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Capítulo 4 Inicios

El camino de regreso al cenote fue silencioso pues Donají iba perdida en sus pensamientos debatiéndose en su moral, cuestionandose si lo que había hecho estaba bien o si en algún punto el poder que sintió la haría perder su humanidad. De pronto el recuerdo su familia se filtró en su pensamiento dejándola inmóvil en medio de la selva con un vacío en el estómago, nadie sabía dónde estaba o si seguía con vida, y ella tampoco sabía si regresaría.
La pena surgio al pensar que su familia y amigos la estuvieran buscando o que Iván se sintiera culpable de su desaparición pues fue él quien la había llevado hasta ahí y no la acompañó en la expedición por quedarse trabajando en su proyecto; él era como su hermano mayor desde hace años pues siempre estaban juntos apoyándose en sus decisiones, creciendo.

-Debo volver- susurró casi imperceptiblemente cabizbaja.

-¿A dónde?- preguntó Yum volteando a verla mientras está levantaba la mirada

-Desaparecí hace días así que de seguro me han de estar buscando- le respondió seriamente causando confusión en el Dios, -Mi familia debe estar preocupada por mí- explicó.

El silencio se apoderó de ese momento pues la chica esperaba una respuesta mientras el ser desviaba la mirada.

-Entonces espera a que te den por muerta- habló con seriedad siguiendo su camino.

-¿Cómo?- cuestionó sin creer las palabras de Yum soltando una risa nerviosa.

-Si quieres que tú nueva vida sea más fácil aléjate de tus seres queridos- le respondía el dios algo cabizbajo rodeando el ambiente de segundos silenciosos que lo llevo a devolver la vista a la joven, -Algo que he aprendido de los humanos es que los lazos te atan, y así como te pueden impulsar a ganar grandes batallas pueden ser tú perdición pues jamás puedes protegerlos completamente; es más sencillo si solo debes cuidarte a ti- puntualizó dejando a Donají reflexionando entre diversos sentimientos y ningún pensamiento claro, entendía lo que Yum trataba de hacerle ver pero no quería dejar su vida pasada: su familia, sus recuerdos, sus sueños y sus metas ya no serían nada, su lucha día a día por crecer y vivir mejor ya no tendría sentido.

Donají siguió caminando en silencio detrás de Yum pensando que en algún momento volvería a tocar el tema pues no estabas completamente segura de abandonar su vida, de pronto y sin darse cuenta noto que ya estaban en el cenote.

-El día aún es joven así que comenzaremos con tu entrenamiento liberando tu cabeza de los pensamientos- habló tranquilamente paseandose por el lugar para repente acercarse velozmente hasta donde estaba Donají tomándola del cuello y sometiéndola contra el suelo raspando con fuerza su cara en la tierra, —Siempre debes concentrarte y estar alerta, nunca sabes cuándo llegará el peligro- le decía al oído antes de ponerse de pie, -Sí estás distraída de lo que sucede a tu alrededor perderás la batalla-.

Donají extrañada y adolorida comenzaba a levantarse cuando fue nuevamente sometida contra el suelo sacándole el aire de los pulmones por la fuerza sobre ella.

-Sigues distraída, ¡Levántate!- gritaba el Dios amenazante tomado distancia de la chica mientras está nuevamente se ponía de pie tosiendo escandalosamente mientras un sentimiento de furia comenzaba a crecer mostrándose a través de la mirada.

Con un bufido feroz el Dios corrió en dirección de su contrincante tomando impulso dando un enorme salto apuntando su codo contra la cabeza de su oponente esperando su caída final, pero fue evadido por unos centímetros cambiando su ataque al momento de tocar el suelo arrodillandola dejando su cuello expuesto jalandola del cabello.

-En este momento mi daga te habría liberado de tu sufrimiento- dijo en tono de burla tomando distancia e incrementando la frustración de la chica que sin pensarlo atacó ferozmente terminando de nuevo en el suelo, —La furia te impulsa pero no me ganarás con ella—.

—Y que debería hacer, ¿Someterme ante ti?— Exclamaba riendo molestamente sacándola una sonrisa al Dios.

—Si llegas a ganarme te dejaré vivir tu doble vida— propuso sonriendo pues estaba seguro de que no sucedería.

En ese momento los sentimientos de Donají se mezclaron: estaba molesta por la golpiza que recibía, sorprendida por la propuesta y furiosa porque sabía que no le ganaría y por eso lo decía. Sin otra opción se limpió la comisura izquierda de sus labios que sonreían maliciosamente mientras adoptaba una pose de defensa ocasionando de nuevo la sonrisa juguetona de Yum quien la siguió comenzando a caminar alrededor de la joven quien lo miraba con atención.

—Tanto te preocupa tu antigua vida que estás dispuesta a sufrir por ella— exclamaba Yum ansioso observando a Donají como si de una presa se tratara, esperando el momento adecuado para atacar, —¿Qué crees que diría tu familia si se enteraran que te acostaste con un traficante?—.

Al escuchar estás últimas palabras los ojos de la jóven se abrieron completamente en sopresa dando paso al ataque de Yum quien sin pensarlo dos veces se acercó velozmente de frente dirigiendo un golpe directo al rostro que nadie podría evitar dejándolo en un estado de inconsciencia, sin embargo fue esquivado y aprovechado pues Donají se montó en él aprisionado su cuello y llevándolo al suelo ejerciendo cada vez más fuerza dejando ver ligeramente un conjunto de venas brotar de su cara mientras atacaba los costados de la joven quien terminó cediendo ante el dolor en sus costillas separándose rápidamente, sorprendido no dejó segundos pasar pues fue directamente a ella haciendo un repentino movimiento que desconcertó a la chica dejándola vulnerable y presa de sus garras, así continuo la pelea dejando ver a un ser dominante sobre otro que apenas podía escapar y resistir.

El sudor escurría del rostro de Donají entrando en sus ojos mientras su contrincante se miraba fresco y sonriente, sin más estrategias para tratar de ganar o fuerzas corrió hacia él de frente siendo esquivada fácilmente para después ser sometida aprisionando su brazo por detrás de su cuerpo a punto de romperse.

—Puedes rendirte, no sería la primera vez— le proponía burlonamente Yum sin soltarla empujándola poco a poco hacia el suelo aumentando su dolor.

Donají no podía hablar de la rabia y el esfuerzo pero en sus planes no estaba el rendirse ante alguien que la tratara de esa forma, sin embargo su cuerpo la traicionó cuando un gran crujido se escuchó. El brazo de la joven terminó dislocado y fracturado dejando escapar un grito desgarrador que recorrió toda la selva dejándola sollozante de dolor, enojada y triste; en ese momento el Yum despiadado desapareció regresando aquel ser apaciguador y amable de antes quien la tomó cuidadosamente acariciando su mejilla para después ir bajando poco a poco hacia su hombro el cual acomodó sin previo aviso, sin detenerse ahí continuo bajando por su brazo entre suaves caricias hasta la fractura sujetándola con ambas manos y acomodandola sin que ella hiciera un solo gesto o sintiera dolor pues él se lo estaba quitando.

—Esperemos que no te duela mucho, descansa un poco— le decía llevándola hasta el agua dónde la dejó flotando por unas horas para reponerse.

Cuando Donají despertó su cuerpo estaba completamente adolorido y hambriento. Al salir del cenote se topó con la mesa de piedra llena de carne, maíz y frutas saciando su voraz hambre con las fuerzas que tenía.

—Entonces... Trataras de convencerme— exhaló el Dios desde el cenote comiendo pitahayas.

—Por supuesto— exclamó Donají inmediatamente con una sonrisa regresando al agua dónde poco a poco se fue sumergiendo.

Ambos cuerpos descansaban sobre la superficie del agua mientras pequeños pececillos nadaban a sus alrededores provocando cosquilleo en la Joven quien sonreía hacia el cielo mientras era observada entre sonrisas. El agua le daba a la chica una sensación de paz inmensa y frescura aliviando con el paso del tiempo todo rastro de la pelea minimizando sus marcas en la piel.

—Si pudiera ocultar mi identidad ante el mundo podría vivir mi vida y cumplir mis tareas— musitaba mientras dirigía su mirada a Yum quien seguía observándola.

—¿Cómo lograrías eso?— cuestionaba el ser regresando su mirada al cielo.

—Que tal si me disfrazó y vago entre el bullicio y la cotidianidad de la vida humana, ya sabes mantener un buen perfil bajo sin llamar la atención— contestaba dejando de flotar mirando fijamente a Yum esperando la réplica de su idea.

—Te mencione que cómo primer tarea debías ayudarme a liberar está selva— decía adoptando la misma posición que ella, —Sí te vas ¿Cómo sabré que regresarás a cumplirlo?— manifestó seriamente dejando a la joven pensante mientras él salía del agua.

—Supongo que tendrás que confiar en mí— le respondió con calidez y una sonrisa.

—Supongo que sí— susurro pensante, —Pero antes de tomar una desición debemos hablar de tus habilidades—.

Donají rápidamente salió del agua sentándose sobre las hojas en la que dormía atenta a lo que el dios diría mientras exprimia su cabello.

—Como has visto se te han regalado grandes habilidades, sin embargo, es probable que algunas cambien, desaparezcan o surjan nuevas ya que estas se adaptan al receptor— explicaba seriamente mientras la joven se recostaba sin dejarlo de ver, —Dicho esto tu deber será conocer y desarrollar estás habilidades para aprovecharlas en tus técnicas de combate y defensa—.

—¿No crees que esto me da superioridad en batalla contra las otras personas?— cuestionó dando un gran bostezo.

—Te sorprendería lo que simples humanos pueden hacer cuando se unen— dijo mirando la nada pro un segundo, —Además, no eres el único ser que posee habilidades. Estás han existido desde el inicio de la vida presentándose como parte de la supervivencia de las especies, sin embargo, actualmente se han visto disminuidas debido a la vida que se lleva actualmente—.

—Espera, espera. Me estás diciendo que los cómics y las películas de ficción son reales— preguntaba asombrada sentándose rápidamente de dónde yacía acostada.

—¿Qué son cómics y películas de ficción— inquirió curioso levantando una ceja ante la nueva palabra.

—Ah, pues...— pensaba Donají tratando de formar una definición, —Creo que podría considerarse como relatos que se consideren imposibles de suceder, son fantasiosos con personas o seres con poderes o habilidades fuera de lo "común"— finalizó observando la cara del hombre que trataba de entender lo que ella describía.

—Entonces supongo que sí— arrimaba sin entender completamente lo que le explicaba. —Bueno, estas pocas personas que llegaron a desarrollarse tuvieron que ocultarlo pues el miedo a lo desconocido lo hizo el objetivo de los pueblos generando grandes tragedias; por ejemplo, las Brujas, personas con inteligencia sobresaliente que llamaron después científicos, animales sorprendentes, entre otros seres incomprendidos que fueron cazados y asesinados por miedo... Sí algunas de estas personas se juntarán y decidieran arremeter contra ti sería un peligro por lo que debes estar preparada para todo—.

Las horas pasaron rápidamente entre la charla. El día se tornó de noche y poco a poco Donají cayó rendida ante el sueño profundo y la relajante brisa.

—Despierta mi bella Itzia— escuchaba la joven entre sueños hasta que abrió los ojos topándose con el rostro de Yum iluminado por la luz del sol. —Debes levantarte, hay hombres cerca del paso turístico hacia el este, ellos te ayudarán a volver con tu grupo dandote una cuartada— le explicaba el plan mientras ella se ponía de pie alegremente. —Recuerda que dependo de ti— le susurró al oído cuando la joven lo abrazó.

—Regresaré, lo prometo— pactó con una sonrisa de oreja a oreja sujetando las manos de Yum.

—Tambien recuerda que debes ser precavida con tus habilidades, controlarlas y regularlas para no levantar sospechas— le decía el Dios besando sus manos ansiosas en las que dejó un colgante tallado de obsidiana verde que asemejaba una hoja perforada por un gran círculo perfecto en el centro de está, —Cuidado por favor— finalizó soltandola cariñosamente en la dirección indicada.

Mientras Donají corría fuera del cenote podía escuchar muy a lo lejos lo imperceptible por cualquier humano común; un grupo de turistas divirtiéndose en una expedición, esto la emocionó más apretando el paso velozmente corriendo a través de kilómetros y kilómetros de selva mientras el colgante saltaba de su pecho con cada zancada que daba hasta que por fin logro estar a unos metros de ellos. Escondiéndose entre los arbustos poco a poco fue calmandose ideando un plan para acercarse hasta que sin pensarlo más caminó trabajosamente en su dirección con los ojos cristalinos, sudor excesivo y tierra en todos lados pidiendo ayuda para encontrar el camino de regreso a casa mostrandose angustiada.

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