- Oye... ¿Ryuthos verdad? Lo siento pero se me hace raro verte en el santuario. No pareces un Saint. - Pregunto el futuro santo de Sagitario, poniendo al rubio incomodo en el proceso, tanto por lo que su puesto indicada por sus preguntas.

- Seiya...

- Descuiden está bien. Pues, soy del ejercito de Artemiza, pero por unos asuntos puedo ir y venir entre ella y Athena. Conozco a Erda por lo que fue la batalla contra Eris.

- Ryuthos fue un buen aliado, y muy fuerte, derroto a un Phantom solo. - Hablo la Saintia de Osa menor, emocionada y entusiasta.

- No fue así, de verdad necesite ayuda y mas no pude hacer. Lo lamento.

- Descuida, seguro fuiste un gran combatiente. Por cierto. ¿A dónde iremos?

- Ahh. No sé. Erda es la que suele mostrarme lugares de aquí, no estoy del todo familiarizado con este mundo. - Irónico. ¿No creen? Pasar de ser como los demás en su rango de mirar de menos a los humanos, a vivir como uno por mucho tiempo, y amar a una. Que giros va el destino. Sin contar su verdad, pero con ese en mente solo se pudo mas incomodo, buscando alejarse del futuro Saint de Sagitario teniendo la Saintia de Casiopea que intervenir poniéndose en medio de ambos.

- Solo iremos por un café, pensé en calmarnos un poco, aparte la señorita Saori que te alejáramos un poco luego de que aun estas afectado por todas esas guerras. - Mintió queriendo que no sospeche, aunque de verdad casi se llego a desmayar una vez y tenían le permiso de Saori/Athena, aunque ella se los había otorgado para asistir al joven rubio que aun seguía con sus problemas.

- Eso me ofende, Saori nunca me ha subestimado así.

- Joven Seiya déjelo así. - Intervino la chinita. - Su salud nunca será la misma luego de haber peleada contra Zeus, Khronos y que su pecho sea atravesado por Hades. Es normal que la señorita se preocupe luego de que paso por tanto.

- Esta bien... - A regañadientes acepto.

- Bien, ¿A dónde quieres ir?

- ¿No íbamos por un café?

- Claro. - Mierda se le había olvidado. Con rapidez busco arreglar ese problema y volver a su plan original.

- ¿De verdad Saori sabe que estamos aquí?

- Claro.

- De hecho, creo que vi al señor Aioros salir por estos lados.

- ¿Enserio mi maestro esta por aquí? /¿El señor Aioros esta cerca? - Hablaron al mismo tiempo Seiya Y Ryuthos. El castaño estada bastante confundido por ver la reacción del Querubín.

- Bueno, lo vi pero no sé donde este. - Respondió la chinita.

- Bueno, seguro este con alguien; De hecho he visto al Señor Aioros bastante raro desde que despertó. - Hablo Shoko.

- Tal vez se sienta raro de verse entre sus compañeros luego de volver a la vida.

- A lo mejor.

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Hablando de lo cual, en ese momento el Dorado de la constelación del Centauro estada caminando por las calles, mirando a todos lados, inseguro y con budas. ¿Cuándo cambio todo? No era lo mismo de cuando estada en entrenamiento, o antes de perder la vida por Athena.

Suspiro, si sus recuerdos aun le serian estada cerca de un área donde vendedores solían posarse. Fue haya, tal vez podía despejar así su mente. Mirada y mirada cada objeto y persona. Hasta quedar su vista en una mujer que pos su rasgos y delicada que mostrada en frente de ese vendedor, estada seguro que era una mujer proveniente de china.

Al voltearse ella, sus miradas quedaron una junto a la del otro, provocando una pequeña sonrisa de su parte. En un acto que dejo a Aioros en un Mega-Shock, fue capaz de percibir como de la mano de esta chica desprendía un gran cosmos, haciéndole un gesto con los ojos para que la siguiera.

Estada impresionado, sin pensarlo mucho le hizo caso. Terminando en un lugar apartado, donde la misteriosa mujer le esperada con 2 cafés en mano.

- ¿Quieres? - Le ofreció uno, dejando sorprendido al Santo. - Me los acaban de entregar, tardaste un poco.

- Gracias. Me llamo Aioros.

- Un gusto en conocerte, Aioros de Sagitario.

- ¿Cómo sabes...?

- No es raro darse cuenta por mis origines. - Enfatizo esas últimas palabras de forma hasta seductora. Jugando con el paraguas que hasta ese momento Aioros no se percato que existía, detallando mejor en la sombra los cabellos negros, reflejados en azul, recogidos y cayendo en ese pálido pulcramente vestido. - A decir verdad, desde que vivo en Grecia he deseado conocer a un Saint de Athena. Me llamo Mei Ling. Mei es mi nombre, Ling mi apellido.

- Entiendo.

- Por favor no me pongas esa cara.

- Ahhh. No... Es... ¿Eres de china verdad? ¿Qué te trae a Grecia?

- Correcto. He vivido aquí desde hace 2 años. Fue solo una oportunidad lo que me trajo aquí. Solo que sola.

- Sé lo horrible que es dejar a alguien que quieres solo... - Inconscientemente hablo, bajando su mirada y apretando sus puños con fuerza, totalmente melancólico.

- En mi caso, mi hermana tiene casi mi misma edad. Mis padres ya están muy mayores pero siguen con ganas. No tengo que preocuparme por ellos, pase lo que pase, sé que están bien.

- Entiendo... Yo ni eso puedo decir. Haga lo que haga, mi hermano no me necesita, ya perdí mí tiempo con él.

- ¿Ah? Lo lamento...

- Descuida, lamento estarte molestando con mis problemas. Sé que no te importan mucho.

- No pasa nada, se te nota tenso. Si quieres podemos volver a hablarnos y me dices mejor que tienes, de lejos te noto con mucho en mente. No seré la mejor, pero algo puedo hacer para ayudarte.

- Esta bien. - Sin perder su melancolía, pero sonriendo torcidamente, acepto.

- En 3 días, aquí otra vez. ¿Vale?

- Vale.

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- Sei-chan, ¿nunca has ido a un lugar así?

- Lamento decir que no. Teniendo un maldito de padre, y viviendo con la faceta donde Saori era una tirana, y luego preocupándome por mi hermana. Nunca pude ir a un lugar así. - Xiaoling, Ryuthos, y hasta la misma Erda estaban algo impresionados por escucharlo responder a la pregunta de Shoko así de natural. Si estaban consiente de ese tipo de cosas, pero no esperaban que lo tomara tan a la ligera. - creo que hablara con mi Saori, si me tiene desconfianza para trabajar, le pediré que me deje quedarme una semana con mi hermana. - Aunque una semana no quitara más de 10 años, pensó Seiya.

- No es mala idea. He estado pensando llamar a mi padre, no lo he hecho en un tiempo.

- Enserio tienes suerte que tu padre adoptivo te haya permitido quedarte aquí con Saori.

- Bueno, eso fue por mi Tío Tatsumi que lo persuadió.

- Y que bien que eres adoptada, yo ni un millón de años aceptaría ser familiar de un desgraciado como Tastsumi.

- ¿Cómo era ese viejo con ustedes? Estoy enterada que con los chicos fue un maldito con todo y ropa. - Hablo Erda, pasando por un lado de ellos para verlos a la cara.

- Pues conmigo y Kyoko, aunque no nos tenía paciencia la mayor parte del tiempo cuando niñas, no era tan malo.

- Tuviste suerte. - Hablo Seiya.

- ¿Ese no es el hombre del rostro aterrador y Retsu-San? - Si eran ellos. Al verlo estos 2 fueron directo hacia ellos.

- Seiya, Shoko, Erda, Xiaoling... ¿El quién es? - Les salido Retsu. - En fin, la señorita Athena nos mando a buscar a Aioros. Nadie en el Santuario lo ha visto, parece que se perdió.

- Entendemos. Pero no lo hemos visto.

- ¿Segura? Porque ese niño que tienes al lado se parece a él. - Desinteresadamente hablo el Silver Saint, provocando las miradas en el rubio menor.

- Creo... Si te pareces.

- No lo hemos visto, si quieren pueden buscarlo, llevare a Ryuthos de vuelta. Con permiso.

- ¿Sera que...? - El bronce de mayor edad pregunto mirando por donde se iban esos 2, no estada muy enterado del tema de las Saintias, ya que nunca pregunto mucho más del tema "Doncellas de Athena"

- No creo, y tampoco me interesa. - Desviando la mirada quedo en Seiya y las Saintias que lo acompañaban.

- Podemos ayudarlo a buscarlo.

- Concuerdo con Xiao, a la final Aioros es mi maestro.

- Gracias. Vamos entonces. - Mientras el Acepto, el tipo a su lado estada algo buboso pero acepto.

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Hay pistas de lo que pasa a Ryuthos en la narración, haber si adivinan. Mei Ling es un personaje original perteneciente a  DannaL1342  que me vio permiso de usar el personaje, tiene historias de Mei x Aioros, que recomiendo.