondía un par de brillantes ojos blancos que miraban fijamente al intruso. Se apoyó contra el frío de su ventana; el mundo lejano de los árboles parecían estar mucho más cerca de lo que creía

En la ciudad de Seúl, donde la concreción era más predominante que la naturaleza, el aleteo de las alas o el agudo y aterciopelado grito de estas criaturas se veían como de otro planeta. Había tan poca naturaleza en aquellas calles, que cualquier mirada de vida silvestre era digna de ser maravillado y respetado. Aquel agotamiento que iba en aumento estaba al borde de apoderarse de su cuerpo. Sin embargo, Namjoon se dio cuenta de la silueta de un hombre frente a él le estaba empujando a deslizar un par de veces su mirada hacia su dirección, sin pronunciar ni una sola palabra.

— ¿Acaso no era la hora de salida, Detective Kang? —. Preguntó el pelinegro, cediendo un poco el espacio y abriendo un poco más la puerta de su oficina para dar paso a la persona.

Apenas cruzando la puerta, Kang se percata de lo abigarrado y espléndido del espacio. El Detective Namjoon, disfrutaba de una ventana francesa abierta de par en par hacia el cielo cubierto, flanqueada por un gran escritorio de mármol oscuro. Era una oficina de lujo que lucía no solo la experiencia sino también los triunfos del hombre que la habitaba. Incluso los sillones de cuero, decorados con fino gusto estilo "L" se destacaban como una muestra de refinamiento que no pudo evitar admirar.

— ¿Ya ha terminado todos sus deberes, Detective?

— Recién terminé hace un momento—. Responde. — ¿Qué sentirías regresar después de tres meses libres a trabajar?

— Estaría como usted—. Murmura.— Estresado.

Ambos sonríen y el pelinegro se dirige a su escritorio con el punto de guardar el papeleo de la semana en los cajones.

— Kang, si no tienes nada más que decir. Me gustaría que se retirase de mi oficina.

El Detective Kang no parecía dispuesto a dejar que su tenaz insistencia fuera en vano.

— Nuestros compañeros se fueron a un bar que acaban de inaugurar—. Dijo a medio andar, aproximándose al espacio que se interponía entre ambos.— Se me ocurrió invitarlo, ya que no me parece muy saludable trabajar sin parar.

— No hay mucho que saber de mí, Detective Kang.

— Hay muchos más de lo que usted piensa.

El pelinegro, por un momento detuvo lo que estaba haciendo, para dedicar  observar con sus fríos ojos inexpresivos al Detective Kang.

— ¿Por qué lo dices con tanta seguridad?

— Tengo maneras para no terminar rechazado—. Respondió sincero.

— ¿Son técnicas que ya has aplicado?

— Es la primera vez Detective.

— De acuerdo.

Se acerca lentamente a Kang con pasos diminutos y con una voz seca le responde:

— Tu invitas, tu pagas, ¿De acuerdo?

— Usted lo ha dicho.

Se trasladaron cada uno avanzando con el paso decidido hacia el solitario y silencioso estacionamiento. Sin una palabra más, ambos ingresaron al vehículo, por donde el motor dio vida al silencioso aire nocturno. Se acomodaron en los asientos del automóvil, como piezas que encajan en un rompecabezas. Kang tomó el volante con mano experta, dejando que la tensión entre ellos quedara clavada en el asiento trasero. Se metieron en la noche de la ciudad Seúl, esfumándose en los umbrales de un lugar iluminado. Las calles estaban llenas de gente y la luz creaba un hermoso contraste en el oscuro cielo estrellado.

Cada cuadra que pasaban era como un sabor en la lengua; el automóvil de los detectives parecía estar flotando entre una mezcla de colores y luz, retratando una historia que solo ellos podrían leer. Los detectives aparcaron el coche, encendiendo una calle vacía en su búsqueda del bar. A medida que avanzaban, el murmullo del motor se apagaba, pero el abrazo del grupo que los esperaba se intensificaba, animándolos a dar un paso más hacia su destino.

— ¡Detective Kang!—. Exclamó Jackson, más fuerte de lo necesario para llamar la atención del compañero, su voz atravesando el leve viento nocturno. Su alegría era contagiosa, su buen humor volteaba a sus compañeros como una ola de sol entre la noche.

Jackson se aproximó a la par de sus otros compañeros, todos ellos envolviéndose en la luz de los faroles que bajaban del cielo sobre su camino. Era el más joven del grupo, pero también el más curioso, y su ansiedad por descubrir más sobre el detective Kang era palpable.

Las figuras de Taeul y Kamlee se alineaban junto a Jackson como estrellas que forman un cúmulo, en el que todas brillan una junto a otra para formar una maravillosa escena nocturna. El teniente Taeul, con sus ojos brillantes como agujeros negros, era el más maduro del grupo, pero su mente flexible hablaba de una gran perspicacia que le permitía ver más allá de lo que aparenta ser. El chico, que estaba brindando junto a los demás compañeros es el más importante. Kamlee, es la segunda mano del superior. Se encargaba de atrapar a todos los criminales de cada una de la ciudad del país. Desde cualquier punto de vista de una persona diría que es alguien muy serio y arrogante. Pero, la verdad era todo lo contrario. Es el más divertido y el más fiestero de todos sus compañeros.

Los detectives compartían un vínculo tan profundo como la sincronía de una escuadra de baile, en el que sus pasos se alineaban, y sus cuerpos funcionaban como un todo.

— ¡Estamos aquí, Detective Kang!

El bar era pequeño, pero sus dimensiones no reflejaban la calidez que irradiaba. Neon y luces resplandecían entre las paredes, cubriendo los detalles como una telaraña de tonos y colores. Los olores de Kimchi Jjigae y Bibimbap inundaban el lugar y bailaban entre las mesas. Era una escena propia de un cuento coreano, donde las historias y los momentos se entretejen. Los cuatro  detectives se hicieron un espacio en la mesa más cercana a la entrada, como si se estuvieran ajustando al espacio entre sus verdaderos y amigos compañeros.

Los ojos de Kang resplandecían como una estrella de las calles de Seúl, al acercarse a la mesa llena de sus colegas.

— ¡Bienvenidos! —. Dice Jackson, sin aliento y aún en schok por lo que estaba viendo.

— Pensé que no llegarías, Kang—. Ignoró Kamlee todo rastro de asombro— ¿Quieren pedir algo? ¿Agua? ¿Té? ¿Soju?

— ¿Desde cuándo se le pregunta a alguien que quieren, Kamlee?—. Pregunta Jackson divertido, y levanta su mano llamando la atención de la camarera rubia. Aquella chica con su sonrisa de oreja a oreja, se acerca a ellos y no duda en ponerle atención a lo que pedirían.

— Señorita, para nuestros amigos, siete botellas de Soju, Por favor.

—¿Siete?—. Se exalta Kang.

— ¿Siete?—. Repite Kamlee— Tenemos trabajo mañana tienen que beber moderadamente—. Su cuerpo se gira a Namjoon, que aún seguía de pie frente a ellos— ¿Quiere algo de comer, Detective Namjoon?

— No, gracias—.  Responde acomodandose en las sillas de la mesa.

— Detective Namjoon, quedamos en que yo pagaría la invitación así que si el problema es que esta avergonzado, le entiendo, pero, ¿Podría pedir algo?

Jackson y Kamlee, soltaron una risita divertida. Pero en el momento en que vieron la seria expresión de Namjoon regresaron a la normalidad.

— Solo tomaré Soju—. Responde desviando la mirada— ¿Esas son lavandas?—. Se percata de las flores moradas frente a él.

— ¡Exactamente! Aromatizan mucho el ambiente.

— Si me disculpan, regresaré en un momento. Necesito ir al baño.

— Tomese su tiempo

Kang, asiente al igual que todos sus compañeros. En el momento en que el pelinegro se esfuma y se perdiera en los pasillos del bar sus compañeros empezaron a realizar teorías sobre él.

— ¡Cielos, Kang! —. El primero en hablar fue Jackson.— ¿Como le hiciste para traer al Detective Nam? ¿Lo amenazaste diciendo que acabarías con su vida? ¿Te pidió dinero prestado y no te lo quiere devolver por eso acepto?

— Jackson, por favor—. Le llamo la atención Taeul— Tengamos al menos un poco de respeto.

— Kang, la verdad estoy curioso yo también por saber, ¿Nos cuentas tu secreto?—. Murmura Kamlee sarcásticamente.

— ¿Por qué les sorprende bastante que viniera?—. Dice Kang.

— Pensé que ya sabías que él era muy reservado y de pocas palabras.

—Lo sé, o bueno me enteré esta mañana—. Responde Kang.

— Es porque es Kim Namjoon. El mejor detective de toda Corea del Sur.

— El problema es que es igual al superior mayor, alguien cerrado.

— A mi me da miedo—. Jackson, se bebe un sorbo de Soju.

— Sinceramente, solo le pregunté que si quería venir conmigo, le dije que estaban inaugurando un nuevo bar y era bueno despejar la mente

— ¡Definitivamente lo hechizaste, hombre!—. Confiesa Jackson— Te mereces mi respeto.

— ¿Hay algo que no sé sobre Namjoon?

— Detective Namjoon—. Corrige Taeul— Aún sigue siendo tu compañero de trabajo, no le gusta que lo llamen de otra forma.

— Lo que no sabes, Kang, es que has entrado en la boca del lobo.

— No me parece una mala persona, es agradable—. Kang, se encoge de hombros.

— Creo, que deberían comer más y hablar menos—. Interrumpe Kamlee— Conozco mucho más al Detective Namjoon que ustedes.

— Cierto.

— Es verdad—. Por un momento Jackson la piensa— ¿Tu sabes por qué es así?

— ¿Así como..?—. Pregunta Kang, y deja en la mesa la primer botella de Soju terminada.

— Me refiero a que es una persona, que oculta secretos.

— Definitivamente deberían de cerrar sus bocas—. La expresión normal que Kamlee tenía hace unos momentos se volvió un poco más seria e inexpresiva.

— Es mejor no hablar de él—. Murmura Taeul.

— ¿Creen que es alérgico a las lavandas?

— ¿Desde cuándo nos volvimos unos compañeros demasiados curiosos y entrometidos en la vida de las personas?

— El Detective Namjoon, es muy interesante ¿No creen, chicos?—. Se ruboriza Jackson.

— Es muy atractivo

— Perfecto, me di cuenta que el alcohol ya esta haciendo efecto en ustedes.

— Kang y Jackson, entiendo que ustedes estén muy jóvenes y no tengan experiencias románticas con las personas pero no creo que sea buena elección elegir en un momento inadecuado al Detective Namjoon—. Sonríe sarcásticamente Taeul.

— Será mejor que dejen de decir tonterías—. El tono de voz de Kam, es aspera— Namjoon, no tiene tiempo para jugar con ustedes. Todavía, esta pasando algo muy difícil que le sucedió hace un año.

— ¿De qué estás hablando?—. Escupió exaltado Jackson.

— ¿Que le sucedió?—. Pregunta Kang, y deja caer sus codos en la mesa.

El silencio empezó a ceder una vez que el cuerpo del pelinegro regresara a la mesa de sus compañeros, que aún seguían tomando alcohol. Kim Namjoon, se encontraba agitado y con un color rosado en todo su rostro. El aire entre sus compañeros y él estaba tenso y nadie se atrevía a decir o hacer algo. El pelinegro agarró las tres botellas de Soju, que quedaban en la mesa y se las terminó de un solo golpe. Al ver tal acto de parte del detective. Jackson, llamó a la camarera rubia que estaba a dos mesas lejos de ellos, y pidió un poco del platillo de Mandu, que eran unas ricas empanaditas rellenas de verdura y carne.

Las favoritas de Kang.

La delgada, y bonita camarera extranjera asintió con un gesto y regresó a su trabajo de labor. Kamlee, rompiendo el largo silencio formado entre sus compañeros, decidió hablar y felicitar al pelinegro.

— Felicidades Detective Namjoon, por llevar el caso del desaparecido Taehyung.

— Gracias —. Responde secamente con ambas manos entrelazadas y los codos sobre la mesa— Kam ¿Mañana a que ciudad te van a trasladar?

— A la provincia de Gangwoon.

— ¿Y cómo es? ¿Es peligroso?—. Curiosea Kang.

— Recuerden que corea del sur es el lugar más seguro en todo el mundo y básicamente no hay muchos delitos—. Añade Taeul, con una empanadita en su boca.

— De hecho, la provincia de Gangwoon es un lugar Pacífico, pero ocupa el sexto lugar entre todas las ciudades peligrosas de corea del sur con un total de 107.6 casos de delito por cada 10.000 personas—. Les dice el pelinegro mirándolos fijamente a cada uno de ellos.

— ¡Esta muy bien informado!

— Deberían de estarlo ustedes también, ¿No?—. Les fulmina Kam.

— Cambiando de tema, ¿Alguno de ustedes piensa que el caso del chico llamado: Kim Taehyung, es un poco raro?

— Es interesante—. Dice Namjoon—
Durante todos los años, que he llevado trabajando, nunca me imaginé que la vida de un simple ser humano se volviera tan popular.

— Parece que ya no es un simple ser humano.

— Aún no entiendo como se volvió demasiado famoso en tan poco tiempo.

— ¿Famoso?—. Enarca una ceja Kam.

— Por lo qué sé no es famoso, es popular.

— Lo que les enseñaré a continuación se darán cuenta que es un chico conocido a nivel nacional.

Por segunda vez, Kang, saca su celular de su bolsillo y le muestra a todos sus compañeros la cuenta pública de Instagram de Taehyung. El chico, tenía pocas fotos. En unas salía con Jungkook. En otras, con sus amigos, y la última con su familia. Su cuenta de Instagram constaba de 200k de seguidores en pocos días. Los me gustas en sus fotografías, tenían desde 20 mil a 40 mil me gustas. Y sobre los comentarios ni hablar, las personas lo elogiaban y le prometían que pronto regresaría a su casa junto a su madre. En su foto de perfil, Taehyung, salía con una hermosa y gran sonrisa. Se podía observar que salía en un gran patio y al fondo de esta una enorme mansión. El brillo de sus ojos era único, la inocencia y la felicidad que tenía en la foto.

¿Realmente era una persona feliz?

— Eso es poco, tiene más en su cuenta de Twitter. Ahí tiene más fotos junto a sus amigos, familiares, madre, padre y claro por supuesto tenía algunas reservadas donde salía con el chico Jungkook.

— ¿Jungkook? ¿El que llegó a la estación?

— Sí, él

— No entiendo la vida de los jóvenes.

— No se trata de entender, Jackson.

— ¿Que piensan sobre su desaparición?

— Tengo algunos pensamientos que podría ser por su madre o su ex-pareja, ya saben los jóvenes siempre tratan de llamar la atención de cualquier modo—. Confiesa uno de sus compañeros, con la boca llena.

— En mi defensa, llevo el caso de él, y tiene un buen perfil público. Estudiante con buenas notas, popular en la universidad, buen trabajo, ¿Por qué llamaría la atención?

— Lo que pasa, Kang, es que...—. Las palabras de Jackson quedaron en el aire— No lo sé, tu llevas el caso.

— Hay cosas que no encajan—. Menciona Namjoon uniéndose a la conversación.—Todo lo que gira alrededor de Taehyung y sus amigos es muy raro. Unas personas desconocidas dicen que conocían a Taehyung y vivía con su madre, otras dicen que el llegaba muy tarde al supuesto apartamento en donde vivía. Son cosas, que no se logran entender.

— Pobre chico, espero que no la esté pasando mal en donde sea que esté.

— También lo espero.

— Vaya, vaya, la charla está bastante buena—. Por tercera vez, Jackson, volvió a llamar a la camarera— Señorita rubia, nos gustaría pedir ocho botellas de Soju.

— ¿En donde te alcanza demasiado, Jackson?

— Mañana hay que trabajar, Jackson.

— Es verdad, Jack.

— ¿Me dejaran tomar solo?

— Chicos, yo estoy agotado será mejor que regrese a casa—. Kang, se levanta de la mesa y le da una mirada rápida al pelinegro— ¿Nos vamos Detective Namjoon?

El asiente con su mirada.

Kang, y Namjoon, toman todas su cosas y dan una reverencia a todos sus compañeros de trabajo. Agradecen, por la grata invitación y su honorable compañía. El pelinegro, se retira de una vez al ver la hora de su celular. Era muy noche, y estaba demasiado cansado. Lo único que quería, era perderse en la comodidad de su cama, y pensar en lo que haría para mañana.

La desaparición de Taehyung, resultaba ser un tema bastante controversial. Todo sobre aquel chico, llamaba la atención. Desde la declaración de su madre, las amistades de él, y su misteriosa vida. En gran parte, la popularidad del desaparecido tenia una gran ventaja pero también una desventaja. Al final de cuentas... La investigación sobre Kim Taehyung, apenas estaba iniciando.

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