Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 18 Rastros de un supuesto amor

~Los días pasan volando cuando ansías conocer el mundo~

Los días parecían apresurarse ante la despedida inminente de Donají. Su trabajo diurno y nocturno continuó con normalidad, sus pocas relaciones la invitaban a salir lo más que podían a celebrar su encuentro y despedida mientras Daniel seguía tratándola con indiferencia y bufonizmo como una forma de hacer menos dolorosa su partida pues sin querer terminó reenamorándose de la que alguna vez lo quiso.

- ¿Aún no sabes cuándo te irás? - preguntaba con seriedad escondiendo su tristeza sin mostrar ninguna emoción aparente.

-Salgo mañana a medio día- respondió de la misma forma sin dejar de barrer la jaula o voltear a verlo pues ya estaba fastidiada de su actitud.

- ¿Saldrías conmigo hoy? - exclamó por fin mirando el suelo siendo consciente de como la había tratado en estos días, esperando un inminente rechazo sumado a esos segundos de silencio incómodo que solo agrandaba su angustia.

- ¿Por qué lo haría? - cuestionó volteando hacia donde él estaba con una mirada indiferente que golpeó fuertemente el corazón del hombre mientras el nerviosismo aumentaba pues ella caminaba en su dirección buscando el recogedor, pasando de largo sin observar su presencia.

-No tienes por qué hacerlo- habló por fin al verla pasar dejando escapar un suspiro, -Pero necesito una amiga-.

Al escuchar estas palabras sintió un pequeño nudo en el estómago, comprendía lo que es sentirse sola rodeada de personas; una sensación desagradable de vacío y soledad que te carcome lentamente desmoronándote desde el interior hasta quedar en una carcasa vacía que vaga por el mundo sin poder ser nada.

- ¿A dónde iremos? - preguntó volteando a la nada para después mirarlo a los ojos con un poco de tristeza en ellos.

-Tu elije, yo te sigo- expresó dejando salir una pequeña sonrisa de felicidad apenas perceptible.

Ambos salieron después del trabajo a cenar mostrándose cohibidos uno del otro, las palabras raramente salían de sus bocas, el nerviosismo se manifestaba en él mientras la confusión se hacía presente en ella y así acabaron de comer, ahogándose con los alimentos para evitar conversar profundamente, mirando a todos lados para evitar la incomodidad del contacto visual.

- ¿Quieres ir a otro lado? - preguntó Daniel fuera del restaurante mirándola de lado con las manos en los bolsillos.

-Ah, yo creo...- alcanzo a responder cuando fue interrumpida por José quién la saludaba desde el otro lado de la calle acercándose a ellos.

- ¡Donají!. Te estábamos buscando pequeña escurridiza, es tu última noche y debemos ir a bailar antes de que te alejes de mi vida- dramatizada el recién llegado sin percatarse de Daniel hasta tenerlo de frente, -Ah, buenas noches- saludó sorprendido para después voltear hacia la chica buscando una respuesta.

- ¿A dónde quieren ir? - desvío la atención de la pregunta mental de su amigo.

- ¿Qué te parece a Buena vida? El ambiente lo es todo en ese lugar- exclamó entusiasmado siguiéndole la corriente mientras la joven asentía.

- ¿Quieres ir con nosotros? - preguntó en dirección a Daniel mientras José negaba ligeramente con la cabeza fuera de la vista del otro.

-Sabes que bailar no se me da- rió apenado sobándose la nuca mientras José reía detrás.

-Yo me adelanto un poco, los otros están llegando- informó retirándose del lugar bailando con la música de los lugares cercanos.

-No tienes que hacerlo- comentó encogiendo los hombros, -O puedes ir a descansar, ¿No es muy tarde para que estés fuera de tu cama? - se burlaba de él tratándolo como un niño sonriéndole mientras caminaba hacia atrás y se daba media vuelta en la dirección acordada.

-Que grosera eres- se reía con ella siguiéndole los pasos y a unas cuantas cuadras ya estaban entrando al lugar.

La noche apenas comenzaba para sus amigos y compañeros quienes brindaban como siempre al fondo del lugar cerca de la pista pues ya con alcohol en la sangre se paraban a bailar entre ellos y con quién se acercara.

Todos se sorprendieron al ver a Daniel en ese lugar, algunos se alegraban de convivir con su jefe inmediato mientras que otros se incomodaban por su presencia, pero esto no detuvo la fiesta grupal pues entre todos comenzaron a platicar y beber dejando de lado el trabajo y las diferencias. Por eso de la una de la madrugada la pista de baile era dominada por la mesa pues la mayoría estaba bailando mientras que unos pocos se quedaban sentados bebiendo y observando, entre ellos Daniel y Franco quienes de repente buscaban a Donají con la mirada entre la multitud.

Franco terminó de un solo trago su vaso y se paró de su lugar caminando hacia los demás acercándose por detrás hacia la joven, tocándole el hombro para llamar su atención.

- ¿Bailas conmigo? - se atrevió a decir después de estar pensándolo por un gran rato mientras bebía ron en la mesa.

-Claro- respondió ella tomando sus manos y acercándose a él para bailar.

La mirada de Daniel cambio completamente de alegría a seriedad al ver está nueva pareja de baile pues la felicidad que desprendían ambos era algo que él no tenía y envidiaba, una expresión muy fácil de reconocer que hasta los que hablaban con él lo mataron y rieron. Cuando inicio la siguiente canción se paró de su asiento dirigiéndose a la pista cerca de donde la pareja estaba, pero fue interceptado por una chica que lo sacó a bailar sin poder negarse pues no quería parecer desesperado por acercarse a Donají. Al cabo de unas piezas se despidió de su pareja buscando a la chica con la mirada entre la multitud, dándose cuenta de que al fin estaba sin pareja bailando con todos por lo que se acercó al grupo buscando cumplir su meta: tenerla entre sus brazos.

La música variaba en géneros, salsa merengue, reguetón y otros estilos se escuchaban complaciendo a todos los presentes que bailaban en grupos parejas o solos disfrutando del sonido y la locura de una noche bañada en alcohol.

Al sonar el rock and roll solicitado por el grupo de amigos Donají abrió paso en la pista y Daniel aprovecho la ocasión para revivir sus viejos encuentros tomándola del brazo hasta el centro del lugar, dirigiendo a la joven y el baile al son de "Great balls of fire", captando la atención de todos los presentes y obteniendo por fin su momento con la chica que tanto esperaba.

—Aun te amo— susurró entre la estruendosa música siendo casi imperceptible para el oído común.

— ¿Qué? — preguntó cómo si no hubiera escuchado nada mientras bailaba a lo que el hombre sonrió y la enredo entre sus brazos dándole un beso en la frente para después desenrollarla al ritmo de la música.

La madrugada transcurrió entre risas, más baile y charlas agradables, sin duda una noche que Donají recordaría con cariño pues el aprecio y la alegría que sintió en ese momento era único para ella desapareciendo la incomodidad y el desagrado que había sentido por Daniel, era como si las últimas semanas hubieran sido irrelevantes para esa noche, como si todo hubiera quedado atrás en un mal sueño.

Sin darse cuenta el alcohol dominaba sus pensamientos y la desinhibía haciéndola caer en el encanto de Daniel que parecía aprovecharse de la situación para besarla. Un beso lento que hizo que todo el sonido se volviera lejano y el ambiente ligero dejando una sonrisa en la chica al despegar los labios del otro. Un beso que no pudo detener.

Las cinco de la mañana marcaba el reloj mientras dos cuerpos batallaban con las ropas del otro en un intento desesperado por quedar desnudos. El calor que ambos producían hacía sudar sus cuerpos que desbordaban pasión, sus cabellos se entrelazaban con los dedos del otro mientras sus bocas húmedas chocaban entre sí. Daniel la conocía a la perfección en ese aspecto, sabía que le gustaba y que la mataba de excitación, pronto comenzó a morder delicadamente el cuello de Donají provocando los pequeños gemidos de su boca mientras su espalda se arqueaba ligeramente y estrujaba las sábanas entre sus dedos deseando el pico final de la excitación que apenas comenzaba.

Tomando el cabello de Daniel entre sus dedos comenzó a dirigirlo por el camino de su cuello hasta sus senos agitando cada vez más su respiración pues este no planeaba detenerse ahí así que prosiguió bajando hasta su estómago dejando pequeños besos en el camino que mataban internamente la mente de la joven deseando que bajara un poco más.

Al verla llena de deseo la sonrisa de Daniel no se hizo esperar, lo excitaba volverla loca, sentir que en ese momento él era todo lo que ella deseaba. Sin hacerla esperar dio la primera lamida entre sus piernas provocando el estiramiento de todo el cuerpo de la joven. Poco a poco comenzó a repetir está acción subiendo un poco más la velocidad y la fuerza mientras el interior de Donají ardía de placer. Será su salvajismo, el calor del momento o los tragos de más, pero la joven estaba lista para ponerse sobre él y hacerlo venir.

Daniel comenzó a estrujar las piernas que lo rodeaban para después abrirlas un poco más, deslizando su mano entre ellas hasta la entrada vaginal de la chica que se retorcía entre su sudor.

—Sigues mojándote igual— comentó observando la vulva frente a él, —Me encantas— sonrió mirándola a los ojos

Cuando sus dedos entraron los gemidos más excitantes salieron y en cuestión de minutos podíamos observar a una joven retorcerse de placer pues el orgasmo la había alcanzado y dominado.

A los segundos de haber acabado estaba lista para continuar, sus ojos ardían en deseo y sus manos se abrían camino ante él. Tomó a Daniel de los brazos y lo acostó en la cama acariciando sus piernas en el proceso, mirándolo a los ojos subió con sus manos lentamente desde las rodillas hasta su pelvis donde plantó pequeños pero profundos besos, continuo su camino de besos y chupetones hacia arriba hasta llegar al cuello el cuál lamió con tanto deseo y pasión como si este fuera su Dulce favorito y ella una niña en Halloween. Las mordidas se hicieron presentes excitando a Daniel que esperaba ansioso el contacto de su pene con sus bellos labios mientras ella bajaba lentamente lamiendo sus pezones en el proceso y estrujando su cuerpo con sus manos.

—No te recordaba tan dócil— exclamó coquetamente cuando estaba a punto de lamer el glande que comenzaba a sobresalir mientras el prepucio bajaba con la creciente erección del hombre.

Estas palabras lo volvieron loco dándole unas enormes ganas de tomarla y penetrarla con todas sus fuerzas, pero cuando quiso reaccionar Donají sujetó sus manos e introdujo su pene en su boca lamiendo su glande internamente. La saliva sobraba en ese acto al igual que el deseo por más, pero Daniel no podía moverse.

Poco a poco fue succionando cada vez más profundo el miembro frente a ella llegando primero a su paladar, luego hasta su campanilla y al final hasta su garganta regalándole una de las mejores sensaciones del mundo. Cuando sintió que estaba a punto de venirse la detuvo rápidamente, Donají sin entender que pasaba paró de inmediato chorreando de saliva como un cachorro que esperaba indicaciones para continuar. Daniel la tomó de la nuca y le dio un rico beso mientras la acostaba besando y mordiendo su cuello hasta su oído.

—Aun no planeo venirme— le susurro lleno de lujuria lamiendo su oreja provocando un escalofrío en la joven que le erizó la piel.

El sol apenas comenzaba a hacer presencia por las ventanas de aquel lugar mientras dos cuerpos con las piernas entrelazadas dormían pacíficamente después de una noche llena de deseo. Todo era tan pacífico y cálido hasta que el ruido de un celular levantó a Donají de su sueño, ella aún adormilada atendió sin decir ninguna palabra mientras del otro lado de la línea una voz de mujer hablaba.

—Hola Dan, yo solo quería decirte que estoy en el hospital por mi prueba y... — se escuchó un pequeño silencio que transmitía angustia para la joven que comenzaba a aguantar las lágrimas, —Tengo casi 2 meses de embarazo— susurró tragando saliva mientras Donají al otro lado del teléfono se quedaba congelada mirando la nada pues no esperaba esa llamada, es decir, ni siquiera era su teléfono.

—Daniel, tienes que contestar— habló por fin moviéndolo sin poder verle.

— ¿Que sucede? — despertó adormilado mientras la joven a su lado le extendía la mano con su teléfono mientras una voz salía de este.

— ¿Dan?... ¿Dani? ¿Eres tú? — exclamaba confundida la voz tras el móvil.

Al escuchar la voz Daniel abrió los ojos sorprendido y tomo el teléfono rápidamente mientras Donají se levantaba de la cama y se vestía lista para salir de ese lugar.

— ¿A dónde vas? — llamaba su acompañante al escucharla vestirse.

—Tengo una maleta que alistar— comentó cortante abrochándose los pantalones.

— ¿Te irás? — preguntó asombrado pues creía que después de esa noche ella se quedaría.

—Tienes cosas más importantes en qué pensar— exclamó evitando su mirada a toda costa mientras tomaba su mochila para irse, pero en el camino fue sujetada del brazo.

—Puedo explicarlo— trató de calmarla, —Ella no significa nada para mí, le diré que lo aborte lo más pronto posible— habló desesperadamente apretando el brazo de la chica.

—Tú no sabes si ella quiera hacerlo o no— exclamó molesta por el comentario, — ¿No estabas hablando con ella? Es probable que esté asustada y confundida—.

—Como dije ella no me importa— respondió con una ligera sonrisa buscando abrazarla, pero está se negó rotundamente mostrando una cara de asombro y molestia por sus comentarios.

—No recordaba que tan imbécil eras— tomó su celular de la mesa y se dirigió a la puerta, —Si no te importaba debiste cuidarte más— exclamó antes de cerrar la puerta.

Rápidamente salió de ese lugar sintiéndose una estúpida por olvidar la clase de persona que Daniel llegaba a ser. Cruzó la calle sin mirar atrás mientras una voz a lo lejos gritaba su nombre.

La sangre comenzaba a arderle, su mandíbula se tensaba al escucharlo y sus deseos de golpearlo comenzaban a ser una opción. Al escuchar los pasos tras ella se dio la media vuelta llegando hasta donde estaba Daniel en medio de la calle.

—Si tienes tantito respeto por tu hermana y padre irás con ella y la apoyaras en lo que decidas— exclamó presionando su pecho con su dedo índice varias veces.

— ¿Me obligarás a estar con ella? — le cuestionó tratando de hacerla sentir mal mientras algunos carros pitaban.

—No, quiero obligarte a hacerte responsable— respondió sinceramente, —No tienes que casarte con ella, pero si quiere tener al bebé debes apoyarla por respeto a la vida y tú falta de control— señaló con la furia sobre ella mientras los carros los rodeaban y los conductores maldecían.

—Y si ella no quiere ¿Estarás conmigo? — habló buscando una oportunidad a su lado.

—Si ella no quiere tenerlo debes estar ahí acompañándola hasta que acabe; en cuanto a nosotros, es sencillo— se dio media vuelta para marcharse, —Se acabó cuando me engañaste con el chico del bar y jugaste con ambos. Ten una buena vida Daniel—.

Donají se marchó dejando detrás a un hombre vacío que no podía pensar alguna forma de hacer que se quede, solo daban vueltas en su cabeza los pensamientos que ella había plantado mientras un sentimiento de soledad y arrepentimiento le llegaban.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro