Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 21

20 de abril, 2021.

Luka no durmió casi nada, y cuando fue momento de levantarse; movió a Chloe con suavidad bajo su brazo. La rubia se removió un poco, pero acabó por despertarse y darle los buenos días con una mueca de dolor, la resaca en pocas palabras; un poco exaltada por la hora que era, se levantó de un salto y tomó todas sus cosas rápidamente.

—Sobre lo que me pediste, —habló antes de irse con la puerta a medio cerrar. —lo tendré a medio día. —él asintió mientras levantaba una taza con café.

—Gracias, Chloe. ¿Estás segura que no quieres desayunar? —la rubia negó con la cabeza y alzó su mano para despedirse.

—No te preocupes, desayuno en la empresa algo rápido. Nos vemos luego. —su cabeza desapareció por la puerta, pero sobre la misma volvió a asomarse. —sobre lo de anoche... —llamó su atención nuevamente, a lo que Luka sólo la miró guardando silencio. —ya sabes; se arruga, se lanza al mar y se deshace en el agua.

—Lo sé... —se vieron unos segundos a los ojos. —ten cuidado y avisame cuando llegues a tu casa.

—Lo haré.

Esta vez si terminó cerrando la puerta por completo y se esfumó de los azules de Luka, quien quedó unos minutos observando la puerta. Sonrió con melancolía, terminó de llevar el tazón a sus labios y bebió un sorbo de café.

Después de aproximadamente dos horas, arregló algunos asuntos de su trabajo vía online y organizó otras cosas para tener esa mañana más o menos desocupada. No era medio día aún como para ir por la información que le pidió a Chloe, pero mientras podía usar esa excusa y pasar por la oficina de Marinette, así quizás acabaría por saber sus razones de no decirle algo tan importante como lo de su pérdida.

Saludó en recepción y le dieron el paso libre con amabilidad; era conocido en el lugar, así que no había necesidad de algún tipo de autorización o anuncio. Fue directo a la oficina de su amiga, golpeó la puerta dos veces pero no hubo respuesta alguna, esperó unos segundos más y volvió a tocar hasta que escuchó su voz del otro lado.

—Hola, buen día. —saludó a penas entró.

Marinette tenía sus ojos prácticamente pegados a la pantalla de su ordenador, los cuales tenían una apariencia bastante cansada, incluso él con la pequeña resaca que tenía se veía mucho mejor en comparación. Luka cerró la puerta tras su espalda y se acercó examinandola en detalle; pálida, ojeras por falta de sueño, sus dedos tecleando nerviosos y con rapidez, su pie bajo la mesa se movía de arriba hacia abajo.

—Oh, hola. ¿En qué andas? —saludó sin siquiera voltear a verlo. —¿no tenías que trabajar hoy?

—Marinette, ¿te encuentras bien? —ella se detuvo unos tres segundos, analizando su pregunta de manera fugaz y sólo asintiendo de manera innata.

—Claro, sólo estoy un poco atareada con esto. Se supone que hoy habrá una junta y quiero que todos los detalles estén revisados.

Luka la miró con preocupación, y de la misma manera se acercó más a su escritorio, detuvo su mano con un poco de fuerza, lo que provocó que los azules de ella por fin le prestaran atención.

—Marinette, estás al borde de una crisis nerviosa. —abrió la boca y boqueó como si fuera un pez cuatro veces; y perdida en la calidez que los ojos de Luka le estaban regalando, se soltó a llorar sin previo aviso.

—Necesito... Yo necesito hablar con alguien. Y-yo hice algo muy malo, Luka. —se soltó de su agarre y rodeó la mesa para abrazarse a su torso con fuerza. —fui una tonta por completo. Me siento tan culpable, aunque me dijera que lo olvidara.

—Está bien, pero respira un poco, cálmate. —Luka la envolvió con sus brazos y acarició sus hombros con sus manos, moviéndose en un suave balanceo. —no entiendo nada de lo que dices.

—Félix no me quería dar la información de la persona que está robando de las fundaciones, entonces yo lo invité a cenar anoche. —sollozó con más fuerza. —Estaba tan desesperada para encontrar lo más mínimo sobre Adrien y acabé poniendo algo en su bebida; casi lo mato, Luka. —el azabache abrió un poco más sus ojos, sorprendido por sus palabras. —Félix se empezó a sentir mal, comenzó a decir muchas cosas y yo... Iba a llevarlo al hospital pero él no quiso, entonces...

—¿Entonces qué? —la separó un poco e intentó buscar sus ojos, pero lo evitaba en todo momento. —Marinette, dime qué pasó.

—Se... Se descontroló un poco y me... Me corrió mano, ¡pero no estaba en sus cinco sentidos! ¡Te prometo que no me hizo nada! —alzó la voz asustada por como se desfiguraba el rostro de su amigo. —Luka...

—¿Te estás escuchando? —murmuró sacudiendola un poco, frunciendo sus cejas completamente desconcertado. —Marinette, mírame.

—Te lo estoy diciendo porque ya no soporto la culpa, porque necesitaba... Hablarlo con alguien. —Él tomó su mentón y la hizo enderezar su cabeza en su dirección.

—Dime la verdad, ¿estás segura que no te hizo nada? —Marinette negó repetidas veces y sujetó su muñeca haciendo que soltara su rostro.

—Sólo... —murmuró cubriendo sus labios con el dorso de su mano. —después de eso me besó, pero se disculpó cuando estaba sobrio. Si no es culpa de él, es mía.

—Marinette, necesito saber si estás consciente de que cometiste un delito. —Ella cubrió sus ojos y asintió conteniendo el llanto en su garganta. —si Félix quiere podría denunciarte.

—Te juro que todo quedó por la paz, si hablas con él estoy segura que te dirá lo mismo.

—Ya, tranquila. No sigas llorando. —Marinette negó nuevamente y secó sus lágrimas con brusquedad. —Hey... Se fue el Luka abogado y ahora está sólo tu amigo, ¿si?

—Es que... Yo... Muy en el fondo, no sentí que fuera Félix quien me besó. —confesó, tomando su cabello con desesperación. —sé que es una locura por completo, pero muchas veces siento que Félix es Adrien.

—Marinette...

—Sé lo que vas a decir, pero de verdad lo siento así. Hay veces en las que me mira como lo hacía Adrien, sus gestos y su voz. Hay cosas tan pequeñas que me recuerdan a él, y otras que se oponen por completo.

—Son gemelos, Nette. Hay muchas cosas que los gemelos comparten, aunque sean completamente opuestos en personalidad. —hizo una pausa acudiendo a la razón. —Entiendo lo difícil que ha sido para ti, pero no debes confundir la realidad.

—No es que yo quiera que Félix sea Adrien, tampoco es que quiera reemplazar a mi esposo. —aclaró, sintiendo un dolor inquietante en su pecho. —es sólo eso... Y me desespera tanto la idea, y siento tanta culpa por lo que pasó anoche.

—No lo pienses tanto, mientras más vueltas le das al asunto, más difícil es que lo olvides.

Marinette respiró profundamente y afirmó con su cabeza; soltó el aire con fuerza y de ese mismo modo, un peso logró quitarse de su espalda. Agradecía mucho que Luka haya ido a verla, si no fuera por él, no tendría con quién deshogarse y el tema rondaría todo el día en su mente sin descanso.

—¿Estás mejor?

—Si... Aunque muy cansada, quisiera sólo irme a casa, pero tengo mucho trabajo.

—Marinette... Quizás no sea el momento y mucho menos el lugar para hablar esto, pero desde que me enteré he querido preguntarte.

La chica se mantuvo en silencio, intentando maquinar qué es lo que tenía a su amigo en ese estado tan reflexivo y triste. Sus hombros bajaron y sus azules la miraban fijamente, como si quisiera encontrar una respuesta en su mente.

—¿Por qué no me dijiste que estabas embarazada? —su voz se volvió más baja, como un susurro aterciopelado.

Marinette quedó por un momento en shock, algunos recuerdos acudieron a su cabeza y lejos de que pudieran calmarla, sólo la abrumaron aún más de lo que ya estaba.

—¿Cómo es que lo sabes? —preguntó, sintiendo sus piernas fallar en mantenerla de pie. Luka la sostuvo de la mano e hizo que tomara asiento en una de las sillas frente a su escritorio.

—Eso no importa... Sólo quiero saber porqué. —se arrodilló delante de ella, viéndola ligeramente hacia arriba mientras sostenía sus manos con cuidado. —¿Por qué callaste algo tan importante? Puedo entender que quisieras mantenerlo para ti misma en un principio, pero yo podría apoyarte aún más...

—Era mi dolor, y no quería compartirlo con nadie que no fuera Adrien. —respondió en un susurro. —pero fue mucho para mí y acabaron llamando a mis padres del hospital, así que ellos se enteraron.

—Lo siento mucho, de verdad lo lamento.

—Han pasado casi cinco meses y aún siento el vacío, pero se hace un poco más soportable. —sonrió con tristeza. —La verdad fue una sorpresa con doble filo. No era consciente de que... Estaba embarazada. Me enteré cuando lo perdí, a veces pienso que fue un castigo por no cuidarme y ser mala madre antes de tiempo.

—No digas eso...

—Estaba tan sumergida en lo que decía la prensa y los interrogatorios, que no me di cuenta. Tuve algunos mareos y náuseas en algún momento, pero jamás pasó por mi cabeza que fuera algo más que la fatiga por la anemia que tenía.

—No pierdas la esperanza. Cuando Adrien regrese todo va a mejorar, te lo aseguro. Este dolor que sientes se irá de a poco y quedará como un mal recuerdo, entonces, cuando menos te lo esperes llegará otro regalo para ustedes.

—A veces lo he pensado, pero es difícil ver una salida cuando no ves puertas para abrir. —Luka sólo formó una fina línea en sus labios. —Sabes... Me crea un sentimiento muy complejo pensar que estuve acompañada cuando más sola me sentía.

—Ven aquí. —él se levantó y tiró de sus manos para abrazarla con fuerza, peinó su cabello con cariño y contuvo su dolor lo más que podía. —te prometo que todo va a ir mejor en algún momento y sin importar qué estaré para lo que necesites. Sólo basta una llamada y acudiré a ti.

—Gracias, por todo.

—Marinette, necesito que... —la puerta se abrió y los dos azabaches se voltearon en esa dirección.

Félix se dejó ver con unos papeles en su mano, su expresión pasó del asombro al desconcierto y luego a una seriedad cargada de molestia. Casi barrió con la mirada a Luka, quien no se molestó en lo más mínimo en tomar distancia de su amiga.

—Perdón, ¿interrumpo algo? —alzó una ceja, adentrándose por completo en la oficina y cerrando casi al mismo tiempo a sus espaldas.

—No, sólo estábamos conversando con Luka. —Marinette terminó de despejar su rostro y se separó un poco del pelinegro para avanzar unos pasos hacia Félix. —¿Qué necesitas?

—Conversando... —sonrió con burla sin despegar sus grises de los azules del abogado. —Creo que ya conozco ese tipo de "conversación" —Ella lo miró sin comprender el tono que estaba usando. Luka por otro lado apretó uno de sus puños indignado.

—¿Se puede saber qué estás insinuando? —cuestionó dando dos pasos adelante.

—Yo sólo dije que conozco ese tipo de "conversaciones". Hace unos días Marinette intentó hacer lo mismo en mi oficina, ¿o me equivoco, cuñada? —ahora la vio a ella de manera filosa.

—Félix, lo que sea que estés haciendo, detenlo ahora mismo. —exigió con la sangre hirviendo hasta sus mejillas por el enojo.

—¿Yo detenerme? Tu deberías detenerte, no entiendo cuál es tu juego. Primero dices estar muy preocupada por la desaparición de mi hermano, después te muestras muy sugerente conmigo el otro día en mi oficina, incluso llegas al grado de drogarme en tu casa y ahora estás nuevamente con tu abogado toda acaramelada.

—Deja de decir estupideces.

—¿Estupideces? No me hagas reír, Marinette. ¿Es que acaso temes que él se entere de lo que estuviste haciendo estos días a sus espaldas?

—¡No tengo nada que temer porque Luka ya lo sabe!

—Pues cuanta confidencia se tienen. —se mofó, arrojando con fuerza los papeles al sofá que estaba en una esquina de la oficina. —¡Vaya mejor amigo se gasta mi hermano! —con toda la intención empujó el pecho de Luka.

—Al menos este mejor amigo no anda besando a su cuñada y la toquetea a su antojo.

—¡¿Qué demonios dijiste?! —Félix tomó el cuello de su camisa con brusquedad y casi tropezando por el impacto, encajó su mirada en la suya desprendiendo veneno.

—¡Ya basta! —Marinette tomó el brazo del rubio intentando que lo soltara, pero le sería imposible. —Félix, suéltalo.

—Dije: que más te vale mantener tus distancias con Marinette o vas a conocerme realmente.

—¡Luka! —se quejó forcejeando aún con Félix. —ya... Por favor, detenganse.

Luka alzó sus manos mostrando que él no era quien estaba siendo participe de la violencia, sonrió de manera retadora y Félix acabó por golpear su quijada en el acto. Marinette soltó un grito asustada y cubrió su boca para después darle un empujón al rubio con todas sus fuerzas.

—¡Fuera! ¡Largate de mi oficina! —se interpuso entre los dos, mientras el azabache limpiaba con su mano un poco de sangre que salió de su labio inferior. —¡dije que te vayas!

—¡Tú! —ahora se dirigió a Marinette otra vez, quien le sostuvo la mirada en todo momento. —Le debes respeto a mi hermano aunque no esté, te guste o no eres su esposa. —tomó su muñeca y le enseñó el anillo en su dedo. —así que piensa dos veces antes de meterte con este tipo denuevo.

—Sueltala, ahora. —Luka interfirió quitando su agarre de manera brusca. —Dije que te mantuvieras lejos de ella.

—Tú no me dirás lo que tengo o no que hacer.

—¡Ustedes dos! ¡Ya fue suficiente! —Marinette separó sus manos y volvió a ponerse entremedio, casi podía sentir el fuego saliendo de sus ojos. —Tú deja de provocarlo. —se refirió a Luka. —y tú, no sé cuántas veces debo decirte que entre Luka y yo no hay nada más que una amistad. Me tienen harta con lo mismo.

—Este es el idiota que no es capaz de usar dos neuronas.

—Cuenta dos más dos y sabrás la respuesta lógica.

—Malinterpretas todo, si hubiera querido algo con Marinette hace años lo habría intentando, ¿no crees? —ella tomó su frente con cansancio. —suma dos más dos y te darás cuenta que sólo la estaba consolando como el amigo que soy.

—¿Consolando de qué si se puede saber?

—Eso... —miró a su amiga un segundo y luego volvió a los grises de Félix al instante. —no me corresponde hablarlo y no es de tu incumbencia.

—Entonces te lo pregunto a ti directamente. —El rubio volteó hacia la chica y cruzó sus brazos. —¿Qué es lo que tan mal te tiene como para necesitar un consuelo tan afectuoso?

—¿Sabes qué, Félix? Tú y tus interrogatorios pueden irse a la mierda. —Marinette caminó hacia la puerta y salió dando un portazo que estremeció todo el lugar, dejando a los dos completamente anonadados por su respuesta.

Ambos quedaron viendo por donde se había ido la chica y luego de unos minutos de completo silencio, Luka fue el primero en hablar otra vez.

—En fin, metiste la pata hasta el fondo. —golpeó su hombro dos veces casi en un roce, arregló su corbata y se dispuso a caminar hacia la salida. —yo me voy, tengo asuntos que atender.

—Tú. —Félix lo detuvo.

—Ahora seré yo quien lo reitere, entre Marinette y yo no hay nada. En vez de desconfiar de esa manera de ella, deberías darle el apoyo como su cuñado que eres.

—Si tan equivocado estoy, ¿por qué tanta confianza?

—Félix... —Luka se giró y sonrió negando con la cabeza. —mira su oficina. —abrió sus brazos y apuntó el escritorio de Marinette, al igual que una repisa a su costado; en ambos habían fotografías de Adrien junto a ella, incluso otras de Luka, Adrien y  Marinette. —A veces sólo ves lo que quieres ver. —hizo una pausa. —No te acerques a ella si sólo será para lastimarla, cualquiera diría que hiciste una escena de celos. —Sin decir otra palabra, Luka se retiró del lugar.

Félix se acercó al escritorio y tomó uno de los cuadros en sus manos, era la misma imagen que mantenía en el escritorio de su hermano en su oficina, una fotografía de su boda.

—Ya no sé en quién confiar, hermano. ¿En qué demonios me metiste?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro