Capitulo. 3.
Capítulo 3.
Secretos.
Cabe destacar que desperté con los rayos del sol dándome de lleno en la cara, sentía mi cuerpo un poco pesado, me incorpore y me di cuenta que no era mi habitación, y luego recordé todo lo de anoche. Y también que debía hablar con Damon.
Fui al baño y tome una ducha rápida, y me volví a poner lo mismo de ayer, solo que ahora no traía ni una gota de maquillaje, baje sin hacer ruido, estaba por abrir la puerta cuando una voz ronca y sarcástica me lo impidió.
-Buenos días a ti también Camille- Damon se encontraba enfrente de la chimenea tomando una pequeña copa de burbon.
-Lo siento. Hola-dije un poco sonrojada.
-Alaric fue a trabajar, ya sabes es profesor de historia- dijo con una media sonrisa mientras rodaba un poco los ojos.
-Oh!, tenía entendido que había dejado de dar clases- comente un poco pensativa- Pero está bien, volveré al departamento.
-Te llevo- demando poniéndose de pie y tomando las llaves de una mesa que estaba en la entrada- Y no acepto un no por respuesta. Camina.
Yo solo rodé los ojos, al parecer lo de ayer lo había olvidado, y eso para mí era bueno, subimos al auto y él lo puso en marcha. Mi vestido se subió hasta mis muslos cuando me senté, el solo volteo a ver mis piernas y sonrió seductoramente, me puse un poco nerviosa y sonrojada y baje el vestido.
-¿Recuerdas lo de ayer?- tenía que saber.
-Recuerdo todo solecito- hablaba con una pizca de sarcasmo en su voz.- Como también recuerdo que me cerraste la puerta en mis narices- aquello último lo había dicho con enfado en su voz.
-Si bueno, yo recuerdo como me intentabas seducir- estaba un poco molesta con su actitud.
-Si te quisiera seducir ya lo había hecho. Pero eres una niña. Inmadura y muy joven- su cinismo y hostilidad azoto en mi rostro totalmente.
-No me conoces, no puedes decir eso de mí- dije enojada y entre dientes.
-No lo necesito. He vivido suficiente para saber- dijo sonriéndome de lado y volteando a verme.
-Eres insoportable.-dije por fin.
-Gracias, eso llena mi ego- dijo sarcástico
Yo solo lo ignore y voltee hacia la ventana para ir viendo el camino, después de unos 5mn llegamos. Yo baje a toda velocidad y llegue a la entrada de los condominios.
Pero al parecer Damon fue más rápido y me alcanzo tomándome del brazo y dando vuelta a mi cuerpo.
-Eres muy maleducada solecito. Se dice ¨Gracias Damon por traerme, que te vaya bien'- dijo con ironía esperando que lo dijera.
-Deja de ser tan déspota- dije enojada- Y de tomarme de los brazos de improviso.
-Hare lo que a mí se me da la gana- dijo enojado viéndome con esa superioridad.
Intente zafarme del brazo pero era inútil era mucho muy fuerte, me desespere y lo único que hice fue darle una patada en sus partes nobles. Después salí corriendo para entrar al departamento y cerré con llave.
Era un patán de lo peor, no sé cómo mi tío o sus amigos lo soportaban tanto.
(.......)
Pov. Damon.
Aquella niña me había dado una patada, no sabía de modales o que, debería Alaric traerla más corta. Pero ya estaría yo para hacerlo.
Escuche mi teléfono vibrar y me di cuenta que era Rick.
-Hola solecito mañanero-ironice-¿Qué quieres Rick?
-¿Dónde está Camille?- pregunto con un poco de preocupación.
-Oh, hablas de tu maleducada y grosera sobrina. Esta ya en tu departamento- comente.
-¿Qué te hizo Camille para que estés molesto?- pregunto.
-No sabe decir gracias y me dio una patada, en una parte del cuerpo.- dije molesto.
Escuche su risa al otro lado de la línea, eso hizo que me molestara un poco más.
-Deja de reírte. Y mejor muéstrale modales a Camille, o lo hare yo y no te gustara- dejo de reírse, y yo corte la llamada.
No iba a negar que Camille era hermosa, tenía una belleza extraña, pero era una niña, y yo tenía 174 años. Aunque podría jugar un rato, sabía que eso me traía problemas con Alaric, pero a lo mejor lo vale.
(......)
Pov. Camille.
La molestia me abrumaba de sobremanera, Damon era controlador y dominante, y a mí no me gusta ni que me controlen, ni dominen. Habla de modales, y digamos que el de caballero no tiene ni un pelo. En cambio con lo poco que he hablado con Stefan, él es todo lo contrario a su hermano, caballeroso y tierno. Ambos eran demasiado diferentes, no solo en personalidad sino también en rasgos, Stefan es de ojos verdes y un cabello castaño, mientras Damon es de ojos celestes muy transparentes, y un cabello negro.
Sentía la necesidad de alegarme de ellos, como si me fueran a traer algo malo, pero si Rick confiaba en ellos yo también podría hacerlo.
Por el momento me encontraba leyendo en la sala, el libro de 'Orgullo y Prejuicio', eso me distraía un poco de todo lo que paso en la mañana con el mayor de los Salvatore, pero el ruido de la puerta y un olor a pizza inundo mis pensamientos. Mi tío se encontraba entrando con una caja de pizza en su mano derecha, mientras en la izquierda traía su portafolio.
-Hola Camille- decía alegre Rick
-Hola tío!- dije sonriendo.
El solo puso la pizza en la mesa y trajo dos platos y dos vasos con un refresco de Naranja.
-Traje la comida-decía sonriendo.
-Gracias, moría de hambre- dije dramática mientras tocaba mi estómago.
-Hable hoy con Damon, y me contó lo sucedido- me dijo viéndome a los ojos.-Algo que quieras decirme- no era pregunta.
-No, hoy iré a disculparme- dije con vergüenza, no quería comentarle el porqué de la disputa.
El solo asintió con la cabeza y seguimos comiendo en silencio, cuando acabamos eran las 4:24 de la tarde, así que decidí tomar mi abrigo e ir con Damon, para poder hablar y perdí una disculpa (Aunque él se merecía aquel golpe) no era manera de haber hecho las cosas.
-Tío vuelvo, iré con Damon- dije.
No espere respuesta y salí del departamento, el camino a la casa de los Salvatore era un poco larga, pero quería conocer el bosque, así que entre en el para luego dirigirme hacia allá.
Fue más largo, pero así podría admirar un poco los hermosos árboles, cuando llegue toque la puerta, y me recibió Stefan.
-Hola Camille- me dijo sonriendo.
-Hola Stefan. ¿Esta Damon?- pregunte.
-Sí, adelante pasa- me dijo extrañado.
Yo solo sonreí, y en la sala, sentado en un sillón, dando la espalda con un vaso de bourbon en su mano izquierda contemplando las llamas de la chimenea se encontraba Damon.
-Hola Camille, que gusto volver a verte- dijo con ironía en su voz Damon.
El ni siquiera había volteado a verme, y sabía que estaba allí, no creo que allá tenido, o tenga un gran oído para escucharme.
-Venía a hablar contigo por el malentendido de hoy en la mañana.- dije un tanto apenada.
-Yo los dejos solos- dije Stefan mientras subía las escaleras.
Damon se puso de pie sonriéndome de una manera arrogante, mientras se acercaba un poco a mí.
-Vienes a pedirme de rodillas mi perdón- decía de una manera sarcástica.
-Venía a decirte que la forma que intente arreglar la situación de hoy no era la manera de hacerlo. Venía a pedirte disculpas, no perdón.- dije un poco enfadada por su actitud arrogante y ególatra.
-Vaya, que hermosas palabras- comento sarcástico haciendo un raro gesto con los ojos que pareciera que fuera desequilibrado.
-Eres difícil Salvatore- mencione un poco enojada.
Olvide o no vi, que atrás de mí se encontraba un mesa, así que cuando di un paso hacia atrás la mesa dio u pequeño vuelco, haciendo que algunas cosas de vidrio se cayeran y por inercia se rompieran, y yo por el susto caí y en la pierna me clave un vidrio. Si, así de torpe fui.
Damon me volteo a ver, y cuando vio que en mi mano tenia sangre, por haber tocado mis piernas, sus ojos se pusieron rojos y pequeñas venas de un morado oscuro rodearon sus ojos.
Se empezó a acercar a mí, y yo empecé a arrastrarme hacia atrás, aquella acción de Damon me dio demasiado miedo.
-Damon aléjate de mí- dije con pánico en mi voz.
El ignoro mi comentario, y me tomo de la pierna jalándome hacia él, se pudo encima mío, él había abierto un poco su boca, mostrando unos largos colmillos, lo que hizo que temblara y los enterró en mi cuello. Un dolor inmenso tomo todo mi cuerpo, era horrible, así que chille de dolor y grite los más fuerte que pude.
t_
Lo único que sentí fue que Damon se hacía para atrás, me incorpore un poco, sentándome contra la pared, Stefan había llegado y lo intentaba tranquilizar.
En pocos minutos Damon estaba normal, y me miraba de una manera que no sabía cómo explicar.
-Camille debemos decirte algo.
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