Capítulo 5.
Capítulo 5.
Improviso.
Me encontraba temblando en mi lugar, él estaba delante mío, y se empezó a cercar mí, demasiado, me tomo de la cintura con la mano izquierda y con la derecha mi mentón, haciendo que lo mirase.
-Pequeña y dulce Camille....que puedo hacer contigo- decía sonriendo.
-Por favor, no, suéltame, y juro no decir nada- decía temblorosa.
El solo rodo los ojos- No me importan tus juramentos, estoy aburrido.- dijo con sus ojos fijos en los míos.
Yo solo empecé a llorar, era demasiado débil, yo era solo una humana y el un depredador.
-Eres demasiado débil, inocente- decía mirándome- y eso me encanta.
Después de haber dicho aquello, me beso, sus labios tenían un sabor a licor, eran suaves pero a la vez fogosos, con pasión, sentí que clavaba su colmillo en mi labio inferior y lo atraía hacia él, sentí mi sangre, y el la chupaba, eso me hizo jadear, estaba un poco asustada.
-Tal y como lo imagine. Tu primer beso- decía sonriéndome de lado.- Ahora. Olvidaras completamente todo lo que paso, solo recordaras que llegue yo y me puse a platicar contigo. Nada más- decía viendo fijamente mis ojos mientras sus pupilas se dilataban.
Reaccione, estaba sentada en la sala frente a la chimenea con el libro en mis manos, ¿me había quedado pensando acaso? Algo estaba extraño, me sentía extraña, no sé porque pero lleve mi mano derecha hacia mi boca, y un pequeño ardor trapazo mi labio interior.
-¿Tienes algo acaso en el labio Camille?- me pregunto Damon con la vista fija en el libro que tenía tomado entre su mano y pierna.
-Solo me arde un poco- comente.
Escuche el sonido de la puerta, y entraron Stefan y Elena, me puse de pie y fui a saludar a Elena, la cual miro fijamente a Damon.
-Tranquila no le hice nada, solo platicamos- decía Damon.- Ya no me tiene tanto miedo, ¿Verdad Camille?- Damon me miraba fijamente.
-Es cierto- dije sonriendo.
-Te traemos una bueno y mala noticia- decía Stefan- Alaric se fue a Manhattan unos días, por lo de tu custodia lo llamaron y se fue de inmediato no le dio tiempo de despedirse.- Stefan me miraba fijamente.
-¿No te ha dicho cuando vuelve?- pregunte.
-Dice que a lo mejor le toma unos cuantos días, pero por el momento te quedaras aquí, en una habitación. Si quieres vamos por tus cosas- dijo Stefan sacando las llaves de su pantalón.
-Déjalo hermano, acaban de llegar, yo la llevo- dijo Damon.
-¿Te sientes cómoda con eso Camille?- me pregunto Stefan,
-Si no hay ningún problema.-dije sonriendo.
-Entonces vamos- dijo Damon saliendo por la puerta, yo le seguí.
Nos subimos al auto, Damon manejaba muy rápido, más que la última vez, llegamos y yo enseguida me baje del auto.
-No tardes- me dijo desde el carro.
Yo solo rodé los ojos, pero escuche que Damon salía del auto.
-Mejor te acompaño- dijo entrando.
Empezamos a subir y sentí que casi me caía, pero el brazo de Damon lo impidió.
-Eres un poco torpe- me dijo viéndome directamente.
-No pedí que me sostuvieras- dije a la defensiva.
-Eres demasiado maleducada. Deberían de darte unas nalgadas, pero no te preocupes cariño, ya estaré yo para hacerlo- me susurro en el oído.
Aquello me hizo sonrojar, así que intente ignorarlo y me dispuse a entrar, tome algo de ropa, el entro a mi dormitorio abrió un cajón y de allí saco unas bragas negras de encaje.
-Lleva estas- dijo sonriéndome.
-Deja eso allí.- le arrebate mi ropa interior.
El solo rodó los ojos, tome mi pequeña maleta-bolsa y salí de mi habitación, el me seguía por detrás.
En todo el trascurso del camino ninguno de los dos hablamos, yo solo me dispuse a ver por la ventana. Cuando llegamos ambos bajamos, y el abrió la puerta.
-Qué bueno que no se tardaron, encargamos comida china- dijo Stefan sonriendo.
-Deja le doy una habitación- dijo Damon.
Ambos subimos, tenía mucha hambre, mis pensamientos en comida fueron interrumpidos por Damon.
-Esta es mi habitación. Está disponible para ti las 24 horas del día los 7 días de la semana. Conmigo incluido claro- dijo con un susurro en mi oído.
-Piérdete- le dije.
-Esta es la tuya- abrió una puerta enfrente de la suya, la recámara era grande, con una cama a lado derecho grande, matrimonial se podría decir, a cada lado una mesa de noche, enfrente se posaba un puerta que era el baño, y a lado de dicha puerta un gran closet. El color de los muebles era de un café oscuro, y el baño era blanco.
-Está muy hermosa, gracias.- le dije dándole una pequeña sonrisa.
-Si bueno, ahora bajemos.- me dijo ignorando mi comentario, deje la mochila dentro del closet.
El olor a comida inundo mis fosas nasales, en la comida estuvimos platicando, hasta que dieron las 7:06 de la tarde, y Stefan le dijo a Elena que iría con Tyler, ella lo acompaño, mientras que yo me volvía a quedar sola con Damon. Aquello me ponía nerviosa de sobremanera, Damon era impulsivo y siempre hacia lo que él quería sin medir consecuencias, y eso no era muy bueno para mí, el un vampiro y yo humana.
Él se me quedo mirando esperando que hiciera algún gesto o movimiento, yo solo evitaba sus miradas, hasta que el hablo.
-Te pongo muy nerviosa Camille, eso me da mucha ventaja- me dijo mientras tomaba mi brazo y me acercaba a el.
Algo andaba mal, y me ponía muy nerviosa. Algo pasaría.
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