~ 𝔗𝔞𝔫𝔱𝔬 𝔱𝔦𝔢𝔪𝔭𝔬 𝔩𝔩𝔬𝔯𝔞𝔰𝔱𝔢 𝔲𝔫 𝔪𝔞𝔯 ~

Dos semanas. Dos malditas semanas habían pasado desde esa conversación

¿Y que había pasado?

Nada. Absolutamente nada

La primera semana Diego había salido de casa y no había regresado hasta cuatro días después; Aún cuando sus hermanos le decían que lo dejara y se olvidara de él, Cinco seguía esperándolo día tras día

Después de que número dos regresó a casa no le dirigió palabra alguna

Y Cinco se sentía morir cada día un poco más

Hasta aquella tarde

Hacía frío como la la vez que habían dormido juntos escuchando el tocadiscos de Luther, era invierno y el ambiente de la casa era helado

- Five...- llamó una voz al menor quien leía una obra que Allison le había regalado

Era impresionante el apoyo que había recibido por parte de sus hermanos; al contrario de lo que pensó al principio, ninguno de ellos lo veía con pena ni asco, tampoco lo menospreciaban ni usaban aquel secreto en su contra; es más, se preocupaban de él, lo escuchaban e incluso Klaus había prometido mantenerse sobrio para ayudarlo en los primeros días

Y ahora tenía a Diego frente a él, pidiéndole hablar

- ¿Si? -preguntó sintiendo su pecho doler

Número dos entró a la habitación y cerró la puerta detrás de él

- Quiero disculparme contigo. Fui un idiota. Debí apoyarte más que nadie, debí estar aquí para ti y escuchar todo lo que tenias que decir...pero me sentí tan imponente, tan inútil al no poder curar el dolor de la persona que amo, que no pude mirarte a los ojos sin pensar que te había fallado - se arrodillo frente a la cama y tomó sus manos - No merezco tu perdón, lo sé, te abandoné en un momento realmente difícil para ti y me arrepiento tanto de hacerlo...

- Tenias mucho que pensar...

- No, no es una excusa. Se que hice mal y lo acepto y también entiendo si quieres darte un tiempo y...

-¿No lo entiendes? -Diego lo miró confundido- Lo único que quiero es estar contigo, saber que estás aquí es lo único que evita que enloquezca

- No tienes que depender de nadie, es una tontería depender de la personas

- Diego, estoy enamorado, hago tonterías por millón

Ambos se miraron y sonrieron; el mayor lo tomó de las mejillas y lo acercó a él

Se abrazaron y besaron hasta que se sintieron completos

- No quiero que te sientas presionado ¿si? -murmuró el latino aún sobre sus labios- No tenemos que apresurar las cosas, te esperare hasta que estés listo

- ¿Aun cuando pase mucho tiempo?

- Aun cuando pase una eternidad

Ambos se abrazaron y se refugiaron del frío en los brazos del contrario

Diego quería matar a Reginald por todo lo que le haba hecho a su pequeño, pero primero, debía de asegurarse de que su novio no derramara ni una lágrima más en su vida

Si. El se encargaría de eso

♣️ FIN ♣️