Capítulo 2.

La Cena.

POV. Camille.

El frió viento de una noche de otoño azotaba mi cara, el vestido que me había puesto para la cena no ayudaba mucho, Alaric iba a mi lado, estábamos fuera de la casa de los hermanos Salvatore, estaba un poco nerviosa, intente arreglarme lo mejor que pude.

-Hola Camille, Hola Rick- En la puerta se encontraba Damon, con sus grandes y hermosos ojos azul celeste.

-Damon- Saludo con un sentimiento de cabeza Rick, mientras pasaba a la casa como si fuera suya, y yo detrás de él.

Pero antes de entrar, el brazo de Damon me lo impidió, Rick no se dio cuenta puesto que entro demasiado rápido y enseguida se puso a conversar con los demás.

-Se dice 'Hola', Camille- Damon me miraba fijamente, esperando que lo saludara.

-Hola- mi voz había salido poco audible.

El solo me sonrió con superioridad, y me hizo un gesto con la cabeza de que pasara. Adentro pude apreciar un olor a carne, verduras y puré de papa. Todos me saludaron, y después un rato de charlar, nos sentamos en la mesa y empezamos la cena.

En una punta se encontraba Damon con un vaso de Burbon, y a lado derecho estaba Caroline, mientras que yo me encontraba a su izquierda, a mi lado estaba Rick, en la otra punta estaba Stefan y a su lado derecho estaba Elena, mientras que en la izquierda estaba Bonnie y luego Tyler, mientras que a lado de Caroline estaba Matt,luego Jeremy y al final a lado de Tyler se encontraba Enzo.

Todos empezamos a hablar sobre nuestras vidas, gustos, logros etc.

Algunas cosas no entendían, se daban indirectas extrañas entre Damon y Stefan, y eso ponía el ambiente un tanto tenso.

Cuando sirvieron el postre sentí una mano en mi pierna derecha, el único que pudo tocarla fue Damon, voltee a verlo disimuladamente y el solo me sonrió, a lo que me dio un pequeño escalofrió en mi espalda y un sudor frió.

Ya era tarde cuando casi todo había acabado, mi tío termino borracho junto a Tyer y Matt, quienes fueron llevados a su casa por Caroline y Bonnie, mientras que Elena había desaparecido con Stefan hacia la planta de arriba. Enzo y Jeremy antes de terminar el postre se habían retirado por asuntos. Así que solo quedábamos Rick, Damon y yo.

-Ayúdame a llevar a Rick a una habitación, tú te quedaras en otra- demando

Damon.

Yo solo asentí, si Rick confiaba en ellos, yo también podría hacerlo, ¿No?

Empezamos a subir, vaya que mi tío si pesaba, y tal como dijo Damon dejamos a Rick en una habitación. Cuando salimos escuche gemidos y mis ojos se abrieron.

-Es normal, acostúmbrate- Me dijo Damon mientras iba hacia una habitación.

-No creo acostumbrarme. ¿A dónde vas?- Pregunte.

-A mi cuarto, tengo sueño y estoy cansado.- Me dijo obvio.

Yo solo lo seguí y cuando entro se quitó la camisa, mis ojos se abrieron y me tape con mis manos.

-Oh vamos, como si nunca hallas visto un hombre desnudo en tu vida- dijo sarcástico.

Sentí mis mejillas enrojecer.-Ese no es tu problema- conteste hostil.

Sentí que se acercaba a paso lento y sigiloso hacia mí, empecé a retroceder sin mirar aun, hasta que choque con la puerta, lo cual era extraño la había dejado abierta. Sentí su aliento entre mis manos y cara, me tomo de la cintura y me estampo en la puerta. Estaba muy apegado a mi anatomía.

-No debes entrar a cuartos ajenos. ¿Tus papis no te enseñaron?- pregunto con ironía en su voz.

-Suel....tame- Empecé a tartamudear

-Estas temblando. ¿Te pongo nerviosa Camille?- Pregunto con sorna.

-Creo que eres muy confianzudo, como para ser las primeras veces que me conoces. ¿No crees?- mi voz había sonado molesta. Estaba molesta.

-Me gusta saber que llevo la rienda de las situaciones- Su voz prepotente me harto, y solo lo empuje. Se hizo para atrás puesto que creo no se esperaba eso.

Quite las manos de mi rostro, para así poder verlo, lo único que traía era el pantalón, me miraba con curiosidad, e intentaba acercarse de nuevo, a lo que yo me quite.

-Deja de acercarte a mí. Quiero descansar, si me dieras una habitación para mí sería suficiente. O una cobija para dormir en la sala.- Mi voz había sonado neutra y recta.

-Podrías dormir conmigo, en mi cama. Pero cierto... eres aun una niña- dijo sonriéndome con superioridad.- Sígueme.

Yo enfadada y rodando los ojos lo seguí, me mostró y señalo una habitación con su mano. Yo entre y le cerré la puerta en las narices. Solo escuche sus murmureos de enfado pero lo ignore.

Era un egocéntrico, patán, narciso, pedante. Ya lo mejor muchos otras cosas pero en ese momento mi cabeza no daba para más, solo me caí en los brazos de Morfeo. Ya mañana hablaría con él.