Hey! Que onda?! Díganme, cuánto tiempo tienen esperando este capítulo?
Seré sincero, no tuve idea de cómo hacer ésto.
¡Estoy nervioso, maldición!

-

Nos encontramos en un bosque cualquiera, un bosque como cualquier otro, solo que en este bosque se encontraba una niña de no más de 8 años, ella tenía los ojos y cabello de color dorado, este estando bastante desordenado.
Esta pequeña niña no sería más que Dimaria Yesta, una niña descendiente de la antigua capital de Mildian.
Hasta hace poco más de una semana la niña pequeña estaba en un mercado de esclavos, sostenido por un gremio oscuro.
Sin embargo, todo terminaría mal para dicho gremio, ya que sus operaciones se verían afectadas por la aparición de un hombre alto y musculoso con cabello naranja, el cual vestía una capa larga de cuello largo, de color negro.
Debido a ese señor, todo el lugar fue reducido a nada en cuestión de segundos, a la vista de la niña de ojos dorados, aquél señor era un mago, aunque tenía un físico bastante fornido para ella no parecía la gran cosa en un inició, sin embargo toda su perspectiva cambiaría al ver las expresiones de pánico de los sujetos encargados de dicho lugar que solamente gritaban, un nombré.
El nombre de un lugar, un gremio de magos que se quedaría en la mente de aquella niña, y ese nombre era:

Fairy Tail, me preguntó cómo será.–La niña diría mientras seguía caminando, tenía alrededor de una semana desde que decidió emprender viaje a Fairy Tail. Ella tenía la intención de encontrar a aquél señor que sin saberlo la había salvado de un destino oscuro a sus ojos.

La niña había recorrido un gran camino, hace poco estuvo en una ciudad llamada Oak Town, particularmente no tuvo una buena experiencia del lugar, era bastante atractivo a la vista pero con ciertas personas tuvo problemas por estar buscando el gremio de Fairy Tail, incluso llegaron a insultarla, tuvo un ligero encuentro con con un hombre alto y delgado con una vestimenta extravagante y con alas de murciélago en su espalda, a sus ojos se veía bastante estúpido.
Dicho sujeto hizo una búsqueda de aquella chica de ojos y cabello dorado que se atrevía a mencionar el nombre de Fairy Tail en "su ciudad".

Una vez salió de la ciudad, ya no tuvo problemas ahora estaba caminando por un extenso camino de tierra, rodeado de un hermoso paisaje verde y varias montañas a la vista, estaba a poco de llegar a Magnolia, una ciudad mercantil, el hogar del Gremio de Fairy Tail, claro no era su único atractivo.
Siendo probablemente una de las ciudades más importantes del reino, contaba con varios lugares atractivos, como la Catedral de Kardia y sus paisajes naturales, y sus canales.
Sin embargo lo único que le importaba a ella era Fairy Tail, quería saber que tipo de lugar era.
Así fue como después de caminar por varios minutos su mirada se encontró con aquella entrada que daba la bienvenida a Magnolia, la segunda ciudad más importante de Fiore después de su capital.

Se quedó pasmada viendo aquella entrada, apreciando la belleza natural y arquitectónica de aquélla ciudad, sin embargo se vio interrumpida cuando se escuchó el grito de un niño de cabello rosado, girando su cabeza hacia atrás pudo ver una escena algo cómica.

¡Viejo, déjame ir! ¡Yo tomé la misión, no puedes detenerme! –Gritaba el joven, mientras estaba siendo sostenido por un brazo gigante, que para su sorpresa era el brazo de un anciano probablemente más bajó que el joven que sostenía.

Mocoso, siempre me estás causando problemas. –El anciano solo apretó ligeramente su agarré sobre aquel chico para que guardada silenció.

¿Que importa? Esa es la esencia de Fairy Tail, no? –El chico solo soltó una sonrisa al decir eso, pero su comentario solo hizo que el anciano apretara con más fuerza haciendo que el chico de cabellera rosada se desmayara..

Ella solo se quedó viendo aquella escena, mientras ellos se acercan hacia donde estaba ella pudo notar que aquel joven tenía una especie de espíritu saliendo de su boca, y que aquél anciano tenía una vestimenta muy peculiar, parecía el bufón de un circo, había visto muchos en los viajes que hacía al ser una esclava, con regularidad los clientes de aquel gremio oscuro eran circos.

Oh! Esto es raro, que hace una niña pequeña a las afueras de la ciudad? –Esto sería dicho por aquél anciano, mientras veía a Dimaria que estaba enfrente de ella. Ante los ojos de ella, el anciano era bastante bajo, aunque la diferencia de altura entre ella y el anciano no fuera considerable, seguía siendo más alta, y eso que apenas tenía 8 años– Niña, no crees que estás lejos de casa?

Ella simplemente bajo la mirada, ciertamente el anciano tenía razón. No era común que una niña estuviera a las afueras de la ciudad, incluso de día sería peligroso que los niños dejarán la seguridad de la ciudad.

Perspectiva de Makarov.

La vería detenidamente de pies a cabeza, aquella niña tenía un cabello dorado bastante descuidado y mugriento, parecía que nunca lo había lavado ni una sola vez en su vida, después estaba su rostro, tenía los labios bastante secos como si no hubiera tomado agua en un largo período de tiempo, después estaría su ropa, parecía simple tela sacada de algún costal de papas, estaba llena de agujeros y bastante sucia, aunque Makarov ya tenía una idea bastante clara de el pasado de la niña, su respuesta se encontraba en las muñecas y pies de la niña, tenía unas marcas rosadas que dejaban en claro que la niña era una esclava.

El solo soltaría un suspiró, debía decir que a veces Natsu tenía un talento natural para hacerlo enojar, tenía la idea de que el ser miembro de Fairy Tail era hacer que el perdiera el cabello con todas sus travesuras o desastres, sentía miedo de lo que fuera a ser de aquel joven una vez fuera capaz de hacer misiones o controlar su magia.
Pero, tenía el plus de ayudar a los demás con sus acciones.
¿En qué importaría esto?
El no estaría aquí de no ser por Natsu, el se estaba preparando para ir a Era, para ir con el Consejo de Magos.
Sin embargo, una repentina Erza que gritaba: Natsu desapareció, acompañada de una vista rápida antes de salir hacia el tablón de misiones rango S, fueron suficientes para salir a buscar al mocoso.

Bien, dime mocosa, tienes nombré? –Pregunte con amabilidad, mientras hacia una expresión que a palabras de Natsu parecía de Abuelo.

Final de Perspectiva Makarov.

Me llamo, Dimaria Yesta. –Dijo la niña en un tono algo inseguro y temeroso, no es que tuviera miedo pero un anciano cargando a un niño inconsciente, no era una buena señal, con algo de miedo levanto la mirada y disculpa a hacer su pregunta alzó la voz para hablar.– Disculpe, usted conoce Fairy Tail!?

El anciano, solo sonrió y empezó a caminar pasando por un lado de ella mientras reía de forma extraña, al parecer ella había dicho algo gracioso.

Sabía que no eras de Magnolia, pero no pensar que no me conoces.–El solo soltaría un leve suspiró triste, parecía triste de que no lo reconocieran. ¿Cómo no lo conocerían? Era maestro de Fairy Tail, un mago santo y siempre hacia actuaciones ridículas durante Fantasía, era el ridículo maestro de Fairy Tail.– Mi nombre es Makarov Dreyar, soy el maestro de Fairy Tail.

La chica sólo vio como el anciano le daba una sonrisa llena de alegría y cariño, era la primera vez desde que ella tenía memoria que veía a alguien sonreírle de esa forma.
Ella sólo bajo la mirada, no sabía por qué, pero aquella sonrisa la hacía sentir bien, como si todo su malestar se fuera, como si estuviera en casa.
El anciano conocido como Makarov, comenzó a caminar hacia la ciudad, hasta que al dar unos cuantos pasos se detuvo, giro su cabeza y miro a aquella chica de cabello dorado.

Que pasa niña, no vienes? –Pregunto, mientras sostenía su mirada en aquella chica.

Eh? A dónde? –Ella levanto la mirada, encontrado a aquél anciano que la seguía viendo con aquella sonrisa, no parecía querer desaparecer en ningún momento.

Cómo que a dónde? Pues a Fairy Tail.–La sonrisa de Makarov solo se amplió, mientras la chica sólo se quedó sorprendida mientras que unas pequeñas lágrimas salían de sus ojos.

Eh? Por qué...–Ella solo llevo sus manos hacia sus mejillas, sintiendo la humedad de sus lágrimas sólo pudo quedarse impresionada, mientras varias preguntas surgían en su mente: ¿Por que estaba llorando? ¿Acaso alguna vez había llorado en el pasado? ¿Por que ahora que todo parecía lleno de luz?.

En eso se escuchó un leve quejido, una voz algo infantil empezó a hacerse notar entre ella y el maestro de Fairy Tail, esa voz era de aquel chico de cabello rosado, este seguía en la mano gigante de Makarov, el chico algo perdido comenzó a mirar hacia todos lados, hasta que su mirada se encontró con una chica de ojos dorados, aquellos ojos llenos de lágrimas, con una mirada un tanto intranquila le pidió a Makarov que lo bajara, este solo acepto para bajar al niño, sin pensarlo ni un minuto el se dirigió hacia aquella chica.
Dirigiendo su mano hacia sus mejillas, limpiando las lágrimas que caían.

Oye Natsu, que opinas de que se una a Fairy Tail?–Pregunto Makarov alzando ligeramente la voz, Natsu solo volteó hacia el anciano.

Es enserio, abuelo!?–El sólo sonrió al recibir un asentamiento de parte de Makarov, después volteó hacia Dimaria y la tomo de la muñeca.– ¡Que estamos esperando, vamos a Fairy Tail!

La chica sólo levanto la mirada sorprendida, en cuestión de minutos le habían mostrado más alegría y afectó que en toda su vida.
Por un lado recibió una sonrisa, paterna llena de afecto y compasión, una sonrisa que transmitía una sensación de seguridad y entendimiento, una sonrisa que le decía: Todo estará bien.
Y por el otro lado, este chico de cabello rosado le había dado una sonrisa llena de alegría, una sonrisa que representaba el sol mismo, era como si todo el lugar se hubiera alegrado de golpe, aquella sonrisa con unos ligero colmillos del chico, había superado la sonrisa de aquel anciano.
Esta sonrisa le decía:
Estás en casa.

Ella se quedó pasmada, si pensara en lo ocurrido hace una semana, todos en Fairy Tail eran unos monstruos que destruían todo a su pasó, pero al llegar al hogar de aquellas hadas, ahora pensaba todo lo contrario.
Recordando aquel momento, pudo recordar las palabras que aquel anciano de cabello naranja les había dicho a todos los niños que eran esclavo junto a ella.

Flash Back.

Ah, maldición... No debieron molestarme mientras trataba de conseguir compañía esta noche, esto es su culpa entienden? –Aquel señor de pelo naranja, se encontraba sobre una pila de cuerpo, todos y cada uno de ellos estaban golpeados e inconscientes.

Todo a su alrededor se encontraba destruido, aquel edificio ahora eran escombros.
El sujeto, simplemente comenzó a mirar hacia todos lados, viendo unas jaulas se levantó y comenzó a bajar de aquella pila de cuerpo que se hizo debido a él.
El sólo camino, y cuando se alejo lo suficiente de aquellos sujetos se escuchó un leve quejido proveniente del maestro del gremio oscuro.

Maldito Fairy Tail, me las van a pagar.–Esto fue dicho con sus últimas fuerzas, para después quedar inconsciente. Siendo sinceros costaba tomarlo enserio con toda esa cara llena de golpes e inflamada que tenía.

El mago sólo vio la jaula llena de niños ante el, teniendo más de 30 niños entre 6 y 10 años que apenas cabían en dicha jaula, sin pensarlo tocó la jaula sin tomar un segundo apenas tuvo contacto está con la mano del mago, desapareció enteramente como si nunca hubiera estado ahí.

Listo, mocosos. –El señor solo sonrió de forma alegré, una sonrisa paternal y tranquilizadora ante la mirada de los niños, que varios de ellos comenzaron a llorar al recibir, el mago sólo se agachó quedando a una altura comparable a los niños, tomando la cadena que los unía a todos con grilletes en sus tobillos y muñecas, este sólo la apretó con algo de fuerza para que desapareciera en toda su extensión para después levantar la mirada y observar a los niños.– Ahora todo estará bien, pueden ir a casa.

Fin del Flash Back.

La chica comenzó a caminar mientras, Natsu la seguía tomando de la mano, detrás de ellos iba un Makarov sonriente que sólo cuidaba a la distancia de que Natsu no hiciera ninguna estupidez, al cabo de uno minutos se pudo apreciar un edificio algo rústico, con una bandera naranja en el centro, con el símbolo del gremio de color blanco.
El chico de rosa soltó la muñeca de Dimaria y sólo camino hacia la puerta, y empujándola con todas sus fuerzas se abrió de golpe.

¡Estamos en casa! –grito recibiendo la atención por parte de todos los gremios, los adultos solo sonrieron y le dieron la bienvenida al chico, mientras que unos niños de la edad de Natsu y Dimaria rodeaban al chico.

Cierra la boca chicle, pensé que irías a una misión ¿A casó te dio miedo y regresaste llorando? –Comento un chico de cabello negro, y que extrañamente no tenía ropa, si este chico es Gray Fullbuster.

Gray, tu ropa... Tu ropa, no está. –Esto fue dicho por una chica de cabello castaño, algo tímida que traía un vestido puesto, está tierna niña era Cana Alberona.

Natsu, Bienvenido! – Esto fue dicho por una pequeña niña de cabello corto de color blanco, su nombre es Lissana Strauss.

Ahhh... Lissana, no levantes la voz. –Esto fue dicho por un nada varonil, Elfman Strauss. El cual estaba preocupado por no molestar a nadie.

¡Natsu! ¿Que te he dicho de tomar misiones del segundo piso? –Grito una joven caballero, con una armadura y cabello de color rojo.

¿Que debería hacerlo sin que nadie se de cuenta? – Preguntó el chico de cabello rosado algo tranquilo, mientras llevaba sus brazos atrás de su cabeza.

¿Que? Yo nunca te he dicho eso, Natsu. –Una segunda Erza apareció, al lado de la primera.

Mirajane! Debí suponer que tú le dijiste eso a Natsu, deja de tomar mi apariencia, maldita bruja! –Erza simplemente tomo de la cabeza a la otra "Erza", una vez la tomo la apariencia de la segunda Erza se hizo la de una chica peliblanca de cabello largo con ropa negra algo sugerente para su edad.

Cierra la boca, maldita. Yo puedo hacer lo que quiera con Natsu! – Grito la peliblanca conocida como Mirajane Strauss, la mayor de los hermanos Strauss.

Toda esta escena era vista por Dimaria, ella veía como Natsu y Gray golpeaban sus frentes como si se fueran a besar, claro lo hacían con intenciones de intimidar al otro, pero no comprendía por qué lo hacían de esa forma.
Luego dirigió su mirada hacia las chicas que de igual forma "peleaban" jalando el cabello la una de la otro, ciertamente era más pelea que la de Natsu y Gray, pero la dejaba algo ¿Insatisfecha?

Esto es Fairy Tail, mocosa. – El anciano solo sonrió mientras se ponía al lado de la chica recién llegada al gremio, después pondría su mano sobre su hombro.– Este es tu hogar, si tú quieres podemos ser tu familia.

Cómo si fuera arte de magia, todos dejaron de hacer ruido o de pelear, para mirar a la chica.
Todos comenzaron a sonreír, algunos con una sonrisa ligera en sus labios, mientras que otros mostraban una sonrisa abierta ante la chica.
Dimaria algo extrañada miro hacia todos lados ,viendo la sonrisa de cada miembro de Fairy Tail.
Justo enfrente de todos se encontraba aquel chico de cabello rosado, este le dió una sonrisa que ante sus propios ojos parecía darle un resplandor al chico.

Ah! Cierto! No me presenté! – Natsu alzó la voz, recordando caminó hacia la chica con la misma sonrisa mientras tomaba sus manos con las suyas.– Soy Natsu, Natsu Dragneel, Bienvenida a Fairy Tail!

Dimaria sólo vio las acciones de aquel chico, y con una tranquilidad en su corazón le devolvió la sonrisa, una sonrisa cargada de agradecimiento.
Agradecimiento hacia el gremio enteró, hacia aquél mago que la salvó, hacia el maestro, hacia aquel chico, hacia cada miembro.

-

Ugh! Al fin actualicé está mierda, realmente no supe que pedo.
Bueno, espero les haya gustado y de verdad no esperen mucho de mí, no soy un gran escritor ni mucho menos alguien que tenga una percepción de la responsabilidad cómo para actualizar diariamente.
Así que actualizaré cuando tenga la posibilidad.

En fin, recordando que los primeros 4 o 5 capítulos serán una pequeña introducción de la vida infantil de Dimaria en Fairy Tail, si tienen dudas pregunten o vayan a las aclaraciones.
Bueno, hasta la próxima