Capítulo 22
Félix buscó por todos lados el paradero de Marinette sin éxito alguno, incluso preguntó en recepción si es que la habían visto salir, pero la respuesta fue negativa. La última opción que le quedaba era la azotea, así que haciendo el mismo recorrido de la última vez, se dirigió allá con eficacia.
Resulta que la joven efectivamente estaba ahí, aunque ya a esas alturas se mostraba un poco más calmada, así que con confianza Félix se acercó a su costado sin verla.
—Desapareciste. —mencionó cruzando sus brazos y ella sonrió con ironía.
—¿Qué te hace pensar que quería ser encontrada? —respondió con un tono hostil.
—No me disculparé esta vez. —Marinette volteó a verlo molesta, pero rápidamente ese enojo lo disolvió. —sólo pienso que quizás se me pasó la mano con él y que no me comporté a la altura, pero aún no confío en todo lo que dices y haces.
—¿Qué quieres, Félix? —frunció un poco sus cejas. —No sé qué esperas que haga. —el rubio pasó una mano por su rostro con cansancio, las cosas tampoco es que estén fáciles para él últimamente.
—Tú creas un conflicto en mi. No logro entenderte, y tampoco logro averiguar lo que piensas. Haces tantas tonterías sin sentido.
—No sé si te diste cuenta, pero si hice todo eso es porque no quieres decirme lo que te pedí, y sé muy bien que estás al tanto del asunto.
—No te corresponde saberlo, es algo que yo me haré cargo como el presidente de Gabriel's que soy. Así que puedes desistir de esa idea, créeme que no tiene nada que ver con lo de mi hermano. —Ella iba a protestar, pero el joven acabó por voltear a verla. —No insistas.
—Todo sirve, todo lo que tenga que ver con Adrien en lo más mínimo puede ser una pista. ¿Es que no lo entiendes? —su voz se alzó gradualmente al igual que el temblor de sus manos. —serán casi seis meses desde que no está, y yo... ¡Entiéndelo de una vez! ¡Quiero que él aparezca sin importar qué!
—Controlate.
—Dejame decirte que no eres el más indicado para decirme eso. —Félix apretó uno de sus puños y suspiró.
—No eres la única que siente estrés y tampoco eres la única que sufre con lo de Adrien. —Marinette se detuvo a verlo a los ojos, no se había percatado de lo cansado que se veía realmente; por un instante vio al Félix que Chloe le había mencionado. —pero no pienso lamentarme y mucho menos compadecerme.
—El otro día mencioné que quería que fuéramos amigos... Yo lo decía en serio. Me doy cuenta que siempre acabamos peleando por una u otra cosa, supongo que es por la desconfianza que hay entre nosotros. —sus azules bajaron a un punto muerto de su hombro y luego volvieron a subir hacia sus grises. —y siendo muy sincera, estoy cansada de eso, estoy cansada de no tener en quien confiar y trabajar del mismo modo. No eres cualquier persona, eres su hermano y para más remate su gemelo; entonces, quiero hacer un compromiso real con esto. No digo que seremos los mejores amigos, pero al menos dejar de lado la hostilidad e intentar confiar un poco más en nosotros.
—¿Cómo confiar en ti? —Marinette suspiró y volvió a fijar su mirada en la ciudad.
—Supongo que el tiempo te lo dirá, mientras tanto no te metas con Luka. —él rodó los ojos, estaba dispuesto a protestar, pero Marinette habló nuevamente. —Luka es la persona que más nos dio apoyo a Adrien y a mi; fue nuestro padrino en la boda, fue quien incluso habló con tu padre para que fuera participe; él ha hecho más por nosotros que cualquiera. Si no fuera por Luka, nosotros posiblemente no nos hubiéramos casado.
Félix dio medio giro en su dirección y quedó frente a ella, la observó un poco, buscando alguna pizca de mentira en sus palabras, pero sólo pudo percibir que era sincera y muy en el fondo lo sabía, es sólo que no estaba dispuesto a creer ciegamente en ella después de todo lo que había hecho.
—Quedamos por la paz, pero si intentas algo extraño nuevamente no harás que cambie jamás de opinión. —Marinette sonrió y extendió su mano. Félix la miró un poco fuera de sí y con desconfianza acabó por estrecharla. —¿Por qué él te consolaba?
—¿Me dirás por qué tienes cara de no haber dormido nada? —ambos guardaron completo silencio, y él entendió a la perfección; no tenían la suficiente confianza y tampoco estaba dispuesto a abrirse con ella. —ahí está tu respuesta. —volvieron a tomar distancia, al menos con una sensación más apacible cargando sus hombros.
—Por cierto, la razón primordial del porqué te buscaba, es que la junta está por comenzar. —ella tomó su cabeza con ambas manos y negó repetidas veces.
—¡No he terminado de revisar la propuesta!
—Yo ya lo hice, no te preocupes por eso. La cuestion es que Nathalie me avisó de último minuto... —su voz se oyó molesta en cosa de segundos. —que la junta no será sólo para evaluar tu propuesta con todo el equipo, sino que también estarán presentes los demás accionistas.
—¿Te refieres a tu tía, tu padre y Chloe? —él negó con la cabeza.
—No sólo ellos, también los Kubdel, los Kurtzberg, los Tsurugi y los Bourgeois. —Marinette boqueó cual pez. —quizás sea algún plan de mi padre para evaluar mi desempeño como presidente, no lo sé.
—No es posible, mi propuesta no está al nivel para impresionar a toda esa gente. ¿Por qué demonios no me dijiste antes? —tomó el borde de su saco y lo vio con miedo. —será una completa humillación, peor aún si es delante de los Kurtzberg y los Tsurugi. —Félix la miró con seriedad y tomó sus muñecas para que soltara su traje. —lo siento. —se disculpó con torpeza.
—Para empezar; tu propuesta es muy buena, yo mismo la revisé, así que confía un poco más en tus capacidades. Segundo; si no lo dije antes es porque yo no tenía idea alguna de esto, y eso es lo que más me molesta, soy el presidente de Gabriel's y mi padre sigue haciendo lo que quiere, pasando sobre mi autoridad. Tercero; ¿qué hay con los Kurtzberg y los Tsurugi?
—Nathaniel Kurtzberg es quien está dirigiendo los negocios de su familia, ¿cierto?
—Según me he informado hace algunos años es así, ¿por qué?
—Nathaniel y Adrien no han quedado en buenos términos antes, me refiero a algunos acuerdos sobre el manejo de la exportación en Alemania. Lo más probable es que Nathaniel intente algo ahora que él no está, aunque realmente su rivalidad con Adrien es desde la universidad.
—Me tiene bastante sin cuidado para ser sincero, tengo confianza en lo que hago y he estudiado todo el manejo de Adrien en Gabriel's. Si Kurtzberg cree que puede intimidarme en mi territorio, está muy equivocado. Así que olvidate de eso y sólo concentrate en tu área.
Esa forma de expresarse y de hablar de negocios, le recordaba mucho a Adrien. Luka tenía razón, los gemelos comparten muchas cosas, aunque sean opuestos en muchas otras.
—¿Y sobre los Tsurugi? —cuestionó después de un largo silencio. Marinette bajó la mirada y apretó sus puños con fuerza.
—Esa conversación la dejaremos para otro momento, —ella tomó su muñeca y vio la hora en su reloj; rápidamente lo soltó y caminó hacia la puerta por donde había salido hacia la azotea. —ya es tarde. Será mejor que nos apresuremos o el señor tenebroso nos matará. —Félix rió por lo bajo cuando escuchó su referencia y caminó hacia su dirección, ya recompuesto.
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Marinette pasó a su oficina por unos documentos y el pendrive que contenía su presentación, Félix la esperó fuera y a los pocos segundos ya caminaban a la par hacia la sala de juntas.
Félix se detuvo justo antes de abrir las puertas y se volteó a verla, se veía bastante nerviosa, hizo una mueca y alzó su mano golpeando con sus dedos entre sus cejas.
—Ya cálmate, trabajabas en una agencia de publicidad, ¿no? —Marinette tocó su frente con molestia y le iba a alegar su acción, pero se contuvo, no era momento para peleas.
—Pero nunca presenté antes en una junta tan grande, trabajábamos con un equipo y siempre había alguien a cargo de hablar.
—Hiciste todo esto prácticamente sola, así que no creo que necesitaras tanto equipo de apoyo. —el joven cruzó sus brazos y alzó una ceja mientras tenían esa mini conversación. —no soy tu niñera, así que ahora te toca mostrar que no estás aquí sólo por ser la esposa de Adrien.
—Tú... —infló sus mejillas y despejó su mente; ya entendía que intentaba hacer él. —bien, vamos. —sin previo aviso el rubio se giro hacia la puerta y la abrió dándole primero el paso a ella, acomodó su corbata y cerró.
—Buenos días, me disculpo por la tardanza. —Aclaró su garganta y se bañó en una gran capa de profesionalismo a penas tomó asiento en la cabecera de la mesa.
Marinette observó a todos en completo silencio, y buscó con sus ojos algún puesto cómodo para ella, su opción era junto a Chloe, pero la rubia tenía a su lado a su madre.
—Marinette, por favor toma asiento. —interfirio Félix moviendo la silla vacía a su lado, y con algo de torpeza ella asintió aceptando su gesto; mejor a su lado que al de Gabriel.
Félix se mantuvo en silencio algunos minutos, tanteando el terreno e intentando averiguar que pasaba por la cabeza de su padre en ese momento. A su mano derecha estaba Marinette, le seguía dos puestos vacíos, después su tía Amelie, seguida de Nathalie y Gabriel en la otra punta de la mesa; a su mano izquierda estaba Chloe, le seguía su tía Audrey, una chica de cabello rosa corto, quien podía reconocer como Alix Kubdel, hija de Alim Kubdel, uno de los accionistas más antiguos de Gabriel's y de los más importantes en el círculo de su padre; luego de esta estaba un chico, evidentemente se trataba de Nathaniel Kurtzberg; tuvo la fortuna de trabajar con su padre cuando dirigía algunos negocios en Italia, así que ya se hacía una idea de él; por último, estaba una chica de cabello negro azabache y unos ojos almendrados, no tenía duda de que ella era Kagami Tsurugi, segunda hija de la familia Tsurugi, dueños de una de las empresas más grandes y reconocidas mundialmente en tecnología; lo más probable es que la enviaran a ella a resolver lo que sea que tenía planeado Gabriel Agreste.
—Ya que estamos en esta situación, me gustaría ceder la batuta a usted, señor Agreste. —habló Félix con total calma, dejando sus manos descansar sobre la mesa. —por el motivo de que fue quien solicitó esta junta en primera instancia.
—Me veo en la obligación de informar que la razón por la cual los reuní hoy, es para destituir a Félix de su puesto como presidente de Gabriel's.
Chloe fue la primera en reaccionar y cubrir su boca, viajando sus ojos repetidas veces desde su tío a su primo. Marinette miró sus documentos sobre la mesa y con un sabor amargo en la boca, se atrevió a levantar la cabeza para ver el rostro inexpresivo de Félix.
Sus azules se abrieron con asombro e incomprensión, ¿Por qué Gabriel estaba haciéndole eso a su hijo? ¿A tal grado llegaba el rencor hacia ella por cederle sus acciones? Lo que sea que pensaba hacer, no lo permitiría.
—No puede ser posible. —interfirió Chloe golpeando la mesa con sus manos. —Félix no puede dejar la presidencia, él tiene la mayoría de las acciones en su poder.
—Chloe, tranquila. —le habló el rubio con un tono suave, volviendo a dirigir su mirada a los grises de su padre en el otro extremo. —¿motivos? Si es que se puede saber, claro.
—Tu rendimiento como presidente es deficiente en los últimos dos meses. Por lo mismo los he reunido a todos; como bien es sabido tienes la mayoría de las acciones en tu poder, pero se puede hacer una votación unánime con los demás accionistas de Gabriel's para destituirte.
—Tal parece que es de familia el mal manejo de la empresa. —expresó Nathaniel al aire, ganándose la filosa mirada de Marinette al instante.
—Entiendo su punto. —volvió a hablar Félix, ignorando completamente el comentario del pelirrojo. —pero cabe resaltar que esa "deficiencia" que menciona, es producto del tiempo en que nadie dirigió la empresa en la ausencia de Adrien. El balance muestra un incremento en los números desde que tomé la presidencia, está plasmado en el papel. —apuntó la mesa y comenzó una batalla de miradas entre los dos.
—Tu experiencia como presidente es prácticamente nula, Félix.
—Pero mi experiencia en los negocios de la familia es intachable. Londres, Italia, Rusia y Estados Unidos, países en donde el apellido Agreste ha hecho renombre gracias a mi desempeño.
—Que arrogancia. —habló la japonesa, quien se había mantenido en silencio incluso antes de que llegaran.
—No es arrogancia, es una carta de presentación con orgullo. —respondió al instante, sin permitirle un contacto visual de más de cinco segundos. —hechos que demuestran que yo soy la mejor opción para levantar la empresa hasta que mi hermano aparezca.
—Si es que lo hace. —volvió a hablar Nathaniel, esta vez recibiendo más de seis miradas sobre él. —hay que ser realistas; Adrien lleva desparecido casi siete meses y no hay ninguna pista de su paradero; mientras siguen esperando que él venga a salvar la empresa, todo se está yendo a pique.
—No dirías eso si estuvieras pendiente de los progresos que hemos hecho en poco tiempo. —atacó Chloe asomándose medio cuerpo sobre la mesa para verlo. —para ti es más importante derochar el dinero que ganarlo con trabajo como todos nosotros.
—Chloe, mantén tu boca cerrada. —le habló Audrey, sin siquiera voltear a verla.
—Si me permiten hablar. —Marinette se puso de pie apretando su carpeta con fuerza, dejando a la vista sus puños blanco por la presión, sus ojos se mantenían en la mesa, pero tenía el suficiente coraje para decir lo que pensaba. —Félix ha hecho un trabajo excelente estos meses, ha trabajado mejor que nadie en esa sala y se ha esforzado el doble, no... el triple en volver a levantar Gabriel's como solía ser cuando Adrien la dirigía, y no sólo él; Chloe también se ha esforzado con una nueva colección; ha programado nuevos eventos en Milán y Turquía, me ha ayudado en el vestuario de la nueva campaña publicitaria también. Entonces, pienso que es ilógico que quieran destituir a Félix, siendo de que es quien más está interesado en sacar adelante Gabriel's, por el mismo motivo él tiene la mayoría de las acciones. —levantó su cabeza y ahora si se atrevió a mirar a Gabriel a los ojos. —Su hijo merece seguir al frente de todo.
Félix casi se fue de espaldas por semejante discurso, incluso sintió un hormigueo en sus mejillas, estaba a punto de medio sonreír pero se contuvo; al Marinette mostrar esa actitud, pudo comprender más que traía vuelto loco a su hermano con esa mujer, y tal parece que el acuerdo al que llegaron minutos atrás lo estaba haciendo presente.
Él tomó su muñeca por inercia, llamando su atención; Marinette volteó a verlo un poco asustaba, estaba a punto a desmoronarse por toda la adrenalina que le caía de golpe, y cedió a lo que le indicaba, que era prácticamente que podía sentarse nuevamente, a lo que ella no pudo más que agradecerle con un gesto lastimero en su rostro.
—Que conmovedor. —habló Nathaniel nuevamente, aplaudiendo cuatro veces con burla. —Marinette y sus discursos siguen siendo iguales, la única diferencia es que no tiene a Luka detrás como sombra, ni a Adrien al lado para avivar el fuego. Fantástico, aunque suena muy interesante ver esa campaña publicitaria de la que hablas, ¿estará a la altura de Gabriel's? O quizás sólo sea un despiste de tu parte, al fin y al cabo eres la esposa de Adrien, la única razón por la que estás aquí es esa, ¿no?
Chloe iba a hablar, pero Audrey levantó sus lentes dándole una sola mirada que la dejó muda. Gabriel se contuvo se decir algo o su plan se iría por los suelos, Nathalie seguía lo que Gabriel hacía al igual que Amelie; sobre Alix, su padre le dijo que podía confiar ciegamente en el criterio de Gabriel, pero que de igual forma podía me tener su propia opinión, y esa situación a decir verdad, parecía más una rivalidad interna que una por negocios; Kagami guardó silencio, no le interesaba en lo absoluto lo que tuviera que ver con esa mujer; pero Felix, ese era otro asunto.
—Mide tus palabras antes de hablar así de Marinette. —Félix clavó su mirada en los turquesas del pelirrojo. —No me importa de quien demonios seas hijo o si eres un accionista de la empresa, pero nunca le hables así nuevamente; ¿con que cara hablas de ese modo a un Agreste en su propia casa? Porque reitero lo que acabas de decir, ella —la apuntó sin titubear. —es la esposa de mi hermano. Marinette es la publicista de esta empresa, y no porque sea parte de la familia, sino porque su profesionalismo así lo dicta. —cerró su mano y sonrió con sorna. —Vergüenza ha de sentir tú padre, el señor Kurtzberg, de que te comportes de ese modo. La última vez que charlamos en Italia me había mencionado que su hijo se haría cargo de los negocios de manera intachable, lastima que ese mismo hijo cree rencillas con sus socios.
Nathaniel lo vio con temor cuando mencionó que conocía a su padre, quizás hizo mal en provocarlo después de todo, pero no pudo evitarlo si se veía exactamente igual que Adrien.
—Fue suficiente. —Gabriel mostró su porte ante la situación y miró a Félix. —tengo algo más que agregar. Siempre estoy al tanto de todo lo que ocurre en la empresa, me tomó un tiempo darme cuenta que alguien está robando dinero de las fundaciones de caridad.
Marinette volteó a ver a Félix, quien al mismo tiempo hizo lo mismo hacia ella con algo de sorpresa.
—Y me encargue personalmente del asunto. Es otro motivo por el cual no creo que estés calificado para seguir con tu puesto, Félix. Es inaceptable que no se informara de esta situación a la junta directiva.
—Las cosas no son como tu las piensas.
—Me da igual, ya tomé todas las medidas legales.
—¿Y quién fue el responsable de semejante bajeza? —cuestionó Kagami cruzando sus brazos.
—Max Kanté, un informático encargado de...
—¡No es posible! —Marinette golpeó la mesa y nuevamente se levantó. —Y-yo conozco a Max. Él jamás haría eso, él ayudó a Adrien con el proyecto de la casa hogar de los niños abandonados. Max fue el encargado de que todo fuera un éxito, es parte de la misma casa hogar.
—Toda la información está aquí. —Gabriel señaló los papeles frente suyo y la chica negó con la cabeza.
—Es un completo error. Adrien y yo metemos las manos al fuego por él. —Volteó hacia Félix buscando ayuda en esa situación. —Félix, yo sé que Max no hizo nada. Por favor...
—Lo que digas es irrelevante contra los hechos. —habló nuevamente Gabriel. —esta información fue corroborada por Amelie, personalmente.
—¡Está mal! —Marinette no despegó sus ojos de los grises de su cuñado. —tu sabes que él no lo hizo. —murmuró lo suficiente para que la oyera. —Adrien jamás permitiría esto. —alzó su voz otra vez.
—Adrien no está aquí. —dijo el muchacho pelirrojo.
—Pero yo si. —Félix se puso de pie y los observó a todos en completo silencio. —Si mi hermano confiaba en este tal Max, yo haré lo mismo. Así que lo más probable es que tu información esté errada, padre.
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