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capitulo 11

- Muchas gracias, señor Saga. - Dijo la Saintia de Corona aceptando el té que le ofrecía el Santo de Géminis, junto con unas galletas, haciendo parecer que atendía a una mujer importante.

- No es nada, Joven Katya. Aunque, si no le molesta, ¿Podemos dejar los honoríficos? Creo que, no son necesarios, aparte aunque no de la mejor forma, ya nos conocemos.

- Uhh... ¿De qué habla? No es hasta el momento de la pelea contra los dioses que lo vi por primera vez... - Expreso, eso dejo pensando a Saga, lo dejo totalmente sorprendido, 'pero sabiendo lo crueles que fueron sus actos y lo que le obligo a ella a hacer, pensó que tal vez, esto era algo que ella misma hizo.

- Entiendo. Parece que lo olvidaste, pero de verdad, necesito disculparme contigo. Por todo lo horrible que te obligue a hacer, incluso levantar tu mano contra Athena, aunque haya sido para intentar limpiar mis culpas que aun ni me termino de perdonar, en ese momento donde mi mente no me pertenecía, te hice traicionar tus enseñanzas por el bien de Athena, aunque no pueda hacer nada solo puedo disculparme.

- No sé de qué me habla, lo lamento. - Expreso, pero no alterada, solo pensante, eran cosas que la dejaban intrigada, parece ser que aunque el poder de Artemisa le borraron en la memoria todo rastro del hombre que admiro y que hizo que su corazón lata del primer amor, fueron tantas las cosas que esa devoción provoco que no fue completamente eliminado, pues todo eso la daba una sensación de nostalgia.

- Descuida. Como sabrás, yo fui el patriarca que traiciono todo lo referente a Athena y engaño a todos, cuando volví con Hades por alguna razón las voces en mi mente desaparecieron... Y en la batalla contra los dioses, logre de cierta forma redimirme y ganarme el perdón de los chicos y de Athena. Aunque no lo recuerdes, solo me toca recompensarte a ti.

- Entiendo... ¿Usted tenia esquizofrenia verdad? - Pregunto, pues lo único que llegada a recordar sobre Saga.

- No del todo. O eso parece... La verdad no lo sé... - Expreso, dejando apoyada su cabeza en sus manos, mirando detalladamente a la Saintia un momento. - Son cosas que me dejan pensando mucho.

- Ummm. No sé bien que decirle... Nunca pase por eso...

- Descuida, mejor de esa forma.

- ¿Sabe? Es extraño... No recuerdo mucho de eso, cuando pienso en usted solo lo recuerdo por ser el hermano del actual patriarca, y varios rumores cuando esa guerra se vio. Lamento no haber peleado.

- No tienes que disculparte, y es raro que digas eso, siempre Kanon fue conocido como mi sombra. A la final, el logro hacer las cosas mejor que yo.

- No tiene que sentirse así tampoco. Usted me ha mostrado ser un gran hombre, amable y comprensivo, en este momento acepta sus errores y quiere redimirlos, eso no lo hace todo el mundo. - Le sonrió, apoyándose en sus manos para verlo mas detalladamente dejando su tasa en la mesa.

- ¿Enserio piensas eso? Pues me alaga.

- Claro, ¿Hablamos otro momento?

- Con gusto.

Aunque no le conocía del todo, dentro de la Saintia había cierta sensación que le despertada el Santo frente suyo, una curiosidad e interés sobre él.

*-*-*-*

- Ahhhhhh. - A la líber de las Saintia le toco pelear contra el Santo de capricornio, mientras Alicia y Seiya la miraban preocupados deseando suerte en silencio, Shoko daba lo mejor mientras Milo mirada detalladamente, esperando su momento.

Era interesante ver como cambio, como su destino la hizo crecer y madurar, y viendo la mujer que tenía en frente ahora, no se arrepentía de las decisiones que tomo.

Solo se arrepentía de no haberla ayudado como se debe, haber sido tan inexpresivo solo centrado en su destino como Saint, que si bien no era malo en lo mas mínimo pues era por la justicia en quien creía, pero no llego a notar que Shoko le tenía una estima al recordarlo débilmente como su héroe, intentando no quedarse atrás y donde pudo haberla ayudado de mejor forma, incluso ser un ligero maestro para ella. Ella no lo necesito, pues su destino siempre fue eso.

- Equuleus RyuSan Ken.

- Bance of Excálibur. - La espada de Shura cortó cada uno de los golpes de Shoko como si nada, su mano parecía danzar, aunque si bien no podía de verdad lastimarla o destruir su armadura (Tampoco quería parecer pervertido) Solo intentada hacerla retroceder.

Para muchos fue una sorpresa ver que sus técnicas eran las mismas que de Seiya, pero al enterarse que Marin se las enseño a ella también le encontraron el sentido, lo malo para Shoko es que ellos ya conocían como pelea Seiya y Shoko tenía su mismo estilo, la podre la tendría difícil.

- Maldición... - Los 2 brazos de la Saintia de Equuleus bloquearon el ataque que iba directo a él, dejando sorprendido al Santo de Capricornio. - ¿Qué tan fuerte es esta chica? - Logro decir, antes de sentir una fuerte patada con tacón en el estomago, separándolo de ella.

- Pegasus SuiSei Ken. - Un fuerte cometa de luz blanco fue directo a Shura haciéndolo retroceder, sosteniéndose de las manos antes de volver a atacar con una de sus técnicas de las más poderosas, la "Eclipse Excálibur" Que golpeo de lleno a la doncella.

- Vaya, nunca espere que una Doncella sagrada sea tan fuerte, ¿Tu primera fue maestra fue Mayura verdad?

- Si... - Aunque ni siquiera pudo entrenarla por completo.

- Pues dejo bien su legado, ella era sin duda la Saint más fuerte entre todas. La única capaz de rivalizar con un dorado.

- ¿La conoces?

- Pues me tope con ella cuando era muy joven. - De 9 años aunque no lo parezca. - Sigamos otro poco. Líber de las Saintias.

- Parece que Shoko se esta sabiendo ganar el respeto de los dorados. - Comento Seiya desde el rincón, a su lado la joven rubia asintió.

- De verdad lo es, me alegra ver que aun sin un entrenamiento formal ella ha llegado a tanto.

- Tienes razón, nunca imagine que ella sería una Saint, cuando la conocí pensé que podía ser mi hermana.

- ¿Enserio pensaste eso?

- Pues si... - El castaño sonrió, en ese momento al ver a la futura Saintia pensó en su hermana al ver esa figura desorientada, pero al estar cerca noto que se equivoco, pero al saber que ella estada igual que él solo pudo sentir empatía queriendo aconsejarla y hacerla sentir mejor, pues se notada decaída por eso, y estada seguro que ambos lograrían recuperar a sus seres queridos. Pensamientos que ese momento no sabía cómo expresarle a Mii. - Son algo parecidas.

- Yo siempre pensé que Shoko se parecía algo a Marin... Tienen incluso un temperamento similar. Digo, son pocos los que he visto que han intimidado a este proto salvaje.

- ¡A ti también te intimido! ¡Idiota!

Claro, olvidada que el Santo de Leo seguía con ellos, y pues aunque de cierta forma tenía algo de razón, el castaño no se detuvo a defenderse del ataque de su amigo. Riendo ambos luego que Aioria lo hiciera.

- Oye Alicia... ¿No te poca enfrentarte a alguien pronto?

- Ahhh. Pues, no lo sé, al menos que Erda quiera hacerlo primero, no tengo problemas... -

- Pues Shoko no ha de terminar, parece que Shura solo quiere hacer algo como lo que hizo conmigo, quiere probarla.

- ¿Cómo así?

- Antes, cuando paso lo de mi hermano, Shura no se si sintiéndose culpable o algo, muchas veces nos llegamos a enfrentar y me reconoció como un Saint digno de respeto. Parece que quiere ver eso en ustedes, pues al ser una orden que nadie sabe de su existencia tiene sus dubas.

- Interesante. - Susurro la Doncella.

- A veces no se cual de los 2 tuvo una infancia peor...

- Calma Sei-chan. - Parece que Aioria le agarro gusto a ese apodo rápido, siendo él y Shoko los únicos que le decían de esa forma. - Mejor no pensar en eso, ya paso.

- Creo que en eso tiene razón Aioria. - Señalo Mii. - Aunque, hablando de eso, ¿Cómo ha estado el Señor Aioros?

- Pues... Normal, creo... A veces noto a mi hermano extraño, es un poco difícil volver a encontrarnos, el se siente algo culpable, pero creo que vamos algo bien...

La Saintia quedo pensando sobre eso, viendo en dirección a donde el Santo de Sagitario estada, sujetando su mano a la altura de su pecho; Aioros se notada... Extraño, pues no parecía como antes y eso la mitad de los dorados lo sabían, pero por culpa no se atrevían a interrumpirlo.

Aioros suspiro, antes de dejar a sus amigos solos. 

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