Ojos de cristal. 

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USA comenzó a acariciar las piernas del menor, se lo comía con la vista, dedicándole una mirada llena de morbo al menor, mirada que era cubierta por el frío cristal obscuro de sus gafas.

El pequeño Rusia, solo se limitaba a ignorar lo que su cuerpo sentía ante esas caricias. Confusión, incomodidad, algo de asco o desagrado y miedo, siendo estas nuevas sensaciones  tan incómodas y nuevas para el , que le causaban escalofríos.

<<¿Por qué USA toca tanto mis piernas? y ¿Por qué siento esta sensación cuando me toca?>> Se preguntó así mismo al tiempo que paso la pagina del libro, ahogando un pequeño gemido incomodo  << Bueno al menos no está de mal humor, como suele acostumbrar y me gusta cuando me sonríe, me hace sentir mejor ahora que estoy lejos de mi familia>> Formuló en su mente, para después mirar de reojo al adulto, quien continuaba con esa picara sonrisa y acariciando sus muslos con delicadeza.  

USA parecía realmente satisfecho, pues inclusive su postura era más relajada a comparación de hace unos minutos. 

El adulto suspiro con bastante satisfacción << Sus piernas, son lindas y carnosas a pesar de que es un niño, aparte esa pequeña expresión  de incomodidad casi invisible le hace ver tierno,  cada vez que lo veo me hace querer mas  quiero que él solo sea para mi >> 

Pensó y con esto el recuerdo de su primer encuentro se le vino a la mente, con ese abrigo grisáceo que hacía juego a la perfección con sus pequeñas botas , y su hermoso cabello blanco. 

Con tan solo verlo había sentido a su corazón palpitar aceleradamente, por lo que dirigió su mirada al pequeño que se encontraba a unos pasos de él, el rostro de aquel pequeño ser, lucía un color pálido a excepción de sus finos labios color rosado, y sus mejillas adornados de un hermoso color carmín debido al frío. 

Los ojos del niño se dirigieron a los de él por un pequeño instante,el cual simplemente fue suficiente para que USA se maravillara con el hermoso azul que estos presumen con un delicado brillo. 

Aquel momento parecía el más maravilloso para el estadounidense, y lo hubiera extendido por miles de años más, si no hubiera sido por la presencia de mayor quien, simplemente decidió dirigirse a él con una aura sombría e interponerse en su visión con una mirada sombría. 

Desde ese momento lo comprendió, si quería estar con su linda figura de nieve, tenía que deshacerse de aquel estorbo malhumorado.  

USA salió de sus recuerdas cuando escucho a Rusia cerrar el libro, y acomodarse más cerca de él, mirándolo con algo de sueño al tiempo en el que se frotaba uno de sus pequeños ojos. A lo que él sonrió y lo acurruco en su regazo, ahora acariciando su cabeza y observando cómo el pequeño se dejó vencer lentamente por el sueño, cerrando sus ojos con una expresión de tranquilidad.   

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