Capitulo 23
Dejando lo extraño para Seiya de la situación con Shaina. Este había quedado extrañado tras su ligero encuentro, más aun con eso estada feliz, notando a su rival más tranquila de sí misma al abandonar el uso la máscara, siendo esta decisión aceptada por Kanon y respaldada por Shoko, después de todo ella contribuyo con la idea.
Pasando tiempo más seguido ella en el templo que las chicas habitaban, teniendo un tranquilo ambiente ameno con ellos en un sorprendente tiempo de solo una semana.
- Xiaoling... - Su querida amiga estada, en su inocencia, arruinando su plan de espionaje estando sobreactuada como si en película de expidas estuviera. Moviéndose de un lugar a otro, terminando por inclinarse apenada cuando varios ojos se pusieron sobre ella.
Resulta que, Seiya apenas logro guardarse el secreto de Aioros, al preguntar las chicas y como Seiya tenía en claro plan de seguirlo para la vieja chismosa que funge de chaperona, termino trayendo a las 5 chicas con ella, más el Santo de Plata de Cruz del sur. Shaina no los acompañado porque se quedo con Alde. El lado bueno era que tenía respaldos para ayudar a Aioros, el lado malo es que este seguramente lo lincharía.
- Nos están mirando. - Dijo el rubio. Poniendo su mano en su frente, no podía creer a veces a esta chica, a veces enserio se sentía en la obligación de cuidarla pues a pesar de todo lo que ha pasado como una Saintia, buscando tener el puesto de la forma más responsable seguía siendo torpe e ingenua, por lo menos en este momento no era tan malo.
- ¿Porque vino Georg? - El que pregunto fue Seiya, ya de por si traer a 5 con él era mucho.
- Solo vine por ella. - Apuntando a la Saintia rosada.
- Te noto muy apegada a Xiaoling, ahora que lo pienso. - Cruzada de brazos Erda le dijo. El hombre bufo y imitando el gesto de la castaña de cabellos cortos paso de largo.
- Tienes un admirador. - Seiya le dijo, susurrando a su oreja. Hecho que dejo a la podre chinita sonrojada al tope.
- No, no, no. El señor Georg solo es mi amigo.
- "¡Por fin me está llamando por mi nombre!" - A espaldas de ella agradeció ese evento que se lleva repitiendo por los anteriores días. Ese apodo vaya que le sacada canas verdes.
- Se quieren no se nieguen. Jaja... ¡Auch! - Mii le jalo la oreja tras lo dicho, alegando sus advertencias.
- Es inapropiado. Ten cuido con lo que insinúas. - Sonriendo amable, le hizo saber corrigiendo su actitud un tanto inocente, e incluso irrespetuosa ante los votos de la Saintias por Athena. Haciendo lo mismo con el Santo de plata. - Espero lo entienda también. - El contrario Bufo.
- No era necesario usar tanta fuerza. - Por más simple que haya sido su acto la oreja la tenia roja, tenían mucha fuerza acumulada Mii como Saintia.
- Un disculpa. Cambiando de tema ¿Sabes donde pueda estar el Señor Aioros? Creo que lo perdimos de vista.
- Es verdad. - Katya menciono, pasando su mano por su mentón buscando con la mirada. Habían tenido su sana distancia, incluso entre ellos buscando el no hacerlos parecer acosadores, por lo tanto es posible que ya el Santo de Sagitario este muy lejos de ellos.
- ¿Y si mejor buscamos algo para comer? - Pregunto el hombre rubio, terminando ignorando su propia pregunta cuando los demás parecieron pasarlo por alto de una manera olímpica. - Bien...
- ¿Sabes donde se podrían reúnen? - Pregunto Shoko, Seiya negó. De todos los presentes Seiya era quien más conocía sobre Grecia y sus lugares donde el probable que la precedencia del Santo de Sagitario podría estar ubicada.
- Solo sé que iba a salir a encontrarla. Pero, no me dijo donde.
- Momento, ¿Como Aioros siquiera puede comunicarse con la dama en cuestión como para lograr reunirse con ella así sin más si no tiene teléfono o una forma de comunicarse? - Georg dijo sin un ápice de tacto lo que Erda y Katya estaban considerando decir.
- Es verdad. Supongo que ya tendrán pactadas las fechas y horas de sus encuentros, Aioros suele ser muy rutinario con sus salidas. - La Saintia De Delfín informo, siempre que lo buscada cerca de las 3 desaparecía.
- Ahora que lo pienso, Aioros es un hombre caballeroso pero ¿Qué le habrá dicho para no levantar sospechas? Supongo que, ella también debe ser una mujer trabajadora, deberá haber cuestionado si Aioria trabajado o donde vivía. - La que hablo fue Shoko, dejando a los presentes con más preguntas para Aioros sobre la situación que antes. Tendían que hablar con él donde la encuentren.
- Creo que lo mejor será volver. - Como la voz de la razón la Saintia de Corona hablo. Si, puede que sea lo mejor ya que estaban comportándose como niños en un asunto personal de Aioros, por más que quisieran ayudarlo no sabían dónde estaba o con quien. Haciéndoles saber de esa forma.
- Puede ser... Sera difícil encontrarlo.
- tal vez no debimos venir tantos, solo unos 2, creo que algunos que pasan se nos quedan viendo.
- ¿Uhm? ¿Xiaoling? - 3 de los preguntaron cuando su amiga reacciono de la manera que lo hizo. Sin entender el porqué.
- Siento un demonio...
- ¿Demonio?
- Es algo que nos enseñaron en la santa academia, aparte de los espectros, las dríades, muchas criaturas pertenecientes al nombre de bestias están sueltas, nos enseñaron detectarlas y como defendernos de ellas. - Shoko estada impresionada de escuchar eso, se sentía totalmente apenada que siendo la líber su entrenamiento como Saintia estada totalmente incompleto.
- Pero es raro, su presencia se siente mezclada con otras 2, no estoy segura de lo que verdaderamente lo sea. - Explico, siendo seguida por sus 3 compañeras que si tienen mayor entrenamiento pero quedando en igualdad de condiciones, no se sentía nada tan claro.
- Volvamos e informemos, seguramente el patriarca sabrá de esto. - El mayor del grupo hablo como la voz de la razón en ese momento. Aceptando los otros 6 al verse en la situación en la que solos se metieron.
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- Gracias por encontrarte conmigo. - Estada un poco avergonzado, no lo podía negar. Se habían encontrando por suerte y a última hora, agradecía que Mei si lo haya encontrando, aceptando su encuentro. - Mi hermano va a estar ocupado. Sin él es... Más extraño de lo normal.
- ¿Han avanzando en su reconciliación? Pensé que habías dicho que te sentías culpable con él al lado.
- Medianamente, creo que de a poco hemos logrado reconectar. Pero más que nada por la ayuda de un tercero, que se ha quedado cerca de los 2. - Refiriéndose a Seiya. - Y bueno, tus concejos también.
- Me alegro de escuchar eso. Ya que... He querido preguntar algo que me tiene pensando más de lo debido.
- ¿Pasa algo?
- Solo como hablas de los culpables de tus pesares. Me sorprende como hablas de ellos.
- ¿Ah? ¿Shura y Saga? No... No los odio del todo, antes fueron mis amigos, pero por lo mismo ya no me siento igual que antes, ambos de disculparon con acciones... - Un grito sacado de repente de par de Mei lo callo, fue algo que lo sorprendió de una forma inesperada, impidiéndole seguir hablando.
- Aioros. Parece que los estás justificando, sé nota que tienes un corazón de oro, cuando 2 personas que te hicieron sufrir, no puedes siquiera hablar mal de ellos. - Caminando hasta quedar frente a él, la mujer arreglo con cuidado su camisa hablándole condescendiente. Mei no podía creer lo que tenía en frente. - ¿Los odias?
- Ahmmmm... - Esa era la respuesta que necesitada, era muy bueno como para albergar odio en su corazón, una cualidad que si bien, Mei no negada que hasta cierto punto envidiada, pasando su mano por su rostro separándose de Aioros, lo sentía un poco... Molesto, le daba una amarga sensación como podía hablar que él ya le había dicho cuanto mal le ha hecho de esa forma tan despreocupada.
- Creo que se que me vas a decir... - Aioros menciono, comido en nervios al ver la cara de Mei.
- Calma, no diré nada malo. De ti por lo menos.
- Supongo que gracias. Por cierto ¿Qué tanto estarás libre? Tendré unos días algo solo. - Coqueteo, no tenía ninguna experiencia en la materia pero poco le importo y coqueteo.
- Cuando quieras ven a verme. - Sonriendo para sus adentros, pero no tanto para eso porque era seguro que se notada. Aioros estada complacido, enternecido por la mujer frente a él. - ¿Y si vamos a mi casa? Sera más fácil encontrarnos y en las tardes estoy libre.
- ¿No es molestia? - La mujer negó, llevándose al Santo dorado con ella.
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