Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cambios

Ha pasado una semana, desde que anunciamos que nos casaríamos antes de un mes, Laura y Alexandra estaban como locas cuando lo supieron, me acorralaron y me exigieron ir a ver vestidos lo antes posible, Ernesto y yo quedamos que la boda sería familiar, y como yo no tengo más familia que mis niños, Celeste y él, pensé tontamente que sería pequeña, el problema fue cuando ellas comenzaron a mencionar a la familia que invitarían, la boda sería con cien invitados, entre los que, por petición de mi abogado estaba la trabajadora social, asignada por el juez y la abuela paterna de mis niños.

Ernesto y yo hemos llegado a una rutina establecida, sin necesidad de conversarla mucho, realmente nos complementamos muy bien, él llega por las mañanas, me ayuda arreglar a los niños, después salimos juntos de casa, pasamos dejando a Luis y Gracia por su escuela y llevamos a Milagro dónde Laura, pues después de entrevistar varias niñeras, ninguna nos convenció, ¿Cómo esperan que le deje mi niña a una adolescente que ni siquiera ha terminado de estudiar? ¿O qué bien le puede hacer una anciana a mi niña, cuando lo que necesita es una persona que pueda estar a su ritmo? Así que, en definitiva decidimos que se quedaría con Laura, mientras revisaba algunas guarderías, pues la mayoría tienen muy mala reputación, y pues Milagro sigue sin hablar, lo que dificultaría que me dijera si alguna de esas personas le hiciera algo malo.

Por las noches, él me pasa recogiendo en mi empleo y vamos juntos a recoger los niños de la casa de Laura, pues ella es feliz de ir a traerlos a la escuela cuando terminan clases. Llegamos a casa cocinamos la cena, a veces juntos o nos turnamos y compartimos con los niños hasta la hora de acostarlos que es cuando él se va.

Hoy tengo una cita para encontrar el vestido de novia, al inicio Ernesto y yo dijimos que nos casaríamos solamente por lo civil en el juzgado y que tendríamos una cena familiar posteriormente, pero a Laura casi le da un evento cerebrovascular cuando lo dijimos, así que, aquí estoy esperando a "mi suegra y cuñada", porque dicen que debo encontrar el vestido de ensueño, me he puesto a pensar que ésta, en definitiva, será la única boda que tendré en mi vida, y que aunque sea de mentira, y en vista que Ernesto para compensarme todo lo que me está obligando su familia a hacer, tengo un presupuesto bastante amplio, quiero encontrar un vestido que me haga sentir hermosa, porque en pocos meses pareceré ballena con un gran vientre de embarazo, además hoy buscaremos los vestidos para Gracia y Milagro y el esmoquin para Luis.

Cuando llegan están como 10 veces más felices que yo, Laura automáticamente toma a Milagro de mis brazos y Alexandra nos empuja un poco para que entremos a la tienda, en este momento puedo pedir que me maten...

Se acercan tres empleadas de la tienda y comienza a preguntar quién es la novia, al parecer aquí ha comprado su vestido Alexandra y Mónica la esposa de Max el hermano de Ernesto, me abrazan y preguntan qué quiero en el vestido, quisiera responderles que por mí me casaría en un traje sastre negro con tacones no tan altos y el pelo en moño en el registro, pero estoy segura que esa no es la respuesta que quieren ninguna de todas las mujeres que están a mi alrededor, así que intento recordar, cuando era niña y leía cuentos de hadas con príncipes azules, como me imaginaba el vestido de bodas de las princesas al final del cuento.

—Bien, quiero que tenga el escote de corazón, que sea ajustado hasta la cadera o pierna, que no tenga tanto volumen, no vaporoso, con algunos detalles en pedrería tal vez cerca del escote —y recordando que es lo que odio más de los vestidos de novia les digo —y cero cola.

—¿Quiere velo? —pregunta la señora que está con las muchachas atendiéndonos, mientras toma notas.

—Si... —y pensando en cómo me veré le digo—pero que no tenga como corona ni nada así, algo más como un velo español...

Todas asienten y una de las jóvenes me toma de la mano para llevarme a los vestidores, Gracia no quiere soltarse de mí, así que cuando la quieren quitar, la tomo de la mano con firmeza y les digo que irá conmigo, no solamente por la niña, no estoy segura de querer pasar por medirme vestido de novia sola.

***

¡Dios! ¡Fulmíname con rayo por favor! Tengo dos horas de estarme midiendo vestidos y estoy harta, ninguno me queda bien o aún peor, parece que voy a tomar la primera comunión, las dos chicas jóvenes me han traído como 15 ó 20 vestidos ya perdí la cuenta pero todos son espantosos.

Cuando estoy a punto de llorar de la impotencia, entra la señora mayor y me dice:

—Tranquila, encontrar el vestido de novia perfecto para cada persona es como encontrar el hombre ideal para cada una —cuando dice eso pienso, que he dejado que todas me busquen un vestido y no he tomado las riendas del proceso, en todo caso soy yo la que se tendrá que poner ese vestido.

—¿Puedo ir a buscar yo misma? —le pregunto.

Ella asiente y me muestra donde puedo encontrar tal vez lo que busco, comienzo a rebuscar entre todos los vestidos y encuentro uno que al verlo lo amo, tiene el escote que busco, no tiene tanto volumen abajo y tiene una cinta negra en la cintura, definitivamente no es un vestido de novia común, al igual que yo jamás seré una novia común, cuando lo saco, las dos chicas jóvenes se miran como si no les gustara mi elección, pero ya tomé la decisión de elegir para mí, últimamente no he hecho nada sólo para mí, lo sé suena egoísta y egocéntrico pero es la realidad.

Cuando me lo mido, puedo ver la cara todas, salgo para verme en el espejo y veo a Laura secarse una lágrima, me giro a verme dejó salir un suspiro cuando veo que... ¡Me queda perfecto! Ni siquiera necesita ajustes.

Todos, incluso Luis, aprueban mi elección y la señora que me ayudó a encontrarlo me trae el velo más delicado y perfecto que he visto, es hermoso con algunas aplicaciones de pedrería en la orilla, me lo coloca y cae perfecto sobre el vestido.

Al verme así y ver la felicidad de todos, no puedo evitar sentir algo de culpa, pero me recuerdo que lo hago por el bien de los niños, así que pongo mi mejor sonrisa y digo:

—Este es el vestido que siempre soñé.

***

Después de la compra del vestido ayer, hoy ha sido un día ajetreado, hemos recogido todas las cosas que tenemos que llevar a la nueva casa, pues debemos mudarnos hoy, ya que dentro de dos días tendremos la visita de la trabajadora social para entrevistarnos, tanto a nosotros como a los niños y ver las condiciones de nuestra casa.

Igualmente ya tengo un inquilino para mi apartamento y para la casa de Rosalía, ese dinero no lo tocaré, lo ahorraré para que cuando nos divorciemos, tenga como buscar un lugar donde vivir con mi niños.

Ernesto ha estado ayudando con las cosas de los niños, hemos decidido poner todas las cosas dentro de un depósito a plazo fijo, para que en cuanto termine nuestro matrimonio pueda recuperar mis cosas y las de los niños.

El camión llegará por la noche, así que debemos llevarnos solamente las cosas de uso personal o que queramos tener en la casa.

A las 4, cerramos el apartamento, y me despido del todo de mi libertad, de mi espacio, de mi vida como la conocía, es divertido que aunque hayan pasado dos semanas desde el accidente, justo este momento sea el que marca mi movimiento a otra nueva vida.

***

Al llegar a la casa, la veo y recuerdo haber venido muchas veces a visitar a Ernesto aquí, él pasaba mucho tiempo con su abuela antes que muriera, siento un hoyo en el estómago al recordar cómo se vino abajo después de la muerte de su abuela y la traición de Denia.

Cuando entramos siento olor a comida, miro extrañada a Ernesto y me dice:

—No creerías que dejaría que sólo tú te encargaras de todo en esta casa, ahora serás mi esposa y en tu estado con tres niños que cuidar, no puedo dejarte hacer todo lo que se requiere en esta casa —dice encogiéndose de hombros —así que traje a la señora Betty con nosotros, sabes que ella me ha cuidado desde siempre...

Lo miro y no tengo fuerzas para decirle que no me siento del todo cómoda, con que otras personas hagan cosas que se supone yo debería hacer, pero me recuerdo que Ernesto y yo hemos nacido en lugares complemente diferentes, y que fue "el destino" quien nos unió.

—Bien —dice él cuando mira que no replico —subamos para que vean sus habitaciones.

Con un grito de alegría veo a Gracia, Luis y Ernesto correr gradas arriba, yo tomo a Milagro en brazos y comienzo a subir la escalera.

—Tía Melisa —escucho la voz de Luis desde una habitación —mira tengo una computadora.

Entro en la habitación y la veo, es hermosa con todo lo que un chico, casi adolescente podría querer, hasta la cama es en forma de auto de carreras. Cuando voy a entrar siento la mano de Gracia halándome:

—Tía Melisa, debes ver mi habitación ¡Es de princesa!

Entramos en la habitación de enfrente y veo todo pintado de rosa, la cama es en forma de castillo, tiene muchas muñecas y juegos, siento a Milagro queriendo bajar, pero Ernesto la toma de mis brazos con una sonrisa y dice:

—No, mi pequeña, tú tienes tu propio cuarto también. —nos guía al cuarto contiguo y veo que es un cuarto cubierto de animales de peluche, Milagro grita de felicidad y se baja a agarrar todo.

Después regresa y me toma de la mano para que entre con ella y me enseña los peluches mientras me siento en la cama. Pero Ernesto me toma de la mano y me dice, que aún no termina, supongo que me enseñará el que será mi cuarto, pero cuando abre la puerta de enfrente, mis ojos se encuentran con una cuna, una mecedora, cambiador de bebé, peluches y mucha ropa de bebé.

Siento que los ojos se me llenan de lágrimas, debe ser por la impresión y para liberar todo el estrés que he sufrido últimamente, Ernesto al verme me dice:

—Este es el cuarto de nuestro cuarto hijo —y tomándome de los hombros para hacerme girar y caminar dice— el recorrido aún no termina.

Entramos a la última puerta del pasillo, contiguo a una pequeña puerta que me explica que lleva a un ático. Miro que mis cosas ya están allí, junto a las suyas.

—¿Seremos compañeros de cuarto? —le pregunto con cara de asombro.

—Sabes que debemos serlo, si alguien cuenta que dormimos separados o lo niños dicen algo, sabes que habremos hecho toda esta farsa por nada.

—Bien, pero sólo dormiremos y no quiero que me abraces ni hagas ninguna tontería a puerta cerrada —le digo empujándolo un poco con mi dedo índice en su pecho.

—Tranquila "cariño", sabes que nunca hemos tenido ese tipo de relación, de lo contrario, hace mucho te hubieras deshecho de mí —me dice mientras me guiña el ojo.

Pienso que tiene razón, pero no se lo diré, estoy molesta, aunque no estoy segura porqué, el hizo algo maravilloso por mis niños, aún por mi bebé no nato, pero lo deshizo cuando habló de la farsa.

¡Dios! ¿Qué me está pasando? Por supuesto que esto es una farsa, la mejor farsa de todas, además él lo hace por el beneficio y pues yo también, así que no debo de sobrepensar las cosas, simplemente espero que la trabajadora social encuentre todo aceptable.

Hola, mis querid@s lector@s, hasta aquí este capítulo, por favor recuerden dejarme sus COMENTARIOS y VOTAR.

Gracias por leerme, 

Besitos,

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro