Salí temprano en la mañana como todos los días, con traje y corbata, portafolio y zapatos bien lustrados. Otra vez iba en busca de un empleo, aún no me han decepcionado las malas caras y cortantes palabras que me dicen cuando ven la mancha en mi historia de vida. Todavía tengo las esperanzas de que me contrataran en algún centro de trabajo, siempre hace falta un económico.

Cuando iba llegando al edificio donde se encontraba la empresa a la que iba para hacer una entrevista escuché unos gritos los cuales me llamaron la atención, cuando me giré vi correr hacia donde estaba parado a dos personas, la de atrás le gritaba al que iba adelante.

—¡Detengan a esa ladrona!— gritó el señor y no dudé en ayudarlo.

— Suéltame imbécil— era una chica, una chica muy fuerte que me estaba costando detener.

— Ven acá mocosa del demonio— el señor agarra a la chica del brazo y más detrás llegan dos hombres más vestidos de negro, parecían guardias de seguridad.— Llévensela.

— Me las pagarás maldito— me dice antes de ser arrastrada por los dos guardias.

— Lo siento.

— No te preocupes, yo me encargo de ella y muchas gracias por la ayuda.— dice el señor dando un toque en mi hombro.

Veo irse a las cuatro personas y volví a mí asunto. Enseguida llegué al edificio y entré a las oficinas. Esperé algunos minutos y luego me atendieron. Todo iba muy bien, a la persona que me estaba entrevistando le había agradado mis notas en la universidad, mi primer trabajo y lo bien que hice mi labor, pero al llegar a la parte en donde se explica mi negligencia su expresión facial cambió y ahí me di cuenta que ya el trabajo no iba a ser mío.

— Gracias por venir, le enviaremos nuestra respuesta.

— Señor, dígame si me aceptará o no, sin tanto rodeo.

— Vale...— le da algunas vueltas a su lapicero y luego me mira con algo de pena— Lo lamento, con ese insistente en su currículum creo que en ningún centro lo aceptaran.

— Fue un error y de los errores se aprende ¿No es así? Eso se puede tomar como experiencia, pero ustedes insisten en tomarlo como un riesgo.

— No podemos sacrificar lo que tenemos, lo lamento mucho.

— Entiendo, que le vaya bien.

Me levanté y como entré salí. Caminé hasta unas bancas que adornaban el paseo de la calle central debajo de algunos árboles y ahí me senté.

— ¿Será que tendré que rendirme?— zafo un poco mi corbata y desabotono los primeros botones de mi camisa.— Otra vez regreso sin nada en las manos.

Siento mi móvil sonar y lo saco de mi bolsillo para revisar de quién era el mensaje.

Min;
Recuerda regresar que hoy iremos a ver un departamento, no demores ¿Vale?

Odio depender de ella, me enoja mucho que solo ella puede darme regalos y yo solo le puedo prometer cosas que ni siquiera sé si se las podré cumplir.

Min;
¿Terminaste la entrevista?
¿Como te fue?
¿Quieres venir al restaurante a almorzar conmigo y de paso me cuentas?

Yo;
Te cuento más tarde, ahora iré a ver a mi madre.

Min;
Está bien, nos vemos a las cuatro ¿De acuerdo?

Yo;
Ok.

Me da vergüenza decirle que otra vez me rechazaron con tantos ánimos que me echó anoche. Iré con mi madre, ella es mi refugio y mi consoladora.

Con mi saco en la mano comencé a caminar hacia la estación del bus. Me senté a esperarlo y al mirar hacia el poste que estaba enfrente vi un anuncio y fui hacia él.

— Moonlight Empresa Organizadora de Eventos, estamos en busca de personal— leí en alta voz.

Parece que recién comenzaron el negocio ¿Debería ir y preguntar si necesitan un económico? No pierdo nada en averiguarlo, de todos modos queda en este mismo distrito a unas cuadras de aquí.

Llegué al local y estaba cerrado, fui hasta la puerta e intenté mirar por el cristal de la puerta. Parecía recién instalada, aún habían algunas cajas y un poco de desorden.

— ¿Qué buscas?— me asusté un poco al sentir esa voz y al girarme me llevé una gran sorpresa.

— ¿¡Tú!?— exclamamos al unísono.

— ¿Qué haces aquí?¿Como diste conmigo?

— Vine por la solicitud de empleo— enseño el anuncio y ella ríe con ironía.

— ¿Adivina qué?— sé que me rechazará por lo de esta mañana— Por culpa de un maldito imbécil, mi negocio no podrá seguir adelante debido a que mi padre me quitó todo el dinero que me había prestado mi madre para poder terminar los últimos detalles que me faltaban, solo porque cree que soy muy joven como para poner mi propio negocio.

— Lo lamento, no sabía que era tu padre y tampoco sabía que...

— Lárgate antes de que te haga pagar por lo que hiciste— pasa por mi lado y me empuja para quitarme del medio de su puerta.

— Puedo ayudarte— se detiene y se gira hacia mi con sus brazos cruzados.

— ¿A si?¿Y como?

— Soy económico, puedo hacer un plan de negocio y ver si lo que tienes da para iniciar— veo interés en su expresión y sentí como que está vez si iba a poder conseguir trabajo.

— ¿Crees que podrás encontrar la manera de poner andar el negocio?— asiento con mi cabeza.

— Tengo la certeza de que lo lograré.

— Entonces sígueme.

Con una amplia sonrisa entré tras ella, la seguí hasta llegar a una amplia oficina.

— Siéntate, te mostraré todo lo que tengo— va hacia una estantería y de ahí saca varias carpetas— Aquí está todo, la inversión inicial, los costos, los gastos, los precios de los artículos y lo que me falta para poder comenzar.

— Vale, dame unos minutos para poder analizarlos.

— Tómate tu tiempo, iré por un café ¿Quieres?

— Si, gracias.— vaya, al fin vuelvo a ver números, extrañaba mucho hacer mi trabajo.

Empecé sacando cuentas y haciendo una pequeña tabla con la cual íbamos a poder analizar el flujo de caja durante unos años.

— Aquí tienes— deja una taza encima de la mesa y se dirige hacia el otro lado del escritorio— ¿Cómo va todo?

— Mmm... Pues creo que necesitarás pedir un préstamo bancario.

— No, no al banco no, eso sería muy riesgoso.

— Para nada, sería una buena opción además, según el flujo de caja estarías recuperando tu inversión de aquí a dos años, y si nos va muy bien puede que sea antes, podrás pagarle al banco y si quieres renovar tus artículos.

— ¿Cómo puedo confiar en ti? Ni siquiera he comprobado si es cierto que eres económico.— bebe de su café y luego extiende su mano— Enséñame tu currículum, supongo que andas con él.

— Si...— saco de mi portafolio la carpeta y se la doy.

— Jung HoSeok, 28 años, soltero graduado de la Universidad de Seúl en economía y finanzas, Wow ¿Título de oro?— asiento con un poco de nerviosismo— ¡Ooh, trabajaste en Samsung electronics tan solo con 22 años!

— Si.

— Estás contratado— cuando cerro la carpeta antes de leer sobre mi insidente suspiré con alivio.— ¿Crees que me ayudarás a ser multimillonaria así como Lee BooJin?— comencé a reír.

— No lo sé— es una niña ¿que edad tendrá?

— Tienes que hacerlo, quiero demostrarle a mi padre que si pude sola y sin su ayuda.

— Por cierto, aún no sé nada de ti.

— Me llamo Han SunBi, tengo 21 años y me acabo de graduar en publicidad y relaciones públicas— se levanta de su silla, camina hacia donde yo estoy y se sienta encima de la mesa— Haremos un buen equipo Jung HoSeok, lo puedo sentir.

Espero y así sea, quiero ayudarla pero también quiero demostrarle a todos los que me han rechazado que si pude triunfar.